martes, 19 de diciembre de 2017

¡¡¡ Pillada !!!

- Los buzones ya no tienen las bocas abiertas. Hay que abrírselas para echar las cartas de Navidad. Los christmas, como nos enseñaron a decir allá por los años sesenta del siglo pasado.  Hacía tanto tiempo que no mandaba una carta que no sabía por dónde meterla. Pensé llegarme hasta el Ayuntamiento a pedir una hoja de instrucciones.

- Uno a uno he depositado los sobres en las tripas del buzón amarillo. Cuando el último se ha precipitado al vacío, he tenido un sentimiento de angustia ¿A dónde he mandado mis cartas? ¿A un futuro incierto después de lo que me ha costado escribirlas? Es como la primera vez que tu hijo sale de noche. Lo sientes desamparado por esas calles de Dios. - Pascualita bostezó.

- Ahora nos iremos tú y yo a tirar las cartas al correo para que lleguen a su destino antes de Navidad. Como ves, es una bonita tradición y tu podrías implantarla en el fondo del mar cuando vuelvas a tu hábitat.

La abuela entró de sopetón en el comedor y le dio la risa floja al verme pegar un brinco, sobresaltada, al verme pillada de cháchara con Pascualita. - "¿Ya estás aburriendo a la sirena más guapa de los siete mares?" - ¿Quién? ¿Esto? (señalé, despectiva, a la medio sardina somnolienta que, a duras penas, mantenía los ojos abiertos) - "¡¿Cómo se puede ser tan borde?" - ¿Y tú tan cegata? - ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaaaa! ¿Ya estáis discutiendo? Se os oye desde la calle... ¿Qué pasa, boba de Coria?

La Cotilla me encontró sofocada porque acababa de quitar de enmedio a Pascualita, lanzándola, a través de la puerta abierta, al lavabo del cuarto de baño. Menos mal que había agua dentro y no sufrió daños severos.

- Ya no es la primera vez que llego a ésta casa y tu nieta tira algo lejos de aquí. ¿Se está entrenando para algo? - "Sí, para el lanzamiento de martillo" - ¿Para qué? - "Quiere ir a los Juegos Olímpicos" - ¿Estaaaaa? jajajajajajajaja - Me sentí muy ofendida - ¿De qué ser ríe, Cotilla? - ¿Crees que voy a tragarme lo del martillo? Nunca te he visto con uno en las manos así que, búscate una excusa mejor y en cuanto salga del baño, me lo cuentas.

Antes de que yo reaccionara, entró en el baño y cerró la puerta. - ¡Abuela ¿qué hacemos? Pascualita está allí dentro. - "¡Calma!" - La puerta se abrió con brusquedad - ¡¿Pero, qué es lo que tenéis aquí dentro?! ¡¿Un marciano?! ¡¡¡Llamad a los bomberos!!! ¡¡¡Hay un bicho que nos quiere comer!!! - "¡Déjate de historias!" - ¡¡¡Es verdad!!! ¡¡¡SOCORROOOOOOOOOOOOOOO!!!

Corrí al balcón para cerrarlo y no se oyeran los gritos de la Cotilla, cuando vi a Bedulio, correr como un gamo, hacia la esquina por la que, después desapareció.

No hay comentarios:

Publicar un comentario