domingo, 5 de febrero de 2017

Noche mágica.

Me quedé traspuesta delante del televisor. Supongo que a ello ayudó que estaba sola en casa. Sin la Cotilla quiero decir, porque compañía sí que tenía: Pepe la  cabeza jivarizada y Pascualita que estuvo, en todo momento, muy atenta a lo que se veía en la pantalla.... Pepe estuvo en su línea, discreto y callado pero su presencia me da confianza porque siempre reconforta tener un hombre en casa... o su cabeza reducida. Algo es algo.

Pascualita interactuaba: si me veía aplaudir ella también lo hacía. Comentábamos los modelos de las actrices y cuando alguno nos gustaba mucho hacíamos la señal de OK. En fin, que estuvimos muy entretenidos. Después me fui apalancando y acabé dormida en el sofá después de la entrega de los últimos Goya.

Me despertó el frescor de la noche. La mantita de sofá que me había puesto por encima estaba ahora enrollada sobre la media sardina que dormía como un lirón. Se la quité de un tirón pero tuve que sortear los mordiscos furiosos que me lanzó. Me aparté de ella pegándome a los cristales del balcón. El viento soplaba con mucha fuerza y a mi no me gusta el viento. Las ramas del árbol semejaban locas furiosas agitando los brazos hacia mi.

Un escalofrío recorrió mi espalda: - ¡Hay que irse a dormir! (me dije) - Y en un arranque de inconscienca, cogí a Pascualita, la envolví en la mantita. Noté que estaba tiesa. Sus ojos redondos y fríos, miraba hacia un punto del exterior. Miré. Un barco se desplazaba, con las velas desplegadas, por el cielo. -  ¡Oh, Peter! ... Después de tantos años, volvemos a encontrarnos...
 
Mi corazón latía desbocado al abrí la puerta del balcón y saludarlo agitando la mano. Del barco salió una luz que saltó arriba y abajo un momento para volver, de nuevo, a la nave.
Pascualita lanzó hacia afuera su dentadura de tiburón y partió con los dientes una rama loca que a punto estuvo de arañarme.

Al despertarme ésta mañana Pascualita dormía junto a mi sin haber echado de menos su acuario. En casa reinaba el silencio. Cerré los ojos y me acurruqué para seguir durmiendo... - ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaaaaa! ¡Traigo una bolsa de churros que he encontrado en una papelera! Tú pones el café, boba de Coria... ¡¿ME OYEEEEEEEES?!























































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































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