miércoles, 8 de noviembre de 2017

Oficialmente, corruptos.

- "Nenaaaaaaaa, te mando a Andresito. Quédatelo unos días que no hay quién lo aguante... ¿Me has oído?... ¿Cómo es posible que te pases las noches durmiendo, alma de cántaro?... ¡¡¡NENAAAAAAAA!!!" - Abuela... no quiero... - "Pero es tu abuelastro. Y está con el corazón partío desde hace unos días" - ¿Tiene vergüenza? - "Ayer la tenía . Poca, pero tenía. Desde esta mañana no levanta cabeza" - ¿Cuánto me pagas por cuidarlo? - "¡¡¡¿Queeeeeeeee?!!!"

Ha llegado a casa, cabizbajo, arrastrando los pies. Abatido. - Toma un chinchón y te animarás. - Prefiero un vaso de agua para ahogar las penas...

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaa! ¡Hombreeee, dichosos los ojos, Andresito! - La que faltaba. -  Dame el chinchón que no ha querido tu abuelito y añade el que me corresponde. - Menudo radar tiene usted por oídos.

Desayunamos croasanes del contenedor del súper. Tiré uno al que le había salido un poco de moho pero el resto estaban duros pero comestibles. - ¿Has venido solo? (indagó la Cotilla) ¿Os estáis divorciando? - No le atosigue que está deprimido, el pobre. - ¿Qué le pasa? - ¡Yo que sé!

Después del desayuno, con la tripa llena, al abuelito se le desató la lengua. -  Somos un partido corrupto, nena... - Valiente noticia. - Nunca pude figurarme tal cosa... - ¿De verdad? - Bueno, lo son ellos porque yo no me he llevado un euro de nadie. - Ya te lo dice la abuela: siendo honrado no medrarás nunca. - Es que es muy fuerte cuando lo dice Matas. ¡Soy corrupto! Y lo dice tan fresco. - Eso le salvará de la cárcel. ¡No sabe ná!

Entre lloros y suspiros se pasó media mañana. - Y el Pinocho Mayor del Reino, también. Lo ha dicho la tele. Acabaré por no verla. - ¡Así me gusta, abuelito, Escondiendo la cabeza bajo el ala en lugar de agarrar el toro por los cuernos. - El maldito Luis Bárcenas anotó en sus papeles las cantidades que les deba bajo cuerda - La Cotilla, como herida por un rayo, saltó de la silla y se enfrentó como una leona,  a salvar el honor de su admirado gurú.

- ¡Ojo con lo que dices, Andresito! Estás hablando de una eminencia en el arte de hacer y manejar dinero. Quién parte y reparte, se lleva la mejor parte y eso lo lleva a rajatabla. Y todo tan bien apuntadito, tan pulcro, que da gusto ver sus cuadernos. ¡Ahora mismo, en desagravio a tus palabras, voy a encenderle unas velas! - ¡Cotilla, nooooooooooooooooooooo! - Y llamé a los bomberos. - ¡¡¡Que vengan los cachas, por favor!!!

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