lunes, 6 de marzo de 2017

¿Nieta al horno?

La abuela me la tiene jurada. Esto quiere decir que mi vida pende de un hilo - "¡Tendrás el mismo final que le preparaste a Pascualita!" - Pero si era una broma... ¡te lo juro! - "¡Mientes como una bellaca!" - Yo la quiero mucho... - "Te pondré una manzana en la boca como si fueras una lechona y antes de asarte te haré una foto" - ¿Piensas... comerme? - "Claro. Te compartiré con la Cotilla" - ¡No puedes hacer eso! ¡¡¡Será un asesinato!!! - "Puede ser pero, en cuanto empecemos a chuparnos los dedos, no tendrá importancia"

No me llega la camisa al cuerpo y un sudor frío recorre mi espalda. Trato de razonar con la abuela aunque es como hablarle a una pared. - ¿No ves que, para dos, sobrará carne? - "Tienes razón... ¡Haremos una cena en El Funeral para todos los amigos!... Que buena idea. Y no hará falta que te hagamos un funeral ¡ya estarás en él! jajajajajajajaja ¿No te parece gracioso? - ¡NO! - "Que cruz tengo contigo"

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaa! Huy, que caras... ¿Qué le has hecho a tu abuela? - ¡Nada! Ella me lo quiere hacer a mí. ¡Me quiere comer! - Ya son ganas - "¿Haber qué harías tú si tuvieras un perro y una amiga lo adobara para meterlo al horno?" - ¿Para comerlo?... Lo dejaría macerar unos días para ablandar la carne porque dicen que es muy correosa. - "¡Lo ves, boba de Coria. La Cotilla me da la razón!" - ¿De verdad piensas comértela? - "Y quedas invitada." - ¿Así que va en serio? Entonces adóbala bien porque es un rato sosa tu nieta. - ¡¡¡OIGA!!!

Decidí denunciarlas y fui a ver a Bedulio. - ¡¿Que qué van hacerte?! - ¡Comerme! - Espero que a tu abuela no se le ocurra invitarme, es que no me quiero saltar el régimen que estoy haciendo. - ¡¿Me estás escuchando?! Si no haces nada acabaré en la olla exprés o en el horno... - ¿Pondrá patatas? me pirran las patatas al horno... - ¡Y qué se yo, Bedulio! ¡¡¡Sálvame!!! - Ahora te comprendo. Estás más atontada que de costumbre por mirar las tonterías que dan en la televisión.

Antes de salir de la comisaría, le tiré el ordenador al suelo y se hizo añicos. Los municipales que andaban por allí vinieron corriendo, pistolas en mano pero Bedulio les tranquilizó - No pasa nada. Está teniendo una crisis y no es raro teniendo la casa llena de espíritus.

Sobre el aparador del comedor había una de las fotos que le hice a Pascualita cuando aún me parecía graciosa la broma de la que ella no se enteró. De repente se me ocurrió hacer una caricatura del Entierro de la sardina y me lo pasé pipa colocando verduras y aliños al rededor de la sirena... Aaaayyyyyyyy si llego a imaginarme en el lío que me metía...  ¡snif!... Y encima, le hice fotos para dejar constancia ... ¡Mira que soy tonta!

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