sábado, 27 de mayo de 2017

La carta.

Por una vez y sin que sirva de precedente, Geoooorge ha aparcado bien el rolls royce. El guardia de la Ora se ha quejado amargamente a mi abuela en cuanto la ha visto. - Espero que esto no se convierta en costumbre, señora. - "¿Y no está contento?" - ¡Claro que no! Gracias a usted y a su chófer somos la comisaría que más multas pone de toda Palma  y cuando llega Navidad siempre nos hacen un regalito por nuestro celo en el trabajo.

La abuela, que es más lista que el hambre, replicó. - "Pues si quieren seguir como hasta ahora, yo también quiero ver un detalle de parte de ustedes, cuando llegue Navidad"

Acababa de entrar en casa cuando volvió a abrirse la puerta de la calle: - ¡Avemariapurísimaaaaaaaa! ¡Uf, he venido corriendo! Prepara chinchón on the rocks, nena, que vengo sudando. - Después se dirigió a la abuela. - ¿Para qué me has hecho venir tan deprisa? ¿Vas a hacer paella de marisco? - "Tengo que enseñarte algo... pero primero, siéntate." - ¿Pero habrá paella o que...?

Antes de sentarnos en la salita, la Cotilla encendió las velas del altar de los Amigos de lo Ajeno y  tuvimos que agenciarnos abanicos del calor que daban. - ¡Apague eso o nos deshidrataremos! - ¿Con el chinchón on the rocks a mano? ¡Ni hablar, boba de Coria!

Entonces la abuela, con mucha ceremonia, sacó un sobre y se lo pasó a la Cotilla. - "Cuando leas ésto, nada más tendrá importancia" - La vecina cogió el sobre, lo miró y dijo: - Es de la Seguridad Social... ¿Van a embargarme? - "Peor, mucho peor, Cotilla. Mira a quién se lo han mandado"

A medida que leía el nombre, la mujer palidecía. - N...o. No... puede... ser... - Y se desmayó. Recogí el sobre del suelo y leí el nombre del destinatario... - ¡¿MI PRIMER ABUELITO?! - "Así, es... Mi primer marido." - ¿El que os cargásteis entre la Cotilla y tú?

A punto de sufrir un soponcio, la abuela despreció el vaso con hielo y bebió a morro. Poco a poco, la Cotilla volvió en sí. - "Lee la carta" (ordenó la abuela) - Su amiga leyó para sí y volvió a desmayarse. - Sí que es grave la cosa (dije) - "Y tanto"

Cuando la Cotilla abrió de nuevo, los ojos, la abuela la amenazó con los siete males si volvía a desmayarse. - ¿Que piensas hacer ahora? - "Acogerlo, por supuesto" - ¿En la Torre del Paseo Marítimo? - "Aquí" - Pero, abuela, esto debe ser un error... - "De tu primer abuelito me lo creo todo" - Aquí dice que, después de mucho tiempo de baja, han constatado la mejoría de su salud y lo consideran APTO PARA EL TRABAJO. Tiene que presentarse, en la fecha señalada, en el hotel donde prestaba sus servicios como camarero. - Pero ese hotel ya no... existe. (a la Cotilla le temblaba la voz) - ¡Y el abuelito lleva muuuuuuchos años muerto! - "Si la Seguridad Social dice que es apto para trabajar y con lo cumplidor que era él, en el momento menos pensado se presentará aquí para cumplir con su deber" - Pero si está... - "¿Sigues pensando en comer una paella de marisco, Cotilla?" (dijo la abuela con sorna) - ¡Por supuesto! Cada cosa a su tiempo...

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