lunes, 15 de mayo de 2017

La Nieta va a la playa.

Me he despertado con el antojo de estrenar la temporada de baños de mar. Ya sé que no es cuarenta de mayo pero, también es cierto que no llevo sayo. Y hace calor... Mientras me ponía el bañador del año pasado me ha dado la impresión de que la barriga me abulta más que antes.  Me he mirado, de reojo, en el espejo del armario y... en fin, no sé... Tampoco quiero mirarme mucho no vaya a ser cosa que me lleve un disgusto y me quede todo el día en cama.

Los turistas ya están aquí, el sol brilla y calienta de lo lindo, el mar tiene su mejor cara y yo... ¿a qué espero? ¿A que las ranas críen pelo? . Finalmente he metido mis tradicionales tres galletas de Inca en la mochila, el agua, la toalla... y camino de la playa se ha dicho.

Pascualita me miraba rencorosa mientras yo preparaba todas éstas cosas. - No puedes venir. - Me enseñó sus dientecitos de tiburón. - Eres un ejemplar único en el mundo. - Me escupió agua envenenada a los ojos. - No puedo dejar que te pierdas en los abismos del mar. - Saltó hacia mi pero erró la distancia y se estrelló contra el sofá. - Eres mi seguro de vida por si un día me veo muy apurada de dinero. ¡Te venderé al mejor postor y me forraré!

Al salir de casa me di de bruces contra la Cotilla. - ¿Qué hace aquí? - Vivo aquí. - No me lo recuerde. - Vengo a buscar las dos sillas y la mesita del balcón. He alquilado mi piso a unos turistas y les cobro un potosí por noche jejejejejeje ¡Es el negocio del momento! - Esos muebles son míos. - Pero yo los necesito. - ¿Y qué gano con eso? - Que no te estorben a la hora de limpiar el balcón. - Hablo de dinero. - No hay nada que hablar. El piso es mío. - Y los muebles míos. - ¡Ya salió la egoísta!

Tuvimos un tira y afloja y conseguí que me diera un diez por ciento de las ganancias y yo me comprometí a dejarle la televisión, el microondas y la lavadora. Me lo llevaré ésta tarde y me firmarás un papel donde se dejará claro qué es lo que me prestas. - Y usted me firmará otro diciendo que me darás el 10% de... - No voy a firmar nada. Con mi palabra basta. - ¿Usted cree...? - A pies juntillas.

Camino de la playa me ha dado por pensar que no había hecho un buen negocio porque, antes de cerrar la puerta, la Cotilla me ha dicho que los turistas bajarían cada mañana a desayunar. - ¿A mi casa? - Por toda respuesta, me ha dado con la puerta en las narices.

He llegado alicaída a la playa pero el espectáculo de un mar en calma y un cielo azul, el juego de un grupo de gaviotas, entrando y saliendo del agua, me ha levantado la moral, además, en la playa no hay espejos donde reflejarse mi barriga. Me tiré de cabeza y grité con todas mis fuerzas - ¡¡¡QUE FRIA ESTÁ LA JODÍAAAAAAAAAAAAAA!!!

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