miércoles, 28 de febrero de 2018

Calor de hogar.

¡No cabemos en casa. Estoy harta de decirlo pero no me escuchan. Se han quedado con la copla del Calor de Hogar dichoso y estamos como sardinas en lata. Además, ya no siento el calor de hogar de las narices, sino el olor a humanidad que invade todos los rincones. Porque no puedo abrir ventana alguna. En seguida alguien grita.: - ¡¡¡NOOOOOOO, QUE SE VA EL CALOR DE HOGAR!!!

Los responsables de que estemos tan estrechos la tiene los cubanitos culito (es un decir) respingones. A la hora de sentarnos a la mesa ocupan tres sillas cada uno. He tenido que emplear la tabla de planchar como asientos. Una vecina me ha prestado las sillas del balcón pero no han cabido en el comedor, así que hemos decidido comer por turnos. Cosa que no ha gustado nada a Geoooorge porque se pasa el día en la cocina y se ha declarado en huelga. Ha echo un cartel, lo ha grapado al palo de la escoba y se pasea por toda la casa anunciando su oposición al trabajo-esclavo. El cartel dice: ¡Mi no ser mujer!

La abuela y yo somos las únicas que sabemos que el volúmen de lo mordido por Pascualita, irá menguando poco a poco. Pero para eso faltan días y yo necesito libertad. Así que esta mañana, sin que me vieran, he salido al balcón, abriéndolo de par en par y he gritado: - ¡¡¡Quiero independencia!!! - a pleno pulmón.

Como por arte de magia, los huéspedes de mi casa, han caído sobre mi, placándome. Después, tirándome de los pies, me han metido dentro en el comedor y han cerrado de golpe la puerta del balcón. Segundos después han llamado, imperiosamente, al timbre. La Momia ha abierto y se ha encontrado con un grupo de antidisturbios. - ¡¡¡¿Quién ha gritado lo que no debería haber gritado?!!!

A la bisabuelastra los ojos le hacían chiribitas ante tanto hombre uniformado y los ha invitado a pasar: - No se irán de aquí sin haber brindado con chinchón. - No podemos. Estamos de servicio. - ¡Tonterías, mi general! - Solo soy sargento, señora. - ¿Qué me dice? Aquí está mi hijo, que pertenece a los que mandan y arreglará este enturto Por cierto... ¿hay algún soltero entre tanto cachas? ¿Sí? Pues hala, brindemos para que lo sean el menor tiempo posible. ¡Nena! Mira que ramillete de posibles futuros padres del bisnieto de tu abuela.

¡Que vergüenza pasé! aunque me duró poco porque el chinchón hizo milagros y esa sensación  desapareció. Como también desapareció la suspicacia, por parte de los antidisturbios, por lo que pudieran llevar escondido en los pantalones, los cubanitos. Pero la Momia estaba sembrada y señaló que todo se debía a un ataque furibundo del ánima del primer marido de la mujer de su hijo. Pusieron cara de no entender. Bedulio puso cara de pánico. Y la Cotilla, levantando la botella de chinchón gritó: ¡Barra libre!

martes, 27 de febrero de 2018

Frío Siberiano.

Todo el mundo ha venido a casa: los abuelitos, Geoooorge, la Momia y sus cubanitos culito- respingones, su nieto el Médico, la Cotilla, Bedulio y Blas el parado. Ha sido una invasión en toda regla. Menos mal que no han venido con las manos vacías.

Se han encontrado todos en la puerta de abajo y han entrado en tropel hasta el comedor. Por unos instantes pensé que era una manifestación que se había equivocado de ruta, luego vi que no llevaban pancartas y me preocupé más aún.

La invasión me pilló tan de sorpresa que Pascualita y yo estábamos durmiendo ante la tele, "viendo" a la Esteban. Nos despertó el  jaleo que hacían: - "¡Rápido, cerrad la puerta! ¡¡¡Que no se escape!!!" - La abuela, como siempre, llevaba la voz cantante.

Me costó reconocer a los cubanitos culito-respingones. Iban tan tapados que solo se les veían los ojos pero conservaban sus andares con ritmo de samba.

Metí a Pascualita en el bolsillo de la bata. - ¿Qué pasa? ¿Quién va a escaparse? - ¡El calor! ¿qué va a ser? ¡¿Un novio?! jajajajajaja (que mala uva tiene la Cotilla)  - "Geooorge ¡a la cocina! Y enciende el horno". - Andresito, haciendo piña con su mayordomo, le siguió.

Bedulio paseó su escrutadora mirada por todos los rincones, después, tímidamente, preguntó: - ¿Hay... alguien...? - ¿El ánima de mi abuelito primero? Siempre ronda por aquí. - ¿Ahora está... ? - De momento, no lo veo. - Pareció tranquilizarse.

El Médico se me acercó, meloso: - Espero que me regales algunas de tus patadas espinilleras antes de irme. - No lo dudes (le ofrecí una sonrisa encantadora) - Tendrías que probar el sadomasoquismo, cariño. - Le arreé con un florero en la cabeza. - Esto es para ir abriendo boca (dije y me miró embelesado... o medio grogui. No lo tengo muy claro)

La Momia se acercó, tan cariñosa como siempre, para eso es mi bisabuelastra. - Tenía razón tu abuela. Aquí se está taaaaaan bien, nena. - ¿Mejor que en la Torre del Paseo Marítimo? - ¡Dónde va a parar! ¡No hay color! - Quedé impresionada y triste. A la Momia empezaba a fallarle la cabeza... Claro que con los ciento y pico de años que tiene, ya le toca. ¿Cómo se va a estar mejor aquí que en su enorme casa?

Me dirigí a Blas el parado. - ¿Qué hacéis aquí? - ¡Calentarnos! Los cartones y las mantas no bastan en la calle. - La abuela me lo aclaró - "El frío siberiano nos ha traído a tu casa: es pequeña, las estufas de butano calientan rápido y al ser muchos se siente el Calor de hogar." - Me temía lo peor. - ¿También os quedaréis a dormir? - "Mientras haga éste frío, si"

Las sillas se llenaron de ropa de abrigo a medida que se iban despojando de ella. De pronto me acordé de Pascualita. Tenía que meterla en el acuario antes de que se enfadase y yo pagara las consecuencia. Esperé a verlos a todos despistados y lancé a la sirena por los aires, ya que me era imposible llegar hasta el aparador con tanta gente apiñada. Y unos segundos antes de que se zambullera se topó con los cubanitos culito-respingones que pasaban por allí. Como tiene por costumbre, la sirena se agarró con los dientes a la parte más sobresaliente: sus culos. Iban tan juntos que cayó entre ambos y repartió mordiscos a diestro y siniestro.

¡La que se lió! Los dos cubanitos corriendo, saltando, llorando, gritando, moqueando... mientras el volumen de sus culitos crecía a ojos vista. - Gracias a mi destreza, el arrancar a Pascualita fue visto y no visto. Esta vez la sirena comió doble y la vi relamerse mientras se escondía entre las algas del fondo del acuario.

Todos se encerraron, apelotonados, en la cocina por lo que pudiera pasar. En cambio, la Momia era la mujer más feliz del mundo, - Ay, nena (me decía) ¡Dále las gracias a tu primer abuelito! ¡¡¡ME ENCANTAAAAAAA!!!

lunes, 26 de febrero de 2018

Libertad de expresión.

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaaaaa! ¡Estoy como unas castañuelas, boba de Coria! - ¿Y yo qué culpa tengo, Cotilla? - ¡España está cambiando a pasos agigantados! - ¿Para bien o para mal? - ¡Para mi querido gurú, Luis Bárcenas, para bien! - ¿No me diga que él y sus compañeros se han ido de rositas? - Todavía, no, pero las prespectivas no pueden ser mejores ¡Levántate y saca el chinchón! - Son las ¡cinco de la madrugada!... -  A quien madruga, Dios le ayuda. Urdangarín debe madrugar mucho porque le ha ayudado Dios, sino, no me lo explico... Y si lo dejan libre a él ¿Cómo no van a hacer lo mismo con mi gurú y compañía? - ¿Y dice que lo ha ayudado Dios? Entones estamos apañados.

Llamaron al timbre. - ¿No será Dios? (dije, alarmada) Era Andresito - ¿No vendrás a pedirme asilo familiar? - Es que estoy muy contento y tenía que contárselo a alguien. - ¿Por qué no a tu mujer? - Está durmiendo y tiene muy mal despertar. - El Abuelito se sentó en mi cama. - Estoy feliz porque se está haciendo justicia en éste Pais. - ¿Estás seguro? - Las personas de bien, que van trajeados, repeinados, oliendo a colonia carísima, la manicura perfecta, los dientes blanquísimos y pulserita con la bandera española, no van a a cárcel. ¡Menos mal! - ¿También te iban a meter a ti? - ¡Dios me libre! - Cuanto trabajo le dáis a Dios ultimamente, abuelito.

Amanecía cuando la abuela entró taconeando fuerte. - "Estoy preocupada" - Todos la miramos. - ¿Por qué? - "Han detenido a la Libertad de Expresión" - ¡Vaya por Dios! - "¡La van a encarcelar!" - Algunos se pasaron de rosca y luego pasa lo que pasa.(comentó el abuelito con mal disimulada alegría) - "¡Tu no comes hoy en casa!" - ¡Pero si dijiste que habría mariscada! - "¡Y la habrá, pero no para ti! En la manifestación del día 8 pediremos su libertad" - Andresito se había enfadado. - ¿De los mariscos? (había rabia en su voz) - "De la Libertad de expresión"

- ¿Sigues con la idea de ir a esa manifestación? - "Naturalmente. Y voy a proponer que vayamos todas disfrazadas de Puigdemont, para echarnos unas risas, como le pasó a Joaquín Reyes" - Yo no iría (el abuelito tanteaba el terreno) - "Pues no vengas" - Pero es que... - "Ni pero, ni pera." - No se puede discutir con tu abuela, nena.

Pascualita, harta de que nadie le hiciera caso y sin desayunar, daba saltos mortales en el acuario y a punto estuvo de vaciarlo llenando de agua de mar el suelo del comedor. La Cotilla se alteró. - ¿Qué pasa ahí? - Será el abuelito. - Entonces la vecina miró en derredor y nos vio a todos, abuelito incluído. Lo señaló con un dedo tembloroso. - ¿E... es... te? - No, el otro. (dije, con gran desparpajo) La cara de la Cotilla cobró un color gris-verdoso muy desagradable.


domingo, 25 de febrero de 2018

La Cotilla está que trina.

Menudo enfado llevaba la Cotilla cuando a venido a casa a desayunar. - ¡Avemariapurírimaaaaaaaa! ¿Dónde está la caridad cristiana de éste individuo? ¡¿Dónde?! ¡¡¡¿DONDE?!!! - Tranquila, que le va a dar un patatús... - ¡Avaricioso! ¡¿No le dará vergüenza quitarle el pan a una pobre pensionista que no llega a fin de mes?! ¡¡¡EN EL INFIERNO TENDRÍA QUE ARDER!!!

- Cotilla, me está asustando ¿Qué pasa? - La pobre apenas podía hablar del sofocón que tenía encima. Nunca la había visto así. Iba y venía de la cocina a la puerta de la calle y vuelta a empezar. - ¡Pare, que me hará un surco en las baldosas! - ¡Lo que ha hecho no tiene nombre! - ¿De quién habla y qué ha hecho?

- He ido, como todos los días, a "limpiar" los cepillos de las iglesias y... aaaayyyy... (¡suspiros de España!) ... en el que suelen dejar más limosnas ¡estaba vacío!...¡snif!... - Quizás los feligreses no fueron espléndidos... - Si hubiese sido así no estaría tan acongojada ¡ni tan furiosa! ¡¡¡HA SIDO EL CURA!!!

- ¿Ha llegado antes que usted? Se lo tiene merecido. No se roba y menos en las iglesias... - ¿A ti quién te ha dado vela en éste entierro, boba de Coria? - Pero yo seguí machacando el tema. - Las limosnas son para redondear su sueldo... - ¡Ya te diré yo para que las quiere el cura! - A ver si va a soltar cualquier barbaridad y luego se va a arrepentir.

La abuela llegó acompañada de Geoooorge. - "Vengo del mercado y te dejo este saco de aceitunas. Mañana vendré y las arreglaremos" - ¿Por qué en mi casa? - "Para no manchar la mía. No ves que mi cocina es de diseño. ¿Y a ti qué te pasa, Cotilla?" - Dice que el cura de una de "sus" iglesias se ha quedado con las limosnas del cepillo (me apresuré a ponerla en antecedentes) - "Buenooooooo, un cura que te ha tomado la medida jajajajajajaja"

Saqué el chinchón para ir aprovechando el tiempo mientras la Cotilla se quejaba. Después de unas copitas seguía con su cantinela. - "¿Vas a decirnos de una vez para qué quería el cura ese dinero, según tu? " - ¡Para ir de picospardos! - "¿Puedes concretar más?" - ¡¡¡DE PUTAS!!! y lo he denunciado al obispado. - "¡Acusica!" - ¡De eso, nada! Solo defiendo mis intereses. - "¿No te importa que vaya al prostíbulo?" - ¿Qué me va a importar? Que haga de su capa un sayo... ¡¡¡PERO NO CON MI DINERO!!!

Pascualita subió rauda, desde el fondo del acuario, al oír las voces. Me puse las gafas de sol para evitar males mayores y vertí un chorrito de chinchón en el agua de mar. Fue mano de santo. Bajó tras el licor y se desentendió de nosotras.

sábado, 24 de febrero de 2018

Cómo está el mundo, Facundo.

Pascualita está rara. Parece que la carne de serpiente no le ha caído bien. Si es que estos bichos no son apetecibles ¿Cómo vamos a comernos un zapato o un bolso en ciernes? He intentado explicárselo pero ha pasado de mi.

Pepe podría contárselo puesto que ha vivido en las selvas de Papúa Nueva Guinea y habrá comido de eso, pero es tan discreto que no es capáz de decir ni mu. Si fuese parlanchín (o parlanchina, cualquiera sabe) se abría descosido los labios. A veces creo que conoce el refrán que dice: en boca cerrada no entran moscas... ¡Anda! ahora recuerdo que de cuello para abajo no hay nada ¡se lo comieron los caníbales!..  ¡Que lección me está dando el pobre porque, a pesar de todo, está trabajando... de llavero. Espero que la abuela no caiga en éste detalle porque pasará el resto de su vida dándome la tabarra.

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaaaaa! ¿Estás pensando en las musarañas, boba de Coria? - En cosas mucho más importantes, Cotilla. - ¿En una nueva letra para un himno? - ¿Qué himno? - ¡Yo qué sé! Es algo que está de moda ahora. ¿Qué vamos a comer hoy? - Yo, fabada. Usted no sé. - No creo que sea muy conveniente este menú con el tiempo que hace. - ¿Qué tendrá que ver la velocidad con el tocino? (mi tono fue despectivo) - Porque hace un frío que pela y tendrás que tener las ventanas abiertas para no asfixiarte jajajajajaja Oye, cuando abras el bote échale arroz y comemos las dos. - ¡Así sí que tendremos que abrir!

La Cotilla se salió con la suya y se quedó a comer. Cuando nos sentamos en la salita con el café y el chinchón, íbamos envueltas en mantas zamoranas, gorro, guantes y bufandas. Al chinchón lo flambeamos para que estuviera caliente porque, con la ventana y el balcón de par en par, en casa estábamos a 5º bajo cero.

Después de cuatro copas la Cotilla se puso a divagar. Su soliloquio me producía sopor. Me repantigué en el sofá escuchado ésta tontería: ... y al Rayo Vallecano lo han multado con 30.000 euros... - ¿30.000? (musité) jopé. - ... la Comisión contra la Violencia, el Racismo, la Xenofobia... ¿me estás escuchado? - Síiiii... - ... y la Intolerancia por exhibir en su campo un mosaico contra el Racismo...

- Cotilla, deje ya el chinchón porque dice tonterías... - Es que no habían avisado a dicha Comisión. - Cerré los ojos y me dejé llevar. Mi último pensamiento fue: ¿necesitarán dinerito para irse... de juerga?... Que jodíos...zzzzzzzzzzzzz 

viernes, 23 de febrero de 2018

¡Qué nochecita!

Estoy para el arrastre. Me he pasado la noche sobre la mesa de la cocina esperando que volviera la Cotilla a buscar a la dichosa boa. Lo ha hecho ésta mañana. Y después de reírse de mi, ha entrado en la despensa, ha cogido a la bicha que estaba enrosaca sobre el saco de patatas, según me ha dicho. Después ha echo unos cuantos amagos de tirarme la serpiente encima pero yo he sido más rápida y le he tirado un zapato a la cabeza. Se ha enfadado porque: - ¡No sabes aguantar una broma, boba de Coria! - y se ha marchando dando un portazo.

Ha sido una noche toledana la que he pasado. Tenía tanto frío y estaba tan incómoda que no sabía cómo ponerme hasta que me he fijado en Pepe. La cabeza jibarizada, que necesita muy poco sitio, estaba sola en su estantería. No me ha parecido justo y me he subido con ella pensando que nos daríamos calor mutuamente... Además, allí había una botella de chinchón que me calentaría por dentro.

En cuanto he subido y estirado en la estantería, ésta se ha venido abajo con gran estruendo. ¡Menuda costalada me he dado! menos mal que, al rebotar en la mesa, he amortiguado el golpe. Apenas he tocado el suelo me he levantado de un salto y subido de nuevo a la mesa. Ha podido más el miedo a la serpiente que el dolor del golpe.  La peor parada ha sido la botella de chinchón que se ha roto y el líquido se ha extendido por toda la cocina.

Aterrada, he visto llegar a la boa reptando desde el comedor. ¡Pascualita! pensé . ¿Se la habrá comido? - ¡¡¡Aaaaayyyyyyyyyyyyyyy, que pena y que dolooooooor, más grandeeeeeeeee!!! ¡Me he quedado sin el único ejemplar de sirena que existía en el mundooooo. Aaaayyyyyyyyyyyyy!- Y así me he pasado un buen rato. Total, no tenía nada mejor que hacer y como dicen que quien llora no mea, razón de más  porque, con ese bicho arrastrándose por el suelo, no pienso moverme de la mesa.

Escuché los golpes en la puerta porque paré de gritar unos segundos para coger aire. - ¡¡¡CALLA YA, JODIA, QUE LAS SAETAS SON PARA EL MES QUE VIENE!!! - Que poco aguante tienen mis vecinos.

Me callé. Unos movimientos convulsivos llamaron mi atención.La serpiente se enroscaba y desenroscaba, daba brincos, se estiraba tan larga era... Pensé que eran cosas de su raza hasta que, en uno de los giros, vi a Pascualita agarrada con los dientes, para no caerse, al cuello del bicho. ¡Le había mordido y estaba haciendo el baile ritual que hemos hecho todos los que hemos sido mordidos por la puñetera sirena. ¡Pero había más! La serpiente estaba borracha como una cuba después de beber chinchón durante un buen rato. Finalmente y antes de caer en un coma etílico, desapareció de mi vista.

A Pascualita le acerqué un paño de cocina y le costó muchísimo adivinar, debido a la borrachera, cual de todos los paños que veía, era el real. Finalmente lo sujetó y pude izarla a la mesa. Cosa que no pude hacer con Pepe que, empapado en licor, seguía sin abrir la boca.


jueves, 22 de febrero de 2018

Lo que faltaba para el duro.

Hoy mi casa parecía la Puerta del Sol en hora punta. Estaba yo en el mejor de los sueños cuando ha sonado el móvil. A tientas, lo he metido en el cajón de la mesita de noche y lo he cerrado. Más tarde ha tocado el timbre del teléfono fijo que está en el comedor. Me he levantado, lo he descolgado y he vuelto a la cama.

Más tarde he sido zarandeada por unas manos huesudas - ¡¿Ha llamado tu abuela, boba de Coria?! - Las legañas me impedían abrir los ojos, así que abrí el cajón a ciegas y señalé dentro. - Te ha llamado varias veces. ¡Te va a caer la del pulpo!

Mientras yo recaía en brazos de Morfeo, escuché hablar a la Cotilla. - ¿A qué hora quedamos y dónde?... ¡duerme! No sabe hacer otra cosa ésta nieta tuya... No se merece la Torre del Paseo Marítimo... en cambio yo... ¡Qué sí, te he oído! Hasta luego.

Mientras arrastraba los pies camino de la cocina para desayunar, la abuela entró como un torbellino . "¡Se nos va lo más granado de la juventud, nena. Y tú aquí, tan pancha!" - ¿Otro amigo que añadir a la pared de los Finados de El Funeral? - "Forges" - ¡Anda, como el humorista gráfico! - "¡Que cruz tengo contigo! ¡¡¡ES ESE FORGES!!! - ¿Has dicho "juventud"?... Ah. claro. Solo tenía 76 años y tú... ejem... Vale, te he entendido, abuela.

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaa Mira la hora que es y aún no he desayunado. Por cierto: ha muerto Forges, he visto la noticia en un periódico que "me he encontrdo por ahí". - Cotillaaa... - La de cosas que olvida la gente a éstas horas... - ¡YA!

- "Dejad de discutir y vamos a la manifestación" - Que lo paséis bien. - "¿No vienes?" - ¡Pots pensar! - ¿No? Protestaremos por las pensiones. - Pues bueno, pues vale, pues me alegro. - ¿No piensas llegar a vieja? allá tú pero, si llegas, te verás como nosotras: fanés y descangallás.

La Cotilla no se dio cuenta, pero acababa de pronunciar una de las palabras más vetada en presencia de la abuela. Por eso, ella y yo estábamos con la boca abierta, contemplándo a la vecina. Traté de disimular mi estupor. - ¿Tú por qué vas, abuela? - "Por conciencia social"

La Cotilla, ajena al torbellino que había desatado, seguía hablando. - Allí nos encontraremos todos. Blas el parado, dijo que vendría... etc., etc., etc. - Cuando menos lo esperaba recibió tal pescozón que su cabeza rebotó diez veces contra la pared. - ¡¡¡Aaaaaaaaaaaaaayyyyyyyyyyy!!! - "¡VIEJA LO SERÁS TU, ZARRAPASTROSA!!!

Pascualita, como un horroroso mascarón de proa, no se perdía detalle de la agresión desde el broche de la abuela.

Nos costó que la Cotilla se repusiera del golpe: tres cuartos de botella de chinchón a palo seco. Luego, las dos amigas, la abuela con el termo de los chinos al cuello con Pascualita, se fueron juntas como si no hubiera pasado nada. Antes de cerrar la puerta la vecina exclamó: ¡Oh, nooooo! ¿Dónde se habrá metido?  - "¿Quién?" - La serpiente pitón que "he encontrado" al pasar junto a una tienda de animales... Estaba en mi bolsa ¡y no la encuentro!

Llevo todo el día subida la mesa de la cocina ¡por si aparece la jodía culebra!

miércoles, 21 de febrero de 2018

La amiga de la Momia.

La Momia ha venido a verme. - A ti, noooo, nena, sino a esa cabecita que tenéis de llavero. - ¡¿A Pepe?!... ¿Y eso? - Me he acordado de alguien que conocí en las postrimerías del siglo XIX , que marchó a vivir aventuras a tierras lejanas... - ¿Chico o chica? - Chica. Aunque partió de Palma disfrazada de hombre. - ¿El pasaje era más barato para los hombre? ¡Machistas! Hizo bien en disfrazarse. - No te enteras de nada, nena. ¿No recuerdas aquella canción que cantábamos de pequeñas... - Ejem, bisabuelastra, perdona que te interrumpa pero, en el siglo XIX yo ni siquiera estaba programada para nacer. - La canción decía (ella iba a su bola) que al pasar la barca, le dijo el barquero, las niñas bonitas no pagan dinero... pues ella tuvo que pagar porque era más fea que Picio. - ¡Machistas!

Los ojos de la Momia, ribeteados de negro y los párpados pintados de azul, se abrieron con asombro. - ¡Nada te parece bien! No es raro que sigas soltera y sin compromiso. - Mejor sola que mal acompañada (musité) - Según y como. Es cierto que yo aguanté lo que no está escrito en mi matrimonio pero, al final tuve mi recompensa: viuda, rica y con ganas de vivir... Menos  mal que la Cotilla me echó una mano.

El radar de mi cabeza se puso en marcha. - ¿Qué pinta la Cotilla aquí? - Me dio unos polvos para mi marido.Dijo que eran buenos para eliminar los ronquidos y fue mano de santo. Nunca más roncó, aunque no sé si fue por morirse... ¿podría ser, verdad?

Me estremecí. La Cotilla cerca de un difunto ¡otra vez!

- Cuéntame qué pasó, bisabuelastra. - ¿Qué más da lo que hiciera? ¡Hablábamos de mi amiga aventurera! El barco velero zarpó del puerto de Palma y no volvió hasta dos años después. Mi amiga no venía en él. Pero como preguntando se llega a Roma, supimos que viajó hasta Nueva Guinea Papúa. en aquel tiempo, en las cocinas de las cabañas había un plato de mucho éxito... - ¡Tú amiga se metió a cocinera! - La información decía que ella formó parte del plato favorito de entonces y fue su rey quien hizo los honores.

- ¡Cuanto honor! (grité entusiasmada) - Por lo visto, la salsa salió muy picante y el rey tuvo dolor de estómago durante dos días. Así que el cocinero también entró a formar parte del menú semanal. Como ves, en esos sitios nos dan buenas lecciones sobre economía casera se desperdicia nada. - ¿Me estas contando que... se los comieron? - ¡Exacto! - ¡Qué horror! - ¿Por qué? eran caníbales los pobres. Ahora trae a quien llamas Pepe. Quiero examinarl por si encuentro algún parecidos. - ¡¡¡JESUS, MARIA Y JOSE!!! Grité despavorida.

Pascualita se colocó de un salto en el borde del acuario mientras me mostraba su dentadura de tiburón en plan amenaza. Menos mal que no estaba la abuela o me hubiese atacado.

martes, 20 de febrero de 2018

Pascualita ataca.

La abuela sigue espatarrada después de su primera clase de ball de bot - "Esta gente fue a por mi ¡Quisieron matarme!" - Que dramática eres. Te dije que aquellos taconazos no eran apropiados para bailar jotas. - "¡Toda mi vida he bailado con tacones y no he tenido agujetas!" - Porque eras má jo... estoooo... - La abuela me miró mal. - "Más jo ¿qué?" - ¿Más jo? ¿Quién ha dicho eso? - "Tú. Y no me suena bien" - Tal vez quería decir más jovial. Ultimamente estás muuuuuy estresada... - "¿Ah, sí?... Y tengo mal genio, por ejemplo, ya me estaba enfadando contigo pensando que ibas a hablar de mi edad" - ¡Que vaaaaa! Dios me libre.

El abuelito vino a buscar a la abuela. Y se plantó ante mi, amenazándome con el dedo índice: - A tí voy a ponerte las peras a cuartos por decir mentiras. - Reculé hasta tocar la pared del comedor. - ¡Abuela! - "Te mereces lo que te pase por no contrastar las noticias antes de difundirlas y levantar falsos testimonios" - ¡Dile al abuelito que no me apunte con el dedo o le morderé!

Aquellos gritos míos, mirándo a la abuela, fueron entendidos por Pascualita como un ataque personal a su amiga y me lanzó un chorrito de agua envenenada a los ojos, suerte que  me aparté a tiempo y lo esquivé, pero la abuela no.

Los gritos, los llantos, las carreras, los mocos, los quejíos... fueron tan exagerados que los vecinos aporrearon mi puerta pensando que me mataban. - ¡Estoy bien! (grité) - ¿Entonces eres tú la que mata? ¡¡¡Abre, asesinaaaaaaaaaaa!!!

Minutos después escuché, a pesar del jaleo, los frenazos de los coches de los municipales. La voz de Bedulio resonó en el rellano de la escalera. - ¡Abrid a la autoridad! - ¡No te gustará lo que veas! (le avisé porque sé que está de los nervios) - ¡A... abre te... digo! (empezaba a fallarle el valor) - Es  que ha venido el abuelito primero... (lo hacía por su bien...) - Va... le. Déja... lo...

Los ojos de la abuela estaban a un tris de salirse de las órbitas y botar por el suelo. - ¡Aaaayyyyy, no me mires que me da grima! - Andresito, conmocionado, no sabía qué había pasado. En el rellano se recrudecían los porrazos y los gritos. - ¡¡¡Tenéis que entrar, que para eso os pagamos!!! Llamad a la televisión (dijo otro) ¡Esperad que voy a arreglarme un poco! (suplicó la presumida de la escalera)

A todo esto, la abuela trasegaba copa tras copa de chinchón hasta quedar comatosa, o sea, bien borracha y bien dormida.

El abuelito abrió la puerta. Bedulio, pálido como la cera, entró en casa mirando a todos lados. Lo tranquilicé. - Ya se ha ido. - De aquí no se ha ido nadie (confirmó Andresito. Y ya puesto, me soltó) Según tú, Rafael Hernando dijo: Soy diputado por Almería ¡¿Sí o no?! - ¡Sí! - ¡Mentiste. Dijo AFILIADO por Almería - ¿Y? - Que no cobra. - Vale, pero es un maleducado... ¿Sí o no? - Si. (reconoció Andresito) - ¡Pues, que le den!

El ruído sordo de un saco de patatas de cincuenta kilos chocando contra el suelo nos sobresaltó. Bedulio no había podido soportar la visión de los ojones de la abuela y yacía desmayado a mis pies. Sentí un subidón: ¡Un hombre a mis pies. Que ilusión!




lunes, 19 de febrero de 2018

El verano está a la vuelta de la esquina.

La abuela ha venido cargada con una bolsa de deporte al hombro. - "He decidido hacer ejercicio porque el verano está a la vuelta de la esquina y tengo que quitarme los michelinitos de ésta Navidad." - ¿Y por estos rollitos vas a pasar penalidades? - "Son la excusa perfecta para hacer algo" - ¿Piensas correr una maratón? - "No. Voy a bailar ball de bot: jotas, boleros..." - ¿Y te vestirás de payesa? No te veo yo tan tapada. - "En esta vida todo evoluciona y los trajes regionales ¿por qué no tienen que hacerlo?" - Porque son regionales, abuela.

Nos sentamos a desayunar unas magdalenas que me quedaban de las que trajo la Cotilla en Navidad, del contenedor de basura del súper. - " Tendrás que hacer otra cafetera, nena, porque éstas magdalenas estaban sedientas. Se han bebido mi café."

La abuela me pidió que la acompañara a la Escuela de Baile. Me senté a esperar mientras ella se cambiaba de ropa. Y salió con unas mallas naranja fosfi, de arriba abajo, un pañuelo en la cabeza con una buena lazada sobre la frente. Y botas de caña con tacón. - ¿Estás segura que tienes que ir así? - "Me dijeron que me pusiera cómoda."

El maestro le preguntó si sabía bailar - "¡Claro! bailó con mi marido todas las noches en El Funeral" - Al replicarle que el ball de bot es diferente, ella dijo: - "¡Cómo no voy a saberlo si soy mallorquina, pardal!"

Pero no sabía. Y no dió pie con bola, así que el maestro la remitió a la clase de Inicio. Yo no quise entrar, bastante vergüenza había pasado ya y no me moví de la silla. Un rato después se abrió la puerta y la maestra, seguida de la abuela, se encaró con el maestro - ¡¿O ella, o yo?! - dijo señalándola.

Antes de salir por pies, se paró en la oficina a reclamar el dinero de la matrícula. El secretario se mostró reticente a devolvérselo. Entonces la abuela amenazó con quedarse. El dinero le fue devuelto enseguida.

Ni siquiera se cambió de ropa e iba dando el cante por la calle. - "Vamos a tomar un chocolate con ensaimadas. Va muy bien para las agujetas que tengo... ay, ay, ay..." - Nos tomamos dos tazas cada una, con sendas ensaimadas. Después llamó a Geoooorge. - "Ven a recogerme ipso facto" - Poco después, el rolls royce aparcaba delante de la chocolatería a pesar de la señal de prohibido.

La abuela entró en el coche y éste arrancó. - ¡Eh, espérame, inglés de las narices! - El auto se paró, la abuela sacó la cabeza por la ventanilla - "Nena, paga tú que yo no llevo un euro. ¡Hasta luegooooo!"
- ¡La madre que la parió!

domingo, 18 de febrero de 2018

El Dragón Chino.

He salido a la calle a comprar el periódico y me he encontrado con un Dragón enorme que venía hacia mi. He puesto los pies en polvorosa. Y eso que todavía tenía legañas en los ojos pero he corrido como alma que lleva el Diablo.

Con el paquete de ensaimadas dominicales en la mano, he ido, en plan marine, arrastrándome por el suelo, de esquina a esquina y esquivando porquerías perrunas, atenta a cualquier movimiento extraño. Afortunadamente las calles estaban despejadas y he llegado a mi portal sana y salva.

Mientras desayunaba les he contado ésto a Pascualita y a Pepe. Me ha parecido que ambos se estremecían. Menos mal que el Dragón no echaba fuego por la boca. Quizás era demasiado temprano para él y no tenía aún el estómago dispuesto para trasegar gasolina o lo que sea el combustible que usan éstos bichos.

La sirena ha saltado a su taza de cola cao pero antes, ha mirado a ambos lados, cosa que no hace nunca. ¿Le preocupaba el Dragón tanto como a mi? Pepe, en cambio no ha girado la cabeza para nada... pienso que, al no tener cuello es normal, pero también porque era una persona valiente que se internó en las selvas de Papúa Nueva Ginea sin pensar que podía acabar siendo el adorno de un llavero.

Salí al balcón con mis amigos y un olor a comida me llegó desde la plaza cercana. La Cotilla me llamó desde abajo - ¡Baja, boba de Coria! ¡Es el año del Perro! - ¡¿Qué perro?! No quiero ninguno.-
Una gaviota pasó rozando el balcón dando gritos estridentes. - ¡Quita, bicho! - Pascualita se removió en mi mano. Había sacado la dentadura de tiburón a pasear. La solté de golpe y cayó en una maceta sin planta. La gaviota volvió, esta vez, dispuesta a robar, llevaba el pico abierto. Me quité el jersey y lo agité asustándola. - ¡¡¡Vete, fueraaaaaaa!!!

La Cotilla gritaba. Pasé de ella. Tenía que evitar que la gaviota se comiera a Pascualita pero me estaba costando lo mío porque el pájaro no se daba por vencido. Entonces, sorteándo los golpes de jersey, puso una pata a la altura de la sirena y ella le mordió ¡y no soltó!

La gaviota se revolvió, loca de dolor cuando el veneno entró en su cuerpo. Inmediatamente la pata se hinchó exageradamente e intentó emprender el vuelo. Pero ahora era yo quién no quería que se fuera. La agarré de la pata y tiré con fuerza hasta arrancar a Pascualita. Después la dejé ir. Se paró en las ramas del árbol a lamentarse y amenazarme sin parar de graznar mientras la sirena se relamía después de comerse el trocito de carne de gaviota que quedó entre sus dientes.

Un fuerte aplauso y gritos de ¡¡¡VIVAAAAA, VIVAAAAAA!!! sonaron debajo de casa. Entonces me di cuenta de que, debajo del jersey no llevaba nada puesto. El señor Li, acompañado por un nutrido grupo de chinos de todas las edades y sexos, aplaudían y reían junto al resto de vecinos que se habían congregado en la calle. De repente, por una esquina apareció el Dragón. - ¡¡¡Aaaaah, corred, corred!!! - El señor Li también gritaba - ¡¡¡Tu venil a plaza. Hoy sel Año Nuevo Chino. Año del Pel.lo!!! - Al darse cuenta de que no le entendía, los chinos dijeron a coro = ¡¡¡Año Guau, guau, guau!!!





sábado, 17 de febrero de 2018

¡Soy diputado por Almería!

Andresito a venido a casa hecho un lobo de mar: La espalda erguida, cabeza alta, pecho henchido, barriga metida para adentro y pisando fuerte. Incluso tenía mejor voz. Vamos, que no parecía el viejecito de días atrás, avergonzado a causa de la corrupción pepera. ¿Habría tomado viagra?

Siendo su nieta, no me atreví a preguntárselo porque sería meterme en sus intimidades. Incluso podría sentirse azorado... así que, aprovechando que fue al cuarto de baño, llamé a la abuela. - "La pastillita azúl no tiene nada que ver en su cambio. Es otra cosa. Una frase." - ¿Una sola frase a bastado para sacarlo de su creciente depresión? - "Así es"

Me resultaba difícil de creer pero ¡a la vista estaba! - Abuelito, se te ve contento. - Lo estoy, nena... - ¿Has hecho una novena a Santa Rita? - No... - ¿Has desayunado con chinchón en lugar de café con leche? - No... - ¿Entonces...? - Ha sido una frase la que ha obrado el milagro. - ¿Y esa frase es...? - Una panacea. Sobre todo porque la dijo alguien de los míos y eso tiene mucho más valor. - ¿Me la vas a decir? - Sí, pero tengo que preparar la voz, darle un deje chulesco, de recochineo... jummmm ... Escucha: SOY DIPUTADO POR ALMERIA.

- Ah, no lo sabía. ¿Qué pintas allí si vives aquí? - Esa es la frase, mujer. Te la repito: SSSSOY diputado por ALLLLLLMERÍA. Así, subiendo y bajando la voz y alargando las palabras. Además hay que recostarse sobre algo, como se hace en la barra de un bar barriobajero.

- No entiendo nada... - Es una frase que te saca de apuros. La dijo Rafael Hernándo, el portavoz de mi partido, que tiene una gracia el jodío... jajajajaja - ¿Ese? ¡No me digas más! Menudo es... - Pues sí. Ahora, gracias a él, los peperos tenemos una coletilla para sacarnos de apuros. Pregúntame algo, nena. - Pues... no sé que... Hummmm... A ver ¿quién es M.Rajoy? - ¡Soy diputado por Almería! ¿Qué te parece? - Que no sé si a los de Almería les hará mucha gracia. - ¡Sí, mujer, Se hartarán de reir.

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaaaa... ¡Hombre, Andresito! ¿Ya estás mejor? - ¡Soy diputado por Almería! - ¿Ah, sí? Eso que quiere decir, qué cobrarás doble ¡Menudo chollo tenéis los políticos! - ¡Soy diputado por Almería! - Tendría que denunciarte ¿Seguro que puedes cobrar de aquí y de allí? - ¡Soy diputado por Almería! (el abuelito ya no reía pero parecía que no podía desprenderse de la coletilla) - ¿Te has dado un golpe en la cabeza como el que tiraba la basura al río? - ¡Soy diputado por Almería! - Si no fuese porque no es tu abuelo natural, diría que sois igual de tontos los dos (se refería a mi) - ¡Soy diputado por Almería! - ¡Anda y que te zurzan! (la Cotilla salió dando un portazo)

Llamé a la abuela y se lo conté todo. - ¡Ven a buscarlo que se le ha encallado la frase! - "Mejor quédatelo unos días y ya vendré cuando se le haya pasado la tontería" - ¡¡¡ABUELAAAAAAAAA!!!
-

viernes, 16 de febrero de 2018

La abuela toma una decisión.

La abuela se presentó en casa por sorpresa. Vamos, que no anunció su llegada con el consabido concierto de pitos a costa del mal estacionamiento del rols royce porque vino en taxi. Me extrañó y se lo dije. - ¿A qué viene éste despilfarro? - "No podía esperar a que Geooorge sacara el coche del garaje. ¡Tengo algo que contarte!" - ¡Caray! soy toda oídos. - "Ya sé qué voy a hacer con mi vida" - ¿Viajar con el Inserso...? - "Me voy a meter a política"

Corrí en busca del chinchón. - ¿Te has caído del caballo, como san Pablo y has visto la luz? - "¡No digas tonterías! ¿A qué viene esto?" - Es para brindar por tu idea antes de que la arrincones y cojas otra. - "¿Crees que soy voluble?" - Y soluble jajajajajaja. - La mirada amenazadora que fijó en mi me disuadió de seguir haciendo el ganso.

De todas maneras y a pesar de la hora temprana que era, brindamos e hicimos partícipe a Pascualita que así olvidó el cabreo de ser despertada bruscamente. - ¿ A qué obedece esta repentina decisión? - "Ha sido algo que he visto en la tele. Me ha impactado. Y me he dicho: Si éste tipo puede hacerlo, tú también" - Te veo muy decidida. - "¡Efectivamente!" - Pues, adelante con los Faroles, abuela.

La sirena se había vuelto a dormir y ante el peligro de una repentina aparición de la Cotilla, la coloqué en el estante con Pepe y para que no sintiera celillos de ella, mojé un dedo en el chinchón y lo pasé por lo labios cosidos de la cabeza jivarizada.

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaa! ¿Qué celebráis? - La abuela se hará política. - ¡Así que has visto al político más tonto de España! - "¡Efectiviwonder!" - ¡Ostras. Ya sabes idiomas y todo!"

- "Siempre he creído que para ser político hay que tener sentido común ¡Pues no! - La Cotilla nos miró, perpleja - ¿Sentido común?...  de eso carecen todos... - "El político me ha impactado por dos cosas, Primero porque quería que viésemos lo mal que hacemos las cosas tirando basura al rio y contaminando sus aguas con toda clase de porquería, ¡Y él ha tirado cuanto trapo, papel, rama seca, etc. etc. ha encontrado en la ribera! y se ha quedado tan pancho. Y en segundo lugar que, a pesar de su gilipollez, no le han dado una colleja y tirado al río de una patada en el culo. ¿Esto qué demuestra?" - Hummmm... ¿qué a los que estaban al rededor no les gusta el fútbol? (dijo la Cotilla. A lo que no tuve nada que replicar)

- "Demuestra que, si a inútiles como éste, les pagan un buen sueldo, tienen coche gratis y todo el mundo les hace reverencias y les llaman Don o Doña, es porque la Corrupción nos ha dejado el cerebro en estado cataléptico ¡Por eso quiero ser política y hacer de mi capa un sayo"!

- ¿De qué Partido serás? - "Fundaré uno: el V.Y.C. = Votad y Callad" - ¡Yo quiero un chollo en el V.Y.C.! (grité entusiasmada) - ¡Y yo! (gritó la Cotilla) - "¡Ni hablar! Primero me haré rica yo, luego... ya veremos"

jueves, 15 de febrero de 2018

¡Fiesta!

Tengo a la familia revolucionada: la Cotilla que bebe los vientos por Luis Bárcenas, el abuelito siente sobre sus espaldas las vergüenzas ajenas de su partido. Y la abuela disfruta repartiéndole leña. Luego dicen que tienen una cruz conmigo...

La abuela me ha llamado para contarme que Andresito ganó el Concurso de Disfraces que organizaron en El Funeral, aprovechando que, al haberse muerto tres compañeros debido a los fríos polares ... y a la cantidad de años que tenían, había que colgar sus retratos en la Pared de los Finados. Total, la fiesta que precede ésta ceremonia se iba a hacer igual.

Así que se acordó que todos fueran disfrazados de lo que quisieran y habría premio al mejor disfraz. Cosa que es muy subjetiva porque los miembros del Jurado puede que no coincidan unanimemente... sobre todo después de haber "trasegado" chinchón y otras hierbas. Por eso este premio suele ser impugnado cada año. Es una tradición ya instituída.

Los retratos de Hermenegildo, Paloma y Cesareo (nombrados por riguroso orden de abandono de éste mundo para que no haya favoritismo sexista) fueron colocados en la Pared de los Finados entre la emoción, lágrimas, unas de pena y alguna de alivio... de sus deudos. A continuación siguieron los brindis en memoria de cada uno de ellos. Conchi, a través de su móvil, hizo sonar Paquito Chocolatero (otra tradición) y no quedó nadie sin bailar... salvo Andresito que no tenía el cuerpo para muchos meneos.

El dueño de la cafetería no paraba de abrir botellas de licor, con una sonrisa de oreja a oreja. - "A éste tío le gusta que nos muramos con tal de hacer caja" comentó la abuela.

Por último, cuando ya no se escuchaba una sola frase coherente, llegó el momento de las votaciones, la proclamación del ganador del mejor disfraz y la entrega del premio... ¡Por ufdfalrtfnidad... ¡hip!... ha gaffnofa... gonadof... ¡hip!... g.a.n.a.d.o... Anderffitfo!

La abuela, encantada, abrió el termo de los chinos que llevaba colgado del cuello y lanzó a Pascualita al aire. - "¡¡¡YUPPPPIIIIIIIIIII!!!" - La sirena cayó en el enorme bol de sangría. Pasado el primer segundo de susto, probó el líquido y allí se quedó, agarrada a media naranja, sorbiendo sin parar.

El disfráz de Andresito se llamaba "Ecce Homo" y no hizo falta maquillarlo. El voto del jurado fue CASI unánime, solo falló el ateo recalcitrante que gritó, enfadado: - ¡¡¡¿Ejfe Hfmo? ¿no basgfta cof la Semadkna Sanpeta? Me ofphngo. Meaphilas!!!

miércoles, 14 de febrero de 2018

Penitente

- "Nena... ¿duermes? Tengo que decirte algo muuuuy importante" - ¿Eh?... zzzzzzzzzzz - "A Andresito le va el sadomasoquismo. ¡Es una pasada!" - De pronto, mis neuronas empezaron a hacer cálculos sobre la edad de los abuelitos; lo delicado de sus carnes y huesos; la cantidad de golpes y barrabasadas que podían aguantar esos cuerpecitos con más años que la tos y quedé gratamente sorprendida porque, a no tardar, podía verme ¡dueña de la Torre del Paseo Marítimo! por defunción de ambos.

Con los ojos como platos, dije. - ¿Quiéres decir que... ¿os zurráis? Oye, pues, qué quieres que te diga. Si es vuetro gusto y lo pasáis bien ¡Adelante! No os privéis de daros zurriagazos, romperos un hueso o abriros la cabeza...

- "No te confundas. Quién recibe es él. Y yo paso un gustazo. Se ha puesto sayas de penitente, anda por casa como un fantasma, con un cordón de esparto a la cintura, los pies descalzos y un enorme rosario, que no sé de dónde lo ha sacado, al cuello" - ¿No tendría que llevar algo de cuero?

- Al abuelito le ha pasado algo. - "Los suyos lo avergüenzan cada vez que salen por la tele en el juicio" - Que no se lo tome tan a pecho. En Sevilla enjuícian a los otros. - "Eso pensaba decirle pero primero quiero disfrutar unos días manejando la mano de moro y sacudirle como si fuera una alfombra jajajajaja" - ¡Que sádica eres!

Mientras desayunábamos, les he contado eso a Pascualita y Pepe. Ninguno de los dos ha dicho nada pero a ella le brillaban los ojos. ¡Menuda es la sirena! Ayer mismo entró el gato del vecino. Hacía años que no saltaba a mi piso. Aún debe acordarse del ataque de Pascualita. Pero ayer se le olvidó. Entró por el balcón saltando desde el árbol de la calle, que ha convertido en su dominio y es el terror de los pajarillos que anidan allí.

Pascualita oteaba el horizonte sentada en el borde del acuario cuando el gato, silencioso, entró en el comedor. Apenas dio dos pasos cuando la sirena, impulsándose con su fuerte cola de sardina, cayó sobre la nuca y clavó los dientes de tiburón para no caerse. ¡La que se montó! Se escuchaban ¡¡¡Marramamiaus!!! por toda la casa.

Logré alcanzarlos. Y a pesar de salir cubierta de arañazos, conseguí soltar a Pascualita, con un tirón brusco y lanzarla desde el pasillo al acuario. Gotitas de sangre felina salpicaron el tapete de la mesa. La sangre dejó un rastro hasta el balcón. Una vez allí se perdió entre el ramaje del árbol. Hoy todavía se lamía el pulpejo de una de sus patas donde falta un trocito de carne.

martes, 13 de febrero de 2018

La Gürtel.

Esta mañana, cuando todavía no habían puesto las calles, ha venido a despertarme la Cotilla. Estaba ansiosa por desayunar delante del televisor. - No son horas de andar haciendo ruido (la recriminé) Los vecinos duermen. - ¡Me importa un pimiento! - ¡Oiga! deje el chinchón a éstas horas que le sienta mal. - ¡No he probado una gota en horas! Quiero tener la mente despejada. - ¿Pero qué quiere ver? - A mi gurú. Le están juzgando, sin motivo, por la trama Gürtel. - Hombreeee... alguna cosa habrá hecho mal ¿no? - ¡No!

- Bárcenas no es como yo, una descreída y así me va. En cambio él es un hombre recto, guapísimo. Una persona que va a misa no puede haber hecho lo que dicen que ha echo, boba de Coria. - Ya me he perdido... - Llevarse una pasta gansa a paraísos fiscales... para él. Y en el hipotético caso de que lo hubiese hecho (¡que no lo creo!) hay que pensar que tiene una familia y una categoría social que le obliga a llevar un tren de vida que nosotras no veremos nunca. - Cotilla, respire mujer...

- A partir de ahora voy a ser como Luis Bárcenas: iré a misa... - Pero si va todos los días, aunque misa escucha poca jejejejeje - Iré y prestaré más atención a lo que dice el cura. - ¿Y qué pasará con los cepillos de las iglesias? ¿Le pasará la "concesión" a alguno de sus amigos jubilatas? - ¡Ni hablar! Es un trabajo que no me reporta mucho pero me ayuda a llegar a fin de mes. - ¿Sabe qué le digo? que, a éste paso, acabará en el banquillo como él.

Con sendos cafés con leche en las manos para calentarlas, vimos las imágenes del juicio. Cuando la Cotilla vio a Luis Bárcenas, declarando de pie, se derritió, perdió la noción del tiempo y a voz en grito, dijo: - ¡¡¡ESTO ES UN HOMBRE QUE SE VISTE POR LOS PIES!!! ¡¡¡VIVA LA MADRE QUE TE PARIÓ, BARCENAS DE MIS ENTRETELAS!!! - ¡¡¡Chist. Calle de una puñetera vez¡¡¡ - Pero no me escuchaba. Estaba en trance: - ¡¡¡OLE, OLE Y OLEEEEE!!! ¡¡¡TORERO, TORERO TOREROOOOOOO!!!

Los vecinos aporrearon la puerta, a patadas y golpes: - ¡¡¡QUEREMOS DORMIIIIIIIIIR, CABRONAAAAASSSSSS!!! ¡¡¡HEMOS LLAMADO A LA POLICIIIIIIIIIIIAAAAAAAAAA!!!

- ¡Cotilla, por su madre, callese! ¡Me van a echar la puerta abajo y la pagará usted! - ¡¡¡OE,OE,OE,OEEEEEEEEEEE, OE,OE!!! ¡¡¡BAAAAARCENAS, BAAAAAAAAARCENAS!!!

Entre tanto jaleo distinguí la voz de Bedulio y abrí. Las caras de los vecinos eran terroríficas. - ¡¡¡Iros a vivir bajo un puente y dejádnos en paz!!! - De un tirón metí al Municipal en casa. - Lo único que puedes hacer es llevarte, detenida, a la Cotilla. Está fuera de sí a causa de Bárcenas. - ¿También la estafó a ella?

Dos horas después, cuando empezaba a amanecer, la Cotilla se había dormido, afónica perdida. Otro tanto hacía Bedulio. Una en el sofá de la salita y el otro en el sillón, con los pies sobre una silla. El chinchón había obrado el milagro. Junto a la ventana de la cocina, Pascualita, Pepe y yo, veíamos el milagro que se repite cada día desde que el mundo es mundo, de la salida del sol

lunes, 12 de febrero de 2018

El trancazo.

La nieve, esa cosa blanca que todos los inviernos cae del cielo, sigue siendo noticia en los telediarios.  Parece que, de momento, nos dan un ligero respiro de Puigdemont y nos ponen la pantalla en blanco y gris ¡como en los años gloriosos de los primeros televisores!

Dice la abuela que, en cuanto se caldeee el ambiente, aparecerán más colores y el Corte Inglés nos anunciará la buena nueva: ¡Ya es Primavera! pero para eso, aún nos quedan muchos platos de sopita caliente que tomar.

Así está hoy ella, la abuela. Con sopicaldos para que se le pasen los temblores que sufre desde ayer. Todo esto le pasa por cabezona. Ayer era el último día de Carnaval y en El Funeral se celebró una fiesta por todo lo alto a la que no faltó nadie, debidamente disfrazados. Había premio a la mejor máscara y la abuela se empeñó en ganarlo, pero estaba difícil la cosa porque los jubilados, como no tienen otra cosa que hacer, piensan.  Había disfraces para todos los gustos.

Para que nadie le hiciera sombra, la abuela eligió el tema: Carnaval en Río de Janeiro. La familia en pleno tratamos de disuadirla: Recuerda que estamos con la nevada en marcha. A ver cómo vas a salir... Pero ella, que es muy suya, hizo de su capa un sayo, se lió la manta a la cabeza, se colocó un sombrero de frutas tropicales a lo Carmen Miranda, un escueto tanga y una tirita de tela, colocada sobre los pezones y lo llamaba sostén. No se olvidó de sus estilettos de charol rojo pasión. Llevaba los brazos llenos de cascabeles, pulseras de plastico que al bailar sonaban al ritmo de la samba.

Pero pasó que la puerta de la cafetería no hacía más que abrirse y cerrarse a medida que entraba la gente. La abuela estaba cerca y poco a poco, el frío se fue adueñándose de ella para acabar teniendo el mismo color, azulado-verdoso-amarillo-cadáver que Pascualita y empezó la tiritona. Acabó llevándose el premio por parejas. - ¿Andresito de qué va? (preguntó uno) - Es el ancla del megayate que lleva a la chica (¡la abuela!) a un baile de disfraces en Copacabana.

La fiesta fue un éxito. Los ganadores fueron efusivamente felicitados. Se entregaron los premios y en cuanto pudieron, se escaquearon. La abuela había cogido un trancazo de armas tomar. Se pararon en mi casa porque no querían llenar la Torre del Paseo Marítimo de microbios.

Mientras miro las noticias sobre la Trama Gürtel. Pascualita, sentada en mi mano, ha empezado a estornudar sin parar. Lleva como diez minutos, los mismo que llevo yo riendo porque con el esfuerzo ya se ha caído tres veces al suelo. Además hace un sonido muy raro al estornudar: ¡¡¡At... atch... aaaaaatchiiiiiiiiiiiiiiiiiiiisssss!!! - ¡Aaayyyyyyyyyyyyy, que graciosa estáaaaa! jajajajajajaja

domingo, 11 de febrero de 2018

¡¡¡Las Baleares son míaaaaas!!!

En casa de la abuela, la Torre del Paseo Marítimo, no ganan para disgustos. Ahora es Andresito quién anda hundido en la miseria por una mujer... de su cuerda política. Esta senadora ha dicho lo que siempre deseó decir él pero, o bien porque tenía fiesta en El Funeral, bien porque se había pasado con el chinchón, o porque la abuela lo tenía camelado y comiendo como un corderito a sus pies, la cuestión es que nunca lo dijo Y ahora ésta mujer, que gana una pasta gansa según dicen, le ha quitado la vez y la voz porque ¡lo ha gritado en el Senado y la han escuchado en toda España!

La abuela no le hace ni caso. - "Haberte decido antes, Boabdil" - Me llamo Andres. (la corrigió compungido) - "Tu padres te lo pusieron pero lloras como el rey moro que perdió Granada y su  madre le dijo: ¡Llora como mujer lo que no has sabido defender como un hombre! ¡Toma ya, que frase más redonda!"

- Nena, ¿me das asilo político durante los días que dure la tormenta de cachondeo que ha montado tu abuela? - ¡Ni hablar! - Soy tu abuelito... - ¡Político! - ¡Snif!... no me hables de...¡snif!... políticaaaaa. - Además, tu también tienes responsabilidad en lo que me está pasando porque mi mujer es TU abuela. - ¡A mi que me registren! - ¡Me tiraré al mar! - Está muy frío. - Entonces me tiraré al tren. - Es un suicidio muy proletario. Y tu eres rico desde la cuna. - ¡¿Qué pasa? ¿No puedo morirme como me de la gana? - Hasta en eso hay categorías y tu debes guardar las formas. - ¡¡¡Pues me tiraré a la primera extranjera con minifalda que se cruce en mi camino!!! - ¡Te denunciaré por violencia de género! - ¡Madre del amor hermoso!. ¡Que cruz tengo contigo!, como dice tu abuela

Al final me dio pena y le dejé venir a casa. - ¡Y trae avíos para una mariscada!

Después de chuparnos los dedos, le obligué a que me contara la razón de sus penas. Al principio no quería pero cuando lo amenacé con llamar a Geoooorge para que viniera a buscarlo, cantó como esos "canarios" de la Trama Gürtel: - La senadora, a raíz de un comentario del senador de Esquerra Republicana de Catalunya, ha subido a la tribuna. Se la notaba enfadada, encendida, dispuesta a sacar la espada del Cid para liarse a mandobles en defensa de las Baleares. ¡¡¡Las islas son MIAS. No suyas!!! ¡¡¡Mallorca, Menorca, Ibiza y Formentera SON MIAAAAAAAAAAAAAAAAS!!! Te das cuenta de qué forma más gallarda, más patriótica de defender lo nuestro ¡Pero me hubiese gustado decirlo yo! - ¡Pero si no eres senador!

Eso no consuela a Andresito que no para de moquear y gastarme kleenex. - Me apiadé y le di consuelo: Esta senadora Cidcampeadora, se llenó de "gloria" cuando votó en contra de conceder el 75% de descuento para los isleños cuando viajamos en avión. ¡En contra de los intereses de los isleños que, según dice, son suyos! - Ya... pero luego lo rectificó... - Y a la semana votó, todo lo contrario, en Mallorca. ¡O está pallá, o es una veleta más grande que el ángel de la Catedral! - Ya, pero... (¡quiso defenderla!) - Esto me exasperó y corrí al comedor, saqué a Pascualita del acuario y de la siesta y volví enseguida a la salita. Justo al tiempo en que ella soltaba un chorrito de agua envenenada para vengarse del brusco despertar.

¡Menuda la que armó Andresito al recibir el chorrito entre los dos ojos!

viernes, 9 de febrero de 2018

La abuela se larga.

La abuela está enfadada con toda la familia. - "Me habéis tomado por loca ¡y no lo estoy!" - Andresito quiso quitar hierro al asunto. - Loca no, cariño. Tienes un desajuste mental. Como los bebes que cambian el día por la noche... Tú has cambiado el Invierno por el Verano. - "Y tú eres lo más tonto que ha parido madre, con permiso de mi nieta, que esa nos gana a todos"

Esta vez la bisabuelastra le dio la razón a su nuera. - Sí, me salió un poco atontao, piensa que era mi primer hijo. Por eso pensé tener otro pero... no vino. Bueno, tampoco mi marido estaba mucho por la labor. Y eso que yo era de lo más bonito que se paseaba por Palma pero, en en siglo XIX estaban muy de moda las queridas. Cuanto más rico, más queridas tenían los señorones. Y aunque él se creyera el más grande conquistador de la isla, erraba más que una escopeta de feria. Y no pudo ser. Se le acabó la pólvora muy pronto y como a falta de pan buenas son tortas, se tiró a la Religión... No en el sentido bíblico, espero, pero sí se aficionó mucho a los cantos gregorianos y a dejarse ver en la Catedral...

 - Y yo a los culitos respingones. Aunque no caté ninguno hasta enviudar. No por falta de ganas, sino por la rigidez de la educación recibida. Luego me he resarcido con creces ¿A que son monísimos mis cubanitos-culito-respingones?

Yo tenía una pregunta que hacerle a la bisabuelastra. - ¿Se han echo la cirujía plástica tus cubanitos? - ¡Nooooo! ¿por qué? - Creo que no se parecen a como eran cuando los trajiste por primera vez a la Torre del Paseo Marítimo. - ¡Claro, boba de Coria! jajajajajajaja ¡Son otros! Cada temporada los cambio. - Estuve a punto de escandalizarme. No lo hice por no quedar como un carcamal retrógrado y conservador.

La abuela dijo que lo que más le dolió fue que la dejáramos sin chinchón. Después levantó la cabeza y salió, majestuosa, en busca de un psicólogo que la ayudara a centrarse. Tres días después, Andresito me llamó, asustado. - Tu abuela ha desaparecido. Salió de tu casa y no he vuelto a saber nada de ella. ¿Está ahí? ¿Te ha llamado? ¿Sabes algo? - No a todo, abuelito... ¿Has llamado al psicólogo?

Un rato después, la voz ansiosa y temerosa de Andresito, volvía a ser confiada aunque con un punto de turbación. - Nena, me ha dicho Ricardo Montalban, que está con él. - ¡¿El Rey de las camas?! - Su nieto. Por lo visto también triunfa en las camas el jodido. ¿Va a volver a casa? (le he preguntado al fulano) - Dice que cuando pase el frío. - ¿Eso cuándo será? - No soy el Hombre del Tiempo, pibe... - ¿Qué hacíais ahora? - Tomar chinchón on the rocks? - ¡¿Con éste frío?! - Ninguna mujer tiene frío entre mis brazos, boludo. - Y colgó.

- Andresito, dubitativo, dijo: - ¿Qué ha querido decir, nena? - Que sus sábanas de franela son más gruesas que las vuestras. - Aaaah... ¿sábanas?... ¿Por qué habla de sábanas? - Anda, toma chinchón y te calentarás.

jueves, 8 de febrero de 2018

Requetemenopausia

Estos días en que está haciendo un frío helador a la abuela le han entrado los calores, de la menopausia dice. Y en cuanto me doy la vuelta abre puertas y ventanas. No tendría que enfadarme con ella porque ahorro la corriente de la nevera y el congelador. También tengo la cara lisa como el culito de un bebe. Sin el mínimo atisbo de arrugas pero no puedo aguantar sentirme como un muñeco de nieve al que le gustara el verano.

Andresito y la Momia la han mandado a mi casa. - Nena, me dijo mi bisabuelastra, quedate con ella hasta que cambie el tiempo y no parezcamos dragones medievales al hablar, echando vapor como antiguas locomotoras. Nuestros huesos no aguantan tanto frío. Y nosotros, que somos ricos desde la cuna, no tenemos porque pasar éste calvario. - ¡No, no, no, no!. El abuelito, al casarse, dijo que estaría con la abuela para lo bueno y para lo malo... - Ya. Dijo esa tontería, lo sé. Y se lo he recriminado estos días. De todas maneras, el cura no dijo nada sobre pasar inviernos crudos en casa como si estuviésemos en Siberia. - Déjame hablar con Andresito, porfa. - Ahora no puede ser, nena. Entre Geoooorge y yo estamos descongelándolo. Después haremos lo mismo con los cubanitos-culito respingones.

No pude convencerla y poco después el rolls royce aparcaba, mal, debajo de casa.

En cuanto entró dijo: - "¡Uf! que calor hace aquí. ¡Abre las ventanas!" - Llamaré al médico. No estás bien de la cabeza. - "Es la menopausia" - ¿Otra vez? - "Como soy rica tengo las menopausias que me da la gana, boba de Coria."

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaa! ¡Aaaaagh! ¡Que fri...iiiii... iiiioooooo! ¡Enciende la estufa, tacaña! - La abuela tiene la menopausia. - ¿Otra vez? Desde que es rica no se priva de nada. - "¡Cotilla, abre el balcón!"

Dejamos a la abuela en el comedor y nosotras nos encerramos en la salita con la estufa a tope. - "¡Eso que hacéis no es sano!" nos gritaba. Me arriesgué a ir a la cocina en busca del chinchón. Me puse el anorak sobre tres jerseys de lana y dos bufandas. Al pasar junto al acuario vi un pequeño iceberg flotando sobre el agua. A Pascualita no se la veía por ninguna parte. - ¡Se habrá congelado por tu culpa! (le recriminé a la abuela) - Y de repente, como un misil, la sirena salió con tal fuerza que saltó sobre mi, agarrándose con los dientes a las bufandas ¡Eso me evitó ser mordida!

La metí en el bolsillo del anorak. Entré en la cocina como un rayo, cogí a Pepe, el chinchón y unas copas y volví a la salita. Y allí llevamos ya unas... horas... ¡hip! ...borrachas perdidas... ¡hip! pero, calentitas... ¡hip!


miércoles, 7 de febrero de 2018

Mayo del 68.

Esta mañana he sentido que había una presencia extraña en casa. No es que haya visto nada raro pero... la sensación era como si alguien me estuviera mirando desde los rincones. Mientras desayunaba he cogido la taza de cola cao para que no me la quitaran. Pensé que sería la Cotilla esperando a que me despistara para dejarme en ayunas.

Pero me equivoqué porque, poco después, escuché la llave abriendo la puerta y a la vecina gritar: - ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa! Ay, que bien nos lo pasamos anoche a la puerta del cuartel de los municipales. Me sentí rejuvenecer. allí estábamos manifestándonos contra el Sistema como en los años sesenta del siglo pasado hicimos en París, en Mayo del sesenta y ocho ¡Que subidón de adrenalina! La próxima vez llamamos a tu abuela.

- La próxima vez, ni se le ocurra venir a buscarme para ir a hacer el ridículo como anoche. Y París lo ha visto usted en postales, incluso en películas pero, de verdad no. Nunca ha estado en París. - ¡¿Qué sabrás tu, boba de Coria?! - Le digo yo que nunca ha estado en París, farolera.

En ese momento sonó el concierto de pitos bajo el balcón y poco después, la abuela se plantificó en el comedor. - ¡Que cruz tienes con tu nieta marisabidilla! Dice que jamás he estado en París. - "¿Qué sabrás tu, boba de Coria? Fue una de las heroínas de Mayo del sesenta y ocho. Estaba expléndida dando mítines a los estudiantes y obreros que la aclamaban enardecidos" - ¿Estás hablando de la Cotilla, abuela? - "Naturalmente. Le aplaudían y la admiraban. Llevaba la melena suelta, y la agitaba al viento, con vehemencia, durante sus discursos. Ligaba más que nadie" -  ¿Más que tú, abuela? - "Mucho más... yo luego solo tenía que elegir entre los "enamorados" y ponerme las botas con ellos" - ¿Y la Cotilla? - "Ella no podía. Se pasaba el día entre asambleas, discusiones, redactando discursos, etc. etc."

Jamás pensé que una persona pudiera cambiar tanto: de atractiva joven idealista a lo que tenía ahora delante. - ¿Usted habla francés? - Lo hablaba. Después dejé de practicarlo y se me ha olvidado. - ¿Tiene alguna foto de aquellos momentos? - Sé que salieron bastantes en los periódicos de medio mundo... pero no guardo ninguna. - Bueno pues, creo que una noticia como ésta, debe celebrarse, Cotilla. Voy a por el chinchón.

De camino a la cocina, metí a Pascualita en mi escote para que no se perdiera nada de lo que iban a contar las dos amigas. Antes de entrar de nuevo en el comedor, las oí hablar y reir: - "¡Que tiempos aquellos!" - Podríamos haber sido ricas. - "Nunca hemos ganado tanto dinero ni lo hemos vuelto a pasar tan bien" -  Hacíamos buena pareja como socias.-  "Tu los "limpiabas" y yo les deba la puntilla erótica jajajajajaja" - Nunca he "trabajado" tantas carteras. - "Chist, que nos va a oír" - ¡Mayo del 68! Que recuerdos... La de carteras que "trabajé" .Estaban tan enfrascados con la política, que les cortaba los bolsillo y no se enteraban.

Dejé a Pascualita en el acuario. Ella era una inocente sirena que no podía escuchar ciertas cosas. Y lo que más rabia me daba no era que se hubieran burlado de mi, sino no haber podido estar con ellas en París ¡Siempre me quedo a dos velas!

martes, 6 de febrero de 2018

Okupa, okupada.

- ¡Boba de Coria, te necesito!. - La Cotilla no paraba de sacudirme mientras gritaba en mi oído. Fue un despertar muuuy desagradable. Además, era noche cerrada. No había estrellas. El viento aullaba persiguiendo hojas secas entre las calles de la ciudad. La lluvia llamaba a mis cristales como el lobo del cuento de los Cabritillos pero yo no estaba por la labor de decirle : Enseñame la patita por debajo de la puerta. Entre otras cosas porque, para hacerlo, me tendría que levantar e ir hasta la puerta de la calle. Además, para ver su pata tendría que abrir la puerta porque llega hasta el suelo y no hay quien pase la pata por ahí.

Pero la Cotilla es más pesada que el viento y la lluvia. Y me desperté de muy mal humor, - Espero que sea por una causa justa, o aquí se armará un dos de Mayo que me río yo de la Guerra de la Independencia.

- ¡Claro que es una causa justa! Vamos al cuartel de los municipales a defender a una pobre mujer. -  ¿Y eso? - Se fue de viaje durante cinco días y al regresar ¡había okupas en su casa! - ¡Sinvergüenzas, aprovechados, ladrones! (Uf, que bien me quedé después de esto. No obstante, pregunté) - ¿Para qué tenemos que ir? - La unión hace la fuerza... ¿has oído hablar de ello? - ¡Claro! - Los municipales no le están haciendo caso así que, cuántos más seamos, antes le solucionarán el problema.

Consideré que sí era una buena causa. Y a pesar del mal tiempo y del frío helador de la madrugada, me fui con la Cotilla y de paso, bajé la bolsa de basura al contenedor porque antes me dio pereza.

Eramos pocos los que montaban bulla delante del cuartel pero, algo es algo. Alguien sacó una botella de chinchón y poco después ya no teníamos frío. A medida que se calentaba el cuerpo también se caldeaban los ánimos. Visto lo visto, un municipal se dirigió a nosotras. - ¡Bedulio! ¿estás de guardia? - No. Estoy aquí por placer, porque me gusta el frío y aguantar a una panda de guripas  como vosotras (su voz sonaba bastante cabreada)

- Bueno, ¿qué pasa con nuestra amiga? (se encaró con él la Cotilla) ¿Váis a sacar a los okupas de su casa o qué? - No podemos... - ¡Ya salió la inoperancia policial! ¡Solo ayudáis a los ricos! ¡¡¡Fueraaaaaa, fueraaaaaa!!! - ¡Silencio! ¡Despertaréis al vecindario! - ¡Que se despierten y se enteren que no nos defendéis porque somos pensionistaaaaaaas!

Por la cara que ponía Bedulio, se notaba que habíamos colmado el vaso de su paciencia. Abrió las piernas, cruzó los brazos sobre el pecho, nos miró, desafiante y gritó: - ¡¡¡Los okupas han entrado en una casa que ya estaba O.K.U.P.A.D.A. por la denunciante!!!

Nos quedamos perplejos. Bedulio siguió tratándonos como a escolares - La denunciante es la okupa primera que, al probar su propia medicina, ha sentido el instinto de propiedad como si la casa fuera suya. ¡Anda y que les den a todos juntos! - Animados por el sentido de la Justicia y el calorcillo del chinchón, gritamos a coro: - ¡¡¡QUE LES DEN, QUE LES DEN, QUE LES DEN!!!


lunes, 5 de febrero de 2018

¡Rencorosa!

El gato-Bedulio lleva un buen rato hablando con la rata-abuela. Estarán arreglando España, digo yo. No les quito el ojo de encima porque no me fio nada de ella. Aquí, en el árbol que hay bajo mi balcón, ¡me siento seguraaaaaaaaaaaaa!

No creo que lleve adelante su venganza contra mi estando delante una autoridad pero con ella nunca se sabe. Cree que su riqueza la ampara. Espero que no. Junto a ellos está la rata-Cotilla. Me vigila  mientras se adueña de las hojas más tiernas del árbol. Serán para vender entre los pensionista-que-no-llegan-a-fin-de-mes-como-ella.

La lluvia ha dejado pequeños laguitos en las hojas más grandes. A falta de espejo, me he mirado en ellas y me he visto rara. Tampoco sé si soy yo la que salía en la imagen porque nunca llevo plumas, como la abuela y sin embargo luzco un buen abrigo, calentido y plumífero. Me parezco más a un pequeño pajarito, un rupit.

En el recodo de una rama está la coneja Momo. Bate sus alas recién estrenadas, gracias a los kilos de alpiste que lleva comidos y a los red bull que bebe. Se empeñó en ello y ha hecho realidad la ilusión de su vida. Ahora solo tiene que aprender a volar y marcharse a recorrer mundo... Yo a ésto le veo un inconveniente: ha engordado como una ceporra. Así que he cruzado una apuesta con el gato-Bedulio antes de que apareciera la rata-abuela. He apostado a que la coneja NO volará, sino que caerá a plomo en cuanto salte de la rama. Naturalmente, el gato-Bedulio ha apostado en contra.

De repente, mientras yo divagaba, la rata-abuela ha saltado sobre mi para llevar a cabo su venganza. - ¡¡¡Piiiiioooooo, pioooooo, piooooooooo!!! ¡¡¡Soy un rupit a punto de ser comido!!! ¡¡¡Socorroooo!!! - "¡Te lo advertí! ¡Te dije que me las pagarías por pisar el terreno pantanoso de la edad!" - ¡¡¡Soy muy joven para acabar en tu barriga!!! ¡¡¡Me siento como el gusanito al que se comió el Gallo Kiriko cuando iba a la boda del tio Perico!!! ¡¡¡SOCORROOOOOOOOOOOOOOOOOO!!!

Me he despertado al caer de la cama intentando esquivar los dientes de la rata-abuela. Pero no he podido evitar el pescozón, digno de entrar en el Libro Guinnes de los Records, recibido a traición mientras dormía,  segura de que la abuela no entraría en mi casa de noche porque he puesto un mueble contra la puerta... Se me olvidó un "pequeño" detalle. Esa puerta se abre como las de las tiendas ¡AL REVES!

domingo, 4 de febrero de 2018

La Gala de los Goya.

Me vestí de tiros largos para sentarme delante de la tele y ver la entrega de los Premios Goya. Me puse el pijama nuevo, la bata menos roída, zapatillas afelpadas, calcetines gruesos, hice un trabajo de chapa y pintura en mi cara y me vi luego, en el espejo del baño, pintada como una puerta. Me puse tanto rímel que se me pegaron las pestañas de arriba con las de abajo y apenas veía nada

Encendí la estufa de butano, cogí la bandeja de la cocina en la que había puesto bocadillo de atún con mahonesa, una tableta de chocolate, galletas de Inca, agua, leche, pipas, a Pepe y el chinchón. Con todo ésto pasé a la salita. Me repantingué en el sofá,  encendí la tele y con Pascualita en mi regazo, me dispuse a disfrutar de la Gala.

Me gustaron los vestidos, los trajes, las joyas, los premios, incluso los agradecimientos de rigor . Todo el mundo estaba guapísimo. Y me maravillé, como me pasa siempre, de las tablas que demuestran todos. Porque cuando los nominados aparecen en las cuatro casillas, se les nota nerviosos, ilusionados... y cuando nombran al ganad@r , est@ salta por los aires, reparte besos, abrazos, gritos, lágrimas, más saltos, no sabe qué hacer ni por dónde salir hacia la escalera que lleva al escenario y de allí a la gloria.

Mientras, los perdedores no mueven un músculo de la cara. Y si lo hacen es para demostrar lo contentos que están porque ha ganado otro y no ellos. A buenas horas me pasaría esto a mi. Lloraría, gritaría diciendo ¡¿Por qué a Fulano sí y no a mi que me lo merezco más?! ¿En qué pensábais académicos de las narices, cuando decidísteis el veredicto? ¡¡¡Inútileeeeeeees!!! ¡¡¡Yo soy la estrella!!! ¡¡¡Anda y metéos el Goya por donde os quepa, atontaos!!!

Esta es la reacción natural de una persona "normal" .

He analizado el por qué me gusta la Gala de los Goya y he llegado a una conclusión: Porque los entiendo. Cosa que no me pasa con los Oscar donde la gente hablar como el Pato Donald.

La abuela llamó cuando salió Marisa Paredes: - "¿Has visto que guapa está? Creo recordar que íbamos juntas al colegio... " - Irías con su abuela... - "¿Qué quieres decir?" (el tono se volvió violento) - Pues que es de unas cuantas generaciones posteriores a ti... - "¡Te salvas porque no te tengo a mano, boba de Coria!" - Entonces me dio por reír jijiijijiiiji - "¡Tienes tan poca gracia como los presentadores de la Gala!" - Ahí te doy la razón, abuela. Dani Rovira nos ha acostumbrado a lo bueno y estos dos... no dan la talla. - "Si crees que por darme la razón, en una cosa que la tengo, me voy a olvidar de lo que has dicho ¡vas dada!"

sábado, 3 de febrero de 2018

Ha llegado (otra vez) el frío.

Cuando ésta mañana he ido a coger a Pascualita para desayunar juntas, se había transformado en un cubito de hielo, flotando a media altura dentro de su acuario. El pobre bicho estaba azul cianótico. Me he llevado un susto de muerte ¡Que cosa más horrorosa! ¿Dónde están aquellas hermosas sirenas que nos cuentan las leyendas? Me parece que fue un cuento chino que ha ido pasando de generación en generación en desagravio a la primera persona que se lo creyó, allá por la Prehistoria.

¿A qué venía lo del hielo? No recuerdo haberle dado a beber chinchón on de rocks antes de irme a la cama anoche... De repente, una ráfaga de aire helado entró por la ventana ¡Anoche debí dejarla abierta y la sirena se ha congelado!

Metí el cubito-sirena en agua caliente. Y mientras esperaba que volviera a la vida, observé detenidamente a la sirena. Los pelo-algas, que imitaban el color de las hojas de plataneros que llenan las aceras en cuanto el Otoño asoma, no le reportaban ningún beneficio estético. Los ojos redondos de pez, sin párpados, miraban sin ver; la nariz, apenas dos diminutos agujeritos, no sobresalía de la cara. La potencia respiratoria está en las agallas aunque, al estar tanto tiempo fuera del agua, está mutando a la velocidad del rayo comparado con los millones de años que necesita otro animal para hacerlo.

Sin lugar a dudas es un monstruo de la Naturaleza... y me darían un pastón por ella en cualquier laboratorio de postín...

Recordé mi cartera, siempre a dos velas; los caprichos que no puedo darme; lo flaco que está el cerdito-hucha que compré en el mercado de Pere Garau para guardar mis ahorros... ¿qué ahorros? ... Miré de nuevo a Pascualita - ¡Ha mutado en estatua de oro! ¡Milagro, milagroooo! (grité, asombrada)

Entonce me mareé y a punto estuve de caer de bruces al suelo. De repente una inmensa alegría agitó mi corazón. Cogí el teléfono y llamé a la abuela - ¡¡¡Ya está el bisnieto en camino!!! - "¿Has hecho lo que tenías que hacer para ésto?" - Pues... - "¿Y con quién?" - Que yo recuerde...  - "Nada de nada ¿verdad?" - Es que me he mareado y... - "Has desayunado" - No. Estoy descongelando a Pascualita... - "No eres más tonta porque no te entrenas ¡¡¡¿Qué le ha pasado a Pascualita?!!!" - Nada, nada... Ya ha vuelto en sí y no es de oro... ¡¡¡AAAAAAAYYYYYYYYYYYYYYYY!!!

Un tiro certero de agua envenenada me dio entre los dos ojos esparciéndose en ambos. ¡¡¡QUE DOLOOOOOOORRRRRRRRR!!! ¡¡¡JODIO BICHO MARITIMO. TE COMERÉ ESCABECHADA!!!

La voz de la Cotilla sonó en el pasillo - ¡Avemariapurísimaaaaaaa! ¿A qué vienen estos gritos? Vas a asustar al señor Li - Oh, no. Yo no asustal. Yo venil a pleguntal pol gambas goldas. - ¡La madre que parió al chino (pensé) - ¡Síganme! - Dije, sin ver nada en absoluto Y entre golpes contra los cantos de los muebles y alguno que otro, contra las paredes, llegamos a la cocina donde les serví café... en cualquier sitio, menos en las tazas.¡Y salieron escaldados!

viernes, 2 de febrero de 2018

Lo digo con honestidad.

A mis "queridas" abuela y Cotilla, se les ha pegado la coletilla "lo digo con honestidad", frase que soltó la ministra Báñez porque ni ella se creía lo que estaba diciendo y así lo maquillaba, o eso creyó.

Y ahora quién va a pagar el pato, como siempre, soy yo. A media mañana ha llamado el abuelito pidiéndo asilo político-familiar. - ¿Seguís a vueltas con la equiparación de salarios? - No nos metamos en eso, nena... Huy, perdón, se me ha pegado la coletilla del Jefe. Es otra cosa. No aguanto a tu abuela. Esta mañana me ha preguntado si quería desayunar en la terraza, ¡con el frío que hace! y antes de que yo pudiera objetar algo, remachado con un: "Lo digo con honestidad".

- He dicho que, de terraza nada. - Me ha sonreído santamente y soltado. - Es para que se despejen las telarañas medievales que enturbian tu cerebro conservador y veas las cosas con claridad.  Lo digo con honestidad"

- Me ha sonado a cachondeo. Pero era muy temprano para discutir. A través de los cristales que dan a la Sierra de Tramuntana, he visto nieve en las montañas ¿cómo voy a desayunar fuera de casa? ... Para no tener un cisma, he preguntado: - ¿Quiéres decirme algo, cariño? - "Sí. E.S." - ¿E.S?... ¿Es? ... ¿Qué es eso? - "Equiparación Salarial" - ¡¿Otra vez con el temita?! - "Propónlo en tu partido, alma cándida!" - ¡No nos metamos en eso!

- Entonces tu abuela llamó al mayordomo: - "Geooooorge, a partir de ahora vas a servir tooooodas las comidas del señor, en la terraza que mira a la montaña para que tome el aire puro de la Sierra. Lo digo con honestidad." - ¿Crees que el inglés se inmutó? ¡Ni parpadeó! Y la obedeció ¡Y eso que quién le paga soy yo! Por eso te pido ayuda ¡tengo que salir de ésta casa de locos! - Y colgó el teléfono antes de que pudiera contestarle.

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaa! ¿qué hay para comer? - Una lata de fabada que ahora tendremos que compartir con Andresito. Creo que viene para quedarse un tiempo. - ¿Otra riña conyugal?

Mientras esperábamos su llegada nos tomamos unos chinchones para entonarnos y sacudir el frio invernal de las narices. Andresito llegó compungido. - Menos mal que te tengo a ti, nena. - ¡Y a mi! (saltó la Cotilla) ¿Has traído comida? - No... ¿No tenéis? - Como ésta (me señaló) no tiene E.S., está a dos velas. Lo digo con honestidad...- ¿A dónde vas tan deprisa, abuelito? - Le contestó el ¡¡¡PAM!!!  de la puerta de la calle al cerrarse. - Ya no hay que repartir nada, boba de Coria.

jueves, 1 de febrero de 2018

La ministra milagrera.

- "¿Nena... nenaaaa...? ¡NENA, PREPARA CAFE!" - ¿Otra... vez? ¿Qué pasa... ahora?zzzzzzzzz - Pero la abuela ya había colgado el teléfono. Decidí levantarme y arrastrar mi sueño por el pasillo y preparar el café, confiando en no provocar una explosión de gas porque tenía el cerebro dormido.

La abuela me encontró dormida en la mesa de la cocina. - "¡Espabila que se enfrían las ensaimadas!" - Colocó a Pascualita y a Pepe en el frutero. Como estaría la pobre sirena de dormida que, a pesar de haber colocado una taza con cola cao para que se bañara en él como le gusta hacer, no se movió de su sitio. Ni siquiera abrió la boca para comer el trocito de ensaimada que le ofrecí. Se limitó a sacar a pasear su dentadura de tiburón y no insistí.

- "Andresito no quiere cederme la mitad de sus chanchullos mercantiles y poder hablar así de tú a tú entre nosotros. Tendríamos las mismas ganancias. Entraría en casa el mismo dinero. Y ha dicho que NO porque, ¡una mujer no puede ganar lo mismo que un hombre! ¡¿Y SABES POR QUE?!" - Supongo que, dentro de un momento, lo sabremos los vecinos y yo... - Porque su amadísimo Jefe, el Pinocho Mayor del Reino dijo ¡¡¡NO NOS METAMOS EN ESO!!!"

- "Le he montado un pollo que ha temblado hasta el Misterio. Al oir mis gritos, la bisabuelastra ha venido a ver qué ocurría. ¿Sabes qué ha hecho al saber el motivo? ¡¡¡SE HA QUITADO LA ZAPATILLA Y SE LA HA TIRADO A SU HIJO A LA CABEZA!!!" - ¿Le ha... dado? (yo estaba angustiada porque los vecinos se empezaban a quejar) - ¡¡¡NO SON HORAS DE BEBER, BORRACHAS!!! (fue uno de los gritos que escuché)

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaa! ¿Hay fiesta en casa? Los vecinos han llamado al los municipales jejejejejeje ¿Qué celebráis?... ¡¿OS HABEIS TERMINADO EL CHINCHON, EGOISTAS?! - Chisssst... no grite, Cotilla...

De su bolsa asomaban un montón de velas y me temí lo peor. - ¿Qué piensa hacer con "esto"? - Un altar... - No quiero ninguno en mi casa. - Pero... - ¡No quiero ninguno en mi casa! - Es que... - ¡¡¡NO QUIERO NINGUNO EN MI CASAAAAAAAAAAAAAA!!!

Los vecinos, amotinado en el rellano, amenazaban con tirar la puerta abajo y colgarnos por los pies en el hueco de la escalera. La voz de Bedulio prevaleció sobre las demás. - ¡¡¡ABRID A LA AUTORIDAD!!! - Abrí , tiré de él y cerré la puerta. Después le recomendé: - Chisssst, Bedulio, no grites que despertarás a los vecinos. - ¿Quién crees que son los que aporrean la puerta? - ¿Las huestes de Atila? - Me miró y movió la cabeza como diciendo: - De donde no hay, no se puede sacar.

La Cotilla aprovechó este lapsus para montar un altar en la salita. Al ver la luminaria que salía de allí me acerqué hecha una furia pero tuve que contener mis deseos de asesinarla al ver a quién estaba dedicado. - La foto de la Ministra Milagrera, con la mirada a lo alto como una santa monclovita, presidía el sitio. La Cotilla, invadida por un fanatismo religioso sacado de la manga, dijo: - Si ve, como ha dicho, que las MODERADAS subidas de las Pensiones, han hecho posible que los PENSIONISTAS, hayan mantenido EL PODER ADQUISITIVO. Y ha remarcado que lo dice CON TOTAL HONESTIDAD, es que es milagrera... o le gusta el chinchón tanto como a nosotras.