sábado, 18 de marzo de 2017

Yo no tengo la culpa.

- "¡Nena, acabo de discutir con tu puñetero abuelito y he terminado... ¡hip!... dándole la razón!" - Abuelaaaa zzzzzzzzzzzzzzzzzzzz. - "Andresito, tenemos que llevar ... ¡hip!... a la nieta al médico. Se duerme ... ¡hip!... en el palo de un gallinero"

- Recuerdo este retazo de conversación como si me hablaran desde otra galaxia. Quizás desde una nebulosa muuuuy lejana. Así que no sé si lo he soñado o la abuela ha vuelto a llamar a las horas brujas de la noche. Pascualita ¡deja ya de tirar cola cao por las paredes, coñe! - La sirena no me escucha. Va a lo suyo que son los saltos mortales en la taza del desayuno. - ¡Avemariapurísimaaaaaa! ¿Cómo se puede ser tan guarra desayunando? - ¡No he sido yo, Cotilla! - No me vengas con historias de fantasmas, boba de Coria. Ya no es la primera vez que veo la cocina salpicada de chocolate hasta el techo.

No insistí en defenderme de algo que yo no había hecho, para que la vecina no sospechase que aquí hay sirena encerrada. Por cierto, Pascualita cayó detrás de los cacharros límpios y amontonados en la pila de fregar. Como ésta mujer tiene la costumbre de entrar a grito pelado, me coge desprevenida y tengo que tirar a la sirena lejos de mi para que no la descubra. ¡Que agonía de mujer! Ya le he pedido veinte veces la llave de mi casa pero, ni caso. Tendré que denunciarla por okupa.

- "¿A qué vienen éstas voces?" - La abuela acababa de entrar ¡otra que se pasea como Pedro por su casa, que es la mía! - Tu nieta tiene unos modales horrorosos en la mesa ¿cómo se puede mojar pan tostado en el cola cao y salpicar las paredes al mismo tiempo? Tendría que ir a un programa de esos de la tele donde sale gente haciendo cosas raras ¡ganarías! Y yo sería tu mánager! - "¿Qué hacías ésta noche cuando te he llamado?" - Creí que lo había soñado... - "¿Durmiendo a esas horas? ¡Lo sabía! Necesitas que te mire un médico porque te duermes en cualquier sitio" - Era mi cama, abuela. - - "¡Que cruz tengo contigo!" - Pero, bueno...

- "Anoche discutimos Andresito y yo a cuenta de Rajoy". - Vaya conversación más  amena a esas horas. - "Sí, fue acalorada. Le dije que no sé como hay gente que sigue votándole ¡No sabes como se puso! y eso que no se presenta a candidato de nada." - Nos lo imaginamos. - "Pues acabé dándole la razón" - ¿Habías bebido, abuela? - "¡Claro. Estábamos en El Funeral! - Ahora lo entiendo... más o menos. - "¡Es normal que le voten tantos! ¿Con quién nos reimos más de los que aspiran a presidir el Gobierno... A ver? - Pues... - Ahora mismo... no caigo... - "¿Quién dijo que los españoles son muy españoles y mucho españoles?" - ¡Ostras, como me reí este día! - "¿Quién ha dicho ahora que cada año visitan España 75 millones ¡de españoles!?" - ¡¡¡RAJOY!!! jajajajajajaja ¡no puede ser otro! - "¿Lo véis? ¿Quién nos sacaría una sonrisa con la que está cayendo?" - Siento reconocerlo (dijo la Cotilla) - Y yo... pues sí, no es raro que le voten...

Cuando se fueron recogí a la sirena y nos sentamos juntas en la salita, chinchón en mano, tratando  de digerir la evidencia.

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