viernes, 16 de diciembre de 2016

A vueltas con las luces de Navidad.

- "¡Nenaaaaaa! No puedo dormir. Llevo media hora dando vueltas en la cama a cuenta del lío de las luces de Navidad. Y en El Funeral apenas me he divertido y hemos salido media hora antes: de las ocho hasta las tres y media de la noche en lugar de hacerlo a las cuatro... Aaaayyyyy (suspiro)... Fui a decirles a quienes se han quedado con nuestras luces, que nos las devuelvan. Que están pagadas. Pero han contestado que Santa Rita, Santa Rita, lo que se da y ya está pagado, no se quita ¿Qué te parece?"

Me costó mucho abrir los ojos estando en el primer sueño pero intenté contestarle. - Pues... - "Lo que tengas que decirme, me lo cuentas mañana que me caigo de sueño" - Y colgó. ¡La madre que la parió!

A la Retatara no le ha hecho ni pizca de gracia que dijera eso y mandó a la kika a que me picara en los ojos. Y aunque sé que no me hace nada, aún me asusta ver a una gallina lanzarse sobre mi con los espolones sacados y el pico abierto. - A los mayores debes respetarlos (dijo la vocecita de ultratumba que llegó a mis oídos) - Que no te oiga la abuela porque te pondrá a caldo. Las palabras: mayor, vieja, conservada y otras por el estilo, la sublevan y se pone como un basilisco. - A mi no me afectan. Cuando morí estaba en la treintena. Seré joven eternamente.

Mientras conversaba con la Retatara se abrió la puerta de la calle y la Cotilla entró con un hombre que la ayudaba a arrastrar un montón de cables y bombillas. Desde la oscuridad del pasillo de mi cuarto la estuvimos observando y cuchicheando. - Esta mujer cada vez se toma más libertades. - ¿Es su marido? (preguntó la vocecita) - Reí de buena gana - ¡Esa no tiene marido ni perrito que le ladre! jajajajajaja - Callé de pronto al darme cuenta de podía estar hablando de mí. - ¿Es su amante? - Tampoco. Será un amigo... - ¡¿Ni siquiera amante?! Que mujer tan depravada. - ¿Está pensando en sexo, Retatara?... Es lógico llevando siglos a pan y agua. - ¡Ni siquiera eso! (contestó)

- Creo que piensa potenciar el altar de los Amigos de lo Ajeno con bombillas en lugar de velas que queda obsoleto. - ¿Un altar para ladrones? Nunca había visto nada igual. - Es que ella es del gremio. Tiene mucha maña vaciando los cepillos de las iglesias. - La Retatara dio un respingo. - ¡Vade retro, Satanás!

Cuando el hombre se fue encendí la luz dejando a la Cotilla deslumbrada. - ¡¡¡Estoy cansada de decirle que no quero altares en mi casa y menos para ese atajo de ladrones!!! - ¡Ay, que susto, boba de Coria!... No es lo que tú crees. Son las luces de la calle de tu abuela. - ¿Las ha robado? - ¡Y dale la burra al trigo! He cogido lo que no es suyo y santas Pascuas. - Habrá jaleo (presentí)

Por la mañana me desayuné con la noticia de las luces robadas. Se comentó mucho una nota clavada en una rama de árbol, que decía: - ¡Ladrón que roba a ladrón, tiene cien años de perdón!

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