domingo, 30 de octubre de 2016

Miedo en el cuerpo.

- "Hola, nena ¿Ha pasado la momia por aquí?" - ¿Tan temprano? Claro que no. Estará en la cama calentita aprovechando que puede dormir una hora más. - "Como si le importara mucho" - Eso es verdad. Anda que no lleva años jubilada, además no creo que se haya levantado temprano en su vida a no ser que tuviera ese capricho. - "Estás muy equivocada. En sus tiempos trabajaba" - ¡Pero que dices, abuela! La Momia siempre ha sido rica. - "¿Estamos hablando de la misma momia?"

La pregunta me cogió de sorpresa. No conozco más Momia que la nuestra: mi bisabuelastra. Aunque la abuela es posible que sí. Algunas de sus amistades están empezando a contar sus edades por siglos, Este comentario no puedo hacerlo delante de ella porque me juego un pescozón de los que hacen época.

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaa! ¡He triunfado por donde he ido con mi disfraz de santa martirizada! - "Pues que sepas que te busca la guardia civil" - ¿Quieren que les proporcione un disfraz? - "No te hagas la tonta. Te van a detener por asesina" - ¿A miiiiiiiiii? - "¿Puedes decirme de dónde sacaste los ojos de la bandeja?" - ¡Claro! de un contenedor de basura. Había tirada una muñeca grande de porcelana, rota y se los arranqué, luego puse hilitos de algodón mojados en mercromina y quedaron chulísimos. - "Vaya... pues te he puesto de criminal para arriba" - Si me van a sacar en el telediario con mi disfraz, dejo que me detengan un rato y así me hago propaganda gratis.

Yo seguía pensando en lo que me había preguntado la abuela hacía un rato. - Cotilla ¿conoce usted una Momia, aparte de mi bisabuelastra? - Como no sea la de Tutankamón... ¿por qué? - ¿Por qué, abuela? (pregunté a mi vez)

Entonces engoló la voz, puso un tono de misterio y dijo: ·"Egipto es tierra de momias milenarias que guarda bajo las arenas del desierto, o en los museos. Pero ¿qué pasa con las que no fueron enterradas como mandaba la tradición... ¿eh?" - Un escalofrío me levantó los pelos del cogote porque me estaba hablando a mi, como si estuviésemos solas. - "Anoche el desierto egipcio vino a nosotrossssss en forma de lluvia de barro y con ella las almas de las momiassssssss que no encuentraron su cuerpo mortal al regresar del Juicio de Maat." - Y... eso... ¿por qué? - "Se destruyeron y desde entonces buscan uno donde descansarrrrrr..." - ¿Como... el ... mío? - "¡TU LO HAS DICHO, BOBA DE CORIA!"

Después de meterme el miedo en el cuerpo, las dos amigas fueron a la salita a poner a parir a los políticos del PSOE, entre copita y copita de chinchón y yo corrí en busca de Pascualita. Si viene una de esas momias de las que hablaba la abuela, espero que me defienda de ella a dentelladas.


sábado, 29 de octubre de 2016

¡Que noche!

La abuela se llevó un enorme disgusto ante el triunfo de los disfraces de Halloween de la Cotilla y Bedulio porque no puede soportar que alguien le gane en algo y menos cuando se trata de exhibirse.

Me ha llamado cuando acababa de dormirme. - "¿Has visto que disfraces más birrias llevaban esos dos?" - Abuela... me caigo de sueñoooo... zzzzzzzzzzz ... - "De dónde los habrán sacado? y esos ojos de la bandeja ¿a quién se los habrá arrancado?" - ¡Cambia el tema que no quiero tener pesadillas! - "¡O sea, que tu también crees que ha matado a alguien ¿verdad? Porque en vivo nadie se los deja arrancar ... Ahora mismo voy a llamar a la guardia civil y la acusaré de asesinato" - ¡¡¡Abuela, no llames a nadie!!!

- "¿A qué viene éste arranque? ¿Acaso eres su cómplice? ¡¿No me digas que la has ayudado para que me gane en la fiesta de El Funeral?! ¡¡¡Te quedas sin la Torre del Paseo Marítimo!!!" - ¡¡¡NO. YO NO HE HECHO NADA!!!

Una vez que la abuela colgó el teléfono intenté dormir pero, en cuanto cerraba los ojos, veía los ensangrentados de la bandeja. Encendí la luz y corrí en busca de Pascualita. La sirena dormía plácidamente flotando entre las algas del fondo y no le gustó nada que la despertara bruscamente. Lanzó dentelladas a diestro y siniestro pero el guante de acero paró los mordiscos.

Me la llevé a la cama y allí se calmó. Le gusta estar calentita y aunque lo deja todo mojado, preferí eso a dormir sola. Cerró los ojos y reptando, reptando, se fue metiendo en mi escote mientras a mi se me ponía la carne de gallina por lo fría que estaba.

Volví a dormirme hasta que unos porrazos me despertaron. Corrí a abrir la puerta y me encontré ¡a una pareja de la guardia civil con la abuela! - "Esta es la cómplice de asesinato" - Y me señaló con un dedo acusador. Uno de los guardias quiso asegurarse y tendió, a su vez, un dedo hacia mi. - ¿Esta? ¡¡¡AAAAAAAAAAAAAAAYYYYYYYYYYYYYYYY!!!

Si no le gustó a la sirena que la despertara una vez, dos, menos aún y aprovechó la cercanía del dedo para verter toda su rabia en el mordisco que le arreó.

De un tirón seco la arranqué, junto con un trocito de carne y la tiré hacia una maceta de la entrada. Con el jaleo, el otro guardia no vio a Pascualita, solo la sangre que manaba de su compañero. Y se lanzó a por mi. Rodamos por el suelo mientras la abuela, en lugar de separarnos, me gritaba: - "¡Boba de Coria, aprovecha y que te haga un biznieto!"                                                                       

viernes, 28 de octubre de 2016

Santos y Santas.

Mientras desayunaba tan ricamente en la soledad de mi cocina, el timbre del teléfono acabó con el instante mágico. - "Nena ¿ya sabes de que vas a disfrazarte?" - ¿Es necesario? - "¡Por supuesto! ¿Cómo puedes ser tan sosa? Es la fiesta de Todos los Santos." - Pero es que yo no los conozco a todos, ni siquiera a la mitad... - "Eso no tiene nada que ver. La cuestión es seguir la tradición" - Bueno, eso sí... ¿Ya me has comprado el rosario de dulces? Me lo colgaré del cuello y lo llevaré todo el día hasta que me lo acabe.

- "Esto son cosas de críos, boba de Coria" - Pues no me apetece ser unos de lo mil y pico zombies, fantasmas, payasos diabólicos, vampiros, descabezados, brujas, contraechos, etc. etc. que circularán por las calles estas noches ¡Me niego a entrar en la rueda del esperpento! - "Eres rara hasta decir basta. Allá tú pero Pascualita y yo sí que nos disfrazaremos" - Y le colocó a la sirena un traje de zombi y un maquillaje asqueroso que el bicho lamía con gusto. - "¡Estate quieta, jodía, que no acabaré nunca!" - ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!

Arranque a Pascualita de las manos de la abuela y la lancé sin mirar, hacia el acuario pero el ruído que hizo: ¡POM! en lugar de ¡CHAF!, me dio a entender que se había estrellado contra el espejo del aparador. Se me pusieron los pelos de punta ¡si lo llega a romper hubiesen sido siete años de mala suerte!

- La Iglesia quiere acabar con la pesadez de los disfraces repelentes de todos los años por éstas fechas. ¡Mirad, en ésta hoja de periódico he leído que quiere fomentar los disfraces de Santos y Santas, católicos por supuesto. ¡Ya tengo el mío! - Y corrió al baño a ponérselo.

Aproveché su ausencia para interesarme por Pascualita. Si tuviese piernas estaría espatarrada pero no era el caso. Parecía una rosquilla estampada contra el espejo. En cuanto me vió sacó la dentadura de tiburón a pasear. ¡Que rencoroso es éste bicho!

En vista de que era imposible cogerla y salir del trance con los cinco dedos enteros, corrí en busca del guante de acero. Y cuando, de nuevo, la tuve en la mano, la Cotilla salió del cuarto de baño y por poco me da un infarto. - ¡Que cosa más horrible! ¿De qué va? - De Santa Lucía después del martírio. - ¡Ay, calle! No puedo mirarla...¿Se ha arrancado los ojos! - En una bandeja, en lugar de unas copas de chinchón, llevaba sus dos ojos ensangrentados y en la cara dos huecos con nervios colgando.

Salí corriendo al bacón y vomité hacia la calle. Pascualita, que saltó de mi mano al suelo, quería entrar a toda costa en casa. Supongo que para participar en el banquete de los restos de la santa. Se me escurrió y fue a parar a las ramas del árbol de la calle.

Llamaron a la puerta. Era Bedulio impregnado de mi vómito. Tuve que disimular la risa y que aquella porquería había sido mía. - ¡¡¡Estás fantástico, Bedulio!!! ¿Hay fiesta de disfraces en tu cuartel? Vas a ganar el primer premio. ¡Seguro! Tu disfraz es lo más original que he visto nunca... ¿Quieres algo o solo vienes a enseñarnos cómo te queda? - En ese mismo instante, la malvada sirena lanzó un chorrito de agua envenenada que dio de lleno en el ojo de Bedulio.

Había que ver cómo le aplaudía la gente en la calle mientras él saltaba, gritaba y corría como alma que lleva el diablo mientras "Santa Lucía" lo perseguía con los ojos en la bandeja.

jueves, 27 de octubre de 2016

La di-putada Abstención.

- "Nena, pon la tele para ver a Abstención. Estará sentada en primera fila del Congreso" - ¿Estás segura de lo que dices? - "Totalmente. Y trae el chinchón que tendremos tiempo de ponernos tibias." - ¿Has visto la hora que es? - "Me he dejado las gafas pero seguro que tú, con lo cansina que eres, me lo dirás" - Las diez de la mañana. - "¿Y?" - Que no son horas de empinar el codo. 

La abuela me echó una mirada asesina. Y dijo la célebre frase: "¿Quién eres tú, para decirme A MI cuando y dónde puedo beber?" - Un escalofrío me recorrió la espina dorsal hasta ponerme la piel de gallina al pensar en quién la pronunció primero y los anatemas que le dedicó la abuela al indivíduo en cuestión ¿Acaso ella no lo recuerda o es que, llegada a su longeva edad, ha empezado a mutar para acabar siendo árbol y desaparecer en el infinito? Me sentí conmovida ¡¡¡Por fin iba a ser dueña de la Torre del Paseo Marítimo!!! De toda ésta alegría solo deje que asomara a mis labios un ténue ¡Yupiii!.

- "¡¡¡YUPIIII" (gritó ella) ¡Sí señora. Esa es la actitud que me gusta! ¡A por el chinchón!"

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaaaa! ¡¡¡Me apunto!!! Venía por la escalera cuando os he escuchado hablar de chinchón - Caray, Cotilla, usted no tiene orejas, tiene radares ¿Iba a su casa, por casualidad? - ¿A qué viene este recochineo, boba de Coria? Claro que iba a mi casa - Hace tanto tiempo que no la pisa que la puerta no querrá abrirse porque ya no la conoce. No mienta y diga que venía a MI CASA, a pegar la gorra como todos los días. - ¡Encima que lo hago para que tengas compañía!

Intervino la abuela. - En cuanto empiece el debate de Investidura no quiero oír una mosca, ni que paséis por delante de la pantalla del televisor ¡Quiero ver la cara de Abstención! - ¿Es una diputada? (preguntó la Cotilla) - "Di, no lo sé, pero putada, sí"

La Cotilla se durmió repantingada en el sofá de la salita y la abuela fue en busca de Pascualita. - "Quiero que mires y aprendas para cuando regreses a tu hábitat. Si te hacen Presidenta de los Fondos Marinos y te encuentras en una tesitura como la que tenemos aquí, ya sabes lo que tienes que hacer: NADA. Poco a poco, la fruta madurará y caerá por su propio peso. Y sin comerlo ni beberlo, tan solo haciendo de Don Tancredo, pondrán la Presidencia a tus pies" - El bicho repelente miró a la abuela, hizo una mueca terrible mostrando la puntiaguda dentadura de tiburón en plan "sonrisa encantadora" e hizo la señal de OK con sus deditos blancuzco-cadavéricos. - "¡Ay, que cosa más bonita!" - Gritó la abuela en un arranque y corrí a guardar el chinchón que ya estaba afectando a la abuela y con una que ronque, basta.

miércoles, 26 de octubre de 2016

Las cenizas.

Los abuelitos han pasado por casa a tomar café. Iban muy elegantes. La abuela, exageradamente: un vestido negro, ajustado al cuerpo, sin mangas. Y unos guantes, negros también, larguísimos. - ¿Vais de boda? - "No. Al funeral" - ¡Que suerte tenéis! todos los días estáis de juerga! - "¿Te das cuenta, Andresito, de lo tonta que es nuestra nieta?" - Un poco sí... - ¡Abuelito!

- "Te he dicho que vamos al funeral" - Te he oído a la primera. - Oído sí, entendido, no - "Dejalo, cariño y vamos que llegaremos tarde a la iglesia" - Entonces comprendí. - Ah, o sea, que vais al funeral de alguien jejejejejejeje Pues vaya pinta llevas, abuela. Pareces Gilda... ¡Aaaaaaaayyyyyyyyyy! (menudo pescozón me gané) - "¿A qué han venido éstas risitas? se nos ha muerto un amigo". - ¡Vale, no te pongas así! pero es que no vas muy apropiada para un funeral. - "Luego iremos a El Funeral, boba de Coria" - ¿Después de qué? - "Del funeral. Que cansina eres. Y tendremos jaleo, con cacerolada y todo" - ¡Como siempre! - "¡Será la primera vez!"

Al final, después de unas copitas de chinchón , me fui enterando de por dónde iban los tiros. - Se ha muerto Cayetano. Un gran amante del cine negro. Y enamorado rendido de Gilda. Por eso me he vestido así para brindarle un homenaje en El Funeral mientras se coloca su retrato en la Pared de los Finados. ¡Y tiene que ser, precisamente, hoy cuando la Inquisición prohibe esparcir las cenizas de los difuntos o llevarlas a casa" - Bueno, quizá son ya muchas las cenizas lanzadas al mar. A mi me da repelúz tragar una bocanada de agua de mar porque pienso que me estoy comiendo algún abuelo o abuela. - "Tu siempre has sido muy tiquismiquis..."

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaa! Me he enterado de lo de Cayetano... no somos nada... con lo joven que era ¿quién se lo iba a figurar? - ¡Joven, Cotilla! ¿Con noventa y cinco años a cuestas? - "¿Qué tendrá que ver la edad con sentirse joven?" - ¿Van a incinerarlo? - "Sí, pero las cenizas tendrán que quedarse en el cementerio. Con la ilusión que les hacía a los dos que, el que quedara se fumara unos canutos en memoria suya." - ¿Y quién se lo impide? - "El Vaticano". -  Habla de las cenizas... - "Pues eso, que no podrán usarlas para hacer los canutos y fumarse a la persona amada" - ¡Eso es un sacrilegio! - "¡Noooo! es una prueba de amor. Sentir como tu enamorado recorre, convertido en humo, el cuerpo amado tiene que ser sublime"

Un poco tambaleantes, se marcharon los abuelitos, dispuestos a hacer frente a quiénes no les dejan cumplir la promesa que le hicieron todos los socios de El Funeral a Cayetano y a su mujer.


martes, 25 de octubre de 2016

Sale Pascual a relucir.

- "Me he comprado una bicicleta" - zzzzzzzzzzzzzzzzzz - "¡Me oyes! Como hace tan buen tiempo, disfrutaré de Palma en bicicleta" - zzzzzzzzzzzzzzzz - "Andresito, ésta ceporra no se entera de nada ¡¡¡NENAAAAAAAAAA!!! - ¿Hummm...? zzzzzzzzzzz - Son las tres de la madrugada, cariñito. Está durmiendo. - "Pero si acabamos de llegar de El Funeral. Es  muy pronto" - Ya, pero la juventud de hoy en día no tiene el aguante que teníamos nosotros. - "Luego se queja de que le cuento las cosas a Pasc... Vamos... que no le cuento las cosas a ella" - Así que Pascual existe. Ya me dijo algo la Cotilla y no le hice caso... Mírame a los ojos y dime ¿Me estás engañando con él? - "No me salgas ahora con ataques de cuernos, Andresito.

Me desperté con la sensación de haber oído voces... Encendí la luz y vi el teléfono de la mesilla de noche, descolgado. Llamé. La voz cascada de la abuela sonó al otro lado de la línea: - "¡Quién quiera que seas, eres un cabrito integral! ¿Has visto la hora que es?" - Soy yo, abuela ¿pasa algo? - "¡Claro que pasa! Intento dormir y me desvela el teléfono, coñe." - ¡Te fastidias como me pasa a mi cuando me llamas a éstas horas! - "¡Contenta me tenéis entre Andresito y tu! Le ha dado por pensar que lleva una cornamenta tan grande que no cabrá en el rolls royce. Y todo a cuenta de Pascual ¡Ya ves tú! Le he mandado a dormir con su madre pero la Momia me lo ha remitido. Tenía sesión erótica-festiva con el cubnito-culito respingón. Ahora Geooorge lo lleva camino de tu casa para que duerma allí" - ¡Ni hablar! Yo quiero dormir, no oír penas y lamentos de un cornudo. - "¡Si no existe Pascual, no hay cornamenta que valga. Ya verás cuando agarre a la Cotilla"

- Desde la cama la oí: - ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaaa! - Abuela, hablando del rey de Roma... por la puerta asoma. - "¡Dile que se ponga!" - Mientras se iniciaba una discusión entre las dos amigas, abrí la puerta a Geooorge y al abuelito. Venía compungido el pobre. Al entrar movió la cabeza a un lado y al otro como un toro cuando pasa los cuernos por un sitio angosto. Que penita me dió. Y como no sabía que decirle para consolarlo, se me escapó: - ¿Pesan mucho, abuelito?

Fue algo espontáneo y de lo que me arrepentí mientras pronunciaba las palabras. Entonces me dio la risa. - ¡Abuelito, podrías ganarte unos cuartos participando en los encierros de los pueblos donde no quieren toros de verdad! jajajajajajaja

La Cotilla se le acercó corriendo y se fundió en un enorme abrazo con Andresito. - ¿A qué viene esto?  (dijo él, apartándola) - Quiero que sepas que no me importan tus cuernos (estaba muy zalamera´) Deja que tu mujer se vaya con Pascual y tu quédate conmigo. - ¡¿Le conoces?! - ¡Claaaaaaaaaaaaaaaro! Una birria de hombre. Te lo seguro. Ni siquiera tiene una Torre en el Paseo Marítimo.

lunes, 24 de octubre de 2016

La sofoquina.

Menuda sofoquina traía la abuela ésta tarde. - "¡Te puedes creer que Abstención me ha pedido aumento de sueldo! Con todo lo que he hecho por ella..." - ¿Eh?... - "Desde que trabaja para mi le he regalado un montón de cosas" - Pero...  - "La invito a merendar a media mañana" - Esto... - "Pero me ha dicho que todo ésto no cuenta ¡Abstención, le he dicho, estás jugando con fuego!" - Abuela... - "Pero no me ha dado de alta en la Seguridad Social ¿Qué te parece? Me ha salido respondona la Abstención de las narices" - Ya... - "¡Papeles. Siempre está pidiendo lo mismo: papeles! Pues mira, Abstención,le he dicho, llevate todos los periódicos viejos y tendrás papeles para dar y tomar."

- "¿No sabe que estamos en crisis? ¡Claro que lo sabe pero qué más le da! Como tiene boca, pide" - ¿Hablas de tu jornalera? - "¡Claro! ¿Conocemos a otra Abstención? Yo no" - Bueno... yo sí... - "¿Ah, sí? Pues lo mismo la cambio por la mía" - ¿Qué aumento te ha pedido? - "¡A diez euros más la hora!" - ¿Y vas a discutírselos? - "¡Natruralmente! Le he propuesto abrir unas negociaciones con los Sindicatos para discutir el Convenio Colectivo,." - ¿De quién? - "De Abstención ¿No te enteras, boba de Coria?" - Ay, abuela, tu jornalera se llama Asunción. - "¡Ya lo se!" - Es que la estás llamando Abstención...

Me miró como si estuviera loca - "Caray, no pensé que me afectara tanto la inminente muerte del PSOE... snif... Han sido muchos años de alegrías y sinsabores... snif... para llegar a ésto... snif..." - Anímate, abuela, que de todo se sale. - "No. Esto ha sido una puñalada trapera... snif... No lo voy a superar... - Dale una pastillita azul al abuelito. O mejor dos y te hará el salto del tigre.

Los ojillos de la abuela recuperaron su brillo y esa chispa traviesa que se le pone en cuanto se habla de la entrepierna de alguien. - "No eres tan tonta como pareces... Creo que me llevaré a Pascualita para que vea el arte que tiene Andresito tirándose desde lo alto del armario..." - Mejor que no. Es muy joven todavía y ciertos episodios eróticos pueden herir su subceptibilidad ¿no crees? - "No. Todo es enseñanza en ésta vida." - Tal vez los peces practiquen el salto del tiburón en lugar del del tigre. - "Eso sí que puede ser... Le diré que intercambiemos información erótico-festiva y fomentaremos el intercambio cultural entre civilizaciones antagónicas" - Abuela ¿has bebido? - "¿Por quién me tomas?... No sé a qué esperas para traer la botella de chinchón y dos vasos" - ¡Avemariapurísimaaaaaaaaa! ¡¡¡Que sean tres!!!

domingo, 23 de octubre de 2016

Abstención.

De negro riguroso ha venido la abuela a tomar café esta tarde. Incluso llevaba un velo en la cabeza que le tapaba la cara. Ha sacado un paquetito del bolso y ha ido a por Pascualita. - ¿Le traes un regalo? ... ¿Y a mi? - "Tú, ni sufres ni padeces" - Instantes después la sirena llevaba otro velo en la cabeza que le tapaba la cara, cosa que no me ha parecido mal porque es más fea que pegarle a un padre.

- ¿Piensas darle un susto a alguien, abuela? - "¡Ves cómo no te enteras de nada! Estamos de luto!" - ¿La Momia se ha ...? - "¡Nooooo! está estupendamente, disfrutando con el cubanito-culito-respingón de turno y de su quinta o sexta juventud" - Entonces la mala noticia viene del mar. ¿Delfines varados, ballenas cazadas, sardinas en peligro de extinción...? - "¿Qué es lo que ves en la televisión o lees en los periódicos, boba de Coria?" - Pues... lo de la Esteban y en los diarios las esquelas...¡Ah, bueno! los chistes y los crucigramas también. - "Si tardas dos días más en nacer ahora serías un gato de escayola"

- Si no me dices por qué vais disfrazadas, no me entero de las cosas. - "Hoy el PSOE ha decidido abstenerse" - Pues bueno, pues vale, pues me alegro jejejejeje - "¡Eso mismo ha dicho Andresito y aún está dando vueltas del pescozón que le he arreado!" - "¿Vas vestida de Abstención? A mi me pareces más una viuda inconsolable... - "Ahora lo has captado. Llevo luto porque el PSOE está muerto y enterrado" - Ah, pues, no sabía nada, oyes... ¿Y Pascualita, por qué? - "Porque es mi amiga y siente lo que yo siento" - ¿Y tu sientes lo que siente ella? Entonces devuélvela al mar. - "No me cambies de tema..."

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaa! ¡Ostras, que susto! ¿De qué vas? (grito la Cotilla entrando a paso de carga en el comedor, sin apenas darme tiempo a deshacerme de Pascualita ¡Menos mal que el balcón estaba abierto y aterrizó sin contratiempo en el árbol de la calle pero su velo revoloteó unos segundos en el aire, pasando ante las narices de la vecina) ¡Aaaaayyyyyyy, ¿qué bicho es éste?!

Manoteó para espantar el velito y acabó dándole una torta a la abuela. La que se lió fue parda. Así que me quité de en medio y fui a por la sirena, escoba en mano. Ya tiene práctica la jodía. Se coge a ella y la entro en casa pero hoy tenía algo mejor que hacer: comerse unas mariposillas que celebraban sus danzas rituales amorosas. Ya lo dice el refrán: camarón que se duerme, se lo lleva la corriente.

He dado escobazos a la rama para llamar la atención de Pascualita pero, quien se ha dado por aludida ha sido la Cotilla que ha salido al balcón en una pausa entre grito y grito con la abuela. - ¿No me digas que le estás quitando el polvo a las hojas del árbol? Dime la verdad ¿te entrenas para ser más tonta cada día, a qué sí?


sábado, 22 de octubre de 2016

La serenata.

El abuelito ha llegado de incógnito ésta mañana. Iba vestido como los primeros hippys: vaqueros pata de elefante, camisa de flores, un canuto entre los dientes y una peluca hasta la cintura. Y una barba negra y cerrada. Por supuesto lo he reconocido en cuanto ha abierto la boca: - ¡Hola, nena!

- No le digas a tu abuela que me has visto. - ¿De qué vas? - De hippy genuíno. Me he disfrazado para que no me reconozca la Cotilla... Es que esta madrugada he estado revisando contenedores de supermercados, en busca de buñuelos. - ¿Con el dineral que tienes? Creo que te falla la cabeza. - A esas horas no he encontrado ningún puesto de buñuelos abierto ¡Y yo estaba de antojos! - ¡Felicidades, hombre! Por fin tendréis al dichoso biznieto! - ¡No digas tonterías! ¡Soy un hombre! - ¿Me estás tirando los tejos?

- Tu abuela me ha castigado sin buñuelos hasta que le cante una serenata, pero me da vergüenza porque lo hago muy mal. - Da igual, abuelito. La intención es lo que vale. - Que no, que no quiero cantar ¡pero quiero comer buñuelos!

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaa! ¿A qué no sabes a quién he visto esta noche rebuscando en los contenedores de basura de los supermercados? A Andresito. ¡Hay que ver la de vueltas que da el mundo! Hoy eres millonario y al día siguiente, pobre de solemnidad. No le he dicho nada para no avergonzarle al pobre. - ¿Cómo lo ha reconocido si va disfrazado? - Por los andares y por el rolls royce que llevaba Geooooorge circulando muy cerca de su jefe ¡Anda, si está aquí! - Sí, pero disimule, Cotilla.

- "Nena ¿has vito a Andresito?" (preguntó la abuela al llegar) - Puede que sí, puede que no. - "No estoy para adivinanzas" - Vale, pues camina al rededor de la mesa del comedor para ver si lo descubres. - La abuela inició el paseillo con garbo y salero, moviendo el trasero al compás de la mini falda que llevaba y subida a sus tacones de infarto. Mientras yo decía "frio" o "caliente",le hice señas a Andresito para que cantara. Entusiasmado con el arte de esposa, de su boca salió un cuplé muy emotico: El relicario. Pisa morena, pisa con garbo, que un relicario, que un relicario me voy a hacer... Me apresuré a poner en un plato los pocos buñuelos que sacó la Cotilla de su bolso, algo chuchurríos y coloqué al lado la botella de chinchón. Entonces una potente luz nos deslumbró. Acto seguido, un trueno, tan fuerte como una bomba. Los cielos se abrieron y se desbordaron sus aguas. La tormenta había comenzado. Se apagó la luz, las calles se inundaron, los contenedores de basura, empujados por el vendaval, jugaban a los coches de choque en medio de la calle. Y el abuelito seguía cantando como un canario sordo y afónico y con la boca llena de buñuelos. - ¡¡¡Calla ya, que aún tendremos una desgracia!!! (le grité) - Pero no nos oía. Los truenos hacían temblar la casa. - "¡¡¡CIERRA LA PUTA BOCA DE UNA VEZ!!!" (le gritó la abuela) Pero no lo hizo porque, una vez embalado, no hay quien lo haga callar.



viernes, 21 de octubre de 2016

La noche de las Vírgenes

Una música que, de madrugada, llegaba de la calle hizo que me asomara al balcón. Lo que, en el primer momento, me sonó a escandalera dado mi nulo oído musical, resultó ser una banda de música con piano de cola y todo, plantada en la acera de casa y con todos los músicos y cantantes mirándome. - ¿Qué les pasará a éstos? (pensé) - ¡¡ ¡Bella niñaaaaaaaaa, sal al balcón, que te estoy esperando aqui, para darte una serenataaaaaaaaaaaaaaa, solo, solo para tííííííííííííí!!!

Pensé que eran estudiantes del conservatorio tocando para ganarse un dinerito para sus juergas. Me supo mal ver cómo se están perdiendo las buenas costumbres. Antes los estudiantes se vestían de tunos y cantaban Clavelitos tocando guitarras y panderetas en cambio éstos traían trompetas, piano, tambores, violines... y mucha gente cantando aunque, mirándolos bien, no eran tan jóvenes.

Les tiré un euro - ¡Para que os toméis unas cervezas a mi salud. Y marcharos con la música a otra parte que no me dejáis oír la tele!. - Cerré las persianas pero la orquesta seguía con su chunda chunda. Poco después llegó la abuela. - "¿Has comprado buñuelos y moscatel?" - No. - "Pues compra dos kilos y dos botellas ¡Y rapidito que, de un momento a otro, subirán los músicos!" -  No, mujer. Ya les he dado una propinilla para que se callen. - "¡Es la Orquesta y Coros de la Filarmónica de la Ciudad y le están dando una serenata a Pascualita! ¡¡¡Abre el balcón de par en par para que los oiga!!!" - ¿A la sirena?... ¿Por qué?  - "Porque es la Noche de las Vírgenes, boba de Coria"

La abuela se asomó a la calle teniendo a Pascualita sujeta en una mano. - "¡Escucha, ésta habanera es para ti: La bella Lola! ¿Te gusta la serenata?" - El bicho, que es una lameculos, hizo la señal de OK y a la abuela se le caía la baba. Entonces se fijó en mi y gritó. - "¡¡¡Corre a comprar!!!" - ¿Dónde encuentro buñuelos y moscatel a éstas horas? 

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaa! ¿No me digas que le están dando una serenata a tu nieta? - "¡Que más quisiera!" - Ya me extrañaba a mi... Entonces ¿a quién? - Viéndose entre la espada y la pared no le quedó más remedio que mentir - "¡A mi!" - No he visto a Andresito. - "Es que no me la dedica él" - ¡Ah, puñetera... ¡¿A qué ha sido Pascual?! ¿Ya eres adúltera? - "¡Cotilla!"

Afortunadamente la Cotilla traía de todo. Claro que los buñuelos los había encontrado en un contenedor del super pero no se lo dijimos a nadie y les pusimos bastante azúcar. Y a falta de moscatel, sacamos el chinchón. - ¿Toda esa gente va a subir a casa? (le susurré al oído de la abuela) - "¡Sí!" - Un ¡HOOOOOOOOLAAAAAAAAAAAAAAAA! cantado por muchas voces, nos avisó de su llegada. Como no había tiempo para esconder a la sirena, la tiré por el balcón. Menos mal que sabe sujetarse a las ramas del árbol.

La gente venía hambrienta y sedienta. No quedó nada en la bandeja ni en la botella y tuvimos que improvisar sacando pan bimbo y restos de jamón, queso, sobrasada, botifarrones y más chinchón. Menos mal que la noche fue dejando paso al alba y entonces, todos a una, entonaron Las Mañanita y se fueron a dormir. Cuando me quedé sola recogí a la sirena que estaba muy cabreada. En cuanto estiré la mano para cogerla abrió la boca y mordió con saña y sin soltar. Grité, grité y grité de dolor hasta que los vecinos aporrearon mi puerta advirtiéndome que si seguía haciendo el ridículo con el cante hondo le prenderian fuego a mi piso.

Aún sigue Pascualita enganchada de mi descomunal mano. No me atrevo a tirar de ella... porque no es lo mismo que arrancarla de la mano de otro. Ay, ay, ay, ay, ay, ay, ay... (dijo por lo bajini mientras mis gruesos lagrimones inundan el suelo de la cocina)


jueves, 20 de octubre de 2016

Historia de una noche.

La abuela, que ha entrado con ganas de contar cosas, ha ido a por Pascualita, la ha sentado en el frutero y ha empezado con su retahíla. - "Esta noche ha sido de lo más interesante. De madrugada hemos tenido visita" - ¡¿Han entrado ladrones en tu casa?! (pregunté preocupada!) - "¿Cómo van a hacerlo si la tenemos blindada?" - ¿Entonces... ¡Ah, ya sé! Habrá sido tu amiga Conchi, Como os gusta tanto, a los que vais por El Funeral, andar de noche por ahí, como los gatos en celo. - La abuela empezó a repiquetear en la mesa con sus uñas pintadas de rojo pasión.

- Sigue, sigue (la animé) - "Tuve que abrir yo la puerta porque Andresito no estaba en condiciones... " - ¿Se ha constipado? ¿A que no os habéis vacunado contra la gripe? ¡Si es que sois unos descuidados! ¿Tenía fiebre? - El repiqueteo se hizo más intenso. Y Pascualita dejó que la dentadura de tiburón, asomara a sus labios de pez. La mirada que me echaron no auguraba nada bueno. - ¿Qué pasa?...

- "Había tomado viagra y estaba en pleno apogeo" - ¡Ah... vaya! - "En la puerta había dos municipales" - ¡¿No me digas que han destinado a Bedulio a tu barrio? jajajajaja Se habrá quedado de piedra al verte. Pensará que somos como las Campos, que están hasta en la sopa jajajajaja

Pascualita me escupió agua envenenada. Afortunadamente, ni me rozó. - ¿Has visto, abuela, que cafre es éste bicho? - "¡¡¡¿HAS TERMINADO DE INTERRUMPIRME?!!!" - ¡Jesús, que genio! - A parte de Bedulio hay más municipales en la ciudad ¡¡¡¿TE ENTERAS, BOBA DE CORIA?!!!

Me callé pero estaba muy ofendida. - "Unos vecinos picajosos e insomnes, nos denunciaron con la excusa de que no les dejábamos dormir porque hacíamos mucho ruido entre gritos, ayes y suspiros..." - ¡Abuela, que vergüenza! - "¡¡Se los comía la envidia!!! Y lo dije fuerte y claro, asomada a la ventana: ¡¡¡SI LA ENVIDIA FUERA TIÑA OS ESTARÍAIS RASCANDO TODO EL DÍA!!!" - Te oiría todo el Paseo Marítimo a esas horas silenciosas de la noche. - "¡Naturalmente!"

- ¿Al final, qué pasó? - "Nos llevaron al cuartelillo, por escándalo público" - Me lo temía... - "Y de allí a Urgencias para tratar de aplacar a Andresito. El pobre, que vive pendiente del qué dirán, estaba preocupado por si alguien lo reconocía. Menos mal que su madre, la Momia, ya dejó atrás éstas tonterías." - Con tanto traslado se habrá constipado ¿verdad? - ¡¡¡ZAAAAAAAAS!!! - El pescozón me vino sin previo aviso y la cabeza me rebotó tres veces sobre la mesa de la cocina y por si ésto no fuera poco, Pascualita se catapultó con la cola a mi pecho mordiéndome una teta que se hinchó tanto que ahora camino de lado. Mis ojos, rojos de tanto llorar, hicieron la pregunta: - ¿Por qué?  - "¡POR PESADA!"

miércoles, 19 de octubre de 2016

La subasta.

De repente Pascualita ha cambiado de estrategia con la Cotilla. En lugar de esconderse bajo las algas del acuario cuando ella llega, sale como una flecha hasta la superficie y le tira un chorrito de agua envenenada. De momento ha tenido mala puntería pero, en cuanto la afine, tendremos un disgusto. - Abuela, no comprendo este nuevo proceder de la sirena. La Cotilla la descubrirá y tendremos que matarla. - "¡¿A Pascualita?!" - No. A la Cotilla. - "¡Ah, bueno!"

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaa! He ido a la sala de subastas pensando que os encontraría allí... ¿No habéis ido? -  ¿Qué se nos ha perdido allí, Cotilla? - ¿No os habéis enterado? ¿En qué mundo vivís? Hoy subastaban la famosa botella que originó la amputación del pene. Y había un gentío para hacerse con ella. - ¿Y eso? - Pues que, a falta de pan, buenas son tortas, hija.

- "¿No me digas que has pujado por ella?" - Mi exigua pensión no me lo permite... - "Entonces ¿qué pintabas allí?" - He ido a trabajar y me he sacado un buen sobresueldo. - ¡¿Ha ido a robar?! - ¡Ya está tu nieta poniendo adjetivos a las cosas! - "¿La botella llevaba dentro su "mercancía?" - ¡Claro! si no, no valdría nada. - "¿Por cuánto la han vendido?" - No he podido quedarme hasta el final porque un guardia no me quitaba el ojo de encima.

De repente, un chorrito de agua cruzó el espacio entre el acuario y la Cotilla. Afortunadamente lo vi venir y la empujé con fuerza... tal vez me pasé un poco porque trastabilló y acabó chocando de cabeza contra los cristales del balcón. - ¡Esta nieta tuya cada día está peor! ¡Un poco más y acabo en el árbol de la calle!

Se ha enfadado tanto que ha invitado a la abuela a comer y a mi no. - ¡Yo la invito cada día, Cotilla! - Pues hoy comerás sola, boba de Coria. - Cogió del brazo a la abuela y se la llevó al comedor social del barrio. - "Prepara café y chinchón para cuando vengamos a dormir la siesta" - ordenó la abuela. ¡Encima!

martes, 18 de octubre de 2016

¡Gracias, lectores!

- "¿Has leído el periódico, Pascualita?" - Abuela, es una sirena. No sabe leer. - "¿Quién te ha dicho a ti que no?" - Nadie, pero... - "Habló el sabio Salomón" - Nunca he visto que lo hiciera... "¿Entonces las pirámides de Egipto son de cartón-piedra?" - ¡No! Las construyeron de verdad. - ¿Tú lo viste, boba de Coria? - No, pero ... - "¿Quién las hizo?" - Los extraterrestres.

La abuela me dejó con la palabra en la boca, cogió a la sirena y se fueron a la salita para seguir charlando. Mientras yo me quedaba con la duda de si era verdad que Pascualita sabía leer. Me espero cualquier cosa de este bicho. De modo que me acerqué y escuché.

- "He salido en el periódico... En realidad ni dicen mi nombre, ni sale mi foto ¡Menos mal! Se me ocurrió coger el coche pequeño para dar una vuelta por Palma. Hacía más de treinta años que no lo hacía y no resultó fácil. La gente va como loca. ¡A mil por hora! y no me daban opción a cambiar de carril. Y mira que lo intenté porque me recorrí más de ocho veces las Avenidas sin encontrar un hueco para meterme. No sé como lo hace Geooorge con el rolls royce pero nunca tiene este problema Y ya que no pude por las buenas, lo hice por las malas cuando llegué a la altura de la calle de San Miguel. Di un volantazo y crucé los dos carriles de mi derecha. Estaba tan contenta que no vi el autobús al que cerré. Afortunadamente frenó en seco. Debía venir a toda pastilla por los frenos chirriaron con fuerza, por eso lo vi."

No me pude contener y entré en la salita. Estaba escandalizada. - ¿Te pararías a pedir disculpas, verdad? - "¡Claro que no! ya estaba donde quería. Además, hubiese formado un atasco. Apreté el acelerador para ir la primera y poder girar cuando quisiera" - ¡Ha habido heridos! - "No me extraña. El chófer le daba caña al autobús" - ¡La culpa fue tuya, abuela! - "¡Ya estamos otra vez! ¿Tú lo viste?" - No, pero...

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaa! Habéis leído la noticia del periódico. - Sí, Cotilla. Fue la abuela. - La vecina abrió unos ojos como platos - ¡Pobre Andresito! ¿No tenéis juegos eróticos en casa? - "¡Un montón!" (respondió la abuela) - Entonces ¿por qué cogisteis una botella? ¡El pobre se ha quedado sin pene! ¡Mira, se me pone el vello de punta! - "Cuando he salido de casa mi marido estaba entero" - ¡Pues ya no!

Finalmente se aclaró todo. Al abuelito no le había pasado nada pero a alguien le han amputado el miembro atascado en una botella. El comentario de la abuela iba dirigido a mi. - "Un hombre desperdiciado mientras tu te dedicas a cazar moscas ¡y yo sigo sin biznieto! Trae la botella de chinchón que vamos a brindar porque a nosotras no nos ha pasado nada..." - Pero a otros sí (la interrumpí) - "¡Pues no brindes! Y también lo haremos a la salud de todos los que nos leen cada día y pasan un ratito con nosotras" - ¡Yo también me uno! (grité) ¡¡¡CHIN CHIN!!!


lunes, 17 de octubre de 2016

Yo también trapicheo.

La abuela lleva un buen rato tamborileando en la mesa con los dedos. Estaba como ida. Le hablaba y no me contestaba así que me puse unos algodones en las orejas  y seguí desayunando.

No la oía pero le veía los dedos y acabó por ponerme de los nervios. Le pregunté de sopetón: - ¿Qué tal está el loro de tu marido? - Los dedos cesaron de moverse. - "¿A qué viene ésta grosería?" - Es una pregunta inocente, abuela. - "¡No me grites!"

Me quité los algodones y recuperé la audición - Pregunto por el loro Correa que le regalaste al abuelito. - "Ah, bueno... Está un poco ronco. Se pasa los días hablando por los codos y se ha pasado de frenada." - Habrá visto algún gavilán rondando su jaula y preferirá callar antes de que lo callen. - "Puede que sea eso. Le tiene mucho aprecio a sus plumas verdes... ¿Te lo imaginas desplumado? jajajajajaja Sería como el Gallo de Morón, aunque más pequeño.?" - ¡Menuda imagen, abuela! jajajajaja

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaa! Hoy traigo una pareja de holandeses. Pasad, pasad, estáis en vuestra casa (les dijo a nuevos turistas-clientes) - Cotilla tenemos que hablar. Tiene que subirme la cuota porque un 5% es muy poco para lo que me arriesgo. - ¡Habló Doña Avaricia! - ¡Quiero un 20%! - ¡¿Queeeeeeeeeeeee?! ¿Has visto la cruz que tengo con tu nieta?

Los holandeses, plantados en medio del comedor, nos miraban si entender. Entonces la mujer se acercó al acuario psicodélico haciendo aspavientos ante las luces de colores que subían y bajaban. - La abuela y yo nos miramos preocupadas por si a Pascualita le daba por salir a ver qué pasaba.

La holandesa miraba y remiraba. - A ésta le pasa como a mi (comentó la Cotilla) le parece raro tener un trasto de éstos sin peces ¡Es que tu nieta no es normal! ¿Quién se va a arriesgar a hacerle un biznieto sabiendo que puede parecerse a ella?... ¡Vamos a ver el cuarto, misters, que yo tengo que ir a ponerle velas al altar de los Amigos de lo Ajeno y una muy especial a mi gurú Luis Bárcenas para que salgan con bien del injusto Juicio que les están haciendo.

- ¡Cotilla, no me caliente! Me niego a que encienda fuegos en la salita si no hay un bombero de calendario vigilando. - ¡Eres una obsesa sexual, boba de Coria! - En ese mismo momento Pascualita subió como una exhalación desde el fondo del acuario, se asomó, escupió en el ojo a la holandesa, que ni la vio venir y desapareció bajo las algas. Fue visto y no visto.

Lo que fue digno de ver fueron las carreras, gritos, berridos, llantos y crujir de dientes de la extranjera. El agua envenenada, salida de la boca de la sirena, le produjo un dolor terrible. Cuando, entre todos, logramos sentarla le di chinchón hasta que se calmó y se durmió. Su marido, asustado, también tuvo su ración especial y poco rato después dormían los dos. La Cotilla, trémula, dijo: - No entiendo porque le molesta tanto a tu primer marido, que hospede extranjeros aquí. (comentó a la abuela) - Mi primer abuelito está descontento con usted porque me explota laboralmente (dije muy seria) - Está bien... Ni para ti... ni para mi... Te daré un 15%.

domingo, 16 de octubre de 2016

Piso vacacional.

Me he levantado temprano para comprar las ensaimadas recién hechas y el periódico. Me encantan las mañanas de domingo, cuando no me molestan ni la abuela ni la Cotilla y desayuno con Pascualita mientras le comento las noticias a medida que las voy leyendo y ella salta, una y otra vez, en su taza de cola cao hasta esparcirlo por toda la cocina.

Mientras se calentaba la leche he ido a por las gafas y al volver a la cocina... no estaba el periódico. He quedado desconcertada. Pascualita seguía a lo suyo, saltando como una descosida. Pepe, aunque estaba en su estante desde donde tiene una visión panorámica de la cocina, no dijo ni pío cuando le pregunté si lo había visto. Volví sobre mis pasos pero no había ni rastro del periódico.

Lo peor fue que tampoco estaban las dos ensaimadas ni mi taza de cola cao caliente. ¡Ostras! (pensé) ¿Será verdad que anda por aquí el espíritu de mi primer abuelito?

Mientras trataba de poner en orden mi aturdido cerebro, creí ver una barriga descomunal cruzando ante la puerta de la cocina. Nunca pensé en mi abuelito como un hombre obeso. Me asomé al comedor tratando de ver mejor a la "visión" y quedé patidifusa. - Un hombre gordo, que parecía de carne y hueso, leía MI periódico y tomaba MI desayuno.

Me refugié en la cocina y llamé a la abuela. - ¡Rápido. Mándame a Geoooorge para que me defienda ¡Hay un hombre en mi casa! - "¿Quién es?" - ¡No lo sé!... Parece extranjero. - "Pues aprovecha y ya que está aquí, que te haga un biznieto" - ¡¡¡ABUELA!!!... Tengo miedo. ¡Que venga Geoooorge! - "¡Es mi mayordomo, no tu guardaespaldas! - ¡Pero estoy en peligro! - "Llama a Bedulio" - No quiere saber nada de mi. - "A Geooorge le pago yo y a los municipales, la ciudadanía" - ¿No va a venir? (yo temblaba como una hoja en medio de un huracán) - "¿Para que me lo desgracien? ¡Ni hablar!"  - ¡Se está comiendo mi ensaimada!... ¡snif!...  - "¡Que cruz tengo contigo!" (Y colgó)

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaa! Veo que le has preparado el desayuno al huésped. Es un detalle pero no entra en el contrato. La próxima vez me lo consultas porque, ahora, tendré que cobrárselo como extra. - ¿De qué habla, Cotilla?... ¿Conoce a éste hombre? - Lo he traído yo. Es un turista que andaba por la calle con la maleta arrastras... Se alojará aquí dos días. - ¿Pero...? - No pongas peros que tendrás tu ganancia en éste negocio... Un cinco por ciento.

- ¿Ha convertido mi casa en un alojamiento de turistas... ilegal? - ¡Todo el mundo lo hace! - ¿Por qué no se los lleva a su casa? - Porque el ascensor está estropeado ¿No querrás que suban cuatro pisos con la maleta a cuestas? Además allí no hay ni agua, ni luz, ni gas. Con mi pensión no me llega para pagar las facturas.

La desfachatez de la vecina está alcanzando cotas muy altas. Emplea MI CASA, MI AGUA, MI LUZ, MI GAS  ¡¡¡¡Y SOLO ME DA EL 5% DE LAS GANANCIAS!!! - Me voy a buscar una pareja de belgas. Mientras, cambia las sábanas de tu cama. Ellos dormirán allí y nosotras dos nos apañaremos en mi cama de plaza y media.

Atrincherada en la cocina, contándole mis penas a Pascualita entre chinchón y chinchón, poco a poco empecé a ver las cosas de otro color. - Un cinco por jajajajajajaja ciento no está... ¡hip!... mal. Al fin y ... ¡hip!... al cabo el trabajo lo hace jijijijijijijiji... la Cotilla... ¿Otra cooooopita, Pasc... ualitaaaa? jajajajajaja... ¿A que le piiiiiiido un bizzzzzzznieto al barrigón? jajajajaja - A pesar de la niebla etílica que nublaba mi entendimiento, me pareció ver a la sirena haciendo la señal de OK... Y hasta aquí puedo leer.

sábado, 15 de octubre de 2016

Pascualita se relame.

La abuela estaba en casa cuando he vuelto de la compra. - ¡A ti te quería verte! Me debes veinte euros. - "¡¿Yooooooooooooooooo?! ¿De qué?" - Del rosario dulce que me he comprado para celebrar Todos los Santos. - "Si falta medio mes..." - Pero se me ha echo la boca agua y no me he podido resistir. - "Porque eres muy insegura. Verás como yo sí que me resisto... a pagártelo." - ¡Eres mi abuela! - "Eso dicen pero no tengo la confirmación del ADN. Además, los rosarios los compran los padrinos" - Si supiera quién es el mío...(protesté)

- "Vamos a cambiar de tema" (dijo, categórica, la abuela) - ¡De eso nada! - "He traído ensaimadas calentitas" - Tamaña tentación zanjó la cuestión. Pascualita y Pepe, la cabeza jivarizada, participaron de nuestro desayuno. La sirena se tomó el cola cao a su modo, saltando del frutero a la taza hasta que  el cola cao llenó la mesa de la cocina, luego reptando, se lo bebió y dio buena cuenta de la ensaimada. Pepe, en cambio, declinó tomar nada.

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaa! - Menos mal que la Cotilla siempre anuncia su entrada en casa de manera escandalosa y me dio tiempo de tirar a Pascualita al fregadero pero calculé mal y salió por la ventana. - ¡Vaya! he llegado a tiempo ¿Tengo que comer con esta guarrería delante? (señaló a Pepe) - No hace falta que coma. - ¡Soy una jubilada que se pasa el día trapicheando para intentar llegar a final de mes ¿y me niegas una ensaimada?! - ¡Oiga, las quejas al Maestro Armero que es quién le paga la pensión!

Llamaron a la puerta y nos hicimos las locas, finalmente tuve que abrir yo. ¡Siempre igual! - En el rellano estaba Bedulio, blanco como una pared encalada. De una oreja, que ya empezaba a hincharse exageradamente, colgaba Pascualita en plan pendiente hippy. Nada más abrir la boca me di cuenta de que el Municipal estaba histérico. - ¡Lo que sea que me ha atacado ¡hiiiiiiiiiiiiiii! ha caído de tu casaaaaaaaaaaaaa! ¡¡¡Quítamelo!!! ¡¡¡DUELEEEEEEEEEE!!!

Intenté calmarlo - No puedes ir por la vida tenso como las cuerdas de un viol... - ¡Hiiiiiiiiiiiiii! ¡Que me lo quiteeeeeeeeeeeeeeeeees, te digo! - Cuando intentas dar un consejo y no te escuchan lo mejor es cortar por lo sano. Y eso hice. De un tirón seco arranqué a la sirena, que se llevó entre los dientes un trocito de lóbulo municipal. Los gritos resonaron en todo el barrio. La sangre salía a borbotones. - ¡¡¡Me has matadooooooooooooo!!! (gritaba Bedulio como un loco) - Hay que ver cómo sois los hombres. Muy machos hasta que se os rompe una uña. - Y cerré la puerta. La abuela y la Cotilla venían por el pasillo, alertadas por los gritos. Tiré de nuevo a la sirena por la ventana para que la vecina no la descubriera. Esta vez cayó sobre las ramas del árbol de la calle y allí se quedó, relamiéndose los labios y chupándose los dedos, cuando acabó de comerse el trocito de Bedulio que se llevó entre los dientes.


viernes, 14 de octubre de 2016

El lorito Correa.

Si el teléfono de casa suena a las cuatro de la madrugada ¿Quién puede ser?... ¿quién?... ¿El señor Li pidiendo gambas goldas? NO.... ¿La Cotilla que se ha dejado las llaves? Nunca las olvida... Humm ¿Un amante bandido? Tampoco... ¿Entonces? ¡¿Será posible?! Me hago yo la pregunta y luego no sé responderla... ¡¡¡La abuela!!! ¡Uf! que peso me he quitado de encima.

Pues eso, la abuela ha llamado a las tantas diciendo. - "Nena, vendrá tu abuelito. Retenlo ahí. - A pesar de que mis ojos bizqueaban debido al sueño, pude ver la hora en el reloj de la mesilla de noche. - ¡No son horas de visita, abuela! zzzzzzzzzzzzzzzzzz - "¡Los abuelos podemos ir a ver a los nietos cuando nos de la gana! Estoy en lo mejor de la fiesta dedicada a Wenceslao. Se murió anteayer y hoy hemos colgado su foto en la Pared de los Finados, de El Funeral ¡Ya hemos acabado con todo el chinchón de la cafetería!"

- ¿Por qué no venís juntos? - "Andresito es tan soso como tú y se ha ido para casa. Le he dicho que me espere en la tuya, que tengo una sorpresa para él" - ¿Tú ya vienes? - "¡¿No te he dicho que estoy en lo mejor de la fiesta, boba de Coria?!"

Cuando la abuela llegó ya habían puesto las calles y nos encontró a Andresito y a mí dormidos frente a dos tazas de café. - "¡¡¡DIANAAAAAAAAA!!! (gritó, más alegre que unas castañuelas) - Dimos un respingo que a punto estuvimos de caernos de las sillas. Hasta Pascualita se despertó sobresaltada porque escuché el ¡CHOF! brusco que sonó en el comedor.

Tras la abuela entró un somnoliento Geoooorge, con unas ojeras hasta los pies, los párpados apuntalados para que no se le cerraran y cargado con un bulto bastante grande en las manos. - "¡Mira, Andresito, lo que te he comprado!" - Tiró del trapo que cubría el bulto y apareció una jaula con un loro que, en cuanto nos vio se puso a parlotear sin parar. - ¡¿Un loro?! (dijo el abuelito decepcionado) ¿Para qué quiero un loro?

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaa! ¡Anda, un loro! (gritó la Cotilla y acercándose a él, dijo) ¡Hola, Correa, bonito... - ¿Correa? ¡Vaya nombre para un loro! (dije extrañada) - ¡Pero si son igualitos! Mira el pico y la nariz de Correa ¡Y cómo hablan los dos! jajajajajaja ¡¡¡Habla, Correa, habla. A ver cuántos entran en la jaula!!!

Pasamos un rato de risas mientras la botella de chinchón iba de mano en mano. En el comedor Pascualita se desesperaba porque no se estaba enterando de nada. Y saltaba y saltaba para que le hiciéramos caso. Harta de tanto chapoteo entré en el comedor para echarle un chorreón de chinchón al agua del acuario.

El suelo estaba chorreando. Lo pisé, patiné, di una vuelta en el aire y caí contra el suelo dándome una costalada que me dejó baldada para todo el día. Pero eso no fue lo peor. La Cotilla, la abuela y Andresito, no podían parar de reír. Y claro, me enfadé. - "Para una vez que estás graciosa no nos digas que paremos, boba de Coria jajajajajaja" 


jueves, 13 de octubre de 2016

Los cocos.

Era muy temprano cuando Geoooorge llamó a la puerta de casa. Me limité a dar la vuelta y seguir durmiendo pero el timbre volvió a sonar, ésta vez con más insistencia. Y no me quedó otro remedio que abrir si no quería acabar con los nervios destrozados.

Geooorge era la última persona que esperaba ver. Su flemático humor inglés había desaparecido después de estar media hora en el rellano sin que le hiciera el menor caso. Su saludo fue un...  - Dejar door abierta. Yo traer cocos. - ¿Perdón? - Se armó de paciencia, suspiró y empezó de nuevo. - Tu dejar door abierta... - ¡Eso lo he entendido! Lo último, no. - Yo traer cocos. - ¿Cocos? - ¡Yes, cocos! - Pero... ¿de asustar? - Puso los ojos en blanco y como si estuviera haciendo un esfuerzo sobrehumano para hacerse entender por una persona tan primitiva como yo (debió pensar el infalible inglés de las narices) e hizo un gesto con la mano cerca de la boca que quería decir: ¡de comer!

Me entraron unas terribles ganas de patearle pero, antes de que yo levantara la pierna, ya corría escaleras abajo. Poco después subió una caja de cocos, después otra y otra y otra y... - ¡Paraaaaaaaaaaa! ¿Quién te ha mandado que los traigas y para qué? - Mandar madame. Querer que tu sacar agua. - ¿Del pozo? - Del coco.

El teléfono interrumpió tan sesuda discusión: - "Nena, ¿ya te ha traído Geooorge los cocos?" - Sí. Ha invadido mi cocina. - "¡Muy bien! Ahora dedicate a sacarles el agua y llenar las botellas" - ¿Qué botellas? - "Cuando acabe con los cocos, seguirá con las botellas" - ¡¿Más trastos?!

La abuela quería limpiarse, todos los días, el cutis con agua de coco. En caso de alguna imperfección, se iría como por arte de mágia. - Pero si tu casa es diez veces más grande que la mía ¿Por qué no lo has dejado allí? - "Porque hay que partirlos y a Andresito le molestará el ruido" - ¡Para ruído el que montáis todas las noches en El Funeral y el abuelito no se queja! - "Son ruidos distintos"

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaaaaa! ¿para qué es todo ésto? - La abuela me siseó a través del teléfono cuando escuchó la voz de la Cotilla. - "¡No le digas nada que luego me copia!" - La vecina esperaba mi respuesta. - Para... hacer ¡ceniceros! - Que poca visión de negocios tienes ¡Cada vez fuma menos gente en España, boba de Coria! Me los llevaré yo y miraré de sacarle provecho a las cáscaras de los cocos. - De repente, dos gruesos lagrimones corrieron por sus ajadas mejillas. - ¡Ay! (suspiró) estoy desolada. A los acusados de la Gürtel les ha dado por cantar, a saber por qué, y acusan a mi gurú, Luis Bárcenas, de llevárselo calentito. Déjame que monte el altar de los Amigos de lo Ajeno sobre el aparador del comedor. Así podré colocar más velas para ayudarles a pasar éste cáliz.

Después de mucho discutir he conseguido que el altar siga en la mesita de la salita. Y que, además de las cáscaras vacías de los cocos que se llevara, gratis, la Cotilla...  se llevará también la pulpa. Me he opuesto. Me gusta el coco... Aunque, si me da una buena comisión, no me opondré. - ¡Ni que fueras un "patriota" de la Gürtel! Tengo que llegar a fin de mes y necesito todo lo que gane. - Enfadada porque no sirvo ni para sacarle una pequeña comisión a la Cotilla, tiré un coco contra el suelo. Con el golpe se abrió y corrí a recoger el agua antes de que se desparramara. La Cotilla cogió la botella de chinchón y yo hielo picado y lo añadimos todo. Removí la mezcla con un dedo, lo chupé y estaba delicioso.

Nos pasamos la tarde tirando cocos al suelo y bebiendo como cosacas. También a Pascualita le llegó el momento de probarlo tirando una de esas bebidas en el agua del acuario. A través del cristal Pascualita me hizo el signo de OK... ¿Se lavará la abuela con agua de coco?... No, si nos la bebemos nosotras antes jajajajajaja


miércoles, 12 de octubre de 2016

Luna llena.

Hay luna llena y eso me inquieta. Ya sé que no estamos en París y que el Hombre Lobo, que se ha vuelto muy esnob, si no sale allí no sale en ningún otro lado pero...¿y si tiene alzheimer? Porque el tío ya es más viejo que la tos. No me creo que porque le salgan pelos, uñas y dientes largos de vez en cuando, no envejezca. Hasta la abuela envejece, que ya es decir, aunque estoy entrando en un tema tabú y prefiero callarme.

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaa! - ¡Que susto, Cotilla! - Huy, que corazón más sensible tienes, boba de Coria. - Es que estaba pensando en mis cosas... ¿No le da miedo andar por la calle a éstas horas? - ¿Por qué? - Es que jejejejejejeje, hay luna llena... - ¡Mejor! Así habrá un poco más de claridad cuando vuelva a salir. - ¡¿Quién?! - Yo. ¿Estás tonta?... ¡Ah! pensabas que hablaba del hombre lobo jajajajajaja ¡Si no existe! - "O está en París" (dijo la abuela que acababa de llegar)

Fui a ver a Pascualita. Estaba subida en lo alto del acuario. - ¿Qué miras con tanta atención? - Su mirada se perdía a través del balcón. Las ramas del árbol tapaban cualquier vista a la calle. - Escribiré al alcalde pidiendo que vengan a podarlo. - "¿A Hila?" - La Cotilla se había ido y la abuela entró en el comedor. - ¿Hila? - "El Alcalde" - Hay quienes opinan que los árboles de Palma dificultan la visión de los edificios singulares de la cuidad: La Lonja, la Catedral, las casas modernistas, ésta finca... - "¡Si es más fea que pegarle a un padre!" - ¡Pero no veo la calle! - "Ahí te doy la razón y sin que sirva de preceden... Nena, hay un okupa en el árbol."
Miré, temerosa y a través de las sombras y de las hojas, me pareció ver a un hombre. - ¡Aaaaah. Cierra el balcón, abuela! - "Espera, a lo mejor quiere algo. Le voy a pregunt..." - ¡Noooooooo! - El hombre nos miró. ¡Creí que me moría de terror! ¡¡¡El hombre lobo estaba a medio metro de mi, mostrándome unos dientes impresionantes ¡manchados de sangre!!! - Corrí a cerrar el balcón, pegué un portazo y se rompieron los cristales. - ¡Oooooooh, nooooooo! - Marqué el número de los municipales - ¡Socorrooooooooooooo! ¡El hombre lobo quiere matarnos! ¡¡¡Traigan balas de plata!!! - A través del teléfono escuché una discusión: - ¡Que no voy! ¡¡¡NO, ES NO!!! Me pareció la voz de Bedulio.

Nadie vino en nuestro auxilio. El hombre lobo debió asustarse entre mis gritos y el ruido de los cristales rotos. Quien volvió fue la Cotilla cargada de restos de velas para el altar de los Amigos de lo Ajeno. - Y mientras yo seguía temblando parapetada tras la mesa del comedor, las dos viejas se partían de risa - "Vamos a tomarnos unos chinchones jajajajajaja" - ¿Qué pasa? (pregunté) - Que menos mal que no han podado el árbol jajajajajajaja ¡Ay, me duele la barriga de tanto reír! - "Pues fíjate a mi que he tenido que aguantarme la risa jajajajajajajaja" - ¡¡¡TOMA. EL HOMBRE LOBO!!! (gritó la Cotilla) - Huí despavorida por el pasillo mientras la careta de un gorila rodaba por el suelo. Y Pascualita hacía la señal de OK desde el acuario.





martes, 11 de octubre de 2016

La Flor Azul.

- "Una vez vi una película en la que un Príncipe maravilloso se enamoró de una Princesa más tonta que Abundio porque, ya que lo tenía en el bote, en lugar de darse un lote con él, le dijo que solo se casaría si le traía una flor azul que florecía un determinado día del año y duraba hasta que llegaba la noche. Para rematar la faena, la dichosa flor estaba en una gran cordillera allende mares y océanos. O sea, más allá del quinto pino. Y para lograr esto solo tenía tres días ¡tres días!"

- Cogería un avión, abuela. - "¡No se habían inventado aún!" - Pues entonces ¡adiós, Madrid, que te quedas sin gente! - "¿Te das cuenta de cómo eres, boba de Coria? Al primer tropiezo tiras la toalla" - ¡Es que no había nada que hacer! - "Pues sí ¡Cogió una alfombra voladora y se plantó allí en un periquete." - ¡Esto es un cuento chino! - "¿Acaso dudas de que existan alfombras voladoras teniendo en casa una sirena?" - Visto así... ¿Al final consiguió la flor? - "Claro. Pero tuvo que pelear con cuanto malo le salía al paso" - ¡Vaya... que romántico! Si un hombre hiciera algo así por mi, sería m-a-r-a-v-i-l-l-o-s-o... ¿Te imaginas lo bien que quedaría la alfombra mágica en la salita? ¿Y lo que me ahorraría en autobuses? Podría aparcar en cualquier sitio sin molestar como haces tu con el rolls royce. - "¡¿No vas a comparar mi cochazo con un trozo de trapo más o menos bonito?! Pero en ésta historia lo importante es la Flor Azul..."

- ¡Ni hablar! ¿Qué haces con una flor? la metes en un jarrón con agua y una aspirina y procuras que te dure una semana y después, si te he visto no me acuerdo. En cambio una alfombra sirve para muchas cosas. Cleopatra la usó para presentarse, desnuda y envuelta en ella, a Julio César y le dejó boquiabierto y babeante... - "La Flor Azul es el triunfo del amor, es... " - Pero si la puedes comprar en cualquier floristería, abuela, en cambio una Alfombra Voladora... Esta tarde daré una vuelta por las tiendas de ropa indúes para ver si encuentro alguna. - "¡¿Cómo vas a encontrar novio si eres menos romántica que el felpudo de la puerta?! ¡Qué cruz tengo contigo!."

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaaa! ¿Qué le has hecho a tu abuela que se la oye gritar desde la esquina? - ¡Nada! Intento razonar con ella... ¿Usted qué prefiere, una flor azul o una alfombra voladora? - ¿La flor es comestible? - No. - Entonces la alfombra. - ¿Para la salita? - ¡Oh, sí! Así podría ponerme de rodillas delante del altar de los Amigos de lo Ajeno, que ahora montaré, para que salgan con bien de los Juicios que les están haciendo. Pobrecillos, ellos solo querían lo mismo que yo, poder llegar a final de mes sin estrecheces. - La abuela salió dando un portazo.


lunes, 10 de octubre de 2016

Sardinas.

He dejado un kilo de sardinas en el fregadero. Se me hace la boca agua pensando en el festín que me espera. Las acompañaré con pimientos asados... ¡estoy babeando!

Pascualita, sentada en el frutero, no me quita ojo. Hasta parece que tiene la dentadura más adelantada que de costumbre. Debe ser por el olor. Ya lo dice la canción de Don Gato: Y al olor de las sardinas, el gato ha resucitado jajajajajaja. Solo que la sirena está vivita y coleando.

Mientras he preparado el desayuno el bicho ha desaparecido. Cuando pasa esto tengo que ir con cuidado de no pisarla porque se arrastra por el suelo. Tendré que comprarle un casco porque ya tiene una edad... creo que ¡mucha edad! y ya no está para muchas caídas de la mesa al suelo. ¡Es capaz de ser más vieja (si me oye la abuela me mata. Pero no está, así que me desquitaré): ¡¡¡VIEJAAAAAAAAAAAAAAAA!!! (grité a pleno pulmón)

- "¿A qué viene ésto?" (la abuela ha aparecido como por arte de magia, en la puerta de la cocina) - ¡¡¡Abuela!!!... ¿Cuándo aprenderás a llamar a la puerta? - "Nunca. ¿tienes algo que esconder?" - No... no, pero me siento violada en mi intimidad... - "Ya te gustaría tener intimidad" - ¿A qué viene eso? - "A qué no tienes novio para intimar, boba de Coria... Ni perrito que te ladre ¡Que cruz tengo contigo!... ¿Por qué gritabas esa palabra prohibida?" - Me... gusta. - "Creo que tendré el biznieto con un vientre de alquiler. Aunque sea el de la Cotilla, porque si el pobre va a salir a ti, aviada estoy"

Entre el susto de la abuela y tanto parloteo, se me olvidó que estaba buscando a Pascualita. Y en un arranque idiota, de los muchos que me dan, invité a la abuela a comer. No se hizo de rogar y llamó al abuelito, a la Cotilla y a Blas el parado que, últimamente, ha vuelto por casa en busca de más croquetas para vender a la puerta del juzgado gracias a que se han reanudado los juicios a los políticos. Aquello me irritó. - ¿No te queda nadie más por invitar? (estaba realmente enfadada) - "¡Calla, ahora que lo dices...!" - Sacó su móvil - ¿Bedulio?... Hola ¿te gustan las sardinas?... ¿con pimientos asados?... ¡Vale!"

Tuve que ir a por más sardinas y luego entré en la cocina a prepararlas.

En el fregadero estaba Pascualita, hinchada como un globo, tumbada sobre el mármol y boqueando como si fuese a morirse de un momento a otro. De las sardinas primeras no quedaban ni las raspas ¡Se las había comido todas la zampabollos acuática! Incluso por su boca asomaba una colita que ya no había podido tragar. - ¡¡¡Abuelaaaaaaaaa, nos ha dejado sin comida la sirena de las narices!!! - "No te preocupes. Aún no han cerrado el mercado. Vete a por más sardinas" - Dame dinero. - "¡¡¡¿Yoooooooooooooooo?!!!  Tu has invitado y ésta es tu casa. Tú pagas." - Y corrió a socorrer a su amiga.

domingo, 9 de octubre de 2016

Angulas gordas.

Mientras desayunaba con Pascualita me ha parecido ver, con el rabillo del ojo, que algo se movía en el frutero. Pero no hice caso hasta que un momento después, otro movimiento, este sobre la encimera, llamó mi atención.

La sirena también lo vio y, al revés que yo, actuó lanzándose a por lo que fuera aquello. Instantes después estaba masticando un gusano blanco y rollizo. Se me pusieron los pelos de punta y grité: - ¡¡¡HIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII!!! - Pascualita pasó del cola cao y se fue en busca de proteínas. - ¡Estate quieta, bicho del demonio! ¡Deja eso! - Pero los dientes de tiburón habían empezado a trabajar y no había quién la parara ¡Ni a los gusanos! Había por toda la cocina.

Cuando me cayó encima uno del techo, vi que eran gusanos de seda. ¿De dónde habían salido? De pequeña me encantaba guardarlos en una caja de zapatos y llenarla de hojas de morera. Engordaban a ojos vista y eran suaves y blanditos. Me los ponía en la cara para notar sus patitas, hasta que la abuela me daba un pescozón y salían volando en todas direcciones.

Sin embargo las mariposas dejaban mucho que desear. Además rompían el capullo de seda. Soñaba que algún día llevaría vestidos dorados que brillarían como el sol mientras mis amigas se morirían de envidia. Pero aquellos gusanos de mi infancia estaban controlados dentro de su caja, en cambio estos... ¿Qué hacían en mi casa sin haber sido invitados?

Sonó el teléfono. Era Geoooorge. - Madame decir si gustar gusanos. - ¿Los has traído tú? - ¡Yes! - ¡La madre que te parió, inglés! - Madame regalar a you. - ¡¿Por qué?!

La abuela cogió el teléfono. - "¿A qué vienen tantas preguntas? Es un regalo. Punto." - ¡Hay gusanos por toda la casa y Pascualita se está poniendo las botas! - "¡Que no se los coma! Quiero hacerme un vestido de fiesta de seda roja" - ¿Por qué los has dejado en mi casa? - "Porque me dan asco"

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaa! ¡¡¡Aaaaag!!! ¡Una invasión de gusanos!... ¿Son para mediodía?... Vale, los probaré aunque se me remueve el estómago - ¡No pienso comerme esto, Cotilla! La abuela quiere la seda para hacerse un vestido... - ¡¡¡Se me ocurre una cosa!!! - Cogió un montón de gusanos y se fue. Al rato vino, cogió otros tantos y se marchó de nuevo. A la tercera vez le pregunté qué pasaba. - Un negocio redondo para llegar con olgura a fin de mes. - Miedo me da preguntar... - Los vendo a los compañeros que nos surtimos de comida en los contenedores de basura del super, como angulas gordas. - ¿No le da vergüenza? - No porque pagan bien. - Siendo así... quiero un tanto por ciento. - ¿Me pides una comisión? ¿No recuerdas lo que le ha pasado a María Antonia Munar por hacer lo mismo? - Déjese de tonterías y afloje la pasta. Al fin y al cabo yo me cuido de los gusanos... ¡El 50%! -

Hizo amago de telefonear al Fiscal Carrau para chivarse pero luego se dio cuenta de que era eso o nada. Y nos dimos la mano... A la hora de comer serví unos gusanos en cazuelitas de barro, con aceite y guindilla. Nos costó un poco hincarles el diente pero, como dicen el refrán: El comer y el rascar, todo es empezar. Cuando Pascualita lo probó hizo la señal de OK y se me acabaron de quitar los escrúpulos cuando, esa noche, la Cotilla me dio un billete de 50 euros - Tus ganancias del día, boba de Coria.



sábado, 8 de octubre de 2016

Buñuelos.

- "¡Aaaaaaaaaaaaaayyyyyyyyyyyyy que ilusión me hace que llegue el Día de las Vírgenes, ses Verges! Espero que mis pretendientes vengan a cantarme serenatas bajo el balcón" - Que cosas tienes, abuela jajajajajaja. - "¿Qué es lo que te hace gracia?" - Que lo dices con la ilusión de una quinceañera. - "¡Como debe ser!" - ¿Tienes muchos pretendientes? - "Más que tú. En El Funeral los tengo a pares y ya les he dicho que si quieren comer buñuelos y beber moscatel, primero tendrán que cantar. Andresito no está muy contento. Allá él. Yo sigo la tradición" - ¡Pero si no eres virgen! jajajajajaja - "¡Que sabrás tú, boba de Coria!"

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaa! He hecho buñuelos para vender, a ver si consigo llegar a fin de mes sin deudas. - ¿Nos ha traído algunos? - Te traigo los que quieras mientras me los pagues. ¿Crees que me regalan la materia prima?... bueno, el azúcar sí - ¡Tendrá cara, Cotilla! Le recuerdo que come gratis en mi casa todos los días. - Para que no comas sola. - ¡Solo me faltaba esto! ¡Prefiero comer sola que mal acompañada! - ¿Así me pagas el sacrificio que hago tragándome lo que cocinas? ¡Si hasta me ha salido una úlcera de estómago! - ¡¡¡Mentira cochina!!!

"Te voy a encargar unos cuantos kilos de buñuelos para El Funeral ¿Podrás hacerlos?" - ¡Claro! ¿Para el 21 de éste mes?... Llévate el montón que traigo para que vayáis haciendo boca ¡Verás que ricos me salen!

Mientras las dos viejas arreglaban en mundo yo birlé unos buñuelos para compartirlos con la sirena. Diez minutos después de comerlos sentí un dolor insoportable y me revolqué por el suelo, desesperada. Tampoco Pascualita se libró del martirio, visto el movimiento frenético de las algas del fondo del acuario donde se había refugiado.

- "¿Te parece que son horas de estar haciendo el payaso?" (dijo la abuela) - ¿Cómo vas a casarla si tiene el cerebro de un mosquito? ¡Que cruz tienes con tu nieta!

Una baba blanca y espesa, salía de mi boca - "¡Que cochina!" - Y se fue con el cargamento de buñuelos antes de que yo pudiera decir ésta boca es mía...

Por la noche, en la UCI del hospital escuché a unas enfermeras quejándose de la sobre carga de trabajo que les había llegado por Urgencias: Un montón de personas mayores, la mayoría borrachos como cubas, habían sido envenenados en la cafetería El Funeral. La policía dijo que la culpa era del azúcar. Era mata hormigas. - Sospechan de una vieja trapichera y limpiacepillos que fue la que trajo los buñuelos y quién se llevó los sobrantes... - Alucino por un tubo, hija (dijo una de ellas) Será el cansancio pero... un pequeño monstruo... se ha asomado en el bolso de ésta joven... - Vamos a tomarnos un café y si sigues diciendo tonterías, pásate por psiquiatría y te arrimas al doctor que está de toma pan y moja jajajajajajajaja



viernes, 7 de octubre de 2016

Patas.

La abuela está que trina porque el dueño del velero del que quedó colgada, la ha denunciado por "allanamiento de morada" y quiere que le pague las facturas de las, innumerables, visitas al psicólogo que le acarreará el trauma que le ocasionó el pensar que iba a romper el palo mayor del barco. Más el susto que recibió al ver la "extraña" bandera ondeando al viento. ¡Una bandera con patas, dijo!.

- "¡Esto no se lo perdono al imbécil ese! ¿Patas, yooooooooooooo? que en mi juventud fui proclamada Miss Piernas Fantásticas. En cuanto me lo eche a la cara las va a probar. ¡Del patadón que le dé le dolerá hasta el cielo de la boca!" - Mejor será que te calmes y pienses en cómo calmarlo para que retire la denuncia. - "¡Me importa un pito la denuncia! Se la meteré por donde amargan los pepinos!" - ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaa! ¿Vas a hacer gazpacho? No le pongas mucho pepino que se me repite.

La Cotilla, aunque demacrada a causa del mal momento que está pasando su gurú, Luis Bárcenas, no pierde ripio cuando se trata de comida. - No hablábamos de esto, sino de cosas importantes. - A saber qué es importante para ti, boba de Coria. - Por ejemplo, la denucia que le ha puesto a la abuela el tipo del velero. - ¡No le hagas ni caso! Este lo que quiere son unos minutos de gloria. Que salga su foto en los periódicos, la tele y hablen de él y de su velero en la radio ¡Y ya está! - "No, no está. Me ha ofendido públicamente y debe pagar por ello" - Si sigues por estos derroteros quién pagará serás tu, abuela. - "¿Y para qué tengo un marido rico? Pagará él"

Dejé a las dos amigas en plena charla y fui a comentar lo ocurrido con Pascualita. escuché a la vecina. - ¿Ha dicho que tienes PATAS?... Este no sabe lo que vale un peine. - Mucho me temo que no traman nada bueno (pensé)

La sirena sacó su dentadura de tiburón a pasear, enfurecida por el agravio a su amiga... Debió ser por esto o era que bostezaba y el bicho raro no sabe hacerlo con más delicadeza. - Creo que piensa vengarse... ¿A ti qué te parece, Pascualita? - Me miró fijamente, calculando los pros y los contras del dilema y acabó haciendo la señal de OK.

Es noche, en el Telediario, dijeron que un velero había partido a todo trapo del puerto de Palma, a pesar de la tormenta que asolaba la ciudad. Por más que hicieron los responsables de Salvamento Marítimo para que desistiera de semejante locura, levó ancla y salió hacia alta mar. - ¡Naufragará! (le gritaban) - El, agarrado a las cuerdas de las velas, gritó a su vez . - ¡¡¡Quito la denunciaaaaaaaaaaaaaaaaa!!!

La cámara de televisión que grababa el dramático momento, mostró a un hombre envejecido prematuramente, sin el pelo y la barba que llevaba ayer. Diríase que se los había arrancado a mordiscos si no fuera porque es imposible (aunque yo sabía que no) y con una nota en sus manos temblorosas, que decía : ¡¡¡PATAS, LAS DE TU MADRE!!!

jueves, 6 de octubre de 2016

La tormenta.

Sonó el teléfono. Era la abuela. - "Asómate al balcón, carita de azucena" (canturreó) - ¿Te ha dado un aire? - "Venga que no tengo todo el día, boba de Coria" - Veo que estás bien. Me habías preocupado. - Me asomé y allí estaba ella, con chanclas, albornoz, sobrero de paja, gafas de sol y la sombrilla asomando por la ventanilla del rolls royce - "¡¿Te vienes a la playa?!" - ¡¿Hoy? Ni hablar. Va a llover. Mira que negro está el cielo!. - "¡Son nubes de paso¡" - Hablábamos a grito pelado a causa de los pitidos de los coches que no podían pasar por el mal aparcamiento de costumbre.

- "¡Venga, vamos!" - ¡Que no vengo! - "¡¿Cómo se puede tener una nieta tan inútil? Hay te quedas!"

Una hora después cayó un chaparrón que inundó la calle. El viento huracanado arrancó ramas de los árboles. Los relámpagos iluminaban la negrura que había traído la tormenta. Los truenos ponían la música y el granizo el repiqueteo de acompañamiento. ¡Menuda la que se lió!

Me preparé una copita de chinchón que compartí con Pascualita mientras mirábamos la televisión. En la pantalla salían escena de los desastres que había causado en Palma la tormenta: terrazas de bares arrasadas. Coches cubiertos de agua en garajes, choques... También en el mar el temporal había echo estragos con los yates y barcas, diques destrozados y una mujer a la que los bomberos estaban rescatando en esos momentos... ¡la abuela!

- ¡Mira, Pascualita! - Inexplicablemente, estaba subida en lo alto del palo de un velero en postura de bandera hondeando al viento. - ¿Cómo se habrá subido ahí? - Pepe, al que había ido a buscar para que no se perdiera el espectáculo, estaba tan asombrado que no dijo nada - Que soso eres, hijo. - La sirena no le quitaba los ojos de encima y cuando vio a un bombero que tiraba de ella hacia abajo, saltó hacia la pantalla con la dentadura de tiburón hacia afuera para defender a su amiga.

El dueño del velero tenía la cara desencajada. - He visto un bulto que venía volando y se ha quedado enganchado en el palo mayor ¡Ha sido el susto más grande de mi vida! Pensé que me rompía el palo. - ¿Qué haría ésta mujer tan vieja, en bikini, en plena tormenta? - Me estremecí. El locutor había dicho la palabra prohibída ¡VIEJA! - Una mano apareció en la pantalla a la velocidad del rayo, estrellándose contra su coronilla. Sonó un ¡¡¡PLAFFFF!!! seguido de un alarido penetrante - ¡AAAAAAAAAAAAAAAYYYYYYYYY! ¡¡¡Jopé. Menudo pescozón le ha arreado!!!  Es una buena señal ¡Está viva! - Y brindamos por ello.


miércoles, 5 de octubre de 2016

La abuela cumple años.

- ¡Que pesada está la abuela con su cumpleaños! Me ha llamado a las tres de la madrugada para que le cantara el Cumpleaños Feliz porque era la hora justa en que nació hace ya... noventa y muchos años.

No podía abrir ni la boca ni los ojos. Tenía el cuerpo dormido y la mente embotada. - Abu...ela, no zzzzzzzzzzzzzz puedo, ni sé que zzzzzzz canción es esa zzzzzzzzzzzzz. - "¡Ni sirves para felicitarme ni para darme un biznieto! Haber dejado que otro espermatozoide ganara la carrera hasta el óvulo ¡Sosa, que eres una sosa!"

Menudo cabreo cogió. Me pareció escuchar la voz del abuelito diciéndo - Deja tranquila a la nena, pobrecilla. - Y pienso que no fue buena idea hacer éste comentario en ese preciso momento porque, media hora después, tuve que levantarme de la cama para abrirle la puerta. - Vengo a pedirte asilo familiar. Tu abuela me ha echado con cajas destempladas.

Por la mañana Geooooorge ha traído una bandeja de ensaimadas calentitas, ha preparado chocolate a la taza y ha corrido a abrirle la puerta a la abuela que ha entrado como debía hacerlo la Reina Nefertiti en su palacio. En el momento de sentarse a la mesa de la cocina, hemos oído: - ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaaa! ¿Ibais a comeros ésto sin esperarme? - "Has tenido suerte porque éstos dos sujetos, aquí presentes (el abuelito y yo) no han pronunciado aún las palabras mágicas para dar comienzo al desayuno." - Andresito y yo nos miramos intrigados. - "¿Qué día es hoy, Cotilla?" - Hummmm... ¿Es una adivinanza? - "¡Otra que tal baila!"

- Perdona pero es que estoy muy preocupada por lo que está pasando.? - "¿Los lloros de María Antonia Munar pidiendo perdón ante el Jurado Popular por haber cobrado más de dos millones de euros en comisiones, por lo que está siendo juzgada?" - No. Si lo ha echo, que pague. - "¿Entonces?" - Están juzgando a mi gurú, Luis Bárcenas. Quieren mandarlo, de nuevo, a la cárcel. ¡No hay derecho! - "Pues como a la Munar..." - ¡No es lo mismo! Bárcenas no es un chapucero como todos los demás. El lo tenía todo anotado con letra clara...

Mientras, las ensaimadas se enfriaban. Fui en busca de Pascualita y la escondí en el bolsillo. De repente todo lo vi claro ¡La abuela quería que la felicitáramos! Llamé por señas al abuelito y se lo dije. De nuevo entramos a la cocina cantando: - ¡¡¡Cumpleaaaaaaños feliiiiiiiiiiz...!!! - a voz en grito.

La sonrisa de la abuela iluminó sus arrugas (no muchas) y nos dispusimos a comer. La Cotilla quedó mohína. - ¿Es tu cumpleaños? ¡Ya lo sabía! jejejejejeje - ¡Ya!

Pascualita fijó sus ojos redondos de pez en la vecina, sorbió un poco de chocolate de la cuchara que le acerqué y lo escupió, ya envenenado, al ojo de la Cotilla. Después hizo la señal de OK con una mano mientras, con la otra, cogió el trocito de ensaimada que le di

martes, 4 de octubre de 2016

La mujer elefante.

La Cotilla se ha convertido en el Monstruo del barrio. Cuando los niños la ven le tiran piedras. Las madres amedrentan a sus hijos, si se portan mal, diciéndoles ¡Que viene la Cotilla! Y hay gente que la ha contratado para que dé miedo la Noche de Todos los Santos. ¡Encima hace negocio a mi costa!

Hay quién la llama La mujer Elefante porque el tema de las orejas es espectacular. Cuando se pone aretes semejan dos argollas donde sujetar la falda. - ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaa! ¿Dónde está el ánima de tu primer y repuñetero, abuelo? - Perdido entre los recovecos de la Eternidad. - ¡Déjate de tonterías! Necesito hablar con él porque quiero mantener éste aspecto hasta que pasen las fiestas de Difuntos. Me estoy poniendo de moda y me llueven los contratos, por eso no quiero "desinflarme" a los pocos días. - Pues, perdone que se lo diga, pero está usted más fea que Carracuca. - La envidia te corroe, boba de Coria. - ¿A miiiiiiiiiiiiiiiii? ¿Se ha mirado en el espejo? No lo haga que puede darle un soponcio grave.

La abuela vino cargada de botellas de chinchón. - "¡Ayudádme, pardalas, que ésto pesa!" - Cuando la vecina se dio la vuelta, la abuela dio un respingo y cuatro botellas se estrellaron contra el suelo. - "¡Maldita sea, Cotilla! Avisa que vas a girarte." - Esta vez tu primer marido se ha portado bien conmigo. Voy a ganar un buen dinerito a final de mes. Ahora me arrepiento de las muchas  perrerías que le hicimos en vida. - "¡A lo hecho, pecho!" - Pobrecillo. - "Por tu boca habla el interés. No me creo que te sepa mal lo que le hicimos. Si en lugar de las orejas y la nariz, te hubiera desgraciado un ojo, por ejemplo, no dirías lo mismo." - ¡Que gran idea! Necesito que se ensañe con mis ojos ¡Estaré horrorosa y podré subir el caché. Díselo tú, nena, que te hará más caso.

Esta mujer está pallá. Creo que los años empiezan a pasarle factura. Los que cumpla ya serán 98 si no voy herrada porque, éstas brujas nunca contestan lo mismo cuando les pregunto los años que tienen. Calculo que son de la quinta de Matusalen.

Llamaron a la puerta y al abrir quedé patidifusa. ¡El mismísimo Brat Pitt me sonreía desde el rellano de la escalera! ¡Y recién divorciado! - ¡¡¡Abuelaaaaaaaaaaaaaa!!! (grité) ¡¡¡Ya tengo padre para tu biznieto!!! - Dicho ésto, cai redonda al suelo. No resistí una emoción tan grande.

Al abrir los ojos estaba tumbada en mi cama. Era un buen comienzo. Del comedor salían unas voces alteradas. - ¡Que sí. Que me lo ha dicho! - "¡No digas tonterías!" - Lo siento por vosotras pero, esta vez, gano yo... - ¿Qué es lo que gana, Cotilla? (pregunté, mosqueada) - A Brat Pitt. - ¡No diga tontunas! - ¡Me ha contratado para darle un susto de muerte a Angelina! Luego se echarán unas risas y ella retirará la demanda de divorcio. - "¡¡¡JA!!! Quiero un biznieto de Brat Pitt y cómo se te ocurra meterte a Celestina entre él y la Jolie, te voy a dar tal bofetón que me río yo de lo que te ha hecho mi primer marido" (que agresiva es la abuela cuando se altera) Nena, dáme chinchón que me estoy poniendo nerviosa." 

lunes, 3 de octubre de 2016

¡¡¡Agujetas!!!


Miro a Pepe y tengo la sensación que lo conozco de otra vida. Una tontería como otra cualquiera porque nunca he creído en la reencarnación, ni en el karma, ni ná de ná... Entonces ¿a qué vienen éstos pensamientos?... ¿Acaso fui budista en otra vida? aunque, si no creo en ello ¿de qué voy? Esto tendré que aclararlo en otro momento, si no me duermo antes...

Dejando de lado los misterios indescifrables del Otro Mundo, me devano los sesos pensando ¿de qué  conozco a nuestra cabeza jivarizada?... Se lo he preguntado pero, como es muy suyo, me ha dado la callada por respuesta. En ocasiones así le cortaría las orejas porque no tiene muchas cosas más para cortar.

¡Qué rabia me da que no me contesten cuando hago una pregunta. ¿Acaso lo hago por cotilleo? No. De eso se encarga la Cotilla. Es por la necesidad de saber y poder dormir por la noche. No quiero pasármela en vela dando vueltas y más vueltas, al tema.

Tampoco tengo muchas más cosas que hacer. ¡Tengo agujetas hasta en las pestañas! Y todo gracias al puñetero sueño egipcio. Moví muchas toneladas de piedra sin pararme a pensar que podría traer consecuencias ¡Y aquí están!: ¡AGUJETAS!

¿Se pueden tener después de hacer un gran esfuerzo... soñando? ¡Y tanto!... Meteré a Pepe en un cajón y pasaré del tema... ¡¡¡Ya sé quién es!!! el dueño de la pirámide que ayudé a construir: ¡El faraón Kheops! ¡¡¡Es él. Clavadito!!!

Así que, en lugar de encerrarlo en un cajón lo he tirado contra la pared, con rabia, unas cuantas veces: ¡No me pagó el trabajo y encima fardará ante la Humanidad de tener la Pirámide más chula de toda momia real!

Después le tocó a Pascualita vengarse. - ¡Toma, para que te "cobres" tu trabajo. - Le faltó tiempo a la sirena para dejar a Pepe sin nariz de un bocado. ¡Ahora era clavadito a la Esfinge! Lógico. El faraón Khefrén se parecía a su padre.

Corrí a servir una copa de chinchón que compartiría con Pascualita para celebrar el gran hallazgo que acababa de hacer. Un hito en la intrincada Historia de Egipto. Y el Hito lo tengo yo en la repisa de la cocina. - ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaa! Vaya, ¿a qué viene que me recibas con una copa de chinchón, boba de Coria? - Es para mi (dije con rabia) - Dicen que más vale tarde que rondar un año jejejejejeje ¡Lenta! - Y se la bebió de un trago.

Llené otra y antes de que pudiera cogerla, la Cotilla se la bebió. - ¡Pero...! - Pascualita se movía, amenazadora, dentro de mi escote. Ambas estábamos hasta las narices de la vecina así que, llené otra vez la copa y grité: - ¡¡¡Atacaaaaaaaaaaaaaa!!! - En dos segundos mordió la nariz y los lóbulos de ambas orejas de la Cotilla. Tuve que perseguirla para arrancarle a la sirena y tirarla al acuario disimuladamente. Cuando, por fin, dejó de correr, la nariz era como un melón pequeño y las orejas le llegaban a la cintura ¡era todo un espectáculo!

sábado, 1 de octubre de 2016

A cinco euros el desplazamiento.

De vuelta a la vida real no puedo abstraerme del oficio aprendido en el Antiguo Egipto y me he ofrecido para mover piedras gordas, muebles pesados, etc. Un vecino me ha contratado para desplazar el rolls royce de la abuela cada vez que aparque en la parada del bus y obstruya el tráfico. A cinco euros el desplazamiento. No es mucho pero, tal como está el patio, no he dicho que no.

La que no se lo ha tomado bien es la abuela. - "¡No lo permitiré! Un rolls royce es una carruaje aristocrático. Imprime carácter a quién lo tiene ¡y no dejaré que poses en él tus manos de uñas roídas! ¿No te da vergüenza comerte las uñas a tu edad? ¡Cómo vas a encontrar novio así! ¡¡¡NUNCA TENDRE UN BIZNIETO!!!"

No sé qué me pasa con ésta mujer. Empezamos hablando de cualquier cosa y acaba sacando el biznieto a relucir.

Ese mismo día vino a casa y aparcó, como siempre, en la parada del bus. Inmediatamente el vecino me llamó para decirme que tenía trabajo. ¡Bajé corriendo las escaleras! Me iba a ganar cinco euritos en un visto y no visto.

Al llegar a la calle me sorprendió ver a tanta gente con los móviles en alto. Y sobretodo, a las televisiones locales y nacionales, periodistas radiofónicos y de los diarios. - Debe estar por aquí Pedro Sánchez (pensé) - Y sin darle más importancia a tamaña espectación, me acerqué al rolls donde Geooorge y la abuela se habían atrincherado y les pedí que salieran. - "¡Anda y que te ondulen con la permanen, boba de Coria!" - No me quedó otra que apoyar el lomo al coche y empujar como me había enseñado el capatáz egipcio.

Al instante los cientos de móviles y las cámaras de televisión, grabaron la escena. Como si de un cochecito de hojalata se tratara, el poderoso rolls royce fue desplazado y colocado donde no estorbara, a pesar de los bolsazos que me daba la abuela por la ventanilla.

Me aplaudieron a rabiar. Firmé cientos de autógrafos. Me convertí en carne de programas televisivos de higadillos y demás vísceras... Hasta en el Hola me sacaron, aunque primero tuve que hacerme la manicura.

La vida me cambió por completo y me hice inmensamente rica porque me llovían las peticiones para mover moles. Era feliz... hasta que la abuela me despertó en plena siesta. - "¡Deja de empujar el sofá que no puedo descansar!" - Pascualita estaba en el suelo tratando de mover la mesa del televisor. Me hizo el signo OK. ¡Vaya, por una vez, me entendía!