domingo, 16 de octubre de 2016

Piso vacacional.

Me he levantado temprano para comprar las ensaimadas recién hechas y el periódico. Me encantan las mañanas de domingo, cuando no me molestan ni la abuela ni la Cotilla y desayuno con Pascualita mientras le comento las noticias a medida que las voy leyendo y ella salta, una y otra vez, en su taza de cola cao hasta esparcirlo por toda la cocina.

Mientras se calentaba la leche he ido a por las gafas y al volver a la cocina... no estaba el periódico. He quedado desconcertada. Pascualita seguía a lo suyo, saltando como una descosida. Pepe, aunque estaba en su estante desde donde tiene una visión panorámica de la cocina, no dijo ni pío cuando le pregunté si lo había visto. Volví sobre mis pasos pero no había ni rastro del periódico.

Lo peor fue que tampoco estaban las dos ensaimadas ni mi taza de cola cao caliente. ¡Ostras! (pensé) ¿Será verdad que anda por aquí el espíritu de mi primer abuelito?

Mientras trataba de poner en orden mi aturdido cerebro, creí ver una barriga descomunal cruzando ante la puerta de la cocina. Nunca pensé en mi abuelito como un hombre obeso. Me asomé al comedor tratando de ver mejor a la "visión" y quedé patidifusa. - Un hombre gordo, que parecía de carne y hueso, leía MI periódico y tomaba MI desayuno.

Me refugié en la cocina y llamé a la abuela. - ¡Rápido. Mándame a Geoooorge para que me defienda ¡Hay un hombre en mi casa! - "¿Quién es?" - ¡No lo sé!... Parece extranjero. - "Pues aprovecha y ya que está aquí, que te haga un biznieto" - ¡¡¡ABUELA!!!... Tengo miedo. ¡Que venga Geoooorge! - "¡Es mi mayordomo, no tu guardaespaldas! - ¡Pero estoy en peligro! - "Llama a Bedulio" - No quiere saber nada de mi. - "A Geooorge le pago yo y a los municipales, la ciudadanía" - ¿No va a venir? (yo temblaba como una hoja en medio de un huracán) - "¿Para que me lo desgracien? ¡Ni hablar!"  - ¡Se está comiendo mi ensaimada!... ¡snif!...  - "¡Que cruz tengo contigo!" (Y colgó)

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaa! Veo que le has preparado el desayuno al huésped. Es un detalle pero no entra en el contrato. La próxima vez me lo consultas porque, ahora, tendré que cobrárselo como extra. - ¿De qué habla, Cotilla?... ¿Conoce a éste hombre? - Lo he traído yo. Es un turista que andaba por la calle con la maleta arrastras... Se alojará aquí dos días. - ¿Pero...? - No pongas peros que tendrás tu ganancia en éste negocio... Un cinco por ciento.

- ¿Ha convertido mi casa en un alojamiento de turistas... ilegal? - ¡Todo el mundo lo hace! - ¿Por qué no se los lleva a su casa? - Porque el ascensor está estropeado ¿No querrás que suban cuatro pisos con la maleta a cuestas? Además allí no hay ni agua, ni luz, ni gas. Con mi pensión no me llega para pagar las facturas.

La desfachatez de la vecina está alcanzando cotas muy altas. Emplea MI CASA, MI AGUA, MI LUZ, MI GAS  ¡¡¡¡Y SOLO ME DA EL 5% DE LAS GANANCIAS!!! - Me voy a buscar una pareja de belgas. Mientras, cambia las sábanas de tu cama. Ellos dormirán allí y nosotras dos nos apañaremos en mi cama de plaza y media.

Atrincherada en la cocina, contándole mis penas a Pascualita entre chinchón y chinchón, poco a poco empecé a ver las cosas de otro color. - Un cinco por jajajajajajaja ciento no está... ¡hip!... mal. Al fin y ... ¡hip!... al cabo el trabajo lo hace jijijijijijijiji... la Cotilla... ¿Otra cooooopita, Pasc... ualitaaaa? jajajajajaja... ¿A que le piiiiiiido un bizzzzzzznieto al barrigón? jajajajaja - A pesar de la niebla etílica que nublaba mi entendimiento, me pareció ver a la sirena haciendo la señal de OK... Y hasta aquí puedo leer.

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