sábado, 23 de diciembre de 2017

Víspera de Nochebuena.

- ¡Aveayyyyyymariaaayyyyyyyyypurísiaaaayyyyymaaaaaaaaayyyyyyyyyy! ¡que dolor de muelas! - Que inoportuna, Cotilla. No podrá comer pierna de cordero al horno con romero, jerez... - ¡¡¡Callaaaaaaa, malasangre!!! Me lo comeré aunque tenga que transformarlo en puré.

- ¡¿Qué le ha pasado?! (pregunté con mi carita más angelical, puesta para disimular una indiferencia total) - Le di un mordisco a una barra de turrón del duro y me partí una muela. - ¿A quién se le ocurre? - La culpa es de los fabricantes... - Si el envoltorio ponía "turrón del fuerte" ¿que parte de FUERTE no entendió? - Pensé que era una metáfora. Un recuerdo de un pasado gris de nuestra juventud allá en la posguerra. Aquel turrón sí que era fuerte... y éste también aaaayyyyyyyy.

- Luego dicen, usted y la abuela, que me entreno para ser más tonta. Ya veo no que no soy yo sola jejejejejeje - Un mal día lo tiene cualquiera...

Al final vamos a tener suerte y no cenará con nosotros mañana. Esta mujer es una máquina de comer, un pozo sin fondo. Solo engulle y nos deja a dos velas si no vamos vivas. ¡Menuda pardala es la vecina! No deja ni las sobras, se las lleva para venderlas a quienes están peor que ella. Así que mañana ¡a comer tranquilamente!

Llamaron al timbre mientras la Cotilla seguía lamentándose de su dolor de muelas. Era Bedulio. - Tu abuela me ha invitado a cenar mañana. - ¿Y vienes hoy para coger sitio? - ¿Tanta gente vendrá? - No creo pero me extraña que estés aquí. - ¿Seguro que la cena se hará aquí en lugar de en la Torre del Paseo Marítimo? - Seguro. - ¿Y... quién... habrá? - ¿De los vivos? (cómo disfruto metiéndole miedo en el cuerpo) - ¡Espero que sí.! - Pues los abuelitos, la bisabuelastra... - Perdóna... ¿tu segundo abuelito... verdad? - Ya sabes que el primero es impredecible. Aparece cuando menos te lo esperas. - Vi claramente, como se estremecía jejejejeje

- ¿Alguien... más? - Tal vez Blas, el Parado. Pero como la organización la lleva la abuela, no tengo ni idea. - ¿Guisará ella, verdad? - ¡Que va! Lo haré yo, ella ya no está para éstos trotesaaaaaaayyyyy!!! - No la vi llegar. Siempre tan oportuna, la abuela oyó la última frase y me arreó tal pescozón a traición que estuve un rato haciendo palmas con las orejas. - "¿Has querido decir lo que he entendido?" - Abuela ¿por qué no preguntas primero y luego atacas? Es lo normal.

- ¿Para qué has venido? (le pregunté al quedarnos solas) - "A llevarme a Pascualita. La pondré de Niño Jesús en mi belén florentino renacentista. Mis vecinas se morirán de envidia cuando lo vean" - ¿Por poner un semipescado al que, ni siquiera, podrás ponerle pañales? - " Por ese le he hecho un vestidito de seda blanca con lentejuelas" - Original, sí será... - "Por cierto, creo que mañana seremos uno menos en la cena. Andresito no levanta cabeza desde las elecciones catalanas y repite una especie de mantra: el Albiol, tanto cuerpo para quedarse en nada... Señor, Señor..."

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