viernes, 25 de agosto de 2017

La modelo.

La Momia debe pensar que me ha tocado la Primitiva y me encarga cosas que no puedo pagar pero no afloja la mosca. Ahora quiere pintar. Ha encargado a Geooorge, al que por cierto tiene todo el día de la Ceca a la Meca con el rolls royce, que le traiga un caballete, pinturas, lienzos, etc. etc.

Cuando la escuché hablar de ésto por teléfono con el mayordomo, respiré aliviada, por lo menos no tendré que pagarlo yo. Que equivocada estaba porque me reservaba algo peor. - Nena, llama al maestro Picasso para que venga a darme unas lecciones. - ¿Qué Picasso? - El único que hay. - ¿El que pintaba gente muy rara? - Jajajajajaja¡que graciosa eres! pues claro, Pablito el malagueño.

¿Cómo le digo ahora a la bisabuelastra, que Picasso hace la tira de años que murió, sin darle un disgusto? - Tiene mucho trabajo. - Lo sé, nena. Siempre lo ha tenido pero, por mi, lo deja todo. - ¿Ah, sí? - Desde que fui modelo suyo... - ¡Ostras! ¿Y que dijo tu marido? - Aún estaba soltera y quise probar qué se sentía al cobrar dinero por trabajar. Nunca lo había experimentado porque en casa éramos muy ricos... - ¿Qué dijeron tus padres? - ¡Nada! No se enteraron porque esa clase de pintura no les gustaba en absoluto. - ¿Posaste desnuda? - ¡Naturalmente!

- ¿Lo sabe Andresito? - No, porque mi hijo es un poco carca y eso que uno de esos cuadros está colgado en el comedor, justo en frente de donde él se sienta a comer. - ¿"Aquello" eres tú? - ¡Siiiiiiii! Estoy mona ¿verdad? - Pues...

La Momia siguió insistiendo en que llamara a Picasso y no me quedó más remedio que decirle la verdad. - ¡Vaya, cuánto lo siento!... entonces llama a Miró. - ¿El del dibujo de La Caixa? ... también se murió. - ¿Y...? - También. - ¿Y...? - también...

Finalmente, claudicó. - Pues ya me apañaré yo. - Colocó el lienzo en el caballete y pensó un momento qué pintar. Después mojó el pincel en el óleo y comenzó a trazar líneas.

La dejé en pleno trance artístico y fui en busca de Pascualita para comentar lo que había pasado. Tardé un rato en darme cuenta de que la sirena no estaba en el acuario. Miré bajo los muebles del comedor por si se había tirado. Busqué la huella de agua que deja al reptar sobre las baldosas y no la encontré. En la cocina tampoco estaba. Pepe no la había visto en toda la mañana... o eso creí entender pero es tan parco en muecas que seguramente me equivoqué.

La cuestión es que no encontré a Pascualita, ni siquiera en el árbol de la calle. Empezaba a desesperarme y a temerme lo peor ¿Y si ha entrado una gaviota y se la ha tragado?... Estaba desolada. Me acerqué a la Momia. - ¿Qué te parece, nena? - ¿El qué? - El cuadro... a pesar de que no está terminado. - Miré con desgana y los ojos se me abrieron de par en par ¡Estaba pintando a Pascualita! - ¿De dónde... de dónde has sacado el ... modelo, bisabuelastra? - Es un marciano que estaba junto a ese acuario de algas del comedor. - ¿Y dónde está ahora? - Se ha caído en el bote de la pintura blanca... ¡Mira, parece un fantasmita! jajajajajajaja

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