lunes, 28 de noviembre de 2016

¡Bedulio las ve!

Desde que han "entrado" en casa los fantásmas ciudadelanos siento que somos legión, contando, además, al "ánima" de los abuelitos que tanto asustan a Bedulio. Tendré que poner un guardia urbano en el pasillo para que regule el tráfico. Con lo tranquila que estaba yo con Pascualita y Pepe, tan calladito él.

En el trabajo hice un comentario diciendo que: en casa de una vecina han ido a vivir su bisabuela, una prima (esto lo dije pensando en la kika) más su abuela y una vecina, todas muy mayores y la pobre está un poco desbordada...

La respuesta de la marisabidilla de turno, no se hizo esperar: Lo que tiene que hacer tu vecina es ir a pedir una ayuda familiar ¡pero ya! La asistenta social la informará de los trámites que debe hacer para que una mujer vaya a ayudarla con las personas mayores, todos los días. Incluso la Cruz Roja puede traerte la comida...

Me quedé con la copla y lo expuse un día que se quedaron a comer la abuela y la Cotilla, claro.

- "¿A quienes te refieres cuando dices MUY MAYORES?" (saltó la abuela que es muy picajosa con éstos temas) - A nadie. Era una manera de hablar para tirar de la lengua a mi compañera de trabajo. - La Cotilla, que es más mala que un dolor, dijo - ¡A nosotras! ¿a quién va a ser? Estás perdiendo facultades, amiga. El otro día te llamó antigua y no reaccionaste. - "No se refería a mi" - ¿A quién, si no... ¿No será al famoso Pascual? jajajajajajaja - Un día se morderá la lengua y se envenenará.

Llamaron a la puerta. Era Bedulio. - He visto el rolls royce de tu abuela mal aparcado como siempre y le traigo la multa para que la abone... - Pero si ella no tiene costumbre de hacerlo... - Por eso ha dicho el capitán que a quién sea capáz de cobrarle, le regalará una cesta de Navidad. - Pasa. Está en el comedor con su amiga.

Un alarido escalofriante heló el aire. Bedulio, fuera de si, señalaba la lámpara. - ¡¿Qué... es ... eso?!
- Este está como tu nieta (rió la Cotilla. Y deletreó): U-n-a  l-á-m-p-a-r-a. - Pero él seguía con el dedo tieso y la vista fija. Gritó: - ¡No! - entonces empezó el cachondeo de las dos viejas aunque la abuela no las tenía todas consigo. - "U-n-a  b-o-m-b-i-l-l-a" jejejejeje - ¡No! - U-n-a  t-u-l-i-p-a - ¡No! - Así siguieron buen rato hasta que la Cotilla, harta ya del jueguecito, dijo - ¡U-n-a  g-a-l-l-i-n-a! - Y Bedulio se fue despavorido. Al llegar a la puerta de la calle gritó más y salió por pies. La retatarabuela se había colocado encima.

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