jueves, 15 de marzo de 2018

Reflexionando.

Me duele la cabeza de la cantidad de críticas negativas que he recibido por dormirme en un banco de la calle, con una botella de chinchón en la mano y beoda perdida. ¿Qué querían que hiciera? La pandilla de familiares, amigos y conocidos, habían tomado las de Villadiego y como no me dieron un plano de por dónde pensaban ir, no pude encontrarlos.

Creo que sentarme en ese banco fue un gran acierto. Así estaré descansada el sábado cuando salga en manifestación. Tengo los pies desinchados, la cabeza embotada pero no creo que sea del chinchón sino de la murga que me dieron, desde que me encontraron hasta hoy.

Todo tiene sus pros y sus contras. En éste caso el pro vino en forma de asistenta social que pasaba por allí y me puso una dirección en la mano que tenía desocupada: la de un comedor social que no conocía. Este mediodía he ido y me he puesto de lentejas con verdura hasta las cejas. Estaban muy ricas.

Cuando la Cotilla se ha enterado de ésto me ha llamado "aprovechada" ¡Ja! mira quién fue a hablar.

Mientras estaba tumbada en el banco vino un señor de mediana edad y se sentó a mi lado. Luego dijo que era ¡mi primer abuelito! Yo alucinaba por un tubo pero me dio tantos detalles que no tuve mas remedio que creerlo. - Eres guapo (le dije) - Decían que nos parecemos (y me miró con detenimiento) Aunque... no sé... ¿Tú que piensas? - Bueno... si te quitaras la barba, te recortaras las cejas, te arreglaras la boca... ¡Mira. Ese lunar junto a la nariz es idéntico al mío! Pues sí, nos parecemos mucho.

Le pregunté si era cierto que la abuela y la Cotilla cooperaron para matarlo. - A tu abuela le hacía gracia y le seguí la corriente. Nunca he podido negarle nada a esa mujer. - Podrías haber muerto, abuelito. - Casi lo lograron y nunca la he visto más felíz. - ¿No eres vengativo? - Con tu abuela no. - ¿Con la Cotilla? - Ese es otro cantar.

De repente me vi rodeada por los míos y el abuelito preguntó. - ¿Qué es eso que guarda la abuela en ese termo? - ¡Puedes verlo! - ¡Claro! soy un fantasma, querida nieta. - Es Pascualita. Una sirena. - Conocí unas cuantas... te aseguro que cuando se quitan las escamas, todas son iguales. - ¡Abuelitoooo!

Vi el rostro de Bedulio frente a mi. - Abuelito, este hombre tiene un miedo enfermizo a los fantasmas. -  Pues lo haré disfrutar jajajajajajajajaja - Se acercó a la oreja del Municipal y sopló. - ¡Menudo vendaval! (dijo) - ¿Dónde? (preguntó Blas el parado) No se mueve una hoja. - Un nuevo soplido puso en alerta a Bedulio porque ésta vez fue en la otra oreja. Y yo murmuré con voz tétrica... - El... abue... litoooo.

Esta mañana los Jefes han impuesto a Bedulio la Cruz Mediana a la carrera más rápida del Cuerpo Municipal. Batió todos los records habidos y por haber corriendo que se las pelaba. Pero lo hacía sin rumbo fijo y dio más vueltas que un molino. Esa fue la razón de que no le otorgaran la GRAN CRUZ...Fue una pena. - ¡¿Alguien quiere más chinchón?!


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