jueves, 15 de febrero de 2018

¡Fiesta!

Tengo a la familia revolucionada: la Cotilla que bebe los vientos por Luis Bárcenas, el abuelito siente sobre sus espaldas las vergüenzas ajenas de su partido. Y la abuela disfruta repartiéndole leña. Luego dicen que tienen una cruz conmigo...

La abuela me ha llamado para contarme que Andresito ganó el Concurso de Disfraces que organizaron en El Funeral, aprovechando que, al haberse muerto tres compañeros debido a los fríos polares ... y a la cantidad de años que tenían, había que colgar sus retratos en la Pared de los Finados. Total, la fiesta que precede ésta ceremonia se iba a hacer igual.

Así que se acordó que todos fueran disfrazados de lo que quisieran y habría premio al mejor disfraz. Cosa que es muy subjetiva porque los miembros del Jurado puede que no coincidan unanimemente... sobre todo después de haber "trasegado" chinchón y otras hierbas. Por eso este premio suele ser impugnado cada año. Es una tradición ya instituída.

Los retratos de Hermenegildo, Paloma y Cesareo (nombrados por riguroso orden de abandono de éste mundo para que no haya favoritismo sexista) fueron colocados en la Pared de los Finados entre la emoción, lágrimas, unas de pena y alguna de alivio... de sus deudos. A continuación siguieron los brindis en memoria de cada uno de ellos. Conchi, a través de su móvil, hizo sonar Paquito Chocolatero (otra tradición) y no quedó nadie sin bailar... salvo Andresito que no tenía el cuerpo para muchos meneos.

El dueño de la cafetería no paraba de abrir botellas de licor, con una sonrisa de oreja a oreja. - "A éste tío le gusta que nos muramos con tal de hacer caja" comentó la abuela.

Por último, cuando ya no se escuchaba una sola frase coherente, llegó el momento de las votaciones, la proclamación del ganador del mejor disfraz y la entrega del premio... ¡Por ufdfalrtfnidad... ¡hip!... ha gaffnofa... gonadof... ¡hip!... g.a.n.a.d.o... Anderffitfo!

La abuela, encantada, abrió el termo de los chinos que llevaba colgado del cuello y lanzó a Pascualita al aire. - "¡¡¡YUPPPPIIIIIIIIIII!!!" - La sirena cayó en el enorme bol de sangría. Pasado el primer segundo de susto, probó el líquido y allí se quedó, agarrada a media naranja, sorbiendo sin parar.

El disfráz de Andresito se llamaba "Ecce Homo" y no hizo falta maquillarlo. El voto del jurado fue CASI unánime, solo falló el ateo recalcitrante que gritó, enfadado: - ¡¡¡¿Ejfe Hfmo? ¿no basgfta cof la Semadkna Sanpeta? Me ofphngo. Meaphilas!!!

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