viernes, 30 de junio de 2017

Día del Orgullo Gay.

La abuela ha hecho una funda de ganchillo, para el termo de los chinos de Pascualita, con los colores de la bandera arcoiris del Orgullo Gay. - "Si los autobuses de línea llevan la banderita, la sirena no será menos" - Demasido trabajo te has tomado para que la luzca en casa... - "Me la voy a llevar a la fiesta que hemos montado en El Funeral" - ¡No puedes hacerlo! - "Ya lo creo que sí. Será doble fiesta porque hoy colgarán la foto de Roberto, el del funeral del otro día, en la pared de los Finados" - ¿Eso no tendría que estar hecho ya? - "Sí, pero la viuda no encontraba una foto de su marido que le gustase... lo cual es lógico porque el pobre era más feo que pegarle a un padre. Por fin se ha decidido por la menos mala y ésta tarde lo celebraremos todo."

No entendía lo de la celebración del Orgullo Gay. - "Que obtusa eres. Pues porque, sin ir más lejos, yo he entrado y salido varias veces del armario durante mi vida." - Me quedé a cuadros. - ¿Ah, sí?...  ¿Andresito... lo sabe? - "No tengo ni idea. A ver si te crees que nos lo contamos todo." - ¿Ah, no? - "De nuestra boda para adelante, casi todo pero el pasado pertenece solo a cada uno, pues no faltaría más"

De repente una idea pasó por mi aturdida cabeza. - ¿La Cotilla y tú fuisteis... estooo... durante los muchos años... - "Chist, te estás metiendo en terreno pantanoso. Has nombrado la palabra Añossssss" - Perdón. La Cotilla y tú... ejem... - "Claro que ligamos. Ha sido la única vez que no le quité el novio jajajajaja" - ¡Abuela!

Definitivamente Pascualita necesita hacer ejercicio. Se ha puesto como un tonel y es difícil meterla a presión en el termo porque se cabrea y muerde... - Claro que también puede ser culpa de la menopausia (comenté con la abuela que torció el gesto) - ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaaaa! ¡Ya lo sabía yo que te cogería el toro, boba de Coria! ¡Menopáusica y tonta perdida, menuda ensalada! - ¡Oiga, que yo no...! - ¡Y tu abuela sin biznieto! A buenas horas te dejaba yo en herencia la Torre del Paseo Marítimo.

La abuela y Pascualita se largaron sin decir adios y me quedé sola frente a la antigua amante de mi abuela... ¡Que familia!

jueves, 29 de junio de 2017

Terapia de paella.

La Cotilla va arrastrando los pies, arriba y abajo por el pasillo de casa. Sigue decaída por la desilusión sufrida al confirmar que su gurú es tan cobarde como el resto de los personajes que un día fueron poderosos y estuvieron en el bodorrio de la niña de Aznar.

Entonces he sentido la necesidad de ser práctica y quitarme un trabajo de en medio. He puesto dos gamuzas ante los pies de la vecina . - Ande, píselas y me va sacando brillo al suelo. - Cómo debe estar la pobre (me da pena jijijijijiji) que lo ha hecho sin rechistar y ahora puedo mirarme en las baldosas.

Llegó la abuela seguida de Andresito y Geooorge, éste último cargado de bolsas. - "Hoy comeremos paella de marisco." - ¡Bien! - "Es una terapia para Andresito, a ver si así se anima un poco porque está de capa caída." - Bendita terapia. Yo también me voy pisando la moral. - "No seas cínica. Tu lo que quieres es comer paella" - Pues sí. - "Estás de suerte porque dice tu abuelito que, en éstos momentos trágicos para su partido, necesita el calor y el apoyo de su familia que ya me dirás tú para qué. Con tenerme a mi ya debería bastarle" - Podríamos haber ido a comer a tu casa. - "¿Para ensuciar la cocina? Ni hablar."

El abuelito me preguntó si había comprado el periódico y le dije que no. No era plan que se alterara viendo como la familia en pleno de su compañero Gijón han sido detenidos por la policía. Lo primero y más importante es la paella, no sea cosa que se quede inapetente de golpe y la abuela decida no hacerla. Ya verá las noticias más tarde .

- Por cierto, Cotilla, me he enterado de que Bárcenas canta, - Pareció revivir. - ¿Eso es verdad? - ¡Ya lo creo! El hijo de Bárcenas, que se apellida igual claro, canta en un grupo de música. ¿Lo ve? No todo está perdido. Hay un Bárcenas que canta jajajajajajajajaja

Ahora mismo tengo un ojo morado. La Cotilla me tiró una maceta a la cara. Y contra lo que pude pensar al darle la noticia, no perdió el hombre y se comió tres platos de paella. Los mismos que quería meter yo en un taper para no tener que guisar cada día.








martes, 27 de junio de 2017

El funeral.

La abuela me llamó por teléfono: - "Vistete decentemente y rápido que en unos minutos paso a buscarte". - ¿Decentemente? Siempre voy así. - "Así te va" - . - ¿Y dónde vamos? - "A un funeral" - ¿A la cafetería? - "¿Qué parte de A un funeral no has entendido, boba de Coria? De haber querido decir Al Funeral, lo hubiese dicho ¿no crees?" - ¿De quién? - "¿Ya te estás arreglando?" - Todavía, no... estoy hablando contigo. - "Pues el rolls royce está llegando a tu casa"

A la velocidad del rayo me cambié de ropa tres veces porque no acababa de verme muy decente. Al mirarme al espejo no me gusté nada. Sonó de nuevo el teléfono. Era la abuela - "Trae a Pascualita" - ¿Ya estáis aquí abajo?. No oigo el concierto de pitos. - "Ya casi hemos llegado"(me dijo, tajante) -  Después, dirigiéndose a Geooorge dijo: - "Cierra bien la puerta del garaje. Y párate en la pastelería de las Avenidas que se me antoja comerme una empanada de carne con guisantes" - Le ladré a través de las líneas - "¡Me tienes a todo correr y aún no habéis salido de tu casa!. - "!Que no se te olvide Pascualita!"

Media hora después se oyó el jaleo de los claxons ante el mal aparcamiento de Geoooorge. Tuve que meter a la sirena en el termo de los chinos a presión porque los michelines  hacían ventosa y a la media sardina le costaba entrar.

Camino de la iglesia, la abuela dijo que el funeral era una ocasión única para que Pascualita conociera de primera mano nuestras tradiciones y parafernalias ante la muerte de un ser querido. - ¿Y crees que esto le va a servir para cuando vuelva a su antíguo habitat? - "Naturalmente" - Me extraña: en el fondo del mar, sencillamente, te comen y el duelo se despide de prisa y corriendo por si el "tragón"  se ha quedado con hambre.

En la iglesia hubo un conato de guerra civil cuando algunos soci@s de El Funeral se enzarzaron en discusiones, empujones y palabrotas dichas en voz baja, al querer colocarse todos frente a los escasos ventiladores de la iglesia.. Al final el cura los apagó. Dos minutos después sudábamos como pollos.

Al cura se le veía enfadado y se trabucó. Como dijo Conchi que se sentó con nosotras: - Para un trabajo que hace, va y lo hace mal. - Le dimos la razón. La difunta se llamaba Damiana pero el cura se empeñó con Mercedes y no se le caía el nombre de la boca. - De repente me entró la risa floja porque me había fijado en el víudo que, sin recato dijo, - Mi mujer debe estar en la Gloria porque nadie olvidará de su funeral.

La abuela y Conchi hacían muecas para no reir y cuando parecía que lo iban a lograr sonó el movil de Conchi tocando Paquito Chocolatero. El cura estaba perdiendo los papeles y nosotras y demás socios de El Funeral estábamos desatadas y cuando nombraba a la muerta diciendo Mercedes, unas cuarenta personas mayores gritaban ¡¡¡DAMIANAAAAAA!!! y aplaudían. Al final el duelo se despidió a la puerta de la iglesia porque el cura nos echó con cajas destempladas. - "¡La de cosas que estás aprendiendo hoy, Pascualita!"

lunes, 26 de junio de 2017

La gran desilusión de la Cotilla.

Menudo jolgorio tenemos en casa. Si primero fue Andresito quien no levantaba cabeza debido al potaje-pornográfico-terrorífico-monetario-drogadicto de algunos de sus compañeros o conocidos de partido, hoy es la Cotilla la que ha llegado mohína y arrastrando la moral por los suelos. Cuando la he visto me ha dado por reír - ¡Ha llegado la alegría de la casa. Ole, ole y ole! - Menos guasa que no estoy para fiestas.

- ¿No saluda? - Ni para esto estoy. - Se fue a la cocina, cogió el cubo de la basura y lo llevó a la salita. La escuché trajinar y fui a ver qué pasaba ¡Estaba desmantelando el altar de los Amigos de lo Ajeno! - ¡Cotilla! ¿se encuentra bien?

Mientras de deshacía de velas, velitas y velones, además de las fotos de los corruptos, se le notaba que estaba haciendo un esfuerzo para no llorar pero cuando le llegó el turno al retrato de su gurú, su héroe, el espejo en qué mirarse, a quien creía que veneraría toda la vida, lo miró un instante y mientras las lágrimas desbordaban sus ojos, lo hizo trizas.

Salté hacia ella. - ¡Cotilla, es Luis Bárcenas! - ¡Lo sé! - y seguía haciendo los trozos cada vez más pequeños. - Solo se calmó al ver la botella de chinchón que cogí de la despensa. - No necesito copa, boba de Coria. ¡Y se bebió, a morro, casi toda la botella!

Me miraba con ojos vidriosos cuando le pregunté: - ¿No se arrepentirá? - ¡Es un rajado, como todos! No ha querido hablar ante el juez. No es aquel Luis valiente que, haciendo gala de su chulería, cantó las verdades del barquero la primera vez que declaró. ¡Dio nombres y los ratificó (¡Ya lo creo que recibían sobres. Y fulano de tal también. Y este otro y el de la moto. ¡Todos recibían sus sobres más contentos que unas pascuas! ¡Claro que lo sabían! Y no declaraban a Hacienda porque todo iba a la contabilidad en B... Ese es... ¡hip! ... era mi Luis. Si él caía, todos caerían con él... ¡hip!... mi héroe... ¡Una porra! Se ha asustado, achantado, ... ¿Dónde está esa chulería que me llevaba a mal traer? ... ¡hip! ... ¿dónde estáaaaaaaaaaaaa?

De repente cayó redonda al suelo y allí la dejé para que durmiera la mona. Después se la enseñé a Pascualita para que aprendiera la lección por si algún día vuelve a su hábitat y se encuentra con una situación parecida.

- Fíjate el disgusto que ha cogido la Cotilla. Recuerda que todos somos maleables en manos de personas con mucho poder, o mucho dinero... y sobre todo, recuerda que en los abismos marinos no tenéis chinchón y ni siquiera podrías consolarte bebiéndo media botella a morro.

Por toda respuesta, Pascualita saltó de mi mano al suelo y se pasó un rato entretenida comiéndose los cachitos de fotos y restos de cirios. Con razón le cuesta entrar en el termo de los chinos.


domingo, 25 de junio de 2017

Pascualita se cabrea.

Andresito no levanta cabeza. Cada vez está más avergonzado de sus compañeros de partido. Yo le digo que se borre y viva tranquilo pero me replica que hay que tener amigos hasta en el infierno por si un día las cosas vienen mal dadas. - ¿Peor, abuelito? -

Le enseñé un periódico donde se cuenta una especie de novela negra, pero que muy negra: drogas, policías corruptos, sobres con dinero para sobornos, prostitutas, algunas a la fuerza, palizas, lupanares, reyes de la noche y sobre todo, nombres de los beneficiados en todo ésto y se echó las manos a la cabeza. - ¿Es el guión de una película? - Supongo que,con el tiempo, lo será. - ¡Mira que nombres han puesto. Los demandarán! - ¡Que va, hombre! Es una crónica periodística muy sabrosa. - ¿Es todo verdad? - Eso parece. - Y empezó a lamentarse amargamente y así lleva dos días. La abuela ya no le aguanta más y se ha venido a mi casa. - "Prefiero estar aquí, aunque tenga que hacer caracoles todos los días para mi primer marido." - Claro que no los hizo mucho tiempo porque enseñó a Geoooorge a prepararlos y no le quedaban mal.

Ahora quién no aguanta en casa soy yo. Con el termo de los chinos colgando del cuello y Pascualita metida en él con calzador, hemos ido a la playa.

Hemos disfrutado de un buen baño las dos. Ella iba dentro de la bola de rejilla de acero a la que, por mucho que muerda, no puede romper.

El agua estaba muy buena y cuando he pensado en salir un rato a la arena, estaba arrugadísima. A la sirena se la veía contenta y hemos seguido dentro un rato más. De repente se ha puesto tiesa, como si le hubiese dado un aire. - ¿Qué te pasa, bicho?... ¿no habrás visto una medusa? ¡¿Hay una medusa!? -

Tiré de la cadenita de la bola para salir corriendo pero di un respingo cuando la media sardina se abalanzó contra la bola con la dentadura por delante.- ¡No voy a dejar que comas esa porquería! ¡Nos vamos a casa! - El ataque de Pascualita contra lo que fuera, porque yo no había visto nada, era salvaje. Insistía una y otra vez en darse porrazos contra la bola. - ¡Ya está bien!

Sentí un escalofrío en la espalda... como si alguien me mirara. Me giré dispuesta a encararme con el chulito de turno pero lo que vi me puso los pelos de punta. A unos dos metros de mi había un tiburón de diez metros de largo y cinco de ancho (así lo vi yo)  que se acercaba lentamente. En cambio, yo corría como una loca, gritando, cayéndome de bruces al agua hasta que salí gateando sobre la arena. El animal pasó rozando la orilla de la playa, dio un giro y se perdió mar adentro. Pascualita seguía fuera de si y tuve que poner la toalla sobre la bola para que nadie la viera.

¿Comerán tiburones las sirenas? La locura que le dio cuando lo vio no es normal. ¿Acaso los tiburones son sus enemigos naturales y ella quiso defender su hábitat? Supongo que será algo de esto y al no poder hacer nada cogió un cabreo de narices que aún le dura.

Tuve que ponerme el guante de acero para meterla en el acuario cogiéndola por la cola porque se revolvía contra mi la jodía. Ahora está más sosegada ¡Menudo día de playa me ha dado! Me parece que la próxima vez tendrá que llevarla su tía la del pueblo porque lo que es yo no... ¡¡¡La madre que la parió!!! - Con su excelente puntería hizo diana en mis ojos lanzándome sendos chorritos de agua envenenada en cada uno... Después de beberme me... ¡hip!... media botella de... ¡hip!... chinchón, voy a apuntarme a ... ¡hip!... la Once a vender... ¡hip! ... cupones... Aaaaaayyyyyyyyy....

sábado, 24 de junio de 2017

La noche de San Juan.

Un día Matin Luther King dijo: He tenido un sueño... y la frase se acuñó para la posteridad. Vale, pues ahora la diré yo y espero recibir el mismo tratamiento que él. - He tenido un sueño... Bueno, ya está dicho ¿ Y ahora qué?

Una hora después he llamado a la abuela para comentárselo. - Y creo que no ha pasado nada porque no he notado nada especial ¿Tú que crees, abuela? - "Que llevas camino de que te den el Premio Princesa de Asturias de la Tontería Supina." - ¡¿Lo crees de verdad?! - "Cada día estoy más convencida... ¿A qué ha venido decir ésta frase?" - A que he tenido un sueño esta noche sobre las fiestas de San Juan. - "¿Crees que éste "acontecimiento" cambiará el mundo?"

Sigo sin tener noticias sobre la repercusión de la frase. Tal vez los periódicos de mañana digan algo. Tienen que decirlo o pecarán de discriminatorios por el simple hecho de que el señor King la dijo en inglés y yo no.

En vista de que no pasaba nada ni venía nadie he ido a por Pascualita y Pepe, los he colocado frente a mi, en la mesa de la cocina y les he contado mi sueño. He empezado así el relato:  - He tenido un sueño (los miré fijamente pero no hubo ninguna reacción) estaba en es Born de Ciudadela. No había nadie en la calle, de repente entraron en la plaza, a galope tendido, montados en sus caballos negros, los caixes. ¡Me arrollarán! pensé pero hicieron algo mejor, los caballos caracolearon y se levantaron de manos al ritmo del Jaleo que tocaba una orquesta, que se cobijaba bajo los árboles del sol y el calor. ¡Todo el espectáculo ancestral para mi sola!

Pascualita bostezó ostensiblemente. - Aprende de lo que te digo y podrás ponerlo en práctica, cuando vuelvas a tu hábitat, con los caballitos de mar. Pepe, más prudente, ni se inmutó.

En mi sueño salía también una playa abarrotada de gente, bailando junto a las hogueras, saltándolas, mientras Serrat cantaba: Vamos subiendo la cuesta que arriba en mi calle empezóooooo la fiestaaaaaa.

Fue una velada preciosa, con mil olores en el aire: a pólvora, chorizos, panceta, sudor, el salitre del mar, la madera quemada, papeles en los que ardían viejas ilusiones que no fueron y las nuevas que están por ver... Entonces todo se trocó en una enorme piara de cerdos. Cuando éstos desaparecieron con las claras del día, la playa estaba arrasada, sucia, violada, abandonada...

Pascualita mordió una magdalena . Pepe siguió con su estricto régimen y no comió nada. Metí a la sirena en el termo de los chinos, que ya le viene muy justo y me la llevé al mar... Por el camino cambié de idea y volvimos a casa. Tuve miedo de que el sueño tuviera algo de realidad.

viernes, 23 de junio de 2017

Los rescatadores.

- "¡Nenaaaaaaa! Que dice Andresito que debemos estar muy orgullosas porque somos la envidia de Europa!" - Abuela ¿sabes la hora qué es? ¡Aún no han puesto las calles! - "Te doy una estupenda noticia y tu te preocupas por la hora ¿Cómo quieres que el país vaya bien con egoístas como tu?" - Y me  colgó el teléfono.

Intenté dormirme de nuevo pero me fue imposible... ¿De qué debemos estar orgullosas?... ¿y por qué la abuela me cuenta las cosas a medias? Iba a llamarla cuando ha llegado la Cotilla. Venía de sus trapicheos nocturnos y a pesar de la hora, dando su grito de guerra a todo volúmen: - ¡¡¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaa!!!  (inmediatamente se oyeron las quejas de los vecinos) - ¡¿Por qué no te callas, jodía?!

- ¡Vengo echando chispas, boba de Coria! - Vale, pero no alborote. - ¡Alboroto porque puedo y porque me da la gana! - ¿No han ido bien los negocios ésta noche, Cotilla? - ¡Me subieron UN EURO la pensión, a bombo y platillo! Y dicen que la hucha de las pensiones tiene telarañas Y a pesar de eso, vuelven a exprimir nuestros pobres bolsillos hasta conseguir juntar 60.000.000.000 de euros... ¡snif!... para... ¡snif, snif, snif!... dárselos a ¡¡¡BUAAAAAAAAAAAAAAAAA!!! los bancos... Quizás sobren ceros... ¡snif!... o no; sea como sea ...¡snif!... es muy... ¡snif!... fuerteeeeee. Esto me va a ... ¡snif!... mataaaaaar...

Se me encogió el corazón viendo a la pobre vieja, que ha pasado media vida luchando por sobrevivir, llorar desconsoladamente... Cogí la fregona porque estaba inundando el suelo del pasillo. - Pare ya o saldremos en barca. (Pensé que lo mejor era hacerla reír) ¿Sabe de qué me he enterado, Cotilla? De que hay un grupo de personas que han abierto una cuenta para quien quiera cooperar a pagar la deuda de Cristiano Ronaldo jajajajajajaja ¿A qué es chusco? jajajajaja ¿No se ríe?

No sé qué le pasó a la Cotilla: se puso blanca, después roja, morada, violeta, las venas del cuello y de las sienes aumentaron de tamaño de forma alarmante. - ¡Que no le estalle la cabeza dentro de casa que me va a poner perdidas las paredes! (y le tiré un vaso de agua para mitigar la ebullición de su cerebro)

Sonó el teléfono - "¿A qué no te has podido dormir? Ajo y agua. Eso te pasa por interrumpirme... Vale, te lo cuento. Somos el pais más rico de Europa ¿qué te parece? Vamos a salvar otro banco entre todos ¿A ver dónde encuentras otro Estado que haga ésto? ¡No lo hay! Mucho presumir y mucha boquilla es lo que tienen los extranjeros, en cambio nosotros ¡los rescatamos! ¡que orgullosa me siento!... Hale, ya puedes dormir" - Abuela... recuerda de dónde vienes. (y colgué pero me dio tiempo a escuchar un ¡LA MADRE QUE ME PARIO! ¡¡¡ANDRESITOOOO!!! lleno de rabia) ¡Esa es mi abuela! 


miércoles, 21 de junio de 2017

Falsa ignorancia.

Hoy ha habido bronca a la hora del desayuno entre Andresito y la abuela. Mientras esperaban a que saliese el café, Andresito le ha pedido a Geoooorge que le leyera el periódico. - "¿Acaso es tu esclavo?"(ha dicho ella sin venir a cuento) - No, porque le pago un buen sueldo... Es que no sé dónde he puesto las gafas. - "¡Vaya, lo que me quedaba por oír! Ni que ésta casa fuese el Palacio Real. Es una caja de cerillas a su lado" - ¿Te pasa algo, cariño?

La abuela, brazos en jarra, soltó. - "¡Sabía yo que no tardarías en contagiarte! Eres un hipocondríaco" - Andresito me miró, preocupado - Nena, ¿sabes qué le pasa? - No tengo ni idea y viendo como se pone, mejor no preguntar.

- "Eso, despreocúpate como haces siempre con todo" (la bronca ahora era para mi) - ¡Ya ha salido el café! (grité para desviar su atención) - "¡Egoísta. Y tú, (su marido) tonto de remate, solo te falta firmar para que le paguemos, entre todos, la multa a Cristiano Ronaldo" - ¡Ni se me había ocurrido!

- "Ya estás llamando al médico para que corte de raíz tu incipiente Falsa Ignorancia. No quiero verte con cara de guasa contenida como los exministros de Aznar que no recuerdan haber recibido sobres con dinero a pesar de las anotaciones de Bárcenas ¡Y busca las gafas, coñe!"

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaa! ¿estáis hablando de mi gurú, Luis Bárcenas? ¿A qué es guapo? Si vuelven a encarcelarlo me apuntaré voluntaria para ir a entretenerlo. - ¡Eso sí que sería una condena, Cotilla! - ¡Que cruz tienes con ésta nieta!



martes, 20 de junio de 2017

Desayunando juntas.

Me ha despertado el aroma inconfundible de ensaimadas recién hechas. Pero no solo a mi porque, al pasar por el comedor camino de la cocina, he visto a Pascualita asomada al borde del acuario, con los ojos como platos, husmeando el aire.

La cogí sin aminorar el paso. Hace ya días que no desayunamos juntas debido al tráfico de personas que circulan por casa desde que los abuelitos alquilaron la Torre del Paseo Marítimo a guiris ricos. Tanto Pascualita como yo, de éste negocio solo sacamos inconvenientes aunque la abuela lo llame egoísmo.

Sentados a la mesa de la cocina estaban todos, así que metí a Pascualita en el bolsillo de mi bata, cosa que no le hizo ni pizca de gracia e intentó clavarme los dientes en el muslo. Por eso caminaba haciendo pequeños quiebros cada vez que sentía cerca el filo de sus dientes de tiburón. - ¿Por qué camina así tu nieta? (preguntó la Cotilla) - "Será un baile de moda o es que es más tonta que ayer pero menos que mañana." - Va a ser eso.

Acostados sobre la encimera, la Momia y mi primer abuelito que, por cierto, era un guayabo cuando lo finiquitaron, estaban a lo suyo. Protesté airadamente. - ¡¿En la cocina también?! ¡Abuela, diles algo! - "Déjales que disfruten ¿No sabes que la cocina es uno de los lugares más eróticos que hay? Tienes que ver la película El cartero siempre llama dos veces, boba de Coria." - ¿Erótica? ¿Llena de olores a cebolla, ajos, frituras, hervidos, el agua del fregado, el cubo de basura... ¡Abuela, por favor! - Que cruz tienes con ésta nieta (remachó la Cotilla) Pues buenas faenas he hecho yo en la cocina en mis tiempos. - ¡Ande, no me cuente historias para no dormir! - Que mal educada la tienes (protestó la vecina a mi abuela)

Poco a poco se fueron marchando a sus tareas, incluso la pareja feliz salió en busca de otro rincón donde seguir desfogándose... Su marido fue un hueso y un beato de armas tomar, por eso la pobre bisabuelastra floreció al enviudar. Y bien que se ha resarcido de aquellos largos años inquisitorios. Gracias a mi abuela conoció cosas que ni imaginaba y le gustó, pero se tomaba las cosas con calma hasta que un día, revolviendo un cajón encontró en un sobre unas fotos de su marido con unas tías a las que se les olvidó vestirse. A la pobre Momia le dio un soponcio.

A partir de aquí se quitó el luto que ella pensaba llevar hasta el último día de su vida y se puso el mundo por montera. Recuperó el tiempo perdido con creces; es una feminista convencida y no le hace ascos a nada. ¡Ni siquiera a un fantasma!

Al quedarnos a solas preparé dos cola caos, le di un trozo de ensaimada a Pascualita que, feliz, saltó una y otra vez en su taza hasta dejar la cocina chocolateada. Estaba tan contenta que se lanzó a mi taza pero pude quitarla a tiempo y se dió en los dientes con el plato.

Cuando, después de dejarla en el acuario, se deslizaba aguas abajo para esconderse bajo la arena del fondo, me hizo la señal de Ok con sus deditos. Estaba dolorida pero contenta. Lo celebré echando un buen chorro de chinchón al agua y yo, para no manchar copas, lo bebí a morro.

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lunes, 19 de junio de 2017

Menuda sorpresa.

En el portal de casa había espectación y bajé a ver qué estaba pasando. Me encontré con los cubanitos culito-respingones a los que la bisabuelastra puso de patitas en la calle cuando se enamoró pérdidamente de mi primer abuelito.

Habían convocado a la prensa para contar el mal trato recibido por parte de su "patrona" . Cuando las cámaras de fotos y de la tele les enfocaron, desplegaron una pancarta que decía ¡Somos los kleenex del amor: usados y tirados a la puta calle. Reivindicamos nuestros derechos!

- ¿Se puede saber a que viene éste revuelo? Ya os hacía en Cuba. - ¿Y cómo nos vaaaaaamoooos, mi neeeegraaa? - Con la pasta que os dió mi bisabuelastra. - Poca e pa lo que hemos aguantao. - Se os acabó el chollo. Fuera de aquí o llamo al Municipal.

El sonido de los claxóns me avisó de que el rolls royce acababa de aparcar en la parada del bus. En pocos segundos, la abuela se puso a mi lado. - "¿Qué pasa aquí?" - Señola, su nietecita nos está echaaaando. No tenemos trabajo y nos moriremos de hambre. - "Id a ésta dirección. Decid que os mando yo. Os darán trabajo pero tendréis que emplearos a fondo porque mi amiga lleva muchos años en dique seco. - Los chicos se inclinaron ante ella como si fuese la mismísima reina de Inglaterra. Solo les faltó besar sus zapatos y luego salieron corriendo.

Al entrar en casa vimos a los enamorados enroscándose por los rincones. - ¡Podéis parar un poco, por favor! - Que mala es la envidia (contestó la Momia) - ¡¡¡Bisabuelastra!!! - Creo que no me oyó porque volvieron a lo suyo. - "Que vergüenza - dijo la abuela - que un fantasma y una que lleva camino de serlo pronto, te den sopas con honda en cuanto a cosas del amor"

- No hace falta que me lo recuerdes, abuela. - "Pero es que no sé a quién demonios has salido... a nuestra familia, no, a la de tu abuelito, tampoco..." - ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaa! ¿Ya estáis discutiendo? - "Estoy haciendo memoria... porque ésta chica, en cuestiones amorosas me tiene despistada. No encaja con ninguno de sus ancestros " - ¿A ver si éste no va a ser su abuelo? - ¡Eh, Cotilla! ¿qué insinúa? - Que tu abuela siempre fue muy promíscua y despistada ¿no podría ser que en aquellos tiempos, entre canuto y canuto, se te olvidara quien era tu marido y te arreglaste con el primero que llegó con cierto parecido a él? - "¿Tú crees?... No está mal pensado... Fueron tan locos aquellos años 60 jajajajajaja Cuántas veces me desperté sin saber quién era el que estaba a mi lado ¡Sorpresa!"

Las dos viejas se partían de risa - ¡Ni te imaginas lo que le gustaban las sorpresas a tu abuela en aquellos tiempos! jajajajajajaja

El mundo se derrumbaba a mis pies y aquellas dos solo sabían reír - Entonces... ¿quién es mi abuelito? (pregunté, abrumada) - Dejaron de reir, le dieron un tiento a la botella de chinchón y gritaron: - ¡¡¡SORPRESA!!!

domingo, 18 de junio de 2017

Morreo centenario.

Esta mañana por poco me ingresan en la UCI de la impresión que me he llevado cuando, al salir del baño, me he dado de bruces con la Momia y mi primer abuelito, pegados como lapas y dándose un morreo que hasta el Misterio ha temblado.

Y lo peor ha sido ver los restos de los últimos caracoles que comió él, paseándose por sus intestinos hasta caer al suelo. ¿Es necesario que los fantasmas sean transparentes? ¡Que asco!

Cuando me vieron se apartaron ráudos, como dos adolescentes pillados in fraganti. Luego, dándose cuenta de sus edades volvieron a la carga partiéndose de risa. - ¡Ay, nena! Tu abuelito es una maravilla de persona. - Y usted una aprovechada. - ¿Celosilla? Pues ajo y agua que para cuatro días que me quedan en el convento no voy a ponerme mojigata. - ¿Qué dirá Andresito si se entera? - Que diga lo que quiera que ya es mayorcito. - Y siguieron a lo suyo.

Pensé en contárselo todo a la abuela. Al fin y al cabo es la mujer del novio de la bisabuelastra pero no tuve tiempo porque llamaron a la puerta. Era la policía en busca de Andresito, al que se llevaron esposado y con cara de pocos amigos.

Horas más tarde vinieron a por la Cotilla. - "¿De qué acusan a mi marido?" - De fogosidad. - "Eso sí, Mi Andresito es una fiera y cuando toma una de las pastillitas azules¿Y a la Cotilla?" - De conseguidora. - "Eso no me extraña porque siempre esta trapicheando" - ¿Usted sabe cosas? - "¡Ya lo creo! - Media hora más tarde, también se la llevaron detenida.

Fue un alivio ver la casa vacía aunque Geoooorge, que parecía un alma en pena, sin nada que hacer más que pensar constantemente, si habían hecho bien sacando a Inglaterra de Europa. Su cabeza era una enorme flor a la que cada minuto, arrancaba un pétalo que decía sí y otro que no. Al final nunca llegaba a un acuerdo y se sentía muy desgraciado al no saber si tendría que seguir bebiendo té o cambiar al café.

La noticia salió en el periódico. ¡Detenidos los cabecillas del envenenamiento de la Torre del Paseo Marítimo! - ¡No puede ser que digan eso! Están devaluando el valor de la casa ¡Os demandaré, malditos. Os demandaré! (grité al periódico como si pudiera oírme)

Como, de momento no podía hacer nada, me senté con Pascualita entre las manos y nos tomamos unos helados mezclados con chincón ¡Mano de santo, oiga!

sábado, 17 de junio de 2017

Sirenas.

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaa! ¿No habéis oído nada? - La Cotilla entró en la cocina a paso de carga. - ¿Nada de qué o sobre qué? - Sobre sirenas. - A la abuela y a mi se nos cortó el aliento ¿La Cotilla había descubierto a Pascualita? pues ya podíamos despedirnos de ella porque pronto tendríamos a la prensa, a los científicos, a los animalistas, a los antianimalistas, a los Verdes ¡al Susum cordam! en casa. Nuestro secreto había saltado por los aires y la Cotilla, siendo lo pesetera que es, habrá vendido la noticia de la existencia de una autentica sirena la mejor postor y a precio de oro.

Tragué con esfuerzo el trozo de magdalena migado en el cola cao que quedó paralizada en mi boca cuando escuché a la vecina, después puse cara de no sé de qué me habla y pregunté: - ¿Qué... qué pasa con la sirena? - Que he oído sonar muchas ¡y todas cerca de la Torre del Paseo Marítimo!

Andresito saltó: - Habrá habido un choque en cadena ¡Si es que no sé por qué les dan a los jovenes el carnet de conducir! tiene la cabeza a pájaros y van como locos por la vida ¡Hay que quitarles todos los puntos a ver si así aprenden a conducir y comportarse educadamente en la carretera! - "No te sulfures, cariño y recuerda que el último choque que tuvimos fue culpa tuya... y el anterior también y... ¿sigo?" - No es lo mismo. Yo tenía preocupaciones políticas... - "Pon la radio, nena"

En una preciosa casa del Paseo Marítimo ha ocurrido una gran desgracia. Estaba llena de extranjeros que recurrieron al alquiler vacacional. Dicen que pagaban un buen puñado de euros por semana, por lo que no podemos entender que la casa esté llena de comida caducada siendo esas personas de alto poder adquisitivo (decía el locutor)

Al parecer las víctimas han sufrido un envenenamiento masivo porque se han encontrado varias latas en muy mal estado. Los turistas han sido trasladados al Hospital de referencia. Se teme por sus vidas.

- "¿En qué casa puede haber sido, Andresito?" - Vete tu a saber, porque a los ricos no nos gusta airear nuestros negocios. - Corrí a poner la televisión. En la pantalla salía, en un primer plano, la casa de los abuelitos. - ¡¡¡ES LA TORRE DEL PASEO MARITIMO!!!

Nos arremolinamos junto a la tele y después volvimos la vista a la Cotilla. - "¿De qué has llenado la despensa?" - De productos del contenedor del súper. - ¡Muy caducados, supongo! - Nada, de dos o tres días solamente... - Sonó el teléfono. Andresito lo cogió e, inmediatamente, se cuadró. Escuchó muy atentamene y acabó con un: - Muchas gracias, su eminencia reverendísima. Beso su mano - He hizo tres profundas reverencias. Fue al intentar alzarse de la tercera cuando su espalda hizo ¡clac!

La abuela le ha puesto una cataplasma que ha hecho la Cotilla con un compedio de hierbas. Y ha pesar del dolor, el hombre estaba contento. - El obispo está orgulloso de mi y me da las gracias por haber solucionado el problema de los inquilinos a los que veían a través del catalejo. Solo me ha pedido que, la próxima vez, no sea tan drástico porque acaba de darle la extremaunción a uno de ellos.

viernes, 16 de junio de 2017

La Momia se enamora.

Esta mañana, al entrar en la cocina a desayunar, he tenido la sensación de que éramos menos que ayer. - ¿Falta gente ¿verdad? - La Momia dejó de masticar su ensaimada mojada en el café con leche y levantó una mano, pidiendo la palabra. - He despedido a los cubanitos culito-respingones. - ¿Por qué, bisabuelastra? ¿Se habían vuelto repetitivos en sus juegos erotico-festivos? - Eso también, pero la verdadera razón es que he conocido a un jovencito de lo más educado, monísimo y tengo la sensación que lleva mucho tiempo en el dique seco, sexualmente hablando.

- ¡Por lo que cuentas, es un mirlo blanco! - Un poco blanco sí que está. - La abuela vino hacia mi para susurrarme al oído: - "¡Se ha prendado de mi primer marido! Cambia de tema" - Se me atragantó la ensaimada. Ya sé que la abuela quería que dejara de hablar de ello pero no podía, me interesaba el tema.

- ¿Dónde lo has conocido? - ¡Aquí, en tu casa! Ya ves que casualidad. - ¿No será el cartero? (la abuela me pegó una patada en la espinilla por debajo de la mesa) - No creo. Debe ser de la familia porque estaba comiendo caracoles. (Andresito tuvo una arcada) - ¿Y dices que es un jovencito? - (esta vez la patata me hizo saltar las lágrimas y fue a través de ellas que vi a Pascualita camuflada entre la fruta del frutero) - ¡Abuela, estás loca! (le grité. ¡Con todos los que éramos en casa, escubrirían a la sirena)

La bisabuelastra siguió con su tema. - Tienes que conocerlo, nena. Estaba aquí. - Tal vez lo trajo la Cotilla, como trapichea con tanta gente... - La vecina saltó como un resorte - ¡¡¡YO NO CONOZCO A NADIE QUE COMA CARACOLES!!! - ¿Es amigo tuyo, Andresito? (preguntó a su hijo) Me extrañaría porque es muuuuuucho más joven que tú. - Vale, mamá ¿porque no te dedics a rezar el rosario como hacían tus antepasadas a tus años (Andresito estaba muy enfadado y sin pensarlo, le gritó a la abuela) - ¡¡¡Y TU, DEJA YA DE HACERLE CARACOLES!!!

Allí se mascaba la tragedia. Y se mascó, pero yo ya no estaba allí. Pascualita, creyendo que la abuela iba a ser atacada, le soltó un chorrito de agua envenenada a Andresito en los ojos. El pobre salió llorando y gritando, tropezando contra los muebles hasta que la abuela lo alcanzó y le pasó la botella de chinchón. -"¡Toma y duerme la mona!"

La Momia y yo estábamos en el pasillo contemplando, arrobadas, a mi primer abuelito. Por primera vez dejé de verlo como un fantasma y mirarlo como el hombre que fue. Y sí, era joven... entonces
 ¿a qué edad se lo cargaron éstas dos brujas?

jueves, 15 de junio de 2017

Abanicos.

Andresito no puede quitarse de la cabeza que ha visto un fantasma. - Fue horrible, Nena. No te lo puedes ni imaginar (me decía al tiempo que se le ponían los pelos de punta) - Claro que puedo, abuelito. También lo he visto. - ¡¿Y te quedas tan tranquila?! ¿De qué pasta estás hecha?... Ah, ya comprendo. Habías bebido chinchón a morro y tuviste una alucinación etílica, pero yo no. Soy un ciudadano de bien, no hago estragos como vosotras... - Vale, abuelito, no me des el sermón. Lo he visto igual que tú. - ¿También viste una cosa muy asquerosa?

- ¿Te refieres a comer caracoles y verlos discurrir por su cuerpo hasta caer al suelo? - ¡Aaaaayyyyyyyyyy, síiiiiiiiiiiiiii! - ¿Lo sigues viendo? - ¿A mi primer abuelito? Está a tu derecha, examinándote fijamente. - ¡Tu quieres matarme de un infarto para quedarte con la Torre del Paseo Marítimo!

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaa! ¿A qué vienen estos gritos? (preguntó la Cotilla) - El abuelito vio al otro abuelito. - Ya ves qué cosa: - ¿Tú también lo has visto, Cotilla? (Andresito estaba encogido en un rincón del comedor) - Lo he visto y lo veo. - ¡Oh, no! (lloriqueó el pobre) ¿Y por qué... come caracoles? ¿Es una condena eterna por haberse portado mal en ésta vida? - ¿Portarse mal? pero si era un bendito, hasta parecía tonto. Lo de los caracoles son cosa de tu mujer para tenerlo contento. En vida le encantaban y en espíritu se ve que también.

Andresito se enderezó un poco. Cuando habló se le notó celoso. - ¿Por qué quiere tenerlo contento tu abuela? (tenía el ceño fruncido) - A mi no me mires, es cosa de éstas dos. Por lo visto su salida de éste mundo no fue muy ortodoxa... - ¡¿Qué dices, Nena?! - No hagas caso a tu nieta, Andresito, que no es más tonta porque no se entrena.

Llegaron Geooorge y la abuela. El mayordomo venía cargado de cartulinas de distintos colores. - "¡Que calor hace! Geoooorge, deja eso encima de la mesa del comedor, trae las tijeras y nos pondremos a trabajar." - ¿Qué vais a hacer con todo esto? - "Abanicos. Lo ha recomendado el delegado de Sanidad de Madrid. Y así, de paso que se lucha contra el calor, se potencia la creatividad de los niños y los mayores..." - ¿Aunque se asfixien de un golpe de calor por no tener cerca un ventilador? - "Eso ya es cosa de cada cual. El hombre cobra para pensar y por ahorrar unos euros a la Comunidad aunque luego se los gasten en cenas". -  La Cotilla, que se olió el negocio, saltó: - ¡Yo los venderé en colegios y asilos!

Una hora después el comedor estaba lleno de abanicos de papel. Y Geooorge harto de plegar y recortar cartulinas, remugó: - Menos mal que pronto yo solo brithis ¡no europeo! - "¿Te estás quejando, inglés?" - Yes, madame... del calour, only

miércoles, 14 de junio de 2017

Abuelitos frente a frente.

Andresito tuvo razón. Ya dicen que sabe más el Diablo por viejo que por Diablo y él es un rato viejo, cosa que no puedo ni insinuar delante de la abuela o me pondría las peras a cuartos. Han pasado unos días y el obispo no se ha vuelto a quejar, lo que ha aliviado a mi familia, Cotilla incluída, porque se les hubiese ido el negocio al traste, pero a mi me han hecho polvo. Me había hecho la ilusión de volver a vivir sola, tener de nuevo mi independencia.

La troupe que tengo en casa se traslada de una parte a otra, juntos. Donde va uno van todos. La Momia preside el cortejo, digo yo que será por la edad (¡ya estoy de nuevo con éste tema! tengo que ir con mucho cuidado no se me vaya a escapar)

Así, todos a la vez, han colapsado la salita para ver los debates de la Moción de Censura al Gobierno. El que se ha sentado más cerca del televisor ha sido Andresito ya que afectaba a su partido. Lo vi nervioso. No le gustan esta cosas que alteran su apacible vida.

No pudo aguantar la lectura de la lista de corruptelas varias que sacaron a relucir. Parecía un culillo de mal asiento. Se levantaba, se sentaba, se acercaba al Altar de los amigos de lo Ajeno y, finalmente, salió al comedor... y allí tuvo una visión que le dejó los ojos a cuadros.

Pasó junto al acuario donde Pascualita, sentada en el borde, veía pasar la vida. Al abuelito le sobresaltó el chof que oyó a su paso y la sensación de que "algo" se escondía entre las algas del fondo. Se paró a mirar y de repente, un chorrito de agua envenenada subió, en línea recta, del barco hundido al ojo de Andresito.

A partir de este momento, todo fueron gritos, lloros, carreras por el pasillo... y fue en una de éstas cuando vio a mi primer abuelito comiendo los caracoles. Debido al dolor no supo descifrar si lo que acababa de ver era otra alucinación. Tambaleándose, llegó hasta la salita, tocó a la abuela en el hombro y dijo: - Alguien... transparente está... (aquí le vino una arcada) ... comiendo ¡puag!... caracoles y caen, direc... tamente al suelo... - "Es mi primer marido. Siempre le han gustado los temas de cuernos... ¿Andresito? ¿¡Qué te pasa? ... ¡¡¡ANDRESITOOOOO!!! - El pobre hombre cayó al suelo desmayado.

martes, 13 de junio de 2017

Andresito, el flemático.

La abuela está encantada con sus huéspedes. - "Son la flor y nata de Europa. Tienen una educación exquisita. Se nota que han ido a los mejores colegios del extranjero" - dijo la abuela mientras desayunábamos en la atestada cocina de mi casa.

No cabíamos todos a la vez y menos con el mayordomo yendo de acá para allá, poniendo y quitando cosas de la mesa a la que estábamos como sardinas en lata... Esto me trajo a la memoria el día en que Pascualita llegó a nuestras vidas hace ya cinco años.

La tarde de un día en que se me antojó merendar de pan con aceite, tomate y sardinas en lata. Recuerdo que se me hacía la boca agua mientras, una a una, las iba colocando sobre el pan moreno. Al ir a coger la última, con ayuda del tenedor y mi dedo, el bicho ¡se movió!. - ¡Ostras! (me dije) ¡un aborto!

Entre gritos y aspavientos llamé a la abuela para que viera la porquería que había encontrado. El estómago, que unos minutos antes segregaba jugos gástricos ante la prespectiva de un apetitoso bocadillo, se llenó de bilis. - ¡Menos mal que no lo he mordido! (seguía gritando entre arcada y arcada) mientras la abuela examinaba, concienzudamente, la guarrada.

Se irguió ante mi y muy solemnemente, dijo: - "¡Es una sirena!" - Quedé atónita. "¿Eso" era una mítica sirena? ¿Esa birria, pequeñaja y más fea que pegarle a un padre? Entonces los griegos llevan milenios tomándonos el pelo a todo quisque...

La abuela siguió diciendo: - "¡Me la quedo! Me irá bien para mi asma" - ¿Qué tendrá que ver la gimnasia con la magnesia? (pregunté, airada) ¡Es mía porque la he encontrado yo! - "¡Egoísta! ¡Que cruz tengo contigo! Llevar un caballito de mar disecado en una bolsita prendida con un imperdible a la camiseta interior, es la mejor panacea para curar el asma. Es algo sabido. Imagínate si en vez de un hipocampo es una sirena ¡Ya me veo curada!"

Un codazo me devolvió a la realidad - "¡No te pongas tan ancha que invades mi sitio!" - ¿Por qué no podemos ir a la mesa del comedor? (repliqué) - "Porque es más moderno desayunar en la cocina ¿no ves películas americanas?"

Sonó el móvil del abuelito. Andresito casi se pone firmes al ver quién llamaba. - ¡El señor Obispo! - ¿No vendrá a desayunar? (protesté) - Le pasó el móvil a la abuela. - Quiere hablar contigo. - La voz de la abuela era toda una declaración de intenciones peloteras - "¿Síiiiiiii, Eminenciaaaaaaa?" - Y ya no habló más. Solo escuchó. Cuando se cortó, bruscamente, el soliloquio la cara de la abuela era un poema. - ¿Qué pasa? - "El obispo se queja del desmadre erótico-pornográfico-festivo que ocurre en las terrazas de la Torre del Paseo Marítimo" - ¿En vuestra casa? ¿No habrá dicho Magaluf, por casualidad? - "No. Hablaba muy claro. Dice que sus ojos jamás han visto nada igual ¡Es muy fuerte y tiene que acabarse, ya!" - ¿Desde dónde lo ve? - "Mirando con un telescopio desde las ventanas del Palacio Episcopal" - ¡Jopé! - "Dice que para calores ya les basta con los meteorológicos... Andresito ¿qué hacemos?" -  Nada. A todo se acostumbra uno.

lunes, 12 de junio de 2017

La Torre del Paseo Marítimo: alquilada.

- "Nena, ves arreglando mi antiguo cuarto que Andresito, la Momia, Geoooorge,yo y no sé si los cubanitos-culito respingones también, esto lo estamos negociando, pasaremos el verano en tu casa" - ¡Que graciosa eres cuando quieres, abuela! - "Lo sé, pero ahora no estoy bromeando. Esta tarde nos trasladaremos."

- No tendrías que empezar a beber antes de desayunar, te afecta al cerebro... - "No sigas por ahí que acabarás mentando la edad y te daré un pescozón por control remoto." - ¿Pero... pero cómo vais a meteros todo en casa? ¡No cabemos! - "Con buena voluntad, sí. Además es verano, se tiran al suelo los colchones que hagan falta y dormimos todos tan ricamente." - ¿Te estás escuchando? ¡Solo falta que incluyas también a la Cotilla en el lote vacacional! - "Huy, sí, se me había olvidado. Ella también viene!

- Si vais a reformar la Torre del Paseo Marítimo iros a un hotel. ¡Que Andresito se gaste los cuartos que tiene guardados bajo cuerda! - "¡¡¡NENA!!! ¿Qué forma es esa de hablar de tu abuelito? Además, somos tu única familia y tienes que acogernos" - ¡¡¡Que no, que no y que no!!! ¿Te ha quedado claro? - A través del teléfono oí al abuelito preguntado a la abuela: - ¿Qué ha dicho la nena? - "¿Qué quieres que diga? ¡Que sí! Y encima, está encantada"

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaaa! ¡que ilusión, boba de Coria, vamos a ser más que vecinas a partir de ahora y hasta que acabe el verano! (la Cotilla estaba eufórica) ¡Mira cuantas magdalenas del contenedor del súper traigo! ¡Y unas cuantas docenas de huevos, litros de leche, jamón de york hay una pieza casi entera y un montón de cosas más! Así no lo tendrás que poner todo tú. ¿Estarás contenta, verdad?

- ¡Y UNA LECHE! (grité, enfurecida) - Que mal hablada y desagradecida eres ¡Egoísta, más que egoísta! - ¿Y se puede saber a que viene todo ésto? - ¿No te lo ha dicho tu abuela? Pues que han alquilado la Torre del Paseo Marítimo a turistas de alto estanding que les pagan un potosí. Esa gente quiere privacidad, por eso tus abuelitos tiene que irse. - ¿Esta gente se quedarán todo el verano? - Noooo. Alquilan por semanas. Se harán de oro. - ¿Y usted que pinta en esto, Cotilla? - Me encargaré del aprovisionamento de la nevera y la despensa. - ¿Cosas del contenedor del Súpermercado? - ¡Claro! ahí está la ganancia. - ¿Y si se intoxican? - Pagará el súper por "vender" cosas caducadas.

Me hacía cruces ante tanto cinismo. - ¿Y qué ganaré yo en todo ésto? - Estar rodeada de tu familia ¿te parece poco? ¡Cuántos quisieran algo así! - ¡Yo no! ¡¡¡SOCORROOOOOOOOOOOOOOOOOO!!!

domingo, 11 de junio de 2017

Compensando pesos.

Bueno, ya estamos a 41 de Mayo ¡por fin puedo quitarme el sayo. O lo que es lo mismo, el edredón de plumas de pato salvaje de mi cama! No lo he hecho antes porque la abuela siempre dice que hay que hacer caso a los refranes, que  son muy sabios porque salen de las experiencias del Pueblo desde tiempos inmemoriales. Que todo lo que dicen está contrastado, generación tras generación. Yo, ante esto, no tengo nada que objetar... tan solo que me ha costado mucho cumplir con el consejo del refrán porque he sudado la gota gorda todas las noches de éste mes..

El concierto de pitos bajo el balcón anunció la llegada del rolls royce y minutos después, la abuela entró en casa. Al verme la cara hinchada por los aguijonazos de las abejas le dio un ataque de risa. - "¡Eres igualita al muñeco Michelín! jajajajajajaja ¡Que graciosa estás, jodía! ¡¡¡Aaaaaayyyyyyyy jajajajajaja!!!  Dame un chinchón on the rocks y un kleenex para los mocos y las lágrimas"

- No es cosa de risas, abuela. Me picaron las abejas... - "¡Lo sabía y te lo dije! a nadie le gusta que metan la nariz en su plato... ¿También te picaron en la teta?" - Esto fue cosa de la dichosa sardina de las narices. - "¡¿Qué le hiciste, pobrecilla?!" -  Sí, abuela, pobre de mi. - "¡Pobrecilla Pascualita que tiene que aguantarte! ¿Qué le hiciste?" -  ¡¡¡Nada!!! Pascualita es una borde como la copa de un pino. ¡Fíjate, por su culpa ando de lado! - La abuela me miró con ojos críticos durante unos minutos, luego dijo: - "Es eso tienes razón. Este bicho deja las cosa a medias... "

Sin mediar palabra fue al comedor, regresó con la sirena y me la tiró... al otro pecho.

Ahora voy derecha y la ropa me queda mejor... Bueno, muy derecha... ¡hip!... tampoco voy porque para quitarme el ... ¡hip! ... dolor he tenido que beberme... ¡hip!... media botella de chinchón a ... ¡hip! ... morro. Que cogorza llevo... ¡hip!










sábado, 10 de junio de 2017

La florecilla.

Todas las macetas del balcón tienen flores ¡parece un jadín. Estoy taaaaaan orgullosa de mis plantas que me paso el día oliéndolas.

Cuando hay gente en la acera cojo la regadera y los ducho. Levanta la vista airados pero su mirada se suaviza viendo tanta hermosura. Se lo comenté a la abuela y, envidiosa como siempre que no es el centro del Universo, me dijo. - "Esto te traerá consecuencias" - ¡Bah, por unas pocas gotas de agua...! - "Me refiro a lo de meter las narices en las flores. -¿Por eso? Menuda tontería. - "Me refiero a los insectos, boba de Coria. ¿A ti te gustaría que alguien viniera a meter las narices en tu plato de comida? A ellos tampoco"

Pasé de sus comentarios y seguí oliendo mis flores. Incluso acerqué a Pascualita a una de ellas. Se la comió de una dentellada. - ¡Lo siento, florecita! (le dije, en desagravio, al pequeño tallito amputado que quedó)

Esa noche, la flor apareció en mis sueños y me desperté gritando - ¡No sabía que a Pascualita le gustaban las flores! ¡¡¡PERDOOOOOOON!!! -  Al día siguiente corrí a comprar otra planta igual y tiré la amputación a la basura. Me traía malos recuerdos.

Durante la siesta apareció, de nuevo, la flor. - ¡Tirándome a la basura te has cargado mi opción a tener descendencia, mala pécora! - Solo eras un palito... (dije en mi descargo) - ¡Tenía unas buenas raíces! (dijo, orgullosa) - Tampoco te eches faroles, florecita jejejejejeje.

Me despertó un zumbido girando en derredor mío. Abri los ojos. Junto a mi naríz había una abeja ¡que me picó! - ¡¿Pero no estábais extinguidas?! (grité, dolorida) Y mientras trataba de sobreponerme al aguijonazo ¡PAM! ¡otra picada! a la que siguieron unas cuantas más.

Corrí despavorida la comedor y cerré la puerta. Pascualita, la causante de todo, estaba sentada en el borde del acuario con aire placentero. La cogí por la cola y mientras el dolor y las hinchazones me atormentaban, abrí un resquicio de la puerta y lancé a la sirena a la salita - ¡Esta es la que se comió la flor de las narices!

Cuando la llegada de la noche me dió un ataque de arrepentimiento. Abrí la puerta. Había cometido un crimen contra la Naturaleza entregando a los aguijones de las abejas a la única sirena que quedaba en el mundo y tan importante como el Unicornio o el Ave Fenix. Me sentía fatal.

Algo me golpeó y se clavó en mi pecho ¡Pascualita!. Había saltado desde el sofá, con la boca abierta y la dentadura de tiburón presta para morder. Y bien que lo hacía. La cogí por los pelo-algas y tiré con fuerza - ¡¡¡AAAAAAAAAAYYYYYYYYYYYYYYY!!! - Mientras ella saboreaba el trocito de mi carne que llevaba entre los dientes, yo bebía chinchón a morro para olvidarme del dolor. Y el pecho iba creciendo, creciendo, creciendo... hasta que me descompensó y caminé de lado.

Esperando el sueño reparador, puse la tele. Hablaban de montones de abejas bajo un balcón. Los bomberos habían echo un buen trabajo. No saben de donde ha salido tanto bicho pero no descartan que haya sido del árbol que está justo debajo. Afortunadamente, NO HAN ATACADO A NADIE. -  ¡La madre que los parió! Otra noticia sin contrastar ¿Cómo voy a salir en las noticias?

viernes, 9 de junio de 2017

Salvados por la campana.

- "¡Nena, pónte guapa que tu abuelito nos invita a desayunar!" - zzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzz - "¿Nena?... ¿nena, me oyes?... ¿Me escuchas?... ¡Andresito, ésta pánfila ni me oye, ni me escucha! ¡¡¡NENAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!!!

- ¿Hummm...? Buenas... nochesssss... - "¡Te prohíbo que te duermas, boba de Coria!" - ¿Abuela?... ¡Que cruz tengo contigo? - "¡¡¡Esto tengo que decirlo yo!!!"

Me froté los ojos y me dije qué grave pecado he cometido en la vida para tener una abuela tan plasta ... Lo malo es que lo pensé en voz alta y con el teléfono en la mano. Cosas de un mal despertar. Y la escuché gritar dirigiéndose a su mayordomo - "¡¡¡Geooooge, despierta, coñe y saca el rolls royce!!! Nos vamos a casa de mi nieta"

Como a esas horas brujas de la madrugada que eran, no hay servicio de autobuses y aunque el inglés aparcara en la parada del bus, nadie pitaría por ello, se le ocurrió a la abuela que Geoooorge hiciera sonar el claxón, tal que así: pí, pi, pípípí, pípípípí, pí, pí. Y en caso de presentarse algún municipal a multarlo siempre podría alegar en su defensa que estaba celebrando las elecciones británicas.

Las luces de todas las casas a donde llegaba el escándalo, se encendieron a su paso y de cada ventana o balcón, les dijeron de todo menos bonito.

Yo les esperaba con un contraataque. - ¿No os da vergüenza, con lo mayores que ¡Aaaaaaaaaaaaaaaaaayyyyyyy! (Menudo capón me llevé) - "La palabra "mayores" no viene a cuento" - Mientras me rascaba la cabeza estuve tentada a decir "viejos" pero me mordí la lengua porque me gustaría vivir unos años más.

- "¿Aún estás en pijama? ¡Ya estás tardando en arreglarte!" - ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaa! ¿Qué hacéis aquí a éstas horas? (se alarmó la Cotilla) ¿Se ha muerto la Momia? - Noooooooooooooooo.

Tuvimos que esperar cinco horas a que abrieran bares y cafeterías. Cuando el reloj tocó las nueve todos dormíamos a pierna suelta, salvo Pascualita que llevaba un buen rato dando saltos mortales en su acuario. La Cotilla se acercó, sigilosa, a su amiga. - Hay alguien en el comedor (le susurró al oído de la abuela) ¿Está Pascual en casa? - "¿Para esto me despiertas?" (gruñó la abuela) - Si lo ve Andresito correrá la sangre. - "Nena ¿ya estás lista?" - Sí, ya me he puesto el chandal. (Aún me duele la espinilla que me pateó)

La invitación a desayunar venía a cuento porque la anulación de la Amnistía Fiscal no afecta a quien se acogió a ella entonces. - ¿El abuelito se salva? - Sí, Nena, es bueno tener amigos hasta en el Infierno. - La Cotilla y yo dijimos a coro: - ¡QUEREMOS DESAYUNOS DE A 2.000 EUROS POR CABEZA! - Os estáis pasando un poco ¿No? (Se le notaba enfadado) - ¡¡¡¿NOSOTRAS?!!!





















































































































































































































































































jueves, 8 de junio de 2017

Amnistía fiscal.

- "Nena, ves preparando el desayuno" - ¿Por qué no desayunas en tu casa, abuela? - "¡Porque no aguanto más los lloriqueos de Andresito!" - ¿Qué le has hecho? - "Encima, no he sido yo y no puedo regodearme de su desgracia. ¡Ha sido el Tribunal constitucional!" - ¡Jopé! ¿Está ingresado? - "¿Quién?" - ¡Yo que sé! Me estás contando las cosas de un modo que parece algo grave. - "¡Claro que es grave, si no, no lloraría! 

En menos que canta un gallo el rolls royce aparcó debajo de casa, en la parada del bus. La abuela y la Cotilla entraron juntas. Una llevaba ensaimadas calentitas y olorosas y la otra magdalenas más duras que la pata de Perico.

Nos sentamos a desayunar tan ricamente mientras las dos amigas ponían a caer de un burro a todo bicho viviente. No fue hasta que hubimos saboreado unas cuantas copitas de chinchón cuando la abuela abordó el tema que la había traído a mi casa. - "Tu abuelito está más allá que acá, boba de Coria" - ¡Se está muriendo y tú desayunando aquí, tan pancha! - "¿Y qué quieres que haga? Yo no soy médico y tengo cosas mejores que hacer que contemplarlo" - Hay que ver lo que tienen que oír mis castas orejas (me quejé amargamente) - ¿Aún no te las ha mordido nadie? (la Cotilla parecía perpleja) A este paso seguiremos sin biznieto.

- ¿Qué ha hecho el Tribunal ese que decías...? - "Ha declarado nula la Amnistía Fiscal de Montoro" - ¡Halaaaaaaa!... ¿Eso es grave? ¿Se contagia? - "Hace llorar a los defraudadores" -  ¡Anda y que les vayan dando! (gritó, reivindicativa, la Cotilla)

- "O sea, que donde Montoro dijo, digo, ahora debe decir Diego. Y los ricachones que se acogieron a la amnistía amiga, ahora sienten que es cul lis fa figa" - ¿Y Andresito cobijó su dinero evadido a paraísos fiscales, bajo el paraguas de esa amnistía? - "Equili cuá". - No entiendo por qué estás contenta, abuela. Al fin  y al cabo, se trata también de tu dinero. - "El mío, no" 

Dicho ésto, se fue al comedor y estuvo allí un rato. Al volver traía a Pascualita, en plan broche, prendido en la solapa de la blusa. La Cotilla no lo vió pero yo sí que me percaté que ambas se hacían la señal de OK...

miércoles, 7 de junio de 2017

¡Guarro!

Estoy compartiendo mi cama con cuatro personas, más las cuatro que duermen bajo la cama y dos dentro del armario empotrado, sumamos diez. Nueve personas que nos han alquilado un sitio para dormir (no especificaron cuál, así que...) más los que hay repartidos entre el cuarto de la abuela y el que usa la Cotilla... 27. Más los que se acomodan en el sofá de la salita (2), uno en cada butaca, (2) sobre la alfombra (6) En el comedor hay por lo menos (6) y (4) más entre el pasillo y el balcón. Total, 43 turistas que aportan sus divisas a nuestra escasa economía.

He llamado al Ayuntamiento para que vengan a limpiar la escalera. - ¿Por qué no la límpia usted? - me ha dicho con desparpajo la funcionaria que me ha cogido el teléfono. - Porque es cosa de ustedes, señorita. La escalera es lo primero que ven los turistas al llegar y, ahora mismo, ofrece una mala imagen ¿quiére que vayan contándolo en su País? Eso es propaganda negativa para nosotros.

- ¿Tiene usted permiso para alojar a ésta gente en su casa? - ¡Claro! Yo les he dado permiso sino no, estarían aquí. - ¿Y a usted quién se lo ha dado? - Me lo he dado yo misma que para eso el piso es mío. - Por lo que veo, es candidata a recibir una de éstas multas gordísimas que estamos tramitando estos días. - ¡Ustedes lo que tienen que hacer es ayudar a quienes ofrecemos albergue al peregrino! - Y colgué el teléfono porque la funcionaria me estaba poniendo de los nervios.

De repente dio un grito. Uno de los guiris se había lavado la cara en el acuario y ahora estaba meando dentro- ¡Aaaaaaaaaaah! ¿Qué haces, guarreras? - corrí hacia él, le empujé y cayó dentro del acuario quedando empotrado porue el tío era más ancho.

Pascualita que dormía a cola suelta, subió a ver qué pasaba y se encontró con un objeto taponando la salida. Enfadada por éste contratiempo, mordió. Una y otra vez, mordió. Y los gritos y lamentos del huésped se oían de esquina a esquina. Toda la casa se puso en pie de un salto. Agarraron maletas y mochilas y salieron corriendo como alma que lleva el diablo. A penas tuve tiempo de dar el tirón definitivo a Pascualita porque, el primero que salió por la puerta, fue el meón, en contraste con la sirena a la que se veía feliz masticando un trocito de carne fresca.

martes, 6 de junio de 2017

Alquiler turístico.

Venía de dar una vuelta con Pascualita cuando encontré colapsada de gente, la entrada de mi finca - ¿Qué ha pasado? - pregunté a una señora a la que no conocía de nada. Me miró y pasó olímpicamente de mi.

Maletas con ruedecitas, mochilas, grandes bolsas, botellas de refrescos, vasos de cerveza por los suelos, gritos de niños que hablaban una jerga que no entendía. Mayores que se peleaba, otros que procuraban guardar la verticalidad pese a la cogorza que llevaban... Apreté contra mi el termo de los chinos donde llevaba a Pascualita y emprendí la difícil hazaña de llegar al primer piso.

Tarde más de una hora: fui pisada, escupida, empujada, arrastrada bajo un bosque de piernas blancas, maldecida, arrollada por las maletas con ruedas... en fin, un horror. Eso fue lo que sentí al ver la puerta abierta de par en par y la casa llena a rebosar de la misma gente que llenaba la escalera. De repente una voz conocida - ¡Vente para la cocina, boba de Coria! - ¡¿Cotilla?! - ¡Corre, antes de que te quiten el sitio!  - ¡¿Qué es todo ésto?! - ¡Turistas! (hablábamos a grito pelado para hacernos oír entre tanto jaleo) - ¡¿Por qué están aquí?! - ¡Les he alquilado unas habitaciones... y se me ha ido la mano! - ¡¿Todas las del Palacio de la Almudaina?! - ¡No, las de tu casa y la mía!... - ¡Eso son seis! - ¡Y los balcones..., las despensas..., los pasillos..., en los comedores cabe bastante gente... - ¡¡¡COTILLA, ECHELOS FUERA DE AQUIIIIIIII!!! - ¡No puedo. Han pagado por adelantado!

Las sirenas de la policía añadieron jaleo al jaleo. Vi a Bedulio echándose las manos a la cabeza sin saber muy bien qué hacer.

Poco a poco, llegué hasta la Cotilla que, a pesar de los pesares, estaba feliz. - ¡¡¡LLEGARE, SIN PROBLEMAS, A FIN DE MES!!!

En la escalera había una batalla campal. Los vecinos empujaban desde arriba y los municipales desde abajo, en medio estaban los turistas en plan sandwich. De repente, la calle se llenó sirenas de coches de policías, guardia civil, el ejército de tierra, las ambulancias, los bomberos. El ruido era ensordecedor ¡Todo el mundo estaba con mi calle intentando sacar a los turistas que se negaban a irse porque ¡habían pagado su alojamiento!

Yo no sabía qué hacer. No podía quedarme allí viendo como destrozaban mi casa. Pensé en sacar a Pascualita y dejarla caer en el cogote de los más cercanos pero en seguida rechacé la idea. La sirena podía morir a consecuencia del "EXITO" de la Cotilla. Llamé a la abuela y le pedí asilo en su Torre del Paseo Marítimo - "¡Ni hablar del peluquín! No me habéis incluido en el negocio pues, ahora, a pencar con el problema!" - Y me colgó el teléfono.

lunes, 5 de junio de 2017

Nuevo negocio.

A la abuela se le ocurrió una idea para sacarse unos cuartos extras para sus gastos.  Se lo comentó a la Cotilla, que vio el cielo abierto. - ¿Me darás una participación en el negocio? - "No sé yo si será conveniente... Se trata de introducir un producto de belleza en los cuartos de baño de las señoras pudientes" - ¿Me estás repudiando por pobre? - "No es por eso, Cotilla, sino porque eres más basta que unas bragas de esparto y me asustarás a la clientela."

Desde que la abuela le trae caracoles a su primer marido, le han perdido el respeto que debe dar todo fantasma que se precie. La abuela sabe como conquistar a un hombre por el estómago y me lo restriega por las narices para que me aplique el cuento y cace, de una vez por todas, al futuro padre de su biznieto. Pero una cosa es dar trigo y otra llamarse Rodrígo, porque a mi no me ha sido dado el don de la cocina ni de refilón. El caso es que me paso los días recogiendo caracoles guisado del suelo.

Harta de no enterarme de qué va a ir el negocio, pregunté. - Es un método natural de cuidar la piel del cuerpo. Algo que ya hacía Cleopatra y le dio tan buenos resultados que tuvo a Roma a sus pies y en su cama, la jodía. (Yo no sabía de qué hablaba). - Emplearía miel, por eso se le pegaron Julio César y Marco Antonio jajajajajaja. (dije, en plan gracioso) - La Cotilla, suspirando, exclamó - ¡Qué cruz tienes con tu nieta! - Bueno... era una idea... -  "Hablamos de leche de burra" (apostilló la abuela) - ¿Qué burra? (volví a preguntar) - "La hembra del burro, borrica" - ¡Pero si eso es más antiguo que andar pa`lante! - "Por eso te he hablado de Cleopatra ¿o no te parece suficientemente antigua?"

- ¿De dónde sacaréis a la burra? - ¡Burras! (dijo la Cotilla) - Peor me lo ponéis ¿Andresito tiene  una cuadra? - "No nos hace falta. La Cotilla ordeñará a las que pacen en los torrentes para limpiarlos de maleza" - O sea, la robará. - ¡Pero que mal hablada eres! Las burras necesitan ser ordeñadas y yo les haré el favor. - ¿Y todo son burras las que pacen? - "Supongo que si. Les gusta tener los torrentes ordenaditos, así que..." -  ¿Y esto lo comprarán tus vecinas millonetis? - "Están locas por imitar mi personalidad, tan fresca y lozana. Si digo que yo me baño en leche de "mis" burras, me lloverán pedidos porque todas querrán hacer lo mismo"

Esta mañana ha venido Bedulio a traer una multa a nombre de las dos amigas:  por violación, reiterada, de la intimidad sexual de unos burros municipales, mientras éstos trataban de cumplir con la misión que les ha sido encomendada por el Ayuntamiento.

Bedulio, azorado, dijo: Pensé que, de ésta casa, ya lo había visto todo... que vergüenza. - Te falta algo por ver, al fantasma de mi primer abuelito comiendo caracoles... ¡¿A dónde vas tan deprisa?!

sábado, 3 de junio de 2017

El abuelito tiene hambre atrasada.

He convencido a la abuela de que su primer marido no viene en plan revancha. - Le ha cambiado la vida a Pepe. - "¿La vida?" - Ha pasado de ser una cabeza silenciosa y aburrida a dicharachera y parlanchina. - "¿Estás hablando de "nuestro" Pepe?" - Es difícil de creer, por eso tienes que verlo... ¡Y trae caracoles! - "¿Para Pepe?" - Para el abuelito. Dice que los haces muy buenos.

De repente la escuché sorbiéndose los mocos. - "Me ha emocionado saber que recuerda mis guisos..." - Sí, es un detalle, teniendo en cuenta lo que le hicisteis. - "Calla, no remuevas el fango."

Por la tarde se presentó en casa con un taper lleno de caracoles y con una actitud humilde que contrastaba con su carácter fuerte y autoritario. Eso sí, llevaba su clásica minifalda, sandalias con un taconazo de aúpa, blusita corta y ceñida y una enorme pamela. - ¿Y eso? (le pregunté, señalándola) - "Hace chic. ¿No recuerdas a la infanta Elena en la boda del Príncipe?" - Eso fue un bodorrio y pegaba pero para traer caracoles...  - "Hablas por boca de asno, como siempre"

 La cabeza jivarizada estaba sobre la mesa del comedor y constantemente recibía chorritos de agua envenenada de Pascualita, que se moría de celos viendo a su ¿amigo? hablar por los codos. Cuando la abuela se acercó, el abuelito cogió el taper y se puso a comer como un descosido. Se notaba que el hombre quería recuperar el tiempo perdido.

La comida pasaba a través de su cuerpo transparente y acabado el recorrido, caía al suelo. Fue un espectáculo lamentable de cuernos revueltos pasando por un saco sin fondo. Y después me tocó recoger y fregar. Finalmente, a través de la boca cosida de Pepe, se escuchó un eructo atronador. La abuela rió satisfecha. - "Como en los viejos tiempos. ¡Buen provecho!" - La sirena, que se daba cuenta que no era el centro de atención, como estaba acostumbrada, intentaba con todas sus fuerzas, eructar, pero no lo consiguió y se zambulló, frustrada, hasta el fondo del acuario.

El primer abuelito dijo: - Y mañana, esa gamba gorda al ajillo. - Después desapareció.

- ¡No, abuela. Ni hablar! Pascualita no se guisa. - "Ya hablaremos..." - ¡No hay nada que hablar! - "Se vengará de mi" - ¡He dicho que no! - "Me atacará..." - ¡Que no! - "¡Boba de Coria, tengamos la fiesta en paz!" - ¿Al abuelito le gustaba el Pato Donald? - "¡Claro, pero...!" -  Mándalo con Donald Trump y que le suelte peroratas a favor del cambio climático. - "¿No será demasiado castigo para el Pelucón?" - Ajo y agua, abuela.

  

viernes, 2 de junio de 2017

¡Notición!

La Cotilla me llamó por teléfono. - ¿Sabes quién soy? - Claro. La C... - ¡¡¡CALLAAAAAAAAAA!!! No digas mi nombre... porque "ese" está ahí... ¿verdad? - Si se refiere a mi primer abuelito, tengo que decirle que sí. - ¿Está lejos? - ¡Que va! Le encanta pegar su cara a la mía. Es muy cariñoso. - La Cotilla colgó de golpe.

Más tarde llamó la abuela. - "¿Ya hablas claro?" - Sí. Ya no tengo nada que temer. Tu primer marido es un amor... ¿abuela?... - ¡Colgó!

Puse al abuelito al corriente de los personajes que vivíamos en mi casa y de los tres (Pascualita, Pepe y yo) solo sintió curiosidad por Pepe. Cogió la cabeza jibarizada entre sus manos, la volteó mirándola atentamente por los cuatro costados.

Me sentí defraudada y celosa. ¡Yo soy su nieta y no ese llavero ridículo y feo que compró la abuela en la tienda de los chinos del señor Li hace unos años...! Un rato después se me había pasado el cabreo porque, lo único que quería el abuelito de Pepe era su cabeza. Como buen fantasma que era, entraba y salía por los sitios más inverosímiles, por ejemplo, dentro de la cabeza jibarizada.

Una vez allí, habló: ¡el abuelito o Pepe (no me quedó muy claro éste asunto, supongo que por el susto que me di) hizo sonar su voz a través de unos diminutos labios cosidos! Corrí a por la botella de reserva, de chinchón ¡Esto había que celebrarlo! y también tranquilizarme. Estaba viviendo muchas cosas raras a la vez y la digestión me estaba resultando pesada.

La voz sonaba cascada y chirriante. Como si hablara a través de un papel de lija. - Hola (dijo después de carraspear un buen rato) Llevo tantos años... sin hablar... que he perdido la costumbre... - ¡Hola, primer abuelito! - ¿Primero?... - Sí, te sustituyó Andresito. - ¿Un... niño? - Bueno, alguna vez lo fue jejejejeje. Se casó con la abuela y ahora son ricos. - Comeré caracoles (dijo de sopetón) - A mi no me invites ¡puag! - ¿No te... gustan? ¿A quién... habrás salido?... - La abuela dice que a ti. - Veo que sigue tan... bromista como siempre... - ¡¡¡Abuelito!!!

Desde la mesa de la cocina, Pascualita esparcía el cola cao por todo dando saltos mortales en su taza, sin prestar atención a las palabras que Pepe iba desgranando por las rendijas de su boca. - Fíjate en la sirena, abuelito ¡va a lo suyo sin importarle nada más! - ¡Ella es mi nieta! Egoísta como mi mujer. - ¡Es solo una sirena fea y pequeña! - Tu eres egoísta y envidiosa. Tu abuela es la Cotilla. - ¡¿QUEEEEEEE?!

Desperté tendida en el suelo. La noticia fue tan impactante que me desmayé. Cuando volví en sí, el abuelito-Pepe y Pascualita tenían una conversación muy interesante, al parecer y pasaron de mi olímpicamente. - ¡Dios mío (pensé) Si la Cotilla es mi abuela... ¡adios a la Torres del Paseo Marítimo!



jueves, 1 de junio de 2017

Me presento.

Cuando se me pasó el soponcio, llamé a la abuela y con los nervios que llevaba encima, me costó mucho que me entendiera. - ¡Havenidohavenidohavenidooooooooooooo! ¡Quesísisisisisisisisisiiiiiii! - "Te tengo dicho que no bebas chinchón a todas horas" - ¡Noooooooooooooooestáquíquíquíiiii! - "¡Cuando se te pase la borrachera, llámame! Estás peor que el borracho de Sevilla que preguntaba si había llegado a Badajoz!" - ¡NOOOOOOOOOOOcuelguesporfiporfiporfiiiiiiiiii! - "¿Por qué hablas con la i?... ¿Has visto un fantasma?" - ¡¡¡SIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII!!! - "¡Que manía has cogido, coñe!" - Y colgó.

Me volví hacia mi abuelito y no lo vi. Respiré hondo. Todo había sido fruto de mi imaginación espoleada por los temores de Bedulio. Marqué de nuevo el número de la abuela y cuando iba a hablar, la cara del abuelito primero se pegó a la mía. - ¡¡¡AAAAAAAAAAAAAAAAAH!!!

- "¡Andresito, ves a ver que le pasa a la Nena. Está más rara que de costumbre. Y quítale la botella de chinchón!" - La abuela había dado una orden y Andresito no pudo hacer otra cosa que protestar y obedecer.

Decidí que ya que mi primer abuelito estaba en casa, lo mejor era presentarme. - Ho... la. Soy tu... nieta. - La cara se apartó un poco de la mía para mirarme, pero sus facciones eran planas y no revelaban ningún sentimiento. - ¿Te vas a ... quedar mucho... tiempo por aquí, abuelito...? - Su mirada, que helaba la sangre verla, se dirigió hacia el comedor. - ¿Buscas a... la Cotilla? No está muy... bien. Se ha impresionado al verte... - Pero no buscaba eso. Se apartó de mi y se desplazó, sin tocar el suelo (¡siempre he tenido ganas de hacer esto pero no me sale!) y pegó su cara al acuario. Esto me llevó a pensar que era corto de vista.

He oído historias de fantasmas decapitados pero cortos de vista... creo que no. Me alegré de que mi abuelito fuese distinto a los demás.

Pascualita, curiosa, subió a la superficie para examinar al desconocido. No debió gustarle su aspecto y saltó fuera del agua, con los dientecitos de tiburón hacia adelante, para hincárselos en la cara pero... solo encontró un vacío y se pegó una costalada contra el suelo que por poco hace saltar las baldosas. Bizqueó desconcertada y atacó de nuevo, esta vez a las piernas donde tampoco encontró ni huesos ni chicha.

La puerta de la calle, al cerrarse, me avisó de la llegada de Andresito. Cogí a la aturdida Pascualita por la cola, la volteé y lancé al fondo del acuario donde se escondió, avergonzada supongo, entre las algas.

Andresito se interesó por mi salud, después cogió la botella de chinchón y llamó a la abuela. - Misión cumplida, cariño. La Nena está como siempre y el chinchón requisado ¿Nos vemos en El Funeral? - Y se marchó sin que me diera tiempo a contarle nada.