domingo, 19 de marzo de 2017

Chuck Berry.

La abuela ha venido a casa con la lágrima puesta. - ¿Que ha pasado? ¿Se ha muerto la Momia... o el abuelito? - "¡Que manía tienes de cargarte a la familia en cuanto pasa algo!... pero sí, ha muerto alguien muy importante" - Me estás asustando. - "Ha muerto..." - Esto ya lo has dicho ¡ves al grano!" - Granos los que tienes en la cara. A ver si te has intoxicado con algo de lo que trae la Cotilla del contenedor del súpermercado porque, con la edad que tienes... Que tienes mucha y se te va a pasar el arroz... no será acné juvenil jajajajaja (soltó una risa sardónica que se me clavó en el alma. Mal empezamos, me dije)

- Abuela, termina de una vez y no te metas con mi edad, que ya la quisieras para ti. - Frunció el ceño (malo) - "Trae a Pascualita que le daré una lección de Historia" - Cuando se pone trascendental no hay quien aguante a ésta mujer.

Me senté con la medio sardina en mis rodillas. La jodía de la sirena estaba con los pelo-algas de punta, furiosa y yo llevaba puesto el guante de acero por si las moscas. La desperté bruscamente de su siesta mañanera y estas cosas no las perdona. - Venga, abuela, empieza antes de que éste bicho se lie a mordiscos conmigo. - ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaa! - ¡La que faltaba para el duro! (mientras hacía este comentario para mis adentros, lancé a Pascualita... ¡por la ventana! - Huy, perdón...

La Cotilla me miró extrañada - ¿Por qué?... - ¿Por qué, qué? - ¿Me pides perdón y no sabes por qué? Que poco valéis los jovenes de hoy en día - ¡Abuela, dile algo! - "Algo. ¿Manda algo más la señora?" - Traigo magdalenas que caducaron ayer. No pueden ser más frescas. - ¡Si pueden, Cotilla pero es usted más agarrada que un chotis! - ¡Desagradecida! Prepara café con leche, anda. - ¡Abuela, cuénta ya la historia de una vez! - "Falta "gente" - ¿Esperáis a Pascual, por casualidad? jejejejeje (Que sonrisa más cínica tiene la Cotilla) ¡Ostras! hablando de amantes... ¿Habéis visto la lista del harén del rey padre? ¡Ni Abderramán III!... - ¡Abuelaaaaaa!

- Asomando por el marco de la ventana vi aparecer la cabeza de Pascualita. Debía haberse dado un golpe en la cabeza porque bizqueaba más de la cuenta ¡que fea es la tía! - Ya tienes cuorum, abuela. - "Ahora solo falta el café con leche"

Me tienen por el pito del sereno éstas dos. Cuando por fin, arrancó a hablar, Pascualita había saltado a la mesa del comedor y reptaba hacia nosotras. - "Si me véis vestida de ésta guisa: una chica de los años cincuenta- sesenta, es en homenaje a Chuck Berry, el padre del rock and roll..." - ¿para eso te has puesto cancán bajo la falda, calcetines cortos con zapatos de taconcito y ese lazo en el pelo? Creí que venías de una fiesta de disfraces ¡Aaaaaaaaaaaaaaaayyyyyyyyy! (apenas terminé la frase me gané un buen pescozón. - "¡Un respeto! Fue el hombre que nos puso a todos a bailar el rock and roll. El que tocaba la guitarra como nunca se había hecho hasta entonces..." - De repente, la Cotilla se levantó tarareando un rock y un segundo después, las dos amigas estaban bailando. - "¡Ven!" (me dijo la abuela) - No sé... (respondí) - ¡Que cruz tienes con tu nieta! (dijo la Cotilla sin perder el ritmo)

Entonces Pascualita, que había saltado de la mesa sin que nos diéramos cuenta, mordió mi tobillo en plan venganza rastrera ¡Y vaya sí bailé! Aunque no fuera, exactamente, un rock and roll...

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