viernes, 24 de marzo de 2017

Escandalera.

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaa! ¿Por qué no has encendido la estufa, boba de Coria? - ZZZZZZZZZZZZZZZZ - ¡Llega una a las tantas de la madrugada y me encuentro la casa fría! ¡Que vengo de trabajar, mujer! - ZZZZZZZZZZZZZZZZZZ - Cada día es más difícil el oficio de trapicheadora. Hay competencia desleal por todas partes ¿Dónde está el Sindicato que nos protege? ¡¿Alguien lo ha visto?! Luego querrán cobrar las cuotas los muy caraduras ¡¿Y éste frío que ha llegado sin venir a cuento? ¡¿Quién nos protege de él?! ¡¿Por qué narices le han dejado entrar en el País?! ¡¿Tiene los papeles en regla?! ¡¡¡Pues claro que no!!! ... Nena... ¡¡¡NENAAAAAAAAA!!! - ZZZZZZZZ... hummm... ¿Ya es de día?... Cada vez son más cortas... las noches... ¡Cotilla! ¿se ha muerto alguien? - ¡Que manía tienes de enterrar a la gente a las primeras de cambio!

Cuando me enteré que eran las cuatro de la madrugada, ardió Troya. - ¡¡¡QUIERO LAS LLAVES DE MI CASA, AHORA!!! - Mientras estaba en plena bronca con la Cotilla, llamaron a la puerta. Era la abuela. - ¿Qué es esto ¿una romeria? (pregunté, cabreada) - "Venimos de El Funeral y como he visto luz he subido a tomar un café con leche" - Haberte subido a Geooorge que para eso es tu mayordomo. - "Se ha ido a casa con Andresito". - Pues ¡hala! ya estás cargando la cafetera y yo me voy a dormir ¡Y usted a la puñetera calle! - ¡Que cruz tenemos con tu nieta!

Llamaron a la puerta. Era Bedulio. - "¡Pasa hombre! Llegas a tiempo de tomar un cafelito. - No puedo, estoy trabajando... Os han denunciado por escandalo en plena noche. - "A mi que me registren. Acabo de llegar" - Yo también (la Cotilla puso carita de inocente) - Yo dormía hasta que llegó la vecina. Y ahora me vuelvo a la cama. - ¡No! ¿A qué venían los gritos contra Sindicatos, emigrantes ilegales, trabajos en negro, etc. etc. etc.? - Me quedé a cuadros.

La Cotilla saltó - ¡Ah! ¿Era eso?... jejejejeje Ay, Bedulio, las cosas se arreglan hablando... ¿No te hemos contado nunca que la nena, cuando sueña, habla a gritos? - ¡Oiga! (grité desde la cama) - ¿Lo ves? en cuanto toca la cama, grita. ¿Por qué crees que su abuela ya no vive aquí? - ¿Por qué se casó con un millonario? . Eso es algo puntúal. La verdad fetén es porque ya no aguantaba más las discusiones de su nieta, a medianoche, con vaya usted a saber quién.

- ¿Y por qué los vecinos no se han quejado más a menudo? - Porque son muy buena gente: comprensiva, educada, agradabilísimos... - Unos porrazos en la puerta me desvelaron. Alguien abrió y unos berridos procedentes del descansillo de la escalera, hicieron que corriera descalza hasta el acuario y cogiera a Pascualita, a la que no le gustó nada, el brusco despertar. - ¡Que salga su nieta y la arrastraré escaleras abajo hasta que se quede afónica! ¡Me quedan dos horas de sueño, imbécil! ¡Sal si tienes ovarios, niñata! ¡La madre que te parió que descansada debió quedarse. Adefesio!

Por supuesto que no asomé la naríz. La Cotilla, que debía sentirse como la Arregla-problemas ajenos del barrio, salió a mediar entre los vecinosy yo. Hablaba pausadamente pero los insultos iban a más. Hasta que ya no aguantó más y empezó a despotricar contra todo lo divino y humano que se le pasó por la cabeza. Ahí fue cuando la gente reconoció la voz y se pasó de los gritos a las bofetadas, patadas y mordiscos... Y una de las que no se quedó atrás fue Pascualita, que saltó de mi escote al de la Cotilla y organizó una escabechina digna de película de chinos. Yo me tuve que emplear a fondo hasta que pude arrancarla, a ella y al trocito de carne que mordía en ese momento.

Mientras tanto, Bedulio , como el que no quiere la cosa, salió de estampida de mi casa para poner mucha tierra entre nosotras y él 

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