martes, 23 de agosto de 2016

El amante secreto.

Como Andresito, desde que tiene esa descomunal cabeza, no quiere salir a la calle, a no ser que sea imprescindible, la abuela se va sola a la playa cada mañana. Hace que Geooorge se levante a las seis de la mañana y la lleve con el rolls royce.

Seguramente, el tener un mayordomo y un fantástico coche inglés, han contagiado a la abuela y cuando dice "Tenemos que estar en la playa a las siete de la mañana" no quiere llegar ni un minuto antes, ni un minuto después sino, a las siete en punto.

Una vez allí desayuna con la gente que duerme sobre la arena, bien cobijados en pequeñas tiendas de campaña o envueltos en mantas. Geoooorge baja una cesta en la que hay ensaimadas, termos de café caliente y una botella de chinchón para que entren en calor. Después la abuela se baña durante una hora y vuelve a casa aclamada como una emperatríz por los noctámbulos.

- "Nena (me dijo un día) he encontrado unos mensajes dentro del agua" - ¿En una botella? - "Sin botella" - ¿Y que dicen? - "Están escritos en extranjero". - No le dimos más importancia hasta que, días después, encontró más. - "¡Mira, mira! ¿a ver si entiendes algo?" - ¿Se lo has dicho a Geoooorge? - "El tampoco lo entiende... ¿Y si son mensajes de amor para mi, de un admirador secreto?" - ¿Y te los deja bajo el agua?... ¡Eso es una tontería! - "Tu siempre tan negativa y tan romántica como una almeja, boba de Coria"

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaaaaa! ¿Y estos papelitos? ¿De Hacienda? jajajajajaja - "Vaya, Cotilla, tu también estás inspirada hoy." - ¿Qué he dicho? - "Tengo un admirador secreto..." - ¿Te manda flores por Primavera? - "De momento, no, pero todo se andará" - Le manda mensajes bajo el mar... (dije sin pensar pero, entonces, se me iluminó la bombilla)¡Oh, vaya. Ya sé a quién se los mandan! (Pensaba en ¡Pascualita!) ¡¿Será posible que un bicho asqueroso como ella, tenga un admirador, aunque sea secreto y yo no me coma un colín? Que mal repartido está el mundo.

También a la abuela se le vino la sirena a la mente. - "¡Será un sireno!" (pensó) - Pero no podíamos decir nada mientras la Cotilla estuviera en casa. Fue ella la que gritó: - ¡Di de quién se trata de una vez, animal de bellota, que me tienes en ascuas! - Ay, me he puesto tan nerviosa  que se me ha olvidado (fue la única excusa que se me ocurrió)

Cuando después de comer nos acomodamos en los sofás para ver La Vuelta a España de ciclismo, la Cotilla fue la primera en caer, víctima de la siesta. Entonces pudimos hablar del tema que nos interesaba. - ¿Has visto al sireno, abuela? - "No. ¡Y mira que lo he buscado. Pero mañana no se me escapará! Si hay un sireno, lo encontraré"

No hay comentarios:

Publicar un comentario