jueves, 30 de noviembre de 2017

¡Nos lo quedamos!

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaa! ¡Mira lo que he encontrado, boba de Coria! - A fuerza de gritos y zarandeos, la Cotilla logró despertarme a medias. A través de la ventana todo era negro y pensé que, una de dos: o era noche cerrada o las legañas me impedían la visión.

- ¡Mira que bonita! - Me da igual si es bonita o fea porque no veo nada. - Un fogonazo de luz me dio de lleno en los ojos y solté todos los tacos que pude recordar en unos momentos en que mi cerebro estaba muy embotado. - ¡Jopé! ¡Mecachis!

- ¿Ahora ves? - Ahora sí. - Pues solo tenías que encender la luz, boba de Coria. - ¿De dónde ha sacado ésto? (dije, sorprendida e incorporándome en la cama) - De por ahí... - ¡Es un tesoro! - Imposible. Solo mide un palmo. - Es una figurita egipcia. Un ushety. - ¿Y? (los ojos de la Cotilla se iban abriendo como platos llenos de avaricia, a medida que yo hablaba) - Se ponían en las tumbas como criados eternos para servir a sus amos muertos durante toda la eternidad. - ¡Tu estás tonta!.. ¿Vale mucho?

- Cotilla ¿dónde la ha encontrado) - Estaba tirada encima de una mesa... - ¿A éstas horas qué mesas hay en las calles? - No he dicho nada de "éstas horas"... - ¿Esta tarde? - Más o menos... - ¿En un barrio de ricos? - No me he fijado... Voy a ponerle una vela... - ¿Dónde estaba la mesa? - Pues... en una sala grande. Si la han dejado allí tirada en lugar de meterla en las vitrinas como a las otras, no es problema mío... - ¿Era un museo? - No he visto ningún letrero... ¿quiéres un chinchón? -

- ¿Ha robado ésta figurita del museo del Obispado? ¿Se la ha robado al Obispo? - ¡No, no, no! ¡que boca más sucia tienes! No te he dicho que no había nadie... ¿Un cola cao con magdalenas del contenedor del súper...? - ¡En cuanto amanezca, la devuelve o llamo a Bedulio! - Soltó un suspiro de alivio. - Llámalo y nos reiremos un rato.

Viendo que no había manera de que entrara en razón, me di media vuelta y he dormido hasta las diez de la mañana. Estaba sola, así que he cogido a Pascualita para desayunar juntas. Al entrar en la cocina he visto al ushety sobre la mesa, junto al paquete de magdalenas caducadas.

Los pelo-algas de la sirena se han erizado de celos ante la figurita y sin darme tiempo a nada, la ha atacado con sus dientecitos de tiburón. He tenido que ponerme el guante de acero para separarlas. Afortunadamente el ushety ha salido indemne. Después hemos desayunado sin más contratiempos.

Estaba metiendo a Pascualita en el acuario cuando se abrió la puerta de la calle y entró la Cotilla , seguida del Municipal. - Nena, saca lo que me he encontrado y cuéntale a Bedulio para qué sirve mientras tomamos unos chinchones. - La cara del hombre, algo descompuesta, fue tomando los colores grisaceo-morado-lila-blanco mortaja, mientras yo hablaba: - ... y siempre he pensado que la abuela había puesto la figurita junto al cuerpo de mi primer abuelito... Ya ves que no ha sido así... Ahora, solo falta esperar a que su ánima inmortal venga a por ella... - Entonces, desde la salita, escuchamos claramente, tres ¡chof! ¡¡¡chof!!! ¡¡¡CHOOOOOOF!!!  (era  Pascualita haciendo sus ejercicios matutinos) y Bedulio cayó redondo al suelo. - ¿Cree que es un ataque al corazón? (pregunté a la Cotilla) - No creo... respira...  Entonces ¿nos quedamos con el ushety, boba de Coria? - Por supuesto.

miércoles, 29 de noviembre de 2017

Pascualita busca el amor.

Pascualita nada, inquieta, arriba y abajo del acuario. Me parece que nos acercamos a una de sus crisis sexuales. ¡Oh, no! Nunca estoy preparada para algo así porque me resulta imposible encontrar sirenos. Incluso he ido a la tienda de los chinos a preguntar al señor Li si podría conseguirme uno. - En los mares de China, que son tan exóticos, tiene que haber. - En China, males no sel exóticos. Sel nolmales... Ya decil a mi tu abuela que tu sel más tonta que Abundio. - ¡Oiga! Pues no estoy diciendo nada raro ¿No ve películas americanas? Allí se dice que los China es un país exótico. - Exótico sel España. - Bueno, ¿me va a conseguir un sireno sí, o no?

Quedamos en que haría lo que pudiera. También recalcó que una cosa tan extraña no sería barata. - ¡Solo le pido una sardina con cuerpo de hombre!

Unos días después me llamó: - Yo tenel sileno. - Salí corriendo hacia la tienda. - ¡¿Dónde lo tiene?! - En caja. - ¿Sin agua? - Con agua caja lompelse... ¿tu no sabel? - Abrió la caja y efectivamente, allí había un sireno de tamaño parecido a Pascualita. - ¡No es de verdad! - Oh, sí. Tu milal. Y si dal cuelda, nada... ¿No gustal? - Quería un bicho vivo, no un juguete. - Si Li no encontlal bicho, es que no habel ¡Segulo!

Me quedé con el juguete y volví a casa. Lo metí en un recipiente de cristal, con agua y le di cuerda. - Un rato después, Pascualita se asomó al borde del acuario. El sireno nadaba bajo la atenta mirada de Pascualita. De repente la sirena dio un salto mortal y cayó sobre el muñeco.

El baile nupcial tenía muy poco romanticismo. Cuanto más se mordían los novios, más chispas salían. En este caso las chispas eran auténticas. Asustada, Pascualita volvió al acuario, después reaccionó y regresó junto al sireno. Y dio el primer mordisco. Al minuto siguiente estaban enzarzados en la pelea. Y del mismo modo que empezó, terminó. Entonces Pascualita, sujetando al muñeco, dio un gran salto y regresó al agua.

Se han escondido a disfrutar de su amor, dentro del barco hundido. Yo he cooperado echando un chorrito de chinchón al agua para que estén contentos. Llamé a la abuela y se lo conté. Por fin había encontrado un sireno que la hacía feliz. ¿Cuánto duraría ésto?... Cinco minutos después, unos tormillos salían disparados de las profundidades del barco hundido y varado en la arena del fondo,

martes, 28 de noviembre de 2017

Una de indios y vaqueros.

Estábamos desayunando, Pascualita y yo, pan tostaíto migaíto con café, cuando ha irrumpido en la cocina la abuela que, de entrada, me ha parecido la prima de Fumanchú. Me ha dado un susto de muerte porque pensé que era la Cotilla y haciendo uso de mis superreflejos, he cogido a la sirena por los pelo-algas y haciendo un molinete, la he lanzándo a través de la puerta hacia el acuario que está en el comedor... Debo decir que no llegó aunque le faltó muy poco. Se estrelló contra el espejo del aparador. Menos mal que ya tiene experiencia la pobre.

Decía que la abuela parecía la prima de Fumanchú porque traía un parasol de papel de arroz pintado con caracteres chinos, abierto. - ¡¿No sabes que da mala suerte abrir un paraguas en casa?! (le grité, atemorizada. Es que cuando me pongo en plan supersticioso no me gana nadie) - "No eres más tonta porque no te entrenas. Mira, y ahora lo hago rodar jajajajaja" - ¡Estás llamando a la desgracia! - "Ahora mismo la llamo: ¡¡¡Desgraciaaaaaaa, yujúuuuuuuuuuu!!!" - Cuando la abuela se pone en este plan hay que cambiar de tema porque es capaz de liarla de verdad.

Atendimos a la desmayada sirena dándole un poco de chinchón, que fue mano de santo y le puse una moneda de un céntimo en la frente, sujeta con una cinta, apretándole el chichón monstruoso que se había hecho en la frente.

- "Nena, estoy emocionada. He visto cómo rodaban un trozo de película del Oeste americano. Lo bueno es que, aprovechando que había un montón de extras, me he colado y quién sabe si la cámara me ha captado." - ¿De indios y vaqueros? - "No exactamente. El vestuario era actual. Me ha extrañado pero ya sabes como son los nuevos Directores: raros." - ¿Te has enterado de qué iba al guión? - "Pues, manos o menos como todas las del Oeste: El dueño del rancho más grande de la Comarca ha sido detenido por chanchullos varios, donde hay implicados políticos, policías, fulanas, fulanos, droga, dinero, etc. etc. Vamos, lo de siempre. Cuando yo he llegado, la familia, los amigos, los trabajadores del rancho, los estómagos agradecidos..., iban en tropel a por el Juez que encarceló al Jefe. En lugar de pistolas, llevaban pancartas, pitos, megáfonos y hemos montado un buen guirigay..." - ¿Tú también? - "¡Claro, como extra, ese era mi papel!" - ¿Al final te han pagado? - "¡Que va! Me doy por pagada con haber actuado!"

- ¿Te habrás puesto delante de la cámara, verdad? - "Por más que la he buscado, no la he visto. Tal vez filmaban desde un dron..." - Puede, si... ¿Y cómo se llamará la película? - "Alguien ha dicho algo sobre El caso Cursach..." - Bueno, estaremos atentas y cuando la estrenen iremos a verla... ¿Un chinchón? - "Qué sean dos"

lunes, 27 de noviembre de 2017

El día del Maestro.

La abuela ha llegado a casa, despampanante y oliendo a Chanel número 5 que echaba de espaldas. Llevaba plumas de marabú, de distintos tamaños y colores, hasta en las orejas en plan pendientes, más largos que su falda. Toda ésta parafernalia junto con los brillos en el maquillaje y las lentejuelas de la ropa, hacían de ella una figura digna de admirar. Mucha gente pensó que era la vedette de alguna compañía de Revista que hacía propaganda del espectáculo por Palma.

- ¿Dónde vas de ésta guisa, abuela? - "A celebrar El día del Maestro" - ¿No me digas que aún viven tus maestros? - "¿Estás insinuando algo, boba de Coria?" - ¡Dios me libre! (dije mientras me alejaba del radio de acción de su brazo) - "A los maestros hay que honrarlos porque tienen en sus manos el futuro del País" - ¡Hope, abuela, que profundo es lo que dices! - "He tenido mucha relación con maestros y algo se me ha pegado"

Me sorprendió la sonrisa pícara que se le dibujó en la cara. - ¿Aquello antiguos maestros republicanos? -  "También" - ¿Hasta que edad fuiste al colegio? - "Al principio me mandaba mi madre, después cuando crecí, no hacía falta que me mandara nadie. A la Cotilla le quité unos cuantos" - ¿Maestros? -  "Maestros-novios. Por regla general, en la postguerra, eran delgaditos. Ya sabes el refrán que dice: Pasas más hambre que un maestro de escuela. Pero conforme pasaron los años, cada vez estaban más buenos." - Querrás decir que ERAN buenos... - "Quiero decir lo que he dicho: ESTABAN buenos" - ¿Ya estabas casada con mi primer abuelito? (estaba escandalizada) -  "Saca el chinchón y calla"

Poco después, la abuela se marchó a la fiesta de algunos de los antiguos maestros que ella conoció a lo largo de los años, llevándose a Pascualita para que aprendiera lo es una comida de homenaje a unos profesionales. - "No nos esperes despierta" (dijo antes de cerrar la puerta de la calle)

Desde el balcón, antes de que entraran en el rolls royce, le grité: - ¡¡¡Cuida que no se te descontrole!!! ¡¡¡Piensa que es muy pequeña!!! ¡¡¡Es muy inocente!!! ¡¡¡Que no beba mucho!!!... - El coche arrancó y desapareció tras la primera esquina.




domingo, 26 de noviembre de 2017

Negocio a la vista.

A la abuela le ha dado por fumar. - No entiendo que, después de más de cuarenta años sin fumar, recaigas en el vicio. Y más ahora que el tabaco ha vuelto a subir - "Ese es uno de los motivos" - No te entiendo (dije, perpleja) - "Porque denota un estatus. Y como soy rica quiero que todo el mundo lo sepa" - Perdona pero eres más tonta que Abundio, abuela.

No me dio tiempo a apartarme y me cayó tal pescozón que reboté dos veces contra la pared. - "¡A una abuela no se le habla así!" - ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaa! Venía subiendo las escaleras cuando me ha parecido que chillaba un cerdo y he pensado que, como deferencia al turismo que nos invade, el Ayuntamiento deja que se hagan matanzas en los pisos que muchos alquilan a precio de oro a los guiris... Pero aquí no ha pasado nada de esto ¿verdad? - "¡Es la boba de mi nieta la que ha gritado! pero... no es mal idea esa de las matanzas. Sería mostrar, in situ, las costumbres ancestrales de ésta tierra y de paso, cobrar un plus a los inquilinos. Se lo comentaré a Andresito porque tiene un montón de pisos repartidos por Palma..."

- Desde que eres rica estás echa una capitalista recalcitrante. - "También bajo de las nubes doradas en las que vivo y me acerco por este barrio proletario. Mis amigas millonetis se hacen cruces de lo valiente que soy." - Nena, me da la impresión que tu abuela está perdida para la causa. - "Anda, sacad el chinchón y vayamos a lo positivo, como el negocio este de la matanza del cerdo" - ¡Quiero una comisión por darte la idea! - "¿Tú te escuchas, Cotilla? ¡Quieres corromperme! Luego dais la culpa a los políticos, pero es que nos incitáis!" - Sí, nena, saca el chinchón o aquí se cometerá un amigacidio.

Un rato después, avisado por la abuela, Andresito vino a comer. En la mesa se le expuso la idea de la Cotilla y rápidamente empezaron las cuentas del Gran Capitán. - ¡Es una idea excelente! Multiplicaremos las ganancias. Además, también les venderemos las sobrasadas, botifarrones, etc. etc. - ¿También se las vais a cobrar? - ¡Naturalmente! - ¡¡¡Quiéro más dinero!!! (gritó la Cotilla) - "¡No seas avariciosa!" (se enfadó la abuela)

Me sentí mal. La codicia me había vuelto invisible para ellos. Aquello era un mal ejemplo para mi y para Pascualita, a la que cogí y lancé sobre la abuela, la Cotilla y Andresito. La sirena venía rabiosa. La desperté bruscamente y lanzaba dentellada a troche y moche. Impulsándose con su cola de sardina, saltó de uno a otras. Mordió, arrancó, medio peló a los tres. Los gritos, las carreras, los llantos convirtieron un comedor tranquilo en un gallinero ensordecedor. Y luego estaban las enormes hinchazones que no paraban de crecer. Entonces, elevando la voz sobre tamaño guirigay, grité cargada de razón: - ¡¡¡¿Y DE MI DINERO, QUÉ?!!!

sábado, 25 de noviembre de 2017

¡Fiesta!

La Cotilla ha venido cargada con más de doscientas bolsas de plástico transparentes. ¿De dónde las ha sacado? - Del súpermercado. - ¿Las ha pagado, supongo? - Supones mal. Son para las clientas. - ¿Y no ha comprado? - ¿Estás tonta? Lo que quiero lo cojo luego del contenedor y me sale gratis. - Buen negocio hace con usted esa gente.

Ayúdame a inflar las bolsas y les metemos dentro una bombillita con una pila. - ¿Y qué se supone que saldrá de éste invento? - Uno de estos globos modernos con luz que parecen medusas. - ¿Y cree que le van a comprar alguno? - ¡Claro que sí! - ¡Eso es tener fe!

Me desentendí del asunto en cuanto me dijo que no iba a cobrar nada por llenarle las bolsas soplando y salí al balcón con Pascualita a ver pasar la vida. De repente el rolls royce de la abuela apareció adelantando a toda pastilla al autobús para quitarle el aparcamiento. El concierto de pitos fue inmediato.

Bedulio caminaba depris hacia el coche mientras Geoooorge le abría la puerta a la abuela que, ha exhibido piernas y botas de charol amarillo canario, al apearse. Le grité para que se diera prisa a entrar en el portal antes de que el Municipal la pillara y le clavara una multa pero con el escándalo, no me oía. Me incliné más y más sobre la barandilla y entonces Pascualita cayó de mi escote al cuello de la camisa de Bedulio.

La sirena, acostumbrada a esconderse, se deslizó hacia la espalda del hombre que al sentir la frialdad de un cuerpo húmedo y de sangre fría, sintió un escalofrío que recorrió todo su cuerpo como si se tratase de una descarga eléctrica. E inició una frenética danza, como la de los indios pidiendo a Manitú que llueva en las grandes praderas.

La gente de la calle dejó de prestar atención al problema del aparcamiento para concentrarse alrededor de Bedulio y jalearle el baile que le estaba quedando la mar de aparente.

Bajé a la calle a la velocidad de la luz y estuve atenta al momento en que la sirena se escurriera y  cayese a la acera. Cuando ésto ocurrió y el Municipal dejó de saltar, la gente aplaudió a rabiar y daban vivas al Alcalde que, cercanos ya a la Navidad, animaba las calles con estos espectáculos.

viernes, 24 de noviembre de 2017

La venganza de la abuela.

La Cotilla  está muy enfadada conmigo porque llamé a la televisión local cuando estaba colgada del árbol y la han sacado echa un adefesio ¿Y cómo quieren que la saquen si lo es?

Por otro lado, la abuela también está enfadadísima conmigo porque no la llamé para que viera el "espectáculo" - "Hubiese salido en pantalla con mi nuevo vestido minifaldero negro, de lentejuelas y plumas rojas en los bajos... que no son bajos sino altos por lo corta que es la falda" - Perdona pero me lo pasé tan bien que no me acordé de llamarte... - "¡Que cruz tengo contigo!"

La noticia del árbol ha tenido tanto éxito que a los de la tele les han pedido el vídeo para el Club de la Comedia. Es todo un poema ver a la Cotilla y a la otra mujer poniéndose a parir mientras siguen regateando el precio de los cocodrilos e intentan agredirse a patadas... hasta que se rompe la rama y caen. La "borrica" tiene tiempo de agarrarse a unas ramas más bajas, en cambio la Cotilla va a parar a los brazos de... ¡Bedulio! Su cara es un poema mientras ella pugna por darle un morreo de los que hacen época.

La abuela es una rencorosa y tardará en perdonarme que su amiga se llevara todo el protagonismo en televisión, primero regional y ahora estatal. Por eso me ha llamado - "Nena, estoy comiendo chocolate con churros en el Paseo des Born ¡riquísimos!" - ¿Vas a traerme unos cuantos? - "¡Ni lo sueñes, traidora!"

Esta mañana ha mandado a Geoooorge con una bandeja de ensaimadas recién hechas, que olían a gloria bendita,... para que las oliera. - Madame decir que yo diga a you: Tu oler pero no catar. - ¡Dame una por lo menos! - Madame decir que si yo dar a ti, ella capar a mi.

A mediodía me ha llamado de nuevo. -  "Estoy en el Paseo Marítimo con Andresito y vamos a comer una paella de marisco frente al mar... ¿Quiéres?" - ¡Claro! - "Pues ven"

Me arreglé en un santiamén. cogí el autobús al vuelo y en un cuarto de hora me presenté en el restaurante. - ¡Ya estoy aquí! gracias, abuela, pensé que no me perdonarías nunca. - "Exacto. No te perdonaré... de momento" - Y ordenó al camarero. - "Dígale cuál es su mesa" - Andresito parecía avergonzado y yo estaba perpleja.

La mesa elegida estaba en una corriente de aire que me llevaba el aroma de la paella. De cuando en cuando, la abuela me enseñaba una cigala poniendo los ojos en blanco. - "¿A qué está rica?"

jueves, 23 de noviembre de 2017

La oferta y la demanda.

He intentado hacer negocio con los cocodrilos de los chinos. He colgado uno en el balcón y he gritado. - ¡Cocodrilos del Nilo! ¡Un bonito regalo para Navidad! ¡Vamos, vamos, que me los quitan de las manos! - Una mujer levantó la cabeza para preguntar. - ¿A cuánto los tienes? - ¡A quince euros de nada! - ¡Los chinos los tienen casi regalados! - ¡Porque son de imitación. En cambio éstos son auténticos de Egipto! - ¡Menuda chorrada! - Me sentí ofendida y salté - ¡Que gran verdad es que la miel no está echa para la boca del asno! - ¡¿Me has llamado borrica?! (la mujer estaba congestionada) ¡Baja y verás las coces que te daré! - (Yo insistí) ¡Quien se pica, ajos come!

La mujer empezó a echar espuma por la boca mientras el vecindario se congregaba a su lado. - ¿Qué le ha pasado? - ¡Esa loca de allí arriba me ha llamado borrica! - Ah, bueno. Pensé que la cosa era más grave. - ¡Oiga! - ¿A cuánto le vende el cocodrilo? - ¡A quince euros! ¡¡¡Ladrona!!! - Se ha pasado un poco, sí. - Según se mire porque en Navidad todo sube. - Entonces ¿cree que es una ganga? (dudó la ofendida) - Yo no lo dudaría (reconocí la voz al instante. ¡Era la Cotilla!)

La mujer se resistía hasta que la vecina dijo - ¡Me los quedo yo! Menudo negocio haré con ellos (y subió a buscar los cocodrilos, que estaban hinchados. No sé cómo pudo bajar tanto volúmen de cabezas, patas, colas... pero lo logró. Y yo corrí a coger a Pascualita porque era un espectáculo ver a la Cotilla.

Apoyada en la barandilla del balcón, con la sirena asomada a mi escote, no  nos perdimos la discusión entre la ofendida y la vecina. - ¡Me los quedo yo! (gritó la primera) - Pues son veinte euros. - ¡¿Quéeeeeeeeeeeeeeee?! - Es la ley de la oferta y la demanda.- ¡Yo los vi primero!... - De una cosa pasaron a la otra y hubiesen llegado a las manos y a las greñas , de no haberse formado un remolino en una esquina de la calle que vino directo hacia ellas, arrambló con los cocodrilos de plástico y se los llevó vaya usted a saber dónde.

Cuando el viento se calmó, estaban las dos mujeres subidas a las ramas del árbol que hay bajo mi balcón. Corrí a por el chinchón - ¡Cotillaaaaaa, voy a brindar porque todo ha acabado bien! - ¡Yo también quiero! - ¡No llego hasta usted. Beberé en su nombre! - ¡¡¡La madre que te parió, boba de Coria!!! - Pascualita y yo hicimos un mano a mano y muy pronto dejamos de oírla.

miércoles, 22 de noviembre de 2017

¡Arreglado!

¡Quién me mandaría mentir! Ahora tengo un problemón por culpa de las tocanarices de la abuela y la Cotilla ¿De dónde voy a sacar el dineral que necesito para comprar el pasaje a las Islas Caimán si tengo la cartilla de ahorros con telarañas?

Le dije a la abuela que pidiese a sus amigos millonetis que me adelantaran la comisión y me montó un escándalo. - "¿Me lo estás diciendo en serio? ¡No me puedo creer que quieras aprovecharte de ésta pobre gente!" - Hombre, pobre, pobre... - "¿Sabes lo que les ha costado juntar esos euros? ¿Para qué quieres el adelanto?" -  Para comprar los pasajes... - "¡Que cara más dura! ¡Pero si ya los compraste!" - ¿Yoooooo? - "Lo tenías todo preparado... ¿o no?" - Pues... - "No hay más que hablar. cuando hayas hecho los ingresos y vuelvas, se te pagará"

Pascualita, subida al borde del acuario, observaba mis idas y venidas de una parte a otra del comedor. La cabeza me echaba humo pensando en cómo salir del atolladero y no se me ocurría nada. De vez en cuando me tiraba algún chorrito de agua envenenada para llamar mi atención pero yo no estaba para tonterías. De todas maneras llevaba puestas las gafas de sol por si las moscas.

Decidí devolver toda la compra que había echo para no tener que salir en un mes de casa pero me dijeron que nones en el supermercado. Entonces tanteé a la Cotilla. - Tengo una amiga que tiene que desprenderse de unos cuantos kilos de comida... ¿usted los podría vender? - Claro que sí, boba de Coria. - Ella espera hacer un buen negocio... - Pues que espere sentada porque no pienso darle nada. O sea, yo le hago el favor de quitarle el muerto de encima, el trabajo, llevo la carga, trato con los clientes, etc. etc... y la pardala quiere cobrar. Pues ya sabe, quién quiere peces que se moje el culo.

Mi gozo en un pozo. Lo que hice fue meter cosas en una bolsa y montar un tenderete a la puerta del supermercado, diciendo a los clientes que mis productos eran los mismos que en la tienda pero más baratos. Al guardia jurado le faltó tiempo para echarme de allí con cajas destempladas - ¡¿Sabes que te digo? (le grité) ¡Que no volveré a comprar aquí!

Camino de casa pasé junto a la tienda del señor Li. - ¡Hola! ¿Tu complal lebajas mías? - No. - Mila que bonito. Sel cocodlilo del Nilo. Balato, balato. - Es un flotador. - Sí. Pelo balato ¡Tu complal!

Tan pesado se puso el chino que me llevé seis cocodrilos de plástico por cinco euros. Al llegar a casa tuve una idea genial y llamé a la abuela. - ¡Ven, corre!

Hinché los flotadores y los distribuí por toda la casa. Cuando la abuela llegó, grité: - ¡Cuidado con los caimanes, abuela! Ya no tengo que ir a verlos. ¡¡¡ELLOS HAN VENIDO A VERME A MI!!!

martes, 21 de noviembre de 2017

Islas Caimán.

Era necesario poner un poco de orden en mi vida y así lo he hecho. Anuncié a la abuela y a la Cotilla que me iba de vacaciones durante un mes. Pusieron unos ojos como platos y comenzó el interrogatorio.

- ¿Un mes? ¿En qué iglesia has ido a "limpiar" los cepillos, boba de Coria? - Cree el ladrón que todos son de su condición. (dije luciendo una sonrisita de marisabidilla) - "Tú has tenido que dar un atraco a un banco" - Que noooooo. - "Pues con la birria  de sueldo que ganas, ya me dirás" - ¿Dónde irás de viaje? - No he hablado nada de viajes. - "¿No te largas por ahí? entonces eso, ni son vacaciones, ni son nada" - ¿Te han echado del trabajo, a qué sí? - Vale, lo confesaré todo: me voy de viaje a las Islas Caimán. - ¡Vas a llevar dinero negro! ¿Quién te paga? - "¿Políticos, banqueros, empresarios, clero...? ¡Habla ya, cojona!"

Me pusieron la cabeza como un bombo y el resultado final fue que ellas me acompañarían al aeropuerto a despedirme. - No hace falta. Cogeré un taxi... - Lo cogerás igualmente y nos pagarás también la vuelta a Palma. - ¡Pero... pero...! - Si te puedes permitir un mes en ese sitio tan lejano, puedes pagar el taxi (sentenció la Cotilla)

El caso es que todo era mentira. Pensaba quedarme en casa, con las persianas bajadas, haciendo el menor ruido posible. Dejando la llave en la cerradura para que no pudiesen abrir desde fuera. Desconectando el teléfono. Relax total. Dormir a pierna suelta, sin sobresaltos. Había llenado nevera y la despensa para no tener que bajar a la calle... Mi sueldo ya no daba para más gastos y ahora tendría que pagar el taxi con los exiguos euros que me quedaban...

La abuela me llamó. - "Nena, hay unas personas que conocemos, de toda confianza, que me han pedido, ya que vas a las Caimanes esas, si puedes llevarte unos ahorrillos que tienen... poca cosa, unos milloncitos de nada, fruto de unas comisiones de aquí y de allá... Ya sabes lo que pasa con los políticos... Se las ofrecen y no van a decir que no. No hay que ser desagradecidos así que les he dicho que sí." - ¡Abuela! - "Qué más te da... También hay algo de tu abuelito... Sí, sí, ya tienen una cuenta allí" -

Me vi desbordada porque, al final, después del gasto que he hecho en el supermercado, tendré que ir a las dichosas Islas Caimán que, por cierto, no tengo ni idea de por dónde caen... ¿Entre Ibiza y Formentera, quizás?

Una duda golpeaba mi cerebro mientras tranquilizaba mi conciencia por lo que iba a hacer, con unas copas de chinchón - Abuela ¿tú no eras proletaria? - "¿Yooooooo?... Pues, ahora que lo dices... tengo un vago recuerdo... ¿Qué palabra has dicho? ¿Propietaria?" - No. Proletaria. - "Pues, no. No me suena"

lunes, 20 de noviembre de 2017

El negocio del siglo.

Me da la risa cuando pienso en el cabreo que cogió el señor Li a cuenta de la botella que le regalé al abuelito. Estaba seguro de haber perdido mucho dinero pero los chinos son buenos comerciantes y logró darle la vuelta a la tortilla poniendo un letrero en el escaparate de su tienda anunciando botellas horteras que servían para hacer niños.

Nunca pensé que picara alguien ¡Y vaya si picaron! Las botellas se vendieron como rosquillas. No sé cómo explicaría el método a seguir con ellas. Incluso yo, que sé que todo es un cuento chino, estoy deseando que pasen los meses para ver el resultado de... lo que sea.

Un día se presentaron en la tienda unos inspectores de Sanidad y después de una corta charla, se llevaron todas las botellas que quedaban. Aquello frustró las ilusiones del señor Li y lloró amargamente delante de los inspectores pero estos no cedieron al chantaje emocional y lo dejaron hecho un mar de lágrimas.

Media hora después se puso en marcha Radio Macuto y  la gente siguió comprando botellas horteras. En el gran almacén chino había montañas de ellas. Se dio una contraseña que se cambiaba cada media hora. Y quién quería una botella  debía estar al tanto de ello.

La abuela trajo ensaimadas y desayunamos como en los viejos tiempos: Pascualita, la abuela y yo. - "Lo que está haciendo Li es muy peligroso" - No te preocupes, abuela. Sabrá salir del atolladero. - "Tú tienes la culpa de todo, boba de Coria" - ¿Por qué? - "Por andar por ahí contando sandeces. ¿Cómo va a quedar alguien embarazada por tener una botella cerca?" - "¡Te lo crees hasta tú!"

Pascualita escuchaba atentamente las explicaciones que le dábamos sobre la inseminación in vitro. De repente sus ojos de pez bizquearon y giraron alocados en sus órbitas. ¡La sirena acababa de darse cuenta de que le tomábamos el poco pelo-alga que tiene!

Saltó dentro del acuario para salir a toda pastilla, con los carrillos llenos de agua y nos duchó. Suerte que nos dio tiempo de tirarnos cuerpo a tierra.

En cuanto vio la botella de chinchón, la sirena quedó espectante, luego se tiró de cabeza al agua al ver caer un buen chorro dentro del acuario.


domingo, 19 de noviembre de 2017

Una botella "para hacer niños"

He conseguido desembarazarme de Andresito prometiéndole que le compraría una hermosa botella para usarla en la fecundación in vitro, al enterarme que el pobre no sabía qué era aquello.

Se lo comenté a la abuela. - El abuelito va camino de tu casa. Le he convencido de que una buena botella es lo mejor en éstos casos. - "¿Cómo que una botella? ¿De qué vas, Blas?" - Ya verás que bonita es. La he comprado en la tienda de los chinos del señor Li. - "¿Tú eres tonta?" - Algo tenía que decirle para que volviera a tu lado y se ha ido contento y agradecido. - "¿Y qué se supone que debo hacer con la botella china, boba de Coria? Veo que te has estado entrenando para ser más tonta aún." - Es que estaba muy extresado el pobre...

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaa! Acabo de ver a Andresito con la botella más hortera que he visto en mi vida, bajo el brazo. Dice que se la has regalado tú... ¡Hija de mi vida ¿dónde tienes el buen gusto?! - ¡Oiga, menos criticar!

Durante unos días me dejaron tranquila. A todo esto seguían ocurriedo "cosas" como dice el Pinocho Mayor del Reino de los catalanes: Me gustan porque hacen "cosas" jajajajaja Acabará cogiendo el sitio de Chiquito de la Calzada.

Llamaron al timbre. Era el señor Li y parecía enfadado. - Yo quelel botella que vendel a ti. - ¿Por qué? - Polque valel más que yo decil - ¡Santa Rita, santa Rita, lo que se da no se quita! - Yo no sabel que botella selvil pala hacel niños. ¡¡¡Yo quelel más dinelooooooo!!! - Pues pídaselo al abuelito. - Geoooolge decil que siemple estal dale que te pego para hacel niños con abuela y metel luego en botella. ¡Tú dal más dinelo a mi! - ¡Yooooooo! ¡anda y que le zurzan! Por su culpa voy a ser desheredada en cuanto nazca el biznieto. - Yo no estal dale que te pego con abuela. - ¡¡¡Pero me vendiste la botella!!!

La discusión fue subiendo de tono hasta que Pascualita, harta de tanto griterío, escupió un chorrito de agua envenenada a los ojos del señor Li que, al tenerlos muy oblícuos no le acertó de lleno, aunque unas gotas bastaron para hacerle gritar en chino una retahíla de juramentos.



sábado, 18 de noviembre de 2017

Biznieto in vitro.

Andresito me ha llamado pidiéndo asilo político en mi casa. - ¡NO puedes negarte, nena, porque toda la culpa es tuya!.

Me quedé de piedra. así que, apenas puso un pie en el piso, le pregunté - ¿Qué se supone que he hecho yo para merecer esto? - No tener un biznieto. Tu abuela dice que morirá sin haber hecho realidad ésta ilusión. - La vida viene como viene, abuelito. Y yo sigo esperando al hombre de mis sueños. - Dime quién es y te lo traigo. - ¡Yo que sé! - ¿No dices que lo ves en sueños? - Es una manera de hablar, hombre. - ¿Y no te daría igual cualquiera... Geoooorge, por ejemplo? - ¿El inglés? ¡Ni hablar y menos ahora que dejarán de ser europeos! - ¿Y que tiene que ver la velocidad con el tocino? - Que es muy estirado. - Es que es mayordomo.

Estuvimos discutiendo estos pormenores en el rellano de la escalera. No quise darle opción a entrar en casa por si se convertía en okupa. De repente, una conversación íntima entre abuelo y nieta, pasó a ser pública cuando los vecinos, que se habían asomado para enterarse de lo que pasaba, comenzaron a opinar. - A mi tampoco me gusta el inglés ese. Ni saluda cuando nos encontramos en el ascensor. - Dónde esté el ganao nacional que se quite todo lo demás. - Pues yo encuentro que el tipo tiene un punto sexi. - Se dice punto G (dijo una "enterada") - Eso es otra cosa, mujer y se hace con ganchillo. - ¿Estás segura de lo que hablas? - ¡Y tanto! Yo me hice una colcha...

Entonces va Andresito y me dice: - Si no me acoges, moriré. - No será para tanto. - ¡Y para más! Me persigue todo el día con la pastillita azul... ya sabes... la... ¿cómo se llama...? - ¡La viagra! Y aligere la historia que a las doce tengo que ir a recoger a los críos y no me enteraré del final.

- El final es que está tan obsesionada que quiere tener el biznieto in vitro. - ¿La abuela? Pero si está muy mayor... - ¡Es más vieja que la tos! (dijo la del tercero derecha) - ¡Oiga, si queda embarazada les regalarán la isla de Cabrera! jajajajajajaYo lo probaría. - ¿Una isla? ¿Dónde hay que firmar? - ¡Animo, hombre y deje el pabellón español en todo lo alto! - ¡Si yo tuviese unos años menos le podría dar un buen repaso a su señora! - ¡¡¡Oiga!!! - Tranquilo. El fantasma de mi marido no ha puesto una pica en Flandes desde las Olimpiadas de Barcelona ¡Anda, tira para casa a pelar las patatas!

Aquello parecía el Senado. Todo el mundo hablaba, daba su opinión pero nadie escuchaba a nadie. Al entrar en casa volvió a pedirme asilo - Vaaaaaaaaale, pero la estancia aquí es con fecha de caducidad. - ¿Me prometes que buscarás padre para el biznieto? - Se hará lo que se pueda, abuelito. - Vamos a sellar este pacto brindando con chinchón...

- ¡Avemaríapurísimaaaaaaaa! ¡¡¡Pónme otro a mi!!! - Caray, Cotilla, usted sí que se aplica aquello de más vale llegar a tiempo que rondar un año.

viernes, 17 de noviembre de 2017

La abuela quiere ser pilota.

La abuela ha convocado un cónclave en mi casa. A ver qué día se le ocurre hacer éstas cosas en su Torre del Paseo Marítimo y paga ella las meriendas porque siempre tengo que comprar yo el café o el cola cao, más la leche. Luego está el gasto del microondas. Menos mal que todo lo que es para mojar lo pone la Cotilla porque se conoce mejor que nadie la política de los contenedores de basura de los supermercados a así, las magdalenas, croasanes, galletas, etc., aunque estén caducados, lo están poco.

Antes de que llegaran los que faltaban, me ordenó que nos juntáramos en la cocina. - Estaremos estrechas (protesté) - "Lo sé, pero Pepe y Pascualita podrán enterarse de lo que hablemos." - Así que la cabeza jibarizada siguió en el estante y la sirena pasó a formar parte del broche que la abuela usaba cuando había moros en la costa.

Cuando llegaron la Cotilla, Andresito y Geoooorge (al que encargó preparar y servir la merienda) empezó la reunión. - "He decidido hacerme pilota" (dijo la abuela, muy seria) - ¿Pelota?... ¿Cómo que pelota? Y ¿de qué? ¿De fútbol, baloncesto, voley bol, tenis, playa... ? - "¡Calla, Cotilla! He dicho pilota, o sea, la mujer del piloto" - ¡Ostras, abuelito! Nunca te he visto con el uniforme. - "Dile a la tonta de tu nieta que no se haga ilusiones contigo" - ¡Abuela, yo pensaba en sus compañeros más jóvenes! - No soy piloto, nena.

Menuda desilusión. Yo que ya me veía yendo de su brazo por la calle y presumiendo de abuelito uniformado. -  ¿Entonces quién es el marido de la pilota en éste caso? - ¿Quién va a ser, boba de Coria? ¡Pascual! (había un fuerte deje de envidia en la voz de la Cotilla)

- "Lo he dicho para que me entendáis, borricas. Voy a ser pilota civil." - ¿Es una promesa a Santa Rita, patrona de los imposibles? Porque está siendo imposible que ésta te traiga un biznieto... (Que mala baba tiene la vecina) - "Pues no, pero no lo descarto. Es por si un día me echan de un avión por hablar... " - ¡Uf! no lo descartes, abuela. Es que no paras. - "...por hablar mi lengua materna ¡Coñe ya, que no me dejáis terminar!"

- ¿Por qué te van a echar? - "Porque lo han hecho con dos mujeres menorquinas. La azafata no las entendió; les pidió que hablaran el castellano, ellas dijeron no. La azafata se chivó al piloto y las echaron del avión" - ¡¡¡¿En pleno vuelo?!!! - "¡Que cruz tengo contigo!" - Nena, trae el chinchón y calla (la Cotilla está en todo)

- Aún no sé por qué quieres ser pilota. (dijo mientras empezábamos a trasegar copas de licor, de la boca al estómago) - "Porque, si me pasa algo así, los que se bajan son el piloto y la azafata y yo conduciré el avión a dónde me de la gana" -

jueves, 16 de noviembre de 2017

De capa caída.

Andresito estuvo encantado de la vida mientras el Problema Catalán se liaba más y más. Y eso se notó en su vida sexual ya que a la abuela se le alegraron las pajarillas y vestía más sexi de lo que es habitual en ella: mini faldas muy minis, brillantes, con más colorines que el arco iris. Botas altísimas de pirata. Jerseys de cachemira, suaves, _ "Andresito se pone como un toro cuando los toca y como soy rica, me he comprado unos veinte para empezar"

La Cotilla se muere de envidia. - Regálame alguno y se lo pasaré por la cara a un tipo que conozco de verle tirar la basura en un contenedor de barrio pudiente. - "Nanay de la China, que me han costado un ojo de la cara" - ¿No dices que eres rica? - "En la tienda de los chinos son más baratos" - No creo que sean tan buenos... - "¡Claro que no, pardala!"

Hoy la abuela ha venido quejosa de su marido. - "Qué poco dura la alegría en casa del rico" - Se dice, del pobre. - "Ya, pero es que yo no lo soy, por eso no lo digo... Andresito está perdiendo fuelle" - ¡Vaya, por Dios! Acabarás enterrándolo. - "Eso espero" - ¿Crees que es grave lo que le pasa? - "Está de capa caída... y bien caída." - Lo siento, abuela...

Más tarde ha venido el abuelito. Había ido al médico y por las apariencias, no parece haber recibido buenas noticias. - "¿Qué te ha dicho? ¿Hay solución?" - Dice que sí pero no lo tiene muy claro...

La abuela abrió el escote de su jersey. - "¿Has visto que bien me sienta?." - Ayyyy, no estoy para estos trotes... y menos delante de nuestra nieta... - ¿Alguien quiere un chinchón? (pregunté y entonces me di cuenta de que había que preocuparse porque ninguno de los dos quiso beber)

Como ya había abierto la botella, me bebí tres copas: las de los abuelitos y la mía. En seguida me vinieron a la mente varias ideas. Y poniéndome en plan erudito dije: ¿Cuándo empezaron los síntomas negativos? - Puessss... a medida que parecía arreglarse el Problema Catalán. - ¿Qué cosa... ¡hip!... más rara... no? - Nena, supongo que es ley de vida... Todo lo que sube... baja... - Aquí tiene que haber... ¡hip!... algo más (y me serví dos copas más) Creo que... ¡hip!... ya lo tengo... (bastaron otras dos copitas más para verlo todo claro) - Abuelito, no estás enfermo... ¡hip!... sino a.c.o.j.o.n.a.d.o.

La abuela recuperó el tiempo perdido y se puso a tono con el chinchón. - Al bajar la atención sobre... ¡hip!... Cataluña, ha subido la atención, valga... ¡hip!... la redun... esto... redundanciaaaaaaa sobre tu partido por toda la coorte de corrupción... ¡hip!... que hay... ¿Lo  pillas o no? ... Volvéis a ser las... vedetes de la tele.

La abuela empezó a despotricar - "¡Por su culpa estoy a dos... ¡hip!... dos velas y encima les pagamos la... ¡hip!... cuota!" - Andresito lloraba sus penas apoyado en el borde del acuario y a pesar de la neblina que empezaba a cubrir mi cerebro, vi como Pascualita subía como el rayo, a clavar sus dientes de tiburón en el codo del abuelito. ¡La que se armó! sobre todo cuando tiré de la sirena, arrancándola, a ella y al pedacito de carne que quedó entre sus muelas. No sabía que los abuelos gritaban tanto.




martes, 14 de noviembre de 2017

El vendaval.

La serenata de pitos bajo el balcón anunció la llegada de la abuela en el rolls royce cuando más arreciaba el vendaval. Me asomé para verla, agarrándome fuertemente a la barandilla temiendo salir volando.

El viento acabó poniéndome la falda por montera. Estoy segura que, visto desde abajo, fue un espectáculo digno de aplauso pero las pocas personas que pasaban por la calle lo hacían con la cabeza gacha y los ojos medio cerrados para que no les entrara nada en ellos. ¡Es que tengo mala pata!

Geooooorge se bajó del coche y sujetando a la abuela por los hombros, la llevó hasta el portal de la finca. Es que desde que supo lo que le pasó a una amiga de El Funeral, el viento le da miedo.

Le conté la historia a Pascualita que me miró fijamente de principio a fin. Por cierto, el marido está en un dilema muy grande. No sabe si es viudo o sigue casado. La abuela dice que el viento es una excusa que se buscó la mujer para decirle al marido ¡Ahí te pudras! y largarse con un guayabo veinteañero... Estas habladurías no preocupan a la abuela sino la versión oficial del caso: Un vendaval, acompañado de un tornado que vino del mar a la playa donde el matrimonio fue a pasar el día, se llevó por delante todo lo que encontró a su paso: sombrillas, toallas, sombreros, revistas, sillas de plástico, etc. etc... ¡y a la mujer!

Algunos bañistas juraron haberla visto volar por encima de los pinos y marcharse hasta el quinto pino. Esta respuesta interesó a la policía que pensó que ahí tenían un hilo del que tirar para resolver el caso. Pero no fue así porque aún no la han encontrado y ya han pasado veinte años.

En el transcurso de alguna borrachera alguien saca la historia a relucir, ante el enfado del ¿marido-viudo? que está harto de no saber si puede cobrar viudedad o no. Uno de los amigos que viaja mucho con el Inserso, juró y perjuró que vió a la desaparecida haciendo de Santa Ana en la pared de una antigua iglesia de Madrid y que, a pesar de ser una pintura estuvieron un rato hablando hasta que fue a comenzar la misa y tuvieron que dejar la charla.

Cuando volvió a Madrid al año siguiente, a pesar del enfado de su mujer que quería ir a otro sitio, el hombre fue a la iglesia y se encontró con un solar donde estaban montando una enorme grúa. - Preguntó por la iglesia - Se tiró para hacer una torre de pisos de alto copete. - ¿Y el mural de Santa Ana? - ¡A mi que me registren! 

La abuela llegó jadeando. - "¡Pónme un chinchón doble, nena. Celebraremos que el viento no me ha raptado como a otrassssssssssssss" - ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaa! ¡Dos para mi también, boba de Coria! - gritó la Cotilla en cuanto abrió la puerta de casa.


lunes, 13 de noviembre de 2017

¿En qué quedamos?

- "Nena, no puedo dormir si no te cuento una cosa que me han contado en El Funeral" - Y qué... culpa tengo... yo zzzzzzzzzzzzzzzzzzzz. - "Resulta que no estaban seguros de hacer las cosas bien al proclamar la República" - Pues bueno..., pues vale..., pues me ... alegro zzzzzzzzzzzzzzzz - "¡¿Se puede ser más zoquete?!" - Y yo que... sé zzzzzzzzzzzzz - "Y ahora quién le quita los porrazos a quienes los recibieron, ¿eh?... ¿Nenaaaaaaaaaaaaa?"

Así me ha tenido la abuela, media noche sin dormir. - ¿No puedes dejar de pensar en el Problema Catalán? - "No desde que me he dado cuenta de lo bueno que está Puigdemont" - ¿Ah, sí? - "No veas lo celoso que está Andresito ¡Se sube por las paredes! Incluso ayer me dijo: ¿Qué tiene ese que no tenga yo? ¿Pelo? le dije a mala leche jajajajajajajaja Se le cayó el alma a los pies a mi peloncete" - Si te muerdes, te envenenas, abuela.

- "El tema catalán debe abrirte los ojos. No se pueden hacer las cosas a las bravas: si no puedes cumplir lo que prometes, no lo hagas ¿coges el mensaje y la moraleja del cuento?" - ¿Era un cuento? - "Un cuento más chino que el señor Li"

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaaaaa! ¿con quién hablas? - Con la abuela. Le importará a usted mucho, Cotilla. - ¿De qué habláis? - De la República Independiente de Cataluña. - Es de Ikea, boba de Coria. - Eso es un anuncio. - ¿Qué hay de comer? - ¡Pero bueno, deje ya de interrogarme! - Es que que hay que sacarte la información con cuentagotas ¿Qué comeremos? - ¡Sopas de ajo! - Muy ricas pero, en lugar de pan y ajos podrías poner gambas frescas y rape. - Entonces no serían sopas de ajo. - ¿Cómo que no? A la gamba la llama ajo y al rape con salsa, sopas de pan y ya está. - Vaya, sí que es sencillo.

Por la tarde le dije a Pascualita que le iba a dar una langosta para merendar y pareció entenderme porque ya no me quitó la vista de encima mientras iba a por una ¡zanahoria! Se la di, la olió y me escupió con su puntería habitual ¡Dios, que dañooooooo! Creo que la Cotilla me ha tomado el pelo y estoy pagando las consecuencias.  

  


domingo, 12 de noviembre de 2017

Desilusión amorosa.

Que malo es despertar a la realidad. Tenían razón la abuela y la Cotilla al llamarme tonta, aunque con que me lo hubieran dicho una vez, bastaba. Me enamoré de quién no debía porque  no ha sido capaz de levantar un dedo para ayudarme... Claro que, ahora que lo pienso, el pobre Pepe no tiene dedos que mover... De todas maneras debió haber hecho un esfuerzo, caray.

Pensé que se mostraría ante mis detractoras en plenitud de facultades, tal y como lo vi en la Noche de Difuntos. Pero no ha sido así y la desilusión está matando el amor. Y ahora, cuando lo miro, colocada su cabeza jivarizada sobre la repisa de la cocina, solo veo un llavero, bastante feo por cierto. Que desilusión me he llevado.

El otro día le propuse a Pascualita, mientras desayunábamos y ella ponía perdida la cocina de cola cao, que uniésemos nuestras fuerzas mentales a fin de convencer a Pepe para que se mostrase. No sé si la sirena, que es doña caprichos, me entendió con tanto salto mortal, el caso es que ni por esas apareció Pepe tal como fue antes de que se lo comieran los jíbaros. Si es que la media sardina está como una cencerro y no presta atención más que a su estómago.

Por cierto, ha vuelto a engordar. Ya le he dicho que como siga así, servirá de comida navideña a la que pienso invitar al señor Li. Los ojos redondos de pez entrecerrados se clavaron en mi y me dieron mala espina. Después hizo algo que me heló la sangre en las venas y que nunca antes había hecho. Sacó hacia afuera la dentadura de tiburón y rechinó con fuerza los dientes. Sonaba como una sierra queriendo cortar un trozo de hierro. ¿Era una amenaza en toda regla contra mi o contra el señor Li?... A raíz de hacerle ésta pregunta se hizo más sonoro el rechinar.

Decidí congraciarme con Pascualita ofreciéndole un poco de chinchón. Después la coloqué en uno de los sillones de la salita y puse la tele. Quería que se relajara pero fue imposible. No le gustaba nada. Claro que el menú no era muy variado: Puigdemont-Rajoy, Rajoy-Puigdemont. Pero cuando se armó la marimorena fue cuando la pantalla la ocupó la Esteban. Hasta espuma por la boca sacaba la puñetera sirena cuando se lanzaba contra el aparato intentando comérsela.

Me alegró su reacción porque demuestra que  no está todo lo alienada que cabría esperar de un bicho marino que se suele tragar lo que le echen en el televisor... Pero no, es selectiva, exquisita e inteligente hasta el extremo de saber que hay cosas que pasan de castaño oscuro.

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaa! Pon la tele que van a hablar de los de la Gurtel, pobrecillos . - Tuve el tiempo justo de meter a Pascualita en mi escote y apagar el televisor. ¿Cómo puede ser que una persona tan mayor camine tan rápido? Llega de la puerta de la calle a la salita antes de decir amén.

De pronto quedó boquiabierta - ¡Pero... pero...! ¿Cómo puedes tener tan sucia la pantalla? ¿La has babeado, tía guarra? A saber lo que estarías viendo - Sorprendida, solo se me ocurrió decir - ¿Un chinchón on the rocks, Cotilla? - Sí, pero no me cambies de conversación.


sábado, 11 de noviembre de 2017

Más tonta que Abundio.

Lo tengo merecido por bocazas. Nunca debí contar a la abuela que estaba enamorada de Pepe porque me llama a todas horas para decirme - "¡Tooooooonta, toooonta!" He acabado por no coger el teléfono pero da igual porque su amiga del alma, la Cotilla, también me lo dice cuando llega a casa, cuando se va, durante las comidas, al despertarse de la siesta... Esto es un no vivir.

Les he dicho que el amor es ciego. Deberían saberlo con la cantidad de años que tienen... Aquí recibí un pescozón de campeonato por parte de la abuela. Yo estaba tan enfadada que no me di cuenta que estaba tocando un tema tabú para ella. Y por si no se había enterado bien, la Cotilla se encargó de que lo hiciera: - ¡Huuuuy lo que ha dicho tu nietaaaaaa!

Para rematar la faena, llamó Andresito. Pensé que lo hacía para ponerse de mi lado pero no. - Nena, dice tu abuela que te has enamorado de un fantasma ¿Es verdad? - Sí, abuelito. - No te preocupes mientras sea rico y de buena familia. ¿Es de nuestro barrio residencial? - No te lo podría asegurar... - ¿No le has preguntado a qué familia pertenece? Debes hacerlo cuanto antes. - Creo que es extranjero. - Ah, vaya... Es una pena que no sea mallorquín pero, debo reconocer, que en otros países también hay gentes de alcurnia con fantasma  pedante entre su prole...

El soponcio le dio cuando entendió a qué clase de fantasma me refería. - ¿Y dices que es Pepe? ¿El de la estantería de la cocina? pero... ¡si es más feo que pegarle a un padre! Y está más seco que la mojama ¡y solo es una cabeza!  ¡Tu estás tonta!

Otro que se sumó al coro. La única que pareció comprenderme un poco fue la Momia, mi bisabuelastra dijo que - Es normal que te chifles de un ser etéreo. Los hay que están de muerte jejejejejeje. Lo sé porque, al estar más allá que acá, voy viendo algunos... Claro que para lo que tu y tu abuela queréis, no sirven... El biznieto sería virtual. Os lo tendríais que imaginar... Oye ¿estaba bueno Pepe en vida? - ¡Buenísimo! Tenía un cuerpazo de atleta que quitaba el sentido. Unos brazos hechos para abrazar a una mujer. Unas piernas fuertes y fibrosas para subir a los árboles y coger una orquidea para su amada. Unos labios rojos y jugosos... - ¡¡¡BASTAAAAAAAAAAAAA DE PONERME LOS DIENTES LARGOS, JODIA!!! y búscate un humano, aunque sea canijo, calvo y con dientes salidos. Será la única manera de que tu abuela te deje en paz.

Así que estoy de capa caída. No me gusta ninguno después de la visión que tuve... Pascualita y el chinchón son mis únicos acompañantes frente al televisor donde me duermo, aburrida de las programaciones de las cadenas... Claro que, entre cabezada y cabezada, noto un brazo fuerte y desnudo, abrazando mis hombros... ¿Qué sabrá Pascualita de ésto cuando esboza su terrible sonrisa mientras hace la señal de OK?

jueves, 9 de noviembre de 2017

La Nieta está enamorada.

Tengo un desasosiego que me tiene en un sinvivir. Suele pasarme estando en la cocina... No sé a qué se deberá... ¿Será alergia a cocinar? Sería raro porque soy más de abrir latas. en fin, tendré que preguntar por ahí y cotejar opiniones.

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaa! ¿Estás hablando sola? Si cuando yo digo que estás majareta tengo más razón que un santo. - Sola, no. Conmigo misma, Cotilla. ¿A usted le ocurre algo cuando entra en una habitación determinada? - Déjame pensar... pues sí. Nunca había caído en ello. - ¿Por ejemplo? - Si entro en el comedor tengo que sentarme y comer. Ya ves tu que cosas. - En la salita no me queda más remedio que hacer la siesta. Se  me cierran los ojos enseguida ¿No es extraño? - Si entro en la cocina siento la necesidad imperiosa de picar lo que tienes a mano: mejillones en escabeche, un poco de fabada del día anterior... Si entro en el cuarto de baño me entran ganas de... - ¡Ya, Cotilla! He entendido sus explicaciones.

Aunque no me acabaron de convencer y llamé a la abuela. Se puso Geoooorge - ¿Está mi abuela, iglés? - Yes. - Que se ponga. - Plis. - ¿Plis, qué? - Tu decir plis. - ¿Estás de antojos? - Yo esperar. - ¡Que llames a mi abuela, leches! - Yo decir no. - ¡Como venga te daré tal guantazo que serás el primer inglés en llegar a Inglaterra con el Brexit bajo el brazo!  - You decir plis. - ¡La madre que te parió! ¡¡¡ABUELAAAAAAAAAAAAAAAA!!!

Mi voz llegó, alta y clara, a sus oídos. - "¿A qué vienen esos gritos?" - Geoooorge no quiere que hable contigo. - ¿Le has dicho plis? - ¡NO! - "¿A quién has salido tú, boba de Coria? No se te caerán los anillos por darlas." - ¿Las gracias? Claro que no. - "¡Pues dile plis, pardala!" - ¡Aaaaah! ¿Plis son gracias? Oye, inglés que... gracias ¡por nada!

Después de un rato de discusión, le comenté a la abuela la extraña sensación que, de vez en cuando, me atacaba. Estuvo un rato callada y luego, sin dudarlo, dijo: - "¡Estás enamorada!" - ¿De... quién...? - "Tu sabrás. Haber, piensa..." - Junté las cejas, puse cara de estar concentrada y así me tiré un rato. d
De repente, grité: ¡¡¡EUREKA!!!

- "¿Eureka se llama?" - ¡Pepe, se llama Pepe! - "¿Nuestro Pepe? ¿La cabeza jivarizada? ¿Estás tonta?" - Desde que le vi, en persona, la noche de Todos los Santos, no dejo de pensar en él ¡Qué hombre fue!... Ahora estoy compungida y confundida. Y en cuanto me arrimo a su estantería, siento mariposas en el estómago. - La abuela sirvió dos copas de chinchón. - "Ahógalas en alcohol y a las penas, puñalás"

miércoles, 8 de noviembre de 2017

Oficialmente, corruptos.

- "Nenaaaaaaaa, te mando a Andresito. Quédatelo unos días que no hay quién lo aguante... ¿Me has oído?... ¿Cómo es posible que te pases las noches durmiendo, alma de cántaro?... ¡¡¡NENAAAAAAAA!!!" - Abuela... no quiero... - "Pero es tu abuelastro. Y está con el corazón partío desde hace unos días" - ¿Tiene vergüenza? - "Ayer la tenía . Poca, pero tenía. Desde esta mañana no levanta cabeza" - ¿Cuánto me pagas por cuidarlo? - "¡¡¡¿Queeeeeeeee?!!!"

Ha llegado a casa, cabizbajo, arrastrando los pies. Abatido. - Toma un chinchón y te animarás. - Prefiero un vaso de agua para ahogar las penas...

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaa! ¡Hombreeee, dichosos los ojos, Andresito! - La que faltaba. -  Dame el chinchón que no ha querido tu abuelito y añade el que me corresponde. - Menudo radar tiene usted por oídos.

Desayunamos croasanes del contenedor del súper. Tiré uno al que le había salido un poco de moho pero el resto estaban duros pero comestibles. - ¿Has venido solo? (indagó la Cotilla) ¿Os estáis divorciando? - No le atosigue que está deprimido, el pobre. - ¿Qué le pasa? - ¡Yo que sé!

Después del desayuno, con la tripa llena, al abuelito se le desató la lengua. -  Somos un partido corrupto, nena... - Valiente noticia. - Nunca pude figurarme tal cosa... - ¿De verdad? - Bueno, lo son ellos porque yo no me he llevado un euro de nadie. - Ya te lo dice la abuela: siendo honrado no medrarás nunca. - Es que es muy fuerte cuando lo dice Matas. ¡Soy corrupto! Y lo dice tan fresco. - Eso le salvará de la cárcel. ¡No sabe ná!

Entre lloros y suspiros se pasó media mañana. - Y el Pinocho Mayor del Reino, también. Lo ha dicho la tele. Acabaré por no verla. - ¡Así me gusta, abuelito, Escondiendo la cabeza bajo el ala en lugar de agarrar el toro por los cuernos. - El maldito Luis Bárcenas anotó en sus papeles las cantidades que les deba bajo cuerda - La Cotilla, como herida por un rayo, saltó de la silla y se enfrentó como una leona,  a salvar el honor de su admirado gurú.

- ¡Ojo con lo que dices, Andresito! Estás hablando de una eminencia en el arte de hacer y manejar dinero. Quién parte y reparte, se lleva la mejor parte y eso lo lleva a rajatabla. Y todo tan bien apuntadito, tan pulcro, que da gusto ver sus cuadernos. ¡Ahora mismo, en desagravio a tus palabras, voy a encenderle unas velas! - ¡Cotilla, nooooooooooooooooooooo! - Y llamé a los bomberos. - ¡¡¡Que vengan los cachas, por favor!!!

martes, 7 de noviembre de 2017

Bárcenas y las pesetas.

Bien de mañana ha sonado el timbre de la puerta. Me he levantado como una sonámbula, dándome porrazos contra los muebles y paredes. Incluso he estado a punto de tirar el acuario de Pascualita al suelo. Menos mal que solo se ha tambaleado pero, de todas maneras, me he llevado un chorrito de agua envenenada en la espalda ¡menos mal!

Al abrir me encontré con la Cotilla, cargada como una mula con velas, velones y velitas de todo calibre. En mi cerebro sonó la alarma. - ¿Dónde va con todo ésto? - Ayúdame que pesa. - ¡Ni hablar! Primero conteste a mi pregunta. - ¡A tú casa, boba de Coria! Si fuese a otra casa no estaría aquí. -
 ¿A qué?

- ¡La madre que te parió. ¿No ves que se me va a caer? - ¡¿A qué?! - A montarle un altar a mi gurú Bárcenas. (y se le cayó el cargamento al suelo) - ¡¿Has visto lo que has hecho?! ¡Ya lo estás recogiendo! - ¿Mi menda? Nooooooooooo...

Era tal la rabia que la dominaba que me tiró cuanta vela pudo, a la cabeza, acompañadas de patadas y algún que otro mordisco - ¡¡¡Valeeeeeee!!! ¡Ayyyyyyyyyyyyyyyyyyyy! - En un santiamén todos los vecinos de la finca salieron a sus rellanos. - ¿Qué pasa allí abajo? ¡En esta casa no se puede dormir! - ¡¿Qué haces pegándole a la vieja?! - ¡Para vieja, tu madre! (le dijo una mujer a su marido) - ¿Por qué metes a mi madre en este fregao? - Porque te dormiste dejándome con la palabra en la boca y quiero rematar la discusión. - Es que eres muy cansina, María del Pilar. - ¡Que sepas que ésta noche dormirás en la alfombra! - No tenemos alfombra, idiota. - ¡Ni para comprar una sirves, cabestro!

En un momento dado la gente tomó partido y acabaron como en el oeste, peleando todos contra todos. Aprovechando el jaleo, entramos en casa discretamente, con los brazos llenos de velas que descargamos en la salita. - ¡Ni se le ocurra montar un altar! - Debo hacerlo porque funciona. - ¡¿Que va a funcionar?! Es pura sugestión. - ¡Que no, que no! Soltarán a Luis Bárcenas. No les queda otra a los jueces y fiscales porque su abogado está demostrando que no se llevó una peseta del Partido Popular ¡Ni una peseta!

¿Y todo lo que tiene en Paraísos Fiscales? - Lo ha ahorrado honradamente, peseta a peseta. - ¿De dónde lo ha sacado? - Sisando de aquí y de allí, como hacemos las amas de casa. - ¡Eso no puede ser! Yo lo hago y nunca tengo un duro. - Porque no sabes, alma de cántaro. Solo tienes que aplicar el sentido común. - ¿? - Bárcenas no se llevó peseta alguna... se llevó ¡euros! ¿Te das cuenta? ¡No miente! Trae el chinchón, nena y brindemos que tanto ingenio se lo merece.


lunes, 6 de noviembre de 2017

Aprendiendo de su gurú, Bárcenas y compañía.

Hoy es uno de esos días en que necesito que un oso grande y peludo, sin garras a poder ser, me de un abrazo enorme ¡Tengo frío! Con lo bien que estábamos con una temperatura ideal y de golpe, a traición, ha llegado el frío. Que rollo de Otoño: primero cambio de hora, después frío de abrigo y bufanda. - ¡Avemariapurísimaaaaaaa! ¡Que alegría. Ya se fue el calor!

- Esta visto que nunca llueve a gusto de todos, Cotilla. ¿A santo de qué está tan contenta? - Ha llegado la época de los kleenex y yo tengo un montón para vender. - ¿No estarán usados? Es que de usted me lo espero todo con tal de ganar un euro. - Son nuevos, alma de cántaro. - ¿Los ha comprado con las ganancias de los cepillos de las iglesias que "limpia"?

Me miró de arriba abajo, con desprecio. - Nunca llegarás a nada con esas ideas de bombero que tienes ¡Pues claro que no los he comprado! ¿De qué ganancias estaríamos hablando si lo hubiese hecho?... Los encontré en la calle. - ¿Cuántos paquetes son? ¿tres o cuatro? - Ay, que poco sentido comercial tienes. Así te quedarás sin novio y sin dinero. Unos cinco mil paquetes. - ¡¿Y estaban en la calle?! - Exacto. En una furgoneta, con las puertas abiertas de par en par, en plena calle. Así que lo cogí todo... ¿Qué miras? Para que se lo quede otro, me lo quedo yo y le saco provecho - ¿Furgoneta incluída? - ¿Cómo quieres que me lleve tanto paquete? ¿En una bolsa de Mercadona? jajajajajaja

- ¡No me cuente nada más! Cuanto menos sepa, mejor. ¡Esto es el robo del siglo! - Mira que eres mal hablada. Quién habla de robo eres tu, boba de Coria. Ojito que vas por mal camino y si alguien te oye pensará que estás todo el día afanando. - ¡¡¡¿YOOOOOOOOOOOOO?!!!

Llamaron al timbre. - Abre tú que para eso estamos en tu casa. Será Bedulio con el dinero. - En efecto. En el rellano de la escalera estaba el Municipal. Le invité a entrar. - ¡Ni hablar! - La Cotilla llegó presurosa. Bedulio le entregó un sobre abultado, ella le entregó unas llaves. Y él se fue.

- Nena, saca el chinchón que esto hay que celebrarlo. - ¿El qué?  porque todo ha sido tan rápido que ... apenas... he visto... nada... ¡Ahi va! ¿No me diga que le ha vendido la furgoneta a Bedulio? - Anda, brinda y calla jajajajajajaja

domingo, 5 de noviembre de 2017

Espectáculo gratis.

Menuda fiesta organizó anoche San Pedro. Relámpagos y más relámpagos. El cielo era una sucesión de luces y sombras a cual más espectacular. Era para coger una silla , sentarse en el balcón y no perderse el espectáculo.

Eso fue lo que hice. Pascualita y yo nos sentamos a contemplarlo, total era gratis. ¡Y nos cayó el chaparrón! Si lo llego a saber me ahorro el agua de la ducha de la mañana. A la sirena tuve que ponerla a buen recaudo porque la tía se ahogaba. No llovía agua de mar.

A punto estuvo de caer a la calle cuando me levanté de golpe de la silla. La agarré de la cola y se me escurrió de tan mojada que estaba. Quitando el batacazo, tal vez hubiese llegado a la playa por los desagües. Bajo la acera hay una alcantarilla y si no se la comían las ratas, bien podría estar volviendo ahora, a toda velocidad, a su hábitat en estos momentos.

- Lo siento, Pascualita, pero no quiero morir a manos de la abuela. Todavía no he cumplido con la misión que se me otorgó cuando llegué al mundo: que mi primer hijo sea un biznieto. Ya podrían haber pensado en algo más normalito . Este encargo es difícil. No se me arrima nadie ni por casualidad...

De repente en mi cerebro se hizo una luz más potente que la de los rayos que iluminaban el cielo: - ¡Los bomberos! - Puse a Pascualita en el escote y me quedé helada. ¡Que frío me entró! Tampoco yo la calenté a ella. Una fuerte tiritona me impedía fijar el dedo con el que marcar el número de teléfono.

- ¿Los bomberos?... Hola, ¿están los cachas?... Los del calendario... ¿Trabajando? ¿Con ésta tormenta? ... Ya.... Ya... ¡No me cuente romances, amigo! ... ¿Qué todo son urgencias debido a la riada? ... Pues que vayan otros. Usted, por ejemplo... Yo también tengo una urgencia. Necesito que alguien me haga un biznieto... No, no he bebido... ¿Así que no pueden venir?... ¿Y usted? ¿si es bombero tiene que estar buenorro?... Le invito a chinchón y a lo que se tercie. ... ¡Eh, no se le ocurra colgarme el teléfono!... ¡Soy una ciudadana contribuyente! ... - ¡Necesito un hombre! ... ¿A quién?... ¿Qué busque a Jack? - ¿Puedo decirle que voy de su parte, señor bombero?... ¡Es usted muy amable. ¡Ahora mismo le llamo!

Envueltas en una bata para entrar en calor y con una gotas de Chanel número 5 en el cuerpo, como Marilín Monroe, la sirena y yo compartimos unas copas de chinchón antes de decidirme a llamar a Jack. - ¿Crees que estoy bien, Pascualita? ¡Hay, que nervios! - Y me puse a golpear, rítmicamente, con los dedos en la mesa del comedor. Y entonces, sin previo aviso ¡¡¡ÑACAAAAAAAAAAA!!! La medio sardina me mordió los dos dedos índice, con tanta saña que antes de soltarlos ya habían empezado a hincharse.

- ¡Avemariapurísima! ¿Has cambiado dedos por butifarras? - Conteniendo las lágrimas a duras penas, me quejé lastimeramente, - ¡¡¡QUE DOLOOOOOOOR!!! - Pascualita se acercó, curiosa y sin encomendarse ni a dios, ni al diablo me escupió un chorrito de agua envenenada en el ojo ¡Pero que le pasa a éste monstruo! pensaba mientras lloraba, gritaba, saltaba, corría, etc. etc...

Ahora estoy más aburrida porque, ni he encontrado a Jack, ni se ha presentado ningún bombero y sigo con la misma prespectiva con respecto al biznieto... Y encima, no puedo meterme los dedos en la naríz porque no me caben.

sábado, 4 de noviembre de 2017

¿Lloverá?

- Parece que, por fin, los hombres y mujeres de El tiempo, después de días anunciándo que va a llover, han acertado: chispea. ¿Ha sido casualidad que yo regara hoy las plantas del balcón, ya lánguidas por falta de agua? Tras el anuncio diario de lluvia yo les decía a las macetas: Aguantad un poco y me ahorro el agua del grifo.

- Son más buenas las plantitas. Como de la familia ¿Que digo "como" ? ¡Son de la familia! Han aguantado calores y solaneras, arrugándose un poquito cada día, sin quejarse. Incluso alguna sacó flores... hasta que hoy me he plantado y me he dicho ¡a regar! Vale, pues ahora llueve.

- Siempre fue más eficáz en la predicción del tiempo que iba a hacer, el callo del dedo meñique del pie derecho de mi bisabuela que todos los artilugios que usan ahora. Si le dolía mucho, lluvia segura al día siguiente.

- ¿Tú tenías un familiar así, Pascualita? aunque, al no tener pies, no sé qué podía dolerle... ¿la punta de la cola? - Los ojos saltones de la sirena estaban fijos en mi. De repente sacó la dentadura de tiburón a pasear pintando una amenazadora sonrisa en su cara de pez e hizo la señal de OK.

Una risa a mi espalda me sobresaltó. - ¡Abuela, que susto! - "Hace una hora que te escucho. ¿Te imaginas que te pilla la Cotilla hablando con Pasc...?" - ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaa! Qué más quisiera yo que pillaros con Pascual. Ni que fuera un fantasma el tío. No hay quién lo pille.

- Cotilla, tiene usted una imaginación desbordante jajajajajaja - ¡Que cruz tienes con tu nieta! - "¿Quiéres una magdalena del mes pasado que trajiste del contenedor del súper?" - ¡Con chinchón! - ¡Me apunto!



viernes, 3 de noviembre de 2017

El primer guardia civil chino.

El teléfono sonó, vaya usted a saber a qué hora. Temprano sería porque, por más que miré a través de la oscuridad, aún no habían puesto las calles. Naturalmente, no lo cogí pensando que se trataba de una parte del sueño que tenía en esos momentos... pero el timbre no dejó de sonar machaconamente y no me quedó más remedio que contestar, muy secamente, eso sí.

- Seas quién seas ¿qué leches quieres? - "¡Esa boca, niña, que soy tu abuela!" - Humm.... ¿Qué abuela? - "¡La que te parió!" - Vale... ¿qué quiéres? - "Me he encontrado con el señor Li en El Funeral..." - ¿De ... quién...? - "¡El tuyo!" - Aaah... ¿Qué te debo? - "Cincuenta mil euros, boba de Coria" - ... ¡¡¡QUEEEEEEE!!!

Una vez con el cerebro libre de las brumas del sueño gracias al susto que me dio la abuela, estuve lista para escuchar sus tonterías. - ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaa! - La Cotilla llegó de sus trapicheos nocturnos. - He visto al señor Li... - La abuela también. - ¿Te ha contando lo de su sobrino? - ¿De la abuela? - Nooooo. Del señor Li. - Si no especifica... - Pues eso, Que Li es guardia civil. - Ah, no sabía nada... pensé que solo trabajaba en sus tiendas. - Su tío sí. Li solo es guardia civil. - Cotilla, me acabo de despertar. Tenga compasión de mi.

La abuela entró decidida a ser la primera persona que me contara el galimatías de Li. - "¡Chitón, Cotilla! Yo se lo cuento" - Y comenzó, entre café y café para mantenerme despierta, una conversación-discusión de la que apenas me enteré de qué iba aquello.

Poco a poco se fue desenredando la madeja: "Nuestro" señor Li tiene un sobrino llamado Li, como él que,  a su vez, se ha metido a guardia civil. El primero que es chino". - ¿En China? - "No, alma de cántaro. En España. Cuando necesitemos protección recurriremos a él. Y dejaremos a Bedulio. El pobre cada vez está peor de los nervios."

Dormí unas pocas horas y después me acerqué a la tienda del señor Li - ¿Polque venil aquí? - Para conocer a su sobrino... - El no quelel biznieto español. - ¡Ya ha venido mi abuela con el cuento! - ¡Tu engañal mi soblino! - Pero si no he abierto la boca. Además, necesito un guardia civil ¡me han robado! (dije por fastidiar) - El señor Li extendió la mano trazando un semi círculo en el aire que abarcó a todos los jóvenes chinos que estaban en la tienda y discutían de fútbol.

- Tu cogel soblino Li que quel.ler. Todos sel Li. Todos sel chinos. Todos guapos como yo ¿Cuál quelel? - El de verdad. - ¿Tu sel tonta? Todos veldad. - El guardia civil. - Todos sel gualdia civil. Uno solo estudial. Todos chinos iguales jajajajajajajaja

jueves, 2 de noviembre de 2017

El fantasma de Pepe sigue aquí.

La abuela y la Cotilla han llegado juntas y con cara de guasa, cosa que no augura nada bueno para mi. - "¿Desayunamos?" - ¡Vale! Yo pongo las magdalenas del contenedor del súper. - Yo pondré el cola cao y la leche. Siempre me toca a mi poner más cosas (protesté) - "Va, no te quejes. Hoy las tazas las fregarán los fantasmaaaaaaaasssssssssss jajajajajajajajaja" - Abuela, no empieces que todavía tengo los pelos de punta. - Pero si tienes un chollo, boba de Coria. ¡Jornaler@s gratis !

- No me diga que siguen aquí, Cotilla... ¿A ver cómo duermo yo ésta noche? - "Como siempre: con los ojos cerrados y roncando jajajajajajajaja" - Las dos locas se partían de risa. Y entonces contraataqué. - No se reía tanto ayer (le dije, rencorosa, a la vecina) cuando salió por patas. - Fue para no aguarte la "fiesta" jajajajajaja - ¡Mentira! era miedo, puro y duro. Reconózcalo. - "No reconozcas nada, Cotilla o te lo echará en cara de por vida" - "Gracias", abuela .

- "De nada. Vamos a la cocina... Que detalle, nena" - La Cotilla y yo quedamos atoradas en la puerta de la cocina al querer entrar a la vez. - ¿Qué pasa? - "Que mesa más bonita has puesto. ¿Vas a clase de manualidades?" - Efectivamente, la mesa estaba puesta con primor, un poco recargada para mi gusto pero no dije nada. No podía. El cuerpo de Pepe estaba de pie bajo la estantería de su cabeza... ¿es que nadie lo veía?... Miré la cara reducida y abrió la boca. Ni gritar pude.

Las dos amigas charlaban por los codos sin prestar atención a lo que estaba ocurriendo a pocos pasos de ellas. Un escalofrío me recorrió la espalda y fui en busca de un arma con la que defenderme en caso de ataque del guerrero que estaba en mi cocina. No hay que olvidar que eran carníbales... A Pepe se lo habían comido, se supone que él hacía lo mismo con sus enemigos derrotados...

Pascualita se encontró, de golpe, en mi escote. - Cuando grite tu nombre (le dije), ¡ataca!... ¿Comprendido?.... ¿OK?... La medio sardina pasaba olímpicamente de mi...Entonces me dio por pensar) ¿Quién enseñó a Pepe, un fiero guerrero, a montar una mesa tan bonita? - Le miré desde la puerta de la cocina. Me sonrió y dedicó una cálida y coqueta, caída de ojos. Me estremecí. - Pepe... ¿Pepe es... era... gay?

Las dos amigas callaron de golpe. Después no podían parar de reir - "¡Huuuuuuuyyyyy, no eres más tonta porque no te entrenas jajajajajajajaja" - ¡Sí que se entrena! jajajajajaja - "¡Menos mal que no puede oirteeeeee jajajajajajaja" - La juerga aderezada con unas cuantas copitas de chinchón, continuó hasta que dije - ¡Por eso se lo comieron! -

miércoles, 1 de noviembre de 2017

¡La madre que me parió!

Que nochecita he pasado. No he pegado ojo en toda la noche. Sobre las cuatro de la madrugada me han despertado una pareja de zombis apestando a chinchón. - ¡Oh, no! ¿Todavía no estáis cansados de juerga, abuelitos. Pues yo quiero dormir así que, si queréis café, ya sabéis dónde está la cocina, el bote del café, el azucarero, la cafetera, las tazas y las cucharillas ¡Buenas noches!

Estaba cogiendo de nuevo el sueño y la voz estropajosa de una calavera con un cirio encendido en la cabeza me dijo algo que no entendí. - Hágame un favor, Cotilla. Vaya a la cocina con los abuelitos y déjeme en paz.

Y así ha seguido el rosario de "almas en pena" hasta que han llegado las claras del día y me han dejado tranquila. Solo entonces he dormido a pierna suelta hasta las diez de la mañana.

He pasado por el comedor a buscar a Pascualita para desayunar juntas. - Espero que los pesados de ésta noche hayan recogido la cocina... Maldita moda americana . Da grima ver a tanta gente haciendo el ridículo con esos disfraces, a cual más desagradable.

La cocina estaba tal cual la dejé yo anoche: con los platos sucios de mi cena en el fregadero. Cosa que me sulfuró. - ¡Panda de desagradecidos! También podrían haber fregado lo mío.

Estaba Pascualita en pleno ejercicio de saltos mortales dentro de su taza de cola cao cuando tuve que esconderla, de prisa y corriendo, en el bolsillo de mi bata. - ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaa!

La Cotilla me pilló en pleno rebote y pagó los platos rotos. - ¡La próxima vez que quiera un café en plena noche, que se lo ponga el sereno del barrio! - Huy, que mal te sienta el chinchón de buena mañana, boba de Coria. - ¡Ni chinchón, ni leches! ¿Tantos les costaba fregar un plato y un vaso más? - ¿A quién? - ¡A usted y la compañía! - ¿Cuándo? - ¡¡¡ESTA NOCHEEEEEE!!!

La Cotilla cogió su bolso y salió deprisa pero yo, furiosa, la perseguí por el pasillo gritándo como una loca. Solo me callé cuando por poco se carga la puerta de un portazo. Volví a la cocina para terminar el desayuno. - Perdona. La próxima vez lo fregaremos todo (dijo una voz de hombre) - Eso esper...oooooo... - Pepe, de cuerpo entero, se dirigió a su estantería, subió de un salto y su cabeza jibarizada quedó en la postura de siempre. El resto del hombre había desaparecido.

Desde entonces, llevo todo el día fuera de mi casa.