lunes, 9 de enero de 2017

Suben las pensiones.

Después de asomar la nariz por la ventana y notar el frío que hacía, preparé dos cola caos calentitos y pan tostado. Hummm, placer de dioses. Tanto Pascualita como yo disfrutamos del desayuno, cada una a su manera. Yo al estilo clásico, o sea, mojando el pan en el cola cao y la sirena bañándose en el que había en su taza hasta lograr que todo el contenido se esparciera por la mesa de la cocina. Luego se lo pasó pipa lamiéndolo.

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaa! - Esta mujer siempre nos coge con la guardia bajada y no me quedó más remedio que lanzar a Pascualita hasta el acuario, en el comedor... Debo decir que el lanzamiento no fue muy afortunado porque, aunque la ventana estaba cerrada a causa del frío y no pudo salir por ella, se estrelló contra el cristal. La cogí antes de que patinara hasta el suelo y se diera otra costalada.

La Cotilla, desde la cocina, no paraba de hablarme poniéndome nerviosa por si le daba por entrar a ver que estaba haciendo. Por eso fallé de nuevo, por los nervios, y eso que ésta vez estaba cerca del acuario. La pobre sirena cada vez estaba más KO. El porrazo fue, esta vez, contra el espejo del aparador. Y como se escurrió detrás del juego de café allí expuesto y no se la veía desde fuera, dejé que se recuperara sola de la conmoción cerebral.

- ¡Pero bueno, boba de Coria ¿Me escuchas o no?! - A decir verdad... no. - ¡Así va España! - ¡Oiga, no me cargue con todos los Pecados Capitales a la vez! - Te estaba diciendo que tengo un disgusto y un problema muuuuy grandes. - ¿Qué pasa, no llega a fin de mes? Ahora le aumentarán la Pensión, mujer y tendrá que ir con el carrito de la compra para llevar el dinero jajajajajaja.

-¡Me han engañado otra vez! - ¿A usted? Ya me extraña. - Voté a los de siempre porque cada vez mienten mejor ¡y me lo creí todo! - Ajo y agua. - ¡Seguiré sin llegar a fin de mes! - Más ajo y agua, Cotilla. - Y lo que es peor ¡No tengo la lupa que encontré el año pasado, para ver el aumento! - ¿Qué ha echo con ella? - ¡¡¡La empeñé para llegar a fin de mes!!! - Ajo y agua infinito, Cotilla.

En estas estábamos cuando el ruido de loza rompiéndose contra el suelo me hizo correr hasta el comedor. Pascualita estaba fuera de sí intentando devorar al horrible bicho que la atacaba desde el otro lado del espejo. En su afán por morder a su "enemigo" tiró, una tras otra, las piezas del juego de café. - ¡Quieta! (grité) pero había llegado tarde porque, en ese momento, se estrellaba contra el suelo la última pieza que quedaba: el azucarero.

Cogiéndola por la cola la dejé caer en el azúcar. La golosa fiera corrupia se calmó al instante y si la hubiese dejado, me friega toda la casa con la lengua.¡Maldita Cotilla! Si no hubiese estado en mi casa ahora la tendría como los chorros del oro.

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