miércoles, 3 de agosto de 2016

El picador de playa.

La abuela me ha llamado para que vaya preparando café y chinchón para la reunión, importantísima (según ella) que tendrá con la Cotilla. - ¡Ya ves tú que personaje! (dije, despectiva) - "Pues anda que tú" (me contestó y se quedó tan ancha)

Me pasé media hora intentando saber de qué iban a tratar. Y al final me dijo: - "Vamos a facilitar a Rajoy que forme gobierno" - Quedé pasmada. - ¿En serio? - "Como te lo digo, boba de Coria" - Pero... vosotras no sois políticas... - "¿Cómo que no? somos El Pueblo Soberano y ya estamos hasta las narices del paripé que se traen entre todos" - Visto así... ¿qué le vais a proponer al Presidente en funciones? - " Que se arreglen en dos semanas y formen Gobierno (y somos indulgentes con el tiempo) o se van a la puta calle y que vengan otros más capaces.  Además, durante este tiempo NO COBRARÁN NI UN EURO. Ya está bien de inútiles chupando de la teta del Estado. La pobre vaca está más seca que un pantano en verano." - ¡¡¡Bien dicho, abuela. Me sumo a vuestro razonamiento!!!

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaa! ¿De qué va la reunión? he venido por el chinchón pero, en cuanto acabemos la botella, me voy que tengo muchos chanchullos entre manos. - "Te he encontrado el hombre ideal, Cotilla" - Intervine en la conversación - ¿Rajoy? ... Aunque ella se lo merece y peor aún, no los veo como pareja, abuela.

Me ignoraron totalmente. - "Lo veo todos los días cuando voy a la playa. Parece un antiguo picador que, en los años sesenta del siglo pasado, debió hacer furor entre las suecas. Con sus sombrero borsalino y el andar canalla. Se exhibe con elegancia un punto chulesca. Cierto que tiene una barriga prominente pero no por eso deja de lucirse ante las mujeres que toman el sol en la arena y lo miran arrobadas. Sobre todo cuando, en un atrevidísimo gesto de hombre acostumbrado a deslumbrar, arremanga su escueto ¿bañador? ¿braga? ¿slip? para lucir con garbo ese punto de su anatomía que está, entre el final de la espalda y el principio "del aparcamiento de bicicletas"

- ¡Me estás poniendo a cien! - "¡Lo sabía, Cotilla! Esta mañana me he cruzado con él en el semáforo de la playa y he podido fijarme mejor. La camisa abierta mostraba su pecho-lobo pero lo que más me ha impactado, han sido esos dos dientes de conejo que sobresalen de los labios y lo hacen irresistible ¡Cotilla, tienes que verlo!"

- ¡Ay, sí pero... ¿no es un poco joven para mi? - ¡Mejor! Mira la Momia, se tiró los complejo de la edad a la espalda y nunca faltan a su lado culitos-respingones. - ¡Buscaré mi bañador y mañana me vengo contigo! - "¿Bañador? ¡De eso nada! Te dejaré mi bikini hecho de crochet. Le vas a impactar" 

La botella de chinchón llegaba a su fin y todavía no habían comentado ni una palabra de lo del Gobierno y se lo recordé. Las dos me miraron como si fuera una aparición. Luego, mientras sus ojillos bizqueaban, les dio un ataque de risa, a pesar de lo cual la abuela consiguió decir - "¡Qué... ¡hip!... cruz tengo... ¡hip! ... contigo, alma... ¡hip! ... cándida... ¡hip!"

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