sábado, 30 de diciembre de 2017

El Presidente da marcha atrás.

Después del trajín que se montó en casa para sacar todas aquellas cajas de uva, llegó por fin la calma. Pascualita saltó desde lo alto del acuario, al suelo y reptando fue lamiendo las gotas, o goterones, de uva espachurrada.

De repente pensé en todas las idas y venida de la gente que se llevaba las cajas, una por una porque no están sus huesos como para cargar mucho peso, arrastrándolas hasta el ascensor. En  las suelas de sus zapatos, que habían estado andando por Palma de la Ceca a la Meca para buscarse la vida. Pisando el polvo de los caminos y algunas cosas más, habían dejado su huella mezclada con el mosto que pringaba el suelo ¡y se lo estaba comiendo Pascualita! - ¡Que asco! Deja de hacer guarradas o te  dará un yuyu.

Alargué la mano para meterla en mi bolsillo pero no lo consintió. Saltó hacia mi con la dentadura de tiburón hacia afuera. Afortunadamente mis reflejos funcionan estupendamente y por unos milímetros, no me mordió.

Fui a por el cepillo de barrer ¡y la barrí! Luego, con ayuda del recogedor, la volqué en su acuario. La fiera corrupia daba saltos mortales llena de rabia cuando sonó el timbre de la puerta. - ¡Vaya, que inoportuno! (pensé) - Me hice la sorda pero la voz del Municipal me obligó a dejarle entrar. - ¡Abre a la Autoridad!

- Me quedó una habitación sin inspeccionar... y a eso vengo.... ¿Y ese chof! (preguntó con un hilo de voz) ¿Tu abu... elito...? - ¡Ojalá! (dije, enfadada) ¿Por qué tengo que tener la uva en casa? - Vi cómo la entraban esta madrugada. - De noche todos los gatos son pardos, Bedulio. - ¡No me rechistes! - ¡No me saques de quicio!

Sin darnos cuenta, por lo menos yo, llegamos junto al acuario. Entonces se me aceleró el pulso ¡Bedulio podía descubrir a la sirena! - ¡Vamos a la cocina y tomamos un café! - ¡Ni hablar! (dijo la autoridad) Voy a ESE cuarto (al decirlo, estiró el brazo como Cristobal Colón señalando a América. Fue cuando Pascualita saltó dispuesta a descargar su mala baba con cualquiera. Y ese fue Bedulio.

Ahora lleva, por lo menos, cinco horas durmiendo la borrachera de chinchón que le he dado hasta perder la conciencia.  Y ha sido durante éste tiempo cuando ha llamado Andresito, feliz como una perdiz, para decirme que el Pinocho Mayor del Reino ha felicitado, con la seriedad que le caracteriza, a cuantos han querido escucharle durante la inauguración de un puente en Galicia, diciendo ¡¡¡Feliz 2016!!! El abuelito, la abuela y la Momia no caben en sí de gozo ¡el Presidente los ha hecho dos años más jóvenes! Le he dicho que los políticos, cuando quieren tapar desaguisados suyos, recurren a muchos trucos. Pero el abuelito no me ha querido escuchar y me ha colgado el teléfono.

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