miércoles, 31 de agosto de 2016

¡Vaya día!

- "¡Nena, Andresito y yo nos vamos a ver a los Siete Infantes de Lara!" - Dales recuerdos de mi parte... zzzzzzzzzzzzzz - "Que borrica eres. Si no te conocen... aunque siendo siete alguno podría valer para hacerte a mi biznieto" - ¡Ni lo intentes, abuela! Ya me buscaré los novios yo... - "Entonces lo encontrarás cuando las ranas críen pelo... También puedo contactar con los Siete Niños de Ecija..." - ¿Quieres que me detengan por infanticidio? Déjame dormir de una vez zzzzzzzzz

Mientras desayunaba y le contaba éste episodio a Pascualita, me asaltó la duda de si lo había soñado o no. ¿A qué venía esa manía de buscarme los pretendientes de siete en siete? ¡Que rara es ésta mujer!

Mientras yo intentaba descifrar el enígma y se me iba el santo al cielo, Pascualita se apoderó de mi ensaimada, se subió encima y saltó de la mesa al suelo llevándola de colchón. - ¡Eh, es mi desayuno! - Alargué la mano y recibí un fuerte mordisco envenenado. El dolor me hizo saltar, gritar, llorar, moquear y correr de una punta a otra de la casa tropezando con los muebles. Finalmente agarré la botella de chinchón y bebí como si se me fuera la vida en ello. Poco a poco el dolor fue desapareciendo mientras la mano se hinchaba como un zepelín a punto de iniciar un viaje al fin del mundo.

Me vi entre nubes de algodón, a diez mil metros del suelo, arrastrada por mi enorme mano y era felíz. Los catorce pretendientes me lanzaron globos de colores llamando mi atención. Obligué a mi mano a aterrizar, no quería hacerles un feo a esa gente. - ¿Por qué venís de siete en siete? - ¿Por qué no? (contestaron. Y lo encontré razonable)

La abuela y Andresito aplaudían a rabiar y Pascualita hacía la señal de OK con sus deditos, subida al borde del acuario psicodélico. Mientras, la Cotilla ponía una vela tras otra en el Altar de los Amigos de lo Ajeno y le enseñaba a la foto de Luis Bárcenas el resultado de un día de trapicheo: carteras, calderilla de los cepillos de las iglesias, bolsos de turistas... La sonrisa del Señor de Los sobres era taimada. La Cotilla encendió las velas y los bomberos vinieron atronando el aire con sus sirenas.

- "¡Nena, nena, nenaaaa! Está durmiendo la mona... Geooorge, dale un guantazo a ver si espabila" - Yes, madame. - Antes de que su mano cruzara el aire, recibió una patada en sus partes blandas que le cambió la voz durante unos minutos. La abuela justificó el ataque. - "Se me olvidó decirte que mi nieta tiene muy mal despertar jejejejejeje" - El mayordomo se puso a caminar encogido, repitiendo como un loro inglés: Good save the Quin. - "¿Qué le has hecho a Pascualita para que se enfadara?" - ¡Me ha quitado mi ensaimada! - "¿No te da vergüenza decir eso? ¡Eres una egoísta! ¡Tu ensaimada! ¡Tu casa! ¡Tu todo! ¡Hay que compartir, boba de Coria!"- Mientras la abuela me abroncaba, se asomó la Cotilla - ¡Tu nieta se ha bebido todo el chinchón que quedaba! ¡¡¡EGOÍSTAAAAAAAAAAAAAA!!! (gritaron las dos amigas)


martes, 30 de agosto de 2016

Arena de la playa.

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaaa! Estoy que echo chispas. ¿sabes de lo que me he enterado mientras "límpiaba" cepillos en una iglesia, boba de Coria? ¡que venden arena de nuestras playas! ¡¡¡Y no se me ha ocurrido a mi!!! - Mientras la Cotilla entraba como una locomotora en mi casa, dando voces por el pasillo, tiré a la sirena por la ventana de la cocina.

Como es un gesto que repito a menudo, gracias a la pesada de la vecina, compré un paracaídas de juguete en la tienda de los chinos del señor Li. Ahora,cuando sale disparada, se abre el pequeño paracaídas y ya no se estrella contra el árbol sino que cae suavemente en una rama.

La de cosas que está aprendiendo el bicho desde que vive con nosotras porque, estando en las profundidades del mar ¡ni loca iba a saltar en paracaídas! Después, cuando se vaya la vecina, la recogeré con un gancho que me he agenciado... en la tienda de los chinos.

- Cotilla, lo de vender arena es más antiguo que usted. - No es lo que tú te crees, cosa lógica porque tus entendederas no van mucho más allá que las de un grillo. Venden arena de una playa determinada. O sea, con denominación de origen. Y aportan una foto de la playa paradisíaca en cuestión. - ¿Habrá que pedir unas cuantas toneladas..., no? - ¡No! son bolsitas pequeñas. Un recuerdo de Mallorca... Pero el chollo no le va a durar mucho al lumbreras porque los ecologistas han puesto el grito en el cielo y en la Consellería de Medio Ambiente y le va a caer un paquete en forma de multa gorda. - ¿Por un poquito de arena? - ¡Son unos exagerados! Yo me llevo más en los zapatos cuando vuelvo de la playa que lo que abulta el montoncito que venden...

Mientras hablábamos, Pascualita apareció en el alfeizar de la ventana de la cocina y a mi me dio un pálpito ¡Si la veía la Cotilla se le acabaría la buena vida que llevaba en casa y acabaría en una botella con formol sobre la estantería de un desconocido laboratorio!

Me quité el delantal y lo tiré hacia la ventana. Tuve puntería y tapé a la sirena. - ¡¿Estás tonta?! - La abuela llegó en este instante. - ¡Tu nieta está como una cabra! - "Vaya novedad. ¿De qué hablábais?" - Del negocio de la arena de las playas - "¡Menudo sinverguenza! Quiere dejar las playas peladas a costa de llenarse los bolsillos" - Pero si son puñaditos... (repliqué) - "Entre la arena que se lleva el mar, el viento, los zapatos, la que queda pegada a las toallas, a los pies, a las ruedas de coches y motos, etc. etc. multiplicado por la cantidad de gente que va a las playas cada día, al cabo del mes son toneladas de arena que desaparecen... ¡¡¡no puñaditos!!!" - Visto así... - "Ya me he sofocado. Dame un chinchón on the rocks y una bolsa de plástico" - Durante un rato dejamos de hablar para dedicarnos a empinar el codo.

Mientras tanto, Pascualita había reptado hasta el fregadero que estaba lleno de agua jabonosa y se tiró de cabeza. Empujé a la Cotilla que cayó al suelo patas arriba y saqué a la sirena de allí. Se la lancé a la abauela que la cogió al vuelo y corrió con ella y sus tacones hasta el cuarto de baño donde la limpió con agua dulce. El pobre bicho , cada vez que boqueaba, soltaba una pompa de jabón. Por su parte la Cotilla chillaba como una rata intentando levantarse. Le pilló todo tan desprevenida que pensó que la atacaba el espíritu de mi primer abuelito que no la quiere bien desde antes de morirse.

Cuando volvió la calma la abuela me pidió de nuevo una bolsa de plástico. - ¿Para qué la quieres? (pregunté) - "Para coger un poco de arena de la playa. Unos amigos extanjeros me lo han pedido... ya ves que fáciles son de contentar jejejejejeje" - ¿Pero... no habías... dicho...? - "Será solo un puñadito de nada"

lunes, 29 de agosto de 2016

Luna de miel.

Empezaba a quedarme dormida, después de una larga noche de insomnio, cuando sonó el teléfono: - "¡Nena! ¿cómo ha ido la fiesta? ¿Ha habido tema? No he pegado ojo en toda la noche pensando en la parejita del acuario. Dime ¿qué han hecho? ¿Qué hacen ahora?" - No tengo ni idea, abuela. Me ha dado corte mirar. - "No me digas que has estado durmiendo como un ceporro mientras a pocos metros de ti se celebraba una luna de miel insólita ¡Eres lo más inútil que ha parido madre!"

- ¿Podemos discutir este tema más tarde? es que me caigo de sueño. - "¡Lo que yo digo! A ti te he picado la mosca tsé tsé. Pues espabila que ahora vengo."

Mientras Geooorge se quedaba traspuesto dentro del rolls royce, la abuela despertó a todos los vecinos de la escalera cuando apretó el timbre y no quitó el dedo hasta que abrí la puerta. - ¿Y tu llave? - "En el bolso" - ¿Entonces...? - "He llamado para que te espabiles"

Me apartó de un empujón y corrió (¿cómo puede correr a sus años, a estas horas y con semejantes tacones, sin matarse?) hacia el acuario psicodélico. Gracias a las luces cambiantes que suben y bajan, no vimos nada. De repente, la abuela alzó los brazos al cielo y en plan plañidera, gritó. - "¡Poooobre Pascualiiiiiitaaa! Ha sidooooo raptaaaaaaadaa. ¿Qué seraaaaaaaaa de ellaaaaaaa? Tan joveeeeen, tan inoceeeeente, taaaaan cariñooooooosa..." - Abuela, no te pases (ni me escuchó) - "... El puñetero puuuuulpo ha resultaaaaado ser un ladrón de virtuuuuuuuudessss ajenaaaaas"

La miré y quedé asombrada viendo como las lágrimas corrían por sus ajadas mejillas. - ¿Estás de cachondeo? (pregunté un segundo antes de recibir un pescozón de categoría)

El golpe, además de dolerme, me despejó el cerebro. Apagué el acuario y encendí la luz del comedor. Al poco vimos movimiento bajo la algas del fondo. - "Oh, están ahí abajo ¡y en plena faena! ¡Trae el chinchón que ésto hay que celebrarlo, nena" - ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaa! Pónme una copa a mi también (dijo la Cotilla entrando como Pedro por su casa) ¿Qué miráis? - (La abuela reaccionó rápido) - "Parece que se ha roto la luz de éste chisme" - Total, para lo que sirve... Está desenchufado, mujer jajajajaja. - Lo puso en marcha y nos deslumbró. De repente la abuela y yo nos miramos. Habíamos visto una cosa pero, con la Cotilla delante, optamos por callar. La "cosa" subía lentamente hacia la superficie y a pesar de las luces psicodélicas, reconocimos ¡un tentáculo!

A poco distancia del primero, subía otro y tras él, Pascualita con la boca abierta. Fue visto y no visto cuando se lo tragó. La abuela y yo quedamos en estado schok. La "dulce" sirena se estaba comiendo un pulpo más alto que yo... ¿Que clase de monstruo tenemos en casa?

domingo, 28 de agosto de 2016

El pulpo.

- "He ido a la playa tempranito para ver llegar las barcas de los pescadores y mira, me han regalado un pulpo... ¡Geoooorge, enseñale el pulpo a mi nieta!" - El mayordomo la miró con los ojos como platos. - ¿Por qué, madame?  - "¿Cómo que por qué? porque lo digo yo que soy quien manda" - ¡Abuela, no le hables así! - "Si es que viene protestando todo el camino" - Será por los madrugones que le das. - "¡Que va! Ya está acostumbrado. Es por el pulpo" - Pulpo no dejar que yo conducir bien rolls royce. - "¿Te das cuenta? Está tonto perdido"

- ¿Lo habéis dejado en el coche? - ¡No! Is here. En bolsa. - "Enséñaselo ya, hombre, que no tenemos todo el día" - A regañadientes abrió la bolsa y ocho patas larguísimas fueron asomándo y serpenteando hasta llegar al suelo. - ¡No lo sueltes que después no habrá quien lo coja! - "¡Pero si no hace nada, boba de Coria!" - El pulpo tanteó el suelo y acto seguido, se dejó caer y haciendo un alarde de chulería, se puso de pie ¡y era más alto que yo! - "¡Geoooooorge, muérdele un ojo y dejará de moverse! - El pobre inglés se puso verde. - No... no... Sorry, madame... no...no... - "¡Pero, bueno, esto es un motín en toda regla! ¿No pensarás que nos lo comamos vivo?" - Mi no pensar, madame... mi desmayar...

Cayó redondo al suelo y mientras lo atendíamos, el pulpo inició un recorrido turístico por toda la casa. Poco a poco, el inglés fue volviendo en sí. - "Si crees que un vahído te ha librado del pulpo, lo tienes claro" - Entonces reaccioné. - ¿Dónde está el puñetero bicho?

Me puse en lo peor: se habrá metido en mi cama. O debajo... O en el cajón de las bragas... ¿Y si se ha escondido en el water y tira e la cadena? ¡Menudo atasco formará!... Se me ocurrían mil y una posibilidades: estará escondido en la lámpara del techo y en cuanto pase por debajo ¡caerá sobre mi! .... Yo estaba en un sinvivir. Tenía que encontrar al monstruo ¡ya! Entonces oimos un chapoteo. La abuela y yo nos miramos, alarmadas ¡Está en el acuario! (pensamos)

Corrimos hasta allí, dejando al pobre inglés tambaleándose a causa del mareo como si fuera un tentetieso.

El pulpo empezaba a deslizarse dentro del acuario mientras Pascualita subía lentamente a su encuentro. - ¿Qué hacemos? (pregunté preocupada) - "¡Nada! Mira lo que lleva cogido con los tentáculos el pulpo ¡la botella de chinchón! Esta noche habrá fiesta entre las algas del fondo"

viernes, 26 de agosto de 2016

Valmojado y sus machotes.

- "¡Nenaaaaaaaaaaaaaaaa! No te hagas la dormida que tengo que comentarte algo... ¡¡¡DESPIERTA!!! - Con los ojos abiertos en plan búho, esperé a que se produjera, gradualmente, la toma de conciencia de mi cuerpo hasta verificar que me había despertado. Aunque éstas cosas llevan su tiempo, la abuela no me concedió ni un segundo de más. Así que estuve en estado catatónico escuchando una conversación, a gritos, de la que me enteré ná y menos.

Después me dormí y fue Pascualita quién hizo de despertador tirando un vaso al suelo de la cocina. Salté de la cama y corrí, zapatilla en mano, para defenderme del "ladrón" Menos mal que llegué a tiempo porque la puñetera estaba a punto de estampar una taza ¡la mía!

Preparé rápidamente un cola cao para Doña Prisas que reptó como una serpiente, por el frutero y saltó en plancha en su desayuno poniéndome perdida. - ¡¿Para ésto tanto escándalo?! ¡Hoy comeremos sirena a las finas hierbas, maldita sea! (grité fuera de mi) - Y la cogí por la cola dispuesta a desescamarla. Una mano poderosa apretó mi muñeca y me retorcí de dolor mientras dejaba caer a Pascualita en el fregadero. ¿Sería el ladrón?... Era Geoooorge - ¡Inglés! ¿qué leches haces aquí, jodío? - Madame decir yo impedir que you hacer tonterías.

Puse un taper boca abajo para ocultar a la sirena. - ¿Por qué tapar gamba gorda? - (¡¿Así que el mayordomo la había visto!?) - ¿Venir señor Li a comer here? - Noooooo. Márchate si no quieres que te linchen los que tocan el cláxon por tu mal aparcamiento.

La abuela entró en casa a paso de carga, seguida de cerca por la Cotilla - "¿Recuérdas el nombre, nena?" - ¿Cúal? - "El que te he dicho ésa mañana ¡¿No me digas que te has dormido?!" - ¡Yo lo sé! ¡¡¡VALMOJADO, VALMOJADO, VALMOJADO!!! - Esta Cotilla cada vez es más pelota. - ¿Qué es eso que está mojado? (pregunté porque no sabía de qué iba la cosa) - "¡Avergonzados tienen que estar todos en ese pueblo de Toledo!" - ¿Por qué? - "¡Pon éste vídeo y verás a los machotes del lugar bregando y asesinando a una pequeña vaquilla que no paraba de bramar! ¡VALMOJADO, VALMOJADO, HAS QUEDADO RETRATADO!"

Ni Pascualita ni yo hemos comido. Pepe se ha retraído en sus pensamientos y se ha quedado en su estante. Acaricio a la sirena, rascando, suavemente, su pelo-algas rasposas. Ella también ha visto el vídeo. Está acurrucada en mi mano, con sus ojos de pez fijos aún en la pantalla del televisor apagado. Tampoco ella entiende a qué viene tanta crueldad gratuíta.


jueves, 25 de agosto de 2016

La abuela liga.

La abuela me ha dejado a Andresito hasta que cambie la piel quemada por el sol. Dice que no quiere tener a Geooorge barriendo pellejos todo el día. - Pero si él también la cambiará... - "No es lo mismo. A él le pago, además ¿no querrás que me quede sin mi mayordomo inglés que es la envídia de mis amistades millonetis?" - Me da la impresión de que me estás endosando al abuelito... - "Naturalmente!"

El pobre está a base de ibuprofenos y aún así, delira. - Nena, ya sé quién construyó las Pirámides de Egipto. - ¿Lo sabes? - Sí. Ahora mismo estoy viendo como las hacen. - ¿Lo dan por la tele? - Nooooo... ¡Mira, llegan helicópteros americanos, de esos tan grandes que tienen, con bloques de piedra colgando!.. Ahora las colocan donde les dice un egipcio, debe ser el arquitecto y se van a por más... Voy a preguntar si puedo ayudar. - Vale, abuelito, pero antes tómate otra pastillita con un chinchón on the rocks, bien fresquito.

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaa! Pónme otro a mi que vengo sudando. - Que oportuna es usted, Cotilla. - Más vale llegar a tiempo que rondar un año. - En ese momento empezó el concierto de pitos debajo de casa anunciando la llegada del rolls royce de la abuela.

- "Vengo encantada de la vida ¡Me ha salido un pretendiente!... Huy, no me acordaba de que está aquí Andresito" - Se ha quedado dormido. Tranquila. - Un hombre ha pasado por mi lado, me ha sonreído y ha dicho ¡Hola!" - ¿Nacional o extranjero? - "Extranjero, supongo, porque iba vestido de indio" - ¡¡¡¿INDIO?!!! (grité)- "¡Ostras! Andresito y Geoooorge hablaron de un indio!" - Entonces ¡no deliraban! - No me entero de nada (dijo, enfadada, la Cotilla)

Como no le dimos ninguna explicación se fue a rumiar su enfado a la salita y montó un nuevo altar de los Amigos de lo Ajeno en el que puso un montón de fotos de políticos corruptos. Se le amontona el trabajo con tanta gente a punto de ir a Juicio. - ¡Ni se le ocurra encender una vela para cada uno! No quiero que se me queme la casa. - ¡¡¡Egoísta!!!

Mientras la vecina estaba a lo suyo, la abuela y yo fuimos a hablar junto al acuario psicodélico de Pascualita que subió como una flecha y se sentó en el borde mientras nos miraba fijamente con sus ojos de pez. - "Deberías traer a Pepe. Le gusta enterarse de todo" - La abuela me deja pasmada cuando habla así de la cabeza jivarizada aunque, pensándolo bien, orejas sí tiene.

Al poco rato ya estábamos los cuatro juntos. - "Voy a enseñarle a éstos dos uno de los papelitos que encontré bajo el agua. A ver si reconocen la escritura" - Pepe, tan callado como siempre, ni siquiera hizo una mueca de entendimiento. Es tan humilde que ni pia. Pascualita escupió agua envenenada sobre el papel y yo corrí a ponerme las gafas de sol, por si acaso. - "Me ha cogido la mano" (soltó de repente la abuela) - ¿Quién? - "¿Quién va a ser? ¡El indio!" - ¿Se la quería llevar? ¿No será antropófago? - "¡Qué cruz tengo contigo!"

miércoles, 24 de agosto de 2016

¿Pascualita sabe escribir sireno?

La abuela se pasa el día en la playa y está negra como un tizón. Ayer vino más enfadada que un mono - "¿Te puedes creer que unos municipales me han pedido "los papeles, boba de Coria"?" - Es que te estás pasando con el moreno. - "¿Y qué quiéres que haga? si quiero descubrir el secreto de los papelitos submarinos, tengo que estar al pie del cañón, o sea a pie de playa. Y no creo que tarde mucho porque hay un cormorán que ronda todos los días por allí en busca de comida ¿Buscará al sireno?" - Estaba pensando que, lo más probable es que, si existe el sireno, no sepa escribir. - "Si sabes tú ¿por qué no va a saber él?" (a la abuela le gusta ponerme en el disparadero)

- ¿Tú has visto escribir a Pascualita? - "No. Pero tampoco le hemos dado oportunidad de que lo haga" - Fui a por papel y lápiz y se lo di a la sirena que no nos quitaba ojo. Lo primero que hizo fue comérselo todo. Entonces vi llegado el momento de reir yo - ¡Oooooh, que lisssssssta es Pascualita! ¡Con que arte sujeta el lápiz mientras se lo comeeeeeeeee! jajajajajaja ¡Has oído, abuela! ¡Un eructo! Le ha sentado muy bien la comida ¡Aaaaaaaaaaaaaaaayyyyyyyyy! - "¡Ya está bien! La pobre tenía hambre. Eso es todo"

Fueron varios los folios y lápices que se comió la fiera currupia, en un visto y no visto.

Después de meter la cabeza bajo el grifo para aliviar el dolor del pescozón y esperar a que se me pasara el cabreo, dije que era inútil. Pascualita no sabía escribir. - "En las profundidades abisales deben usarse otros utensilios que desconocemos" - La abuela no quería dar su brazo a torcer. - "¿Y qué me dices de esa escritura enrevesada? No es de éste mundo"

Deberías centrar tu vigilancia en las personas. - "¡Si la playa se llena de gente!" - Sienta al abuelito en una hamaca y que mire él también. Total, no tiene nada mejor que hacer.

De nada le valieron al pobre sus protestas. No quería que le vieran en público hasta haber recuperado su cabeza el tamaño normal. - "¿Qué más da? si todo son extranjeros. Nadie te conocerá ¡No te reconozco ni yo jajajajajajaja!"

A media tarde vinieron a casa. El abuelito y Geoooorge perderan el pellejo en dos días. Estaban tan rojos que parecían dos gambas a la plancha. - "Mira de qué hablan éstos dos: ¡de un indio! Por sus bocas habla la insolación. Dáles chinchón, a ver si espabilan"

Pero unas cuantas copas más tarde, ambos seguían con la misma cantinela: Los papelitos los tira un indio. Aumenté la dosis de chinchón y durmieron la mona plácidamente.

martes, 23 de agosto de 2016

El amante secreto.

Como Andresito, desde que tiene esa descomunal cabeza, no quiere salir a la calle, a no ser que sea imprescindible, la abuela se va sola a la playa cada mañana. Hace que Geooorge se levante a las seis de la mañana y la lleve con el rolls royce.

Seguramente, el tener un mayordomo y un fantástico coche inglés, han contagiado a la abuela y cuando dice "Tenemos que estar en la playa a las siete de la mañana" no quiere llegar ni un minuto antes, ni un minuto después sino, a las siete en punto.

Una vez allí desayuna con la gente que duerme sobre la arena, bien cobijados en pequeñas tiendas de campaña o envueltos en mantas. Geoooorge baja una cesta en la que hay ensaimadas, termos de café caliente y una botella de chinchón para que entren en calor. Después la abuela se baña durante una hora y vuelve a casa aclamada como una emperatríz por los noctámbulos.

- "Nena (me dijo un día) he encontrado unos mensajes dentro del agua" - ¿En una botella? - "Sin botella" - ¿Y que dicen? - "Están escritos en extranjero". - No le dimos más importancia hasta que, días después, encontró más. - "¡Mira, mira! ¿a ver si entiendes algo?" - ¿Se lo has dicho a Geoooorge? - "El tampoco lo entiende... ¿Y si son mensajes de amor para mi, de un admirador secreto?" - ¿Y te los deja bajo el agua?... ¡Eso es una tontería! - "Tu siempre tan negativa y tan romántica como una almeja, boba de Coria"

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaaaaa! ¿Y estos papelitos? ¿De Hacienda? jajajajajaja - "Vaya, Cotilla, tu también estás inspirada hoy." - ¿Qué he dicho? - "Tengo un admirador secreto..." - ¿Te manda flores por Primavera? - "De momento, no, pero todo se andará" - Le manda mensajes bajo el mar... (dije sin pensar pero, entonces, se me iluminó la bombilla)¡Oh, vaya. Ya sé a quién se los mandan! (Pensaba en ¡Pascualita!) ¡¿Será posible que un bicho asqueroso como ella, tenga un admirador, aunque sea secreto y yo no me coma un colín? Que mal repartido está el mundo.

También a la abuela se le vino la sirena a la mente. - "¡Será un sireno!" (pensó) - Pero no podíamos decir nada mientras la Cotilla estuviera en casa. Fue ella la que gritó: - ¡Di de quién se trata de una vez, animal de bellota, que me tienes en ascuas! - Ay, me he puesto tan nerviosa  que se me ha olvidado (fue la única excusa que se me ocurrió)

Cuando después de comer nos acomodamos en los sofás para ver La Vuelta a España de ciclismo, la Cotilla fue la primera en caer, víctima de la siesta. Entonces pudimos hablar del tema que nos interesaba. - ¿Has visto al sireno, abuela? - "No. ¡Y mira que lo he buscado. Pero mañana no se me escapará! Si hay un sireno, lo encontraré"

lunes, 22 de agosto de 2016

Una gran cabeza

La cabeza del abuelito es enorme a causa de la hinchazón producida por las puntadas de punto de cruz con que le sujetaron los pelos al cráneo las dos amigas. 

La abuela está preocupada porque no le cabe ningún sombrero y no es plan que Andresito salga a la calle con éste sol y con la cabeza descubierta.

La Cotilla llegó cargada de ideas para aprovechar la ocasión de ganarse unos euros y llegar, tranquilamente, a fin de mes. - ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaa! He pensado que podemos montar una pequeña carpa en la Plaza de España, metemos a Andresito dentro y lo anunciamos como FENOMENO EXTRAORDINARIO DE LA NATURALEZA y quién quiera verlo que pague cinco euros. - "No creo que quiera. No ves que es de casa buena" - Pues organizamos el concurso: ¿QUIEN TIENE LA CABEZA MAS GORDA? y para apuntarse habrá que pagar diez euros. - "No sé... no sé. ¿Y si se presenta alguien con la cabeza más gorda que la de Andresito, que le damos de premio?" - Le ponemos una banda que diga: EL CABEZON MAYOR DEL REINO y se ira tan contento... aunque no creo que nadie le gane a tu marido.

Por su parte, el abuelito recibió una oferta política de su Partido: Le pidieron que fuera la persona encargada de hacer entrar en razón a la Oposición para que diera su brazo a torcer y dejara que siguiera mandando el Pinocho mayor del Reino. - ¿Por qué yo? (preguntó) - Porque tienes una gran cabeza de la que pueden salir ideas que nos saquen del atolladero. - De momento, se lo está pensando mientras toma pastillas de Ibuprofeno para calmar el dolor.

He ido a la tienda de los chinos del señor Li, a pesar de lo enfadado que está conmigo porque le arrebaté la "gamba golda" de sus manos. - Necesito la boina más grande que tenga. -  Yo no hablal contigo. - No hace falta. Déme la boina y me iré. - Yo cableado. - ¿Me da la boina o no? - Tu lobal gamba golda. - ¡Que pesado es usted! - ¡¡¡Tu no decilme pesado en mi tienda!!! - ¡¡¡A mi no me grite!!! - ¡¡¡Sel mi casa y yo glital!!! - ¡¡¡Que le den morcilla!!!- ¡¡¡A mi no gustal molcilla!!!

Los gritos debían oirse en la calle porque Bedulio entró con cara de pocos amigos. - ¡¿Qué ocurre aquí?! (al verme se le demudó la cara) ¡Oh, no! - ¡Señol gualdia, deténgala! - ¿A mí? ¿Por qué? - ¡Robalme gamba golda y ahola glitalme en mi casa! - ¡Que quisquilloso! - ¡Oh, oooooooh! ¿Qué decil ahola que sel yo? ¿Quisquiqué? - ¡¡¡Yo solo quiero la boina más grande que tenga, para mi abuelito!!!

Bedulio, que no era en absoluto, amante de los fantasmas, no le llegaba la camisa al cuerpo. - ¿Qué... abuelito? - Tu amigo jejejejejeje El que murió hace taaaaantos años jajajajajaja - ¿Te estás riendo de la autoridad? - Nooooooo. - ¿Quiéres la boina para disfrazarte? - Puede ser. - ¡¡¡Yo no vendel boina!!!

Volví a casa con las manos vacías y con Bedulio a mi lado, interrogándome. - ¿Así que no es el fantasma de tu primer abuelito el que está en tu casa? - Que nooooooo... ¡Miralo. Está asomado al balcón! - El Municipal miró hacia allí y al ver aquella descomunal cabeza, cayó redondo al suelo... y allí se quedó porque no puedo levantarlo... Además, hoy es lunes y los lunes no levanto a nadie.

domingo, 21 de agosto de 2016

Extraña querencia.

No sé qué pensar del resultado del trasplante de pelo del abuelito. Le veo raro. A ratos me recuerda a Ringo Star en sus años mozos... En otros momentos parece uno de esos perritos que, a causa del flequillo, solo se les ve un ojo. Otras veces pienso que no es Andresito sino Messi después de teñirse el pelo de rubio platino. Porque así lo han dejado aquellas dos brujas.

Siempre ha sido un señor clásico en su forma de vestir y peinarse, tal como se espera de un afiliado a su Partido Político. Con su pelo gris tirando a blanco...  No para de mirarse al espejo, creo que para reconocerse y hacerse a la idea de que ahora es "así", tanto si le gusta como si no.

Las dos viejas están encantadas con el resultado de su trabajo. - "¡Vas a ser la envídia de tus correligionarios! ¡Te nombrarán Secretario de Estado y yo seré tu secretaria!" (gritaba, entusiasmada, la abuela.) - No sé, no sé... No me acaba de convencer... ¿De dónde habéis sacado el pelo? - "Lo trajo la Cotilla. Te queda bien" - Desde que lo llevo, cuando tengo ganas de orinar, levanto la pierna... - "¿Y eso por qué?" - No lo puedo remediar.

Ante éstos comentarios pensé que al abuelito le habían afectado el cerebro la cantidad de chinchón que le hicieron beber durante la Operación "Guerra a la calvicie" para que no sufriera... ni opinara.

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaa! ¡Que guapo estás, Andresito! ¿Qué te ha dicho tu madre al verte? - Me ha preguntado si era un vendedor de seguros. - ¿Y eso por qué? - No me ha reconocido. Y cuando le he jurado que soy su hijo, a pedido a Geooorge que me echase de MI CASA con cajas destempladas. - ¿Y el inglés lo ha hecho? - ¡Ya lo creo! Mi madre es la puta ama del patrimonio familiar y él quiere seguir cobrando su sueldo.

La abuela y la Cotilla se encerraron en la cocina y yo conseguí escuchar lo que hablaban. - "¿De dónde sacaste el pelo?" - De la bolsa de basura de un veterinario. Total, para quién es... Estuve vigilando toda la tarde y pelaron a bastantes perros. - "¿No podías sacarlo de otro sitio? Ahora entiendo que tenga querencia a levantar la pierna para orinar. Dejará el baño bueno." - Menos mal que no lo traje de caballo, menudas coces daría ahora.

Yo estaba escandalizada y lo comenté con la única ¿persona? que tenía a mano y era neutral: Pascualita. - ¿Has oído? Están transformando al abuelito en caniche... ¿Tendría que decírselo? - Me miró durante unos minutos, con sus redondos ojos de pez y después, sin previo aviso, se zambulló en el acuario psicodélico. - ¡¿Qué quieres decirme con esto?!  (levanté la voz para que me oyera mientras descendía hacia las algas del fondo)

En ese instante las dos amigas salían de la cocina. - ¿Te has fijado en tu nieta? Habla sola. Esto solo quiere decir una cosa ¡es premenopáusica! - "¡¡¡NOOOOOOOO!!!" (La abuela gritó, angustiada) "¡¡¡QUIERO UN BISNIETOOOOOO!!!"

sábado, 20 de agosto de 2016

Raptado.

Andresito está en la UCI, incomunicado. Estoy preocupada y acudo al hospital a verle pero siempre me encuentro con un NO por respuesta.

Cuando me he enfadado y he montado un pollo a la enfermera que me cerraba el paso, me ha dicho que es un enfermo infeccioso. - ¿Pero... como ha pasado de una exagerada inflamación de pene, a ser un peligro público? ¡¡¡¿QUÉ LE ESTÁN HACIENDO A MI ABUELITO?!!! - A pesar del nerviosismo escuché éste comentario: - No es raro que el viejo no quiera irse a su casa viendo la clase de familia que tiene.

Esto me ofendió en lo más hondo y corrí a contárselo a la abuela. - ¡Que vergüenza - ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaa! ¿Qué le pasa a la tonta de tu nieta? - "A ella, nada. Pero Andresito se está jugando el cuello" - ¡Bien! Pasemos a la acción.

Las dos viejas salieron camino del hospital. Un rato después estaban de vuelta. Les seguía Geoooorge llevando a caballito al abuelito. - ¿Duerme? (pregunté) - "Como un ceporro. Venga, Cotilla, no perdamos tiempo".

En un santiamén Andresito descansó sobre la mesa de la cocina. Pascualita, tumbada junto a Pepe, la cabeza jibarizada, observaba curiosa el trajín. A continuación los ganchillos empezaron a trabajar y en menos de lo que canta un gallo la calvorota del abuelito se fue llenando de pelambrera.

A pesar de que yo iba restañando la sangre, entre mareo y mareo, para que la sirena no la viera, el  olor la volvía loca. Acabé poniéndole una cacerola encima pero no se daba por vencida y la golpeaba con la cola.

Poco después Andresito se quejó y abrió los ojos. Inmediatamente le fue suministrada una buena dosis de chinchón y siguió durmiendo hasta que todos los pelos estuvieron puestos en su lugar. Tardó mucho en darse cuenta de dónde se encontraba. Creo que le ayudó el tocar el aparatoso vendaje que le puso la abuela. - ¡¿Qué... qué... que me habéis... hecho?! - "¡Hey, no te toques que las heridas tienen que cicatrizar. ¡¡¡Nena, trae el chinchón!!!" -  ¡¡¡Yo también quiero!!! (gritamos)


viernes, 19 de agosto de 2016

La tienda de campaña.

A las cinco de la madrugada sonó el teléfono y aunque quise ignorarlo, no pude porque sonó, sonó, sonó y sonó hasta volverme loca. Y lo cogí.

- "Hola, nena, menos mal que estás despierta ¿Tienes insomnio? ¡¡¡Que noche!!! Para escribirla en los libros de Historia ¡Andresito ha cortado dos orejas y rabo y con la plaza puesta en pie, ha dado la vuelta al ruedo!"

Mi cerebro somnoliento no captaba tanta información y menos, a la velocidad que me la daban. - ¿Me estás diciendo que el abuelito se ha hecho torero... a sus años? - "¿Qué años, boba de Coria? ¡Ya le gustaría a José Tomás hacer faenas como las de mi maridito! - ¿En que plaza a toreado? - "¿Cómo qué dónde? ¡Aquí!" - ¿En Palma? Pero... - "¿Estás tonta?"

Sin salir de mi asombro, seguí indagando - ¿Ha matado dos toros? - "¡Cuatro, como cuatro soles!" - ¿Tantos? - "Y cuando iba a por el quinto, se lo han llevado a la UCI" - ¡Ay, Dios. Lo han corneado! - "¿Quién?" - El toro. - "¿De qué hablas?" - De la desgracia. - "Sí que lo ha sido. Con lo bien que iba todo y lo contentos que estábamos. Ya sabes que todo lo que sube, baja aunque, en éste caso, no. ¡Menuda tienda de campaña! Los médicos dicen que no han visto nada igual" - ¿Qué pinta aquí una tienda de campaña? - "¡¡¡TODO!!!"

- "Después han venido los interrogatorios?" - ¿No me digas que el abuelito ha saltado de espontáneo al ruedo y se lo han llevado detenido? - "Nena, cada día te rige menos el cerebro" - ¿A qué ha venido el interrogatorio? - "¿A qué va a ser? A si la tienda de campaña era natural o no" - ¿Era natural? ¿Hecha con ramas de pino? - "Que idiota eres cuando tienes sueño jajajajajaja Les he dicho que era natural, claro" - Ahora, además de tener problemas con los antitaurinos también los tendrás con los ecologistas... ¡Y todo esto en una noche! ¿El abuelito sigue en la UCI? - "Sí" - ¿Estás con él? - "¿Para qué si ya no podemos hacer nada?" - ¡¡¡¿SE HA MUERTO?!!!

¡ "Qué dramática eres? Con tanto cable y gente al rededor no querrás que montemos un espectáculo... Tendrán que pasar horas hasta que se baje la tienda de campaña y Andresito regrese a casa... Podría hacerlo antes si yo dijera la verdad a los médicos: que se tomó dos viagras seguidas. Le darían algo contra la inflamación de los bajos y ya está pero prefiro que sigan creyendo que tengo un fuera de serie en casa" - ¡¡¡ABUELA!!! - "Además, sospecho que estoy embarazada... no sé... ¿Tú qué crees?" - Que voy a beberme una botella, entera, de chinchón.

jueves, 18 de agosto de 2016

Me chivo.

Apenas he pegado ojo ésta noche pensando en el abuelito y en la que le quiere liar la abuela con lo del trasplante de pelo. De repente, en mi cerebro ha sonado una campanita : - ¡¡¡TOLON, TOLON, TOLON!!! - Sí, ha sonado un poco fuerte, tal vez tenía poco de campanita y mucho de campana de la Catedral. El caso es que me he sentado de golpe en la cama, con todos los sentidos alerta y la mente nublada. Durante un rato no he sabido a qué venía aquello. Para una noche que la abuela no me despierta llamándome de madrugada, va y lo hace a través de una pesadilla.

El cerebro empezó a mandarme imágenes inconexas y rápidas. Decidí dejarme de alucinaciones y beber lo que tenía más a mano que fue, casualmente, una botella de chinchón. Cosas de la vida. Un rato después, luchando entre el sopor del licor y la curiosidad por conocer, por fin, el resultado de mi nueva noche de insomnio, dejé que mi mente discurriera sin forzarla... Y entonces supe lo que me preocupaba: ¿Sabía el abuelito lo que pensaban hacerle las dos brujas? ¿Había dado su consentimiento? ¿Debía prevenirle por si acaso? ¿Sería contraproducente para mi futuro, como dueña y señora de la Torre del Paseo Marítimo?...

No lo pensé más y le llamé al móvil. La voz cascada de Andresito contestó. - ¿Diguiiiii?... - Abuelito ¿recuerdas los tormentos de la Inquisición? Dentro de poco los conocerás en tus carnes. - Nena ¿Has empezado a beber a éstas horas? - ¡Caray! ¿Cómo lo sabes? - Porque, normalmente, las tonterías empiezas a decirlas más tarde... Anda, duérmete y déjame en paz. - Y colgó.

Libre la mente de remordimiento y con el deber de nietastra cumplido, me tumbé en la cama y dormí hasta las tantas como una bendita.

Horas más tarde, mientras Pascualita y yo, recostadas en el sofá de la salita, disfrutábamos de una placentera siesta, la abuela y la Cotilla entraron como un tornado en una casita de madera. Di un respingo, sujetando a la sirena y tirándola por el balcón en un acto reflejo de protección de su intimidad. Aunque no creo que ella lo viera así cuando cayó en las ramas del árbol y se escurrió hasta quedar sobre la cabeza de Bedulio que hacía la ronda.

- "¡¿Ha venido Andresito?!" - No. - "Se ha escapado de casa y no lo encontramos... Mucho me temo que la llamada de ésta noche ha sido un chivatazo sobre el trasplante que íbamos a hacerle... ¿No sabrás nada de esto, boba de Coria?" - ¿Yoooooooooooooooooooooooooo? Que va.

De la calle llegó un alarido y supe que alguien había encontrado a Pascualita. Al asomarme al balcón vi llegar corriendo al señor Li para socorrer a Bedulio que, sintiendo que algo que, posiblemente, había salido de mi casa, bailaba sobre su gorra de municipal, corría de un lado a otro de la calle, asustadísimo.

Bajé los escalones de cuatro en cuatro y en el momento en que la mano del chino iba a coger a la sirena, se la arrebaté a la velocidad del rayo. El señor Li me miró habriendo los ojos todo lo que le daban de sí sus párpados orientales. Después se cabreó. - ¡GAMBA GOLDA SEL MIA! - ¿Qué gamba? (dije con flema británica) - ¡LA QUE TU COGEL! - (Por segunda vez mentí) - ¡¡¡¿YOOOOOOOOO?!!! - Y subí corriendo las escaleras de casa mientras Bedulio caía desmayado por el miedo pasado y al señor Li no le quedaba más remedio que atenderlo.








miércoles, 17 de agosto de 2016

¿Preparado para el trasplante?

La abuela traía la cara más animada que la última vez que nos vimos. - ¿Ya no te divorcias? - "No. Andresito ha entrado por el camino de la razón y se va a someter un implante de pelo" - Huy, eso debe doler mucho. - "Ya lo creo. Te deja el bolsillo tieso" - Me refiero a otro tipo de dolor. - "El monetario es muy importante pero ya lo tengo resuelto: se lo haré yo."

Pensé que éstaba de broma y me reí de la ocurrencia. - ¡Eres la pera, abuela! - Pascualita, desde lo alto del frutero, se tiró a la taza de cola cao que tenía delante y me puso perdida. - ¡Maldita sea, sardina del demonio! ¡Mira cómo me has puesto! - "A la sirena le hablas con respeto o te las verás conmigo, boba de Coria." - ¡Se comporta como una mimada! Imagínate que tuviéramos invitados ¿qué pensarían de nosotros? - "Que eres tonta. A Pascualita no puede verla nadie, además es tan graciosa jajajajajaja ¡salta otra vez, bonita!" - Y cómo si la entendiera, trepó al frutero y saltó dentro de la taza vaciándola del todo, sobre mi.

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaa! - La Cotilla quedó parada en la puerta de la cocina. - ¿Has visto a tu nieta? ¡Está hecha un asco! ¡Qué cruz tienes con ella! - Mientras la abuela le daba la razón a su amiga, escondió a Pascualita en el azucarero. No tuvo tiempo para más.

Reanudó la conversación sobre el pelo del abuelito: - "Cotilla tendrás que ayudarme cuando le haga el implante a Andresito" - ¿Por qué no se lo hace su hijo, el Médico? - "Porque es muy clásico y le pondrá un peinado del año catapúm ¿No has visto que todavía va peinado a navaja?"  - ¡Menudo carca! - "Solo tendrás que sujetarlo mientras lo anestesio" - ¡Eso es muy peligroso, abuela! Tiene que hacerlo un profesional ¿Y si te pasas con la dosis y te lo cargas?. -  "La Torre del Paseo Marítimo será mía!" - No hagas bromas con eso.

- "He comprado unos ganchillos de diversos grosores" - ¿Para qué? - "Poner pelos es como bordar: pinchas con el ganchillo, coges el pelo y lo sacas por otro agujerito" - ¡Aaaaayyyy, que repelús! Le saldrá sangre. - "Por eso tiene que estar dormido. Si ve sangre se desmaya" - No sé, no sé... No me acaba de convencer.

- ¿Ya tienes el pelo para implantar? - "Me lo han dado en la peluquería. He dicho que es para rellenar un cojín. A partir de mañana tendré un marido PELIRROJO" - ¡¡¡Ostras!!! - "Por cierto, nena, dáme dos botellas de chinchón" - ¡No soy Mercadona!... ¿para qué quieres dos? - "Para asegurarme que no se despierta ¡ES LA ANESTESIA!"

martes, 16 de agosto de 2016

Por los pelos.

El soniquete de una letanía me despertó y desconcertó. Una cosa así no se escuchaba en mi casa desde tiempos inmemoriales... Me asomé con mucha precaución a la cocina, que era de donde salía el rezo. Pascualita miraba embelesada a la abuela que llevaba la voz cantante: - "Se está quedando caaaaaalvoooo. Se está quedando caaaaaaaalvoooo..." - Intenté recordar aquellas oraciones que nos hacían repetir en el colegio, todas las tardes mientras mis compañeras y yo luchábamos contra el sueño que nos amodorraba y no recuerdo que se hablase de calvicie. Claro que han pasado tantos años que puedo haberlo olvidado.

La curiosidad me llevó a interrumpir. - Ora pro novis, abuela... Estas estrofas son nuevas ¿verdad?  - "Son tristes" - ¿A quién se refieren? - "A Andresito" (y, cosa insólita en ella, derramó una lágrima) - ¿Se nombra a Andresito en la Letanía? ¡Caray, que poderío! - "¿Ves como soy una desgraciada, Pascualita? Además de tener un marido calvo, tengo una nieta idiota" - La sirena, en desagravio hacia su amiga, me escupió agua envenenada en un ojo.

Media hora después y con el ojo como un colchón que dolía horrores, la abuela me aclaró todo. - "Andresito se está quedando como una bola de billar y me obliga a pedir el divorcio" - ¡Pero qué dices! Si se quiere divorciar que lo pida él. - "Soy yo quién va a divorciarse a causa de su problema. ¡No quiero dormir con una bola de billar al lado!" - Pero si están muy sexis los hombres con las cabezas rapadas. - "Se le cae el pelo como las hojas a los árboles en otoño: ¡hay montones de pelos en el suelo! Geoooorge está cansado de barrer" - ¡Ya ves tú!

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaa! ¿Y esas caras? ¿Qué le has hecho a tu abuela? - "Andresito se está quedando calvoooooo... ¡buaaaaaaaaa!" - ¿Qué me dices? ¿Tendrás un marido pelón? jejejejeje ... Si no lo quieres ya me lo quedaré yo... - "Tengo la casa llena de pelos... ¡buaaaaaaaa!..." - ¡No los tires! Los usaré de relleno de cojines y me sacaré unos euros para poder llegar a fin de mes. - La Cotilla, siempre tan apañada.

- Abuela, ¿por qué no lo miras por el lado positivo? Tu marido está a punto de cumplir los 100 años y sigue con su mata de pelo. Es milagroso. - "Me casé con él por su pelo" - ¡Y por sus pelas! (gritó la Cotilla) - Divórciate si se arruína pero no me dejes sin heredar la Torre del Paseo Marítimo, por los pelos.

El intento de convencerla para que no dejara al abuelito fue duro de pelas. Al final, con la lengua extenuada de tanto palique, nos tomamos unos chinchones on the rock y poco a poco, la abuela fue cediendo y calmándose.

La Cotilla, en vista de que ésta vez tampoco se quedaría con Andresito, le encendió unas velas a Luis Bárcenas a pesar de mi negativa. - ¡Pobrecillo, es que le hacen la vida imposible! ¿Podéis creer que ha ido al médico y lo han sacado en los periódicos? - ¿Por ir al médico? - Por aparcar en un lugar prohibido. Los dichosos periodistas le sacan punta a todo lo que hace. - ¡Y yo se la sacaré a usted, con una navaja albaceteña, como quemen las cortinas!


lunes, 15 de agosto de 2016

Espíritu de guepardo.

La abuela ha llegado cojitranca. - ¿Qué te pasa? - "Anoche estuvimos en El Funeral colocando la foto de Pepe el bético en la pared de los Finados y en la fiesta que siguió..." - Te torcíste un tobillo. - "¡No, lista! Fue por correr como una africana con los estilettos puestos!" - Ya te gustaría correr como ellas jajajajajaja ¡PLAF! ¡¡¡ABUELAAAA!!!

Y para demostrarme que no iba de farol, corrió, corrió y corrió a toda pastilla, dando vueltas a la mesa del comedor. Quedé alucinada. - No te conocía este don. - "Una mediúm me lo ha dado, bajo pago, ésta tarde ¡Es fascinante! Llevo dentro el espíritu de una campeona"

El chinchón on the rocks, como entra fresquito hace estragos en quien abusa de él y la abuela ya va servida. - ¿Así que tienes un espíritu dentro? - "Sí" - Que corre que se las pela... - "E quilicua...
Cada vez iré más rápida y batiré records mundiales" - ¿Qué dice Andresito? - No me ha hecho caso jejejejeje Se quedará con un palmo de narices"

Se pasó la mañana corriendo por aquí y por allá, dejándome boquiabierta por la velocidad que cogía. A media mañana se acercó a la mesa donde reposaba la botella de chinchón, llenó una copa y al ir a beber, vomitó. Lo intentó de nuevo y vomitó otra vez. Siguió intentándolo con idéntico resultado. - ¡¿Qué me pasa!?" - gritaba desconcertada. Finalmente se dio por vencida, fue a la cocina y se tomó un vaso lleno de agua

Yo estába atónita. - "¡Humm... que rica!" (exclamó) - Llamé al hijo de Andresito, el Médico - ¡Corre que tu madrastra se muere! - Mientras llegaba, quise encerrarla pero no pude cogerla - ¡¡¡ABUELA, VEN AQUI!!! - Cuando le abrí la puerta al Médico, salió corriendo escaleras abajo y a pesar de que le echamos un galgo, no dimos con ella.

domingo, 14 de agosto de 2016

El día después.

Estoy que no estoy... aaaaaaaaayyyyyyyyyyy. Me duelen hasta las pestañas. Tengo los pies tan hinchados que parecen globos. Las piernas no son mías porque les digo que caminen y me contestan "¡que lo haga tu madre!" ... ¿48 kilómetros hasta el Monasterio de Lluc? ¿No serán 248? Y cuando ya no puedes más ¡cuesta arriba por la montaña! aaayyyyyy.

Ahora ando como si acabara de bajarme de un caballo. Y asi he llegado, pasito a pasito, hasta el teléfono - "¡La última en llegar, como siempre! Que vergüenza. ¿No habrás dicho a nadie que eres mi nieta, verdad? Piensa que ahora que soy rica, tengo una reputación que cuidar" - La abuela estaba fuera de sí. - "¡Mira la tele y aprende, boba de Coria! Unas chicas delgaditas y muy poquita cosa, corren que se las pelan en los Juegos Olímpicos. ¡Y cuando acaban de hacer un montón de kilómetros a toda pastilla, aún tienen fuerzas para correr otro poco más saludando y sonriendo a la gente!" - Vale, abuela. - Y colgué.

A media tarde se ha presentado en casa. Yo tenía los pies metidos en un barreño con agua y sal. - "¿Aún estás así? tendrás que entrenar fuerte porque pienso apuntarte a las próximas Olimpiadas?" - La miré como si fuera un marciano diciéndome incongruencias. - "Harás carreras de velocidad. En un santiamén están en la meta" - Abuela, esta gente no es de éste mundo. - "Tu tampoco... Mírate ¡Que penita das!"

Se había puesto una peluca verde a lo garçon, pantalón blanco muy ceñido, jersey de dos tallas menos que le marcaba todo lo marcable; labios, uñas y estilettos, verdes. - ¿De qué vas vestida? - "De seguidora del Betis. Se ha muerto Pepe el bético y vamos al funeral" - No sé si el cura te dejará entrar en la iglesia... - "Luego iremos a El Funeral" - Te repites como el ajo. - Antes de acabar la frase me llegó el pescozón made in abuela.

Salió de casa con el termo de los chinos, forrado con los colores del Betis, colgado del cuello - ¡No te lleves a Pascualita! - "Le encantan éstos saraos" - ¿Los funerales?...

Mientras la abuela entraba en el rolls royce, yo le gritaba consejos desde el balcón: - ¡No la metas en la pila del agua bendita, que es dulce! ¡Que no beba mucho! ¡No la piséis! ¡No volváis tarde que tiene que dormir sus horas! ¡¡¡Cuidado con Paquito el chocolatero, que saltará a los escotes!!!... ¡PAM! - Se cerró la puerta y el coche salió lanzado. Antes de entrar en casa eché un vistazo a la calle: unas vecinas discutían con Bedulio, que hacía la ronda, y me señalaban. El negaba con la cabeza, una y otra vez... Acerté a oír. - No sé dónde le han dado el uniforme a éste... les tiene miedo. - No me extraña. Mira, por allí viene la Cotilla: tres patas para un banco y quedó cojo ¡Lagarto, lagarto!

sábado, 13 de agosto de 2016

Des Güell a Lluc a peu.

- Sonó el teléfono. - ¿Hummm... zzzzzzzzzzzzz? - "¿Nena?... ¿Eres tú quién muge o es La vaca que ríe?... ¡Nenaaaaaaaaaaaaa!" - ¿Hummmm... Qué... quién... ? - "¿Quién más te llama a éstas horas? ¡Espabila que tenemos que hablar! ¿Has visto las estrellas fugaces?... ¡¿Las has visto?!... Andresito, esta nieta mía no es normal. Le habrá picado una mosca tsé tsé porque mira la hora que es y duerme como un tronco. Estoy preocupada... ¡¡¡NENAAAAAAAAAAAAAAAAA!!!" - ¿Abue... la? Oh, nooooo ¡son las cuatro de la madrugada! - "Por eso te llamo, para que veas las Lágrimas de San Lorenzo?" - ¿Y para qué quiero ver un tío llorando? ¡Lo que quiero es DORMIIIIIIIR

Media hora después fui zarandeada sin ningún miramiento. - "Vamos, no podemos perder ni un minuto ¡Ponte las deportivas, una camiseta y pantalón corto. Hay que entrenar para ésta noche!" - Ahora es ésta noche, abuela. - La noche de mañana, boba de Coria ¡Vamos, que Geooorge nos espera abajo!

Sin saber qué hacía ni a cuento de qué venía tanto trajín, hice lo que me dijo como si fuera un autómata. Me fijé que, al salir de casa, se había colgado del cuello el termo de los chinos y que éste se movía frenéticamente. Pensé que a Pascualita tampoco le había sentado bien el madrugón.

Al llegar al rolls royce, la abuela entró y me cerró la puerta en las narices. No entendía nada. - ¿No voy contigo? - "No. Vienes detrás corriendo" - El coche arrancó y yo me quedé viendo como se alejaba... después inició la marcha atrás mientras la abuela, asomada a la ventanilla, vociferaba: - "¡Corre, jodía, corre que tienes que entrenarte!" - Algunas luces del vecindario se encendieron y se oyeron voces airadas mientras yo iniciaba un trotecillo tras el rolls.

Pensé que a la abuela se le había ido la olla y que lo mejor era seguirle la corriente para que se cansara pronto y yo pudiera irme a dormir. Pero me equivoqué. Geooorge tenía órdenes de recorrer toda Palma conmigo a la zaga hasta que arrastrara la lengua por los suelos. - Por tu padre, inglés ¡¡¡stop, stop, stooooooooop!!! - No me hizo ningún caso ya que quién paga manda y esa no era yo.

Al llegar a un semáforo se paró y aproveché para colarme en el coche. Los ronquidos de la abuela sonaban en estéreo - ¡Abuela! ¿estás dormida? - Chissssst - dijo el inglés (en inglés, claro) - no molestar a madame. - ¡¡¡Encima!!!

A mediodía se despertó la bella durmiente. - "¿Qué tal ha ido el entreno?" - Estoy reventada por tu culpa. - Con una sonrisa de oreja a oreja, me dio un dorsal. - "Te he apuntado a la caminata de ésta noche, Des Güell a Lluc a peu. A la once salen." - Pero son más de cuarenta kilómetros... ¡no quiero ir! - "¿Quiéres la Torre del Paseo Marítimo?... ¿sí? Pues andando, que es gerundio."

viernes, 12 de agosto de 2016

La nacionalidad de Pascualita.

- "Nena, quiero que Pascualita sea ciudadana española" - Como ya es costumbre en ella, la abuela me llamó a las tantas de la madrugada para decirme ésta perogrullada. - Vaaaaaaaaaaale... zzzzzzzzzzzz -
"¡No me gusta que me den la razón como a los locos" - Lo que tú digaaaaaaaass... zzzzzzzzzzzzzz - "¿Te habla tu antepasada más cercana y lo único que se te ocurre es dormirte? ¡¡¡Ponte de pie inmediatamente!!!" - Estuve a punto de matarme cuando abrí los ojos legañosos y creí que levitaba porque vi el suelo muy abajo. Entonces grité y desperté al vecindario: - ¡¡¡DEJAME EN PAZ, ABUELAAAAAAAAAAAAAAAAA!!!

Cuando, más tarde, salí a por el periódico fui la comidilla del barrio. - ¡Tan mayor y tan gamberra! ¡Vergüenza debería darle! - ¡Si la tuviera!

Agaché la cabeza para pasar lo más desapercibida posible pero, al llegar a la panadería, me esperaba la plana mayor del cotilleo encabezado por... ¡la Cotilla! que se encargaba de echar leña al fuego. - Su abuela yo no sabe qué hacer con ella... Es un sufrimiento contínuo lo que le da la nieta...

Mientras Pascualita saltaba en su taza de cola cao yo tenía un nudo en el estómago que no me dejaba comer. - ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaa! Quiero un café con leche, nena. - ¡Y yo un ruiseñor con las patas verdes! - ¿Ah, sí? que rara eres...

Cuando me iba a tirar a degüello contra la Cotilla llegó la abuela. Venía de punta en blanco: minifalda roja con volantes, taconazo, pestañas larguíííííísimas, blusa escotadísima con lentejuelas y pelo alborotado y salpicado de purpurina verdeazulada. Fue toda una aparición. - "¿Ya está lista quien tu sabes?"  (me preguntó) - No. Pero lo estará en un momento porque ¡¡¡la voy a rajar y me tricotaré un jersey con sus intestinos!!! - "¿De qué guarrada estás hablando, boba de Coria?" - ¡De la bruja de la Cotilla!

Al verme con un cuchillo jamonero en la mano, la vecina salió corriendo escaleras abajo excusándose porque llegaba tarde a un trapicheo.

La abuela metió a Pascualita en el termo de los chinos, no sin antes haberle dado un repaso al pelo-alga, lavarle la cara y rociarla de perfume... Luego tuvo que hacerle el boca a boca porque el bicho se asfixiaba.

Antes de salir dijo que, al volver, celebraríamos la nueva nacionalidad de Pascualita: la primer sirena española de la Historia.

Unas horas después llegó echa una furia y gritándole a Andresito a través del móvil - ¡Mueve tus hilos políticos, calzonazos! ¡¿Te puedes creer que no ha pasado la prueba de españolidad porque no conocía la frase: EN CASA DEL HERRERO, CUCHILLO DE PALO?! ¡¡¡¿Es que estamos tontos!!! Arréglalo como sea pero mi amiga tiene que ser española ¡YA!"

Unos chinchones on the rocks más tarde, la abuela se había calmado un poco. Dijo que contestó todas las preguntas como si ella fuese Pascualita pero, al llegar a ésta puñetera frase, se equivocó y en lugar de cuchara de palo dijo DE MADERA. - "¡Ya ves tú. Como si no fuera lo mismo!... Dáme otro chinchón que empiezo a cabrearme otra vez"

jueves, 11 de agosto de 2016

Facebook.

- "Nena, Andresito está enfermo" - ¿Qué le has hecho, abuela? - "¿A qué viene ésta pregunta insolente?" - Vale, rectifico ¿qué le pasa? - "Se ha llevado un disgusto de muerte porque, dice, que salgo desnuda en el facebook" - ¡Ostras! ¿Cómo te has atrevido a hacer algo así? - "No ha sido cosa mía. Por lo visto el día que la ola me tiró y perdí el bikini, alguien me hizo una foto que ahora circula por la Red" - No la he visto. - Andresito tampoco, pero algunos amigos suyos, si y se lo han contado. - Que mala baba tienen éstos amigos. - "Pues sí. Podrían habérmela enviado para ver qué tal salgo."

- ¡Avemariapurísimaaaaaaa! ¿Y esa cara de funeral, boba de Coria? - Han estado a punto de matar al abuelito. - ¡Que me dices! ¿Sin haberme puesto en su testamento? - La abuela sale desnuda en el facebook. - ¡Jopé! Con lo carca que es éste hombre cuando quiere, no me extraña... ¿La desheredará? - Cotilla, la abuela no tiene ninguna culpa. Es una foto robada. - Ahora lo entiendo. No le han pagado ni un euro por la exhibición... Pues sí que es un buen disgusto.

La abuela vino a casa y nos pasamos la mañana pegadas al ordenador. Nos hinchamos de ver perritos, gatitos, caballos, cerdos, frases y más frases rimbombantes pero la abuela no salía por ningún sitio. - Os habrán gastado una broma pesada (dije) - "¡Para ésta imagen!"

En la pantalla se veía una especie de croqueta rebozada por una gran ola y litros de espuma. Y entre toda ésta amalgama aparecía un diminuto trozo de tela, igual que el bikini de crochet que perdió la abuela aquel día. Y la uña del dedo gordo de un pie pintada de rojo. - ¿Eres tú, abuela? - "¡No te quepa la menor duda!" - ¿Por qué dicen que estás desnuda? - "¡Mira aquí! ¿Ves este punto oscuro entre la espuma? - ¿Esto... que parece... una pasa...? - "¡Es mi pezón!... ¿Cómo qué una pasa?"

No me salvé del pescozón. Aún tengo la cabeza dolorida.

Hice una copia de la foto para que la viera el abuelito y se tranquilizara. Allí no se veía nada que pudiera escandalizarle.

Por la tarde me llamó la abuela cuando estaba en lo mejor de la siesta. - "Hemos ingresado a Andresito. Le ha dado un infarto" - Pobrecillo ¿por qué? - "¿Te puedes creer que, después de mirar un rato la foto, ha sido incapáz de reconocer mi pezón?" - ¿Le has montado un escándalo por eso? - "Peor. He puesto en el facebook una foto suya como su madre lo trajo al mundo jajajajajaja" - ¡¡¡Abuela!!!




miércoles, 10 de agosto de 2016

Los cruceristas.

Una voz, alegre y cristalina, traspasó mis oídos a media mañana: - ¡Avemariapuríííííísimaaaaa! - ¿Cotilla... Es usted? ¿Está enferma o ya le ha dado un tiento al chinchón? - No, boba de Coria. ¡Estoy feliz como una perdíz! - Vaya, ni que le hubiese tocado la Primitiva. - Algo parecido.

La abuela entró como un elefante en una cacharrería y con una cara larga que le llegaba al suelo - "Al final tendré que coger yo las riendas de la Comunidad Balear ¡Esto no hay quién lo aguante!" - ¿Y a tí qué te ha pasado? - "No se puede andar por las calles sin tropezar, contínuamente, con los cruceristas. Habrá que buscar un remedio porque me niego a morir de éxito"

Sentadas en la salita, con Pascualita en plan broche en el vestido de la abuela " porque tiene que aprender a resolver los problemas cuidadanos cuando vuelva a su hábitat" (me dijo por lo bajini) - En las profundidades del mar no hay ciudades (le susurré) - "¡Ya salió, Calixta la lista!

Mientras ambas amigas se calmaban saboreando unos chinchones on the rocks, fueron contando sus cuitas. - "Están los muelles saturados de cruceros ¡ocho he contado hoy! Para remate, no hace sol y ésta gente en seguida se asusta y en lugar de marcharse a las playas, se queda en la ciudad ¡Y son miles de personas vagando de un sitio a otro, atestando calles, aceras, plazas ¿Y por dónde pasamos nosotros, los sufridos isleños? ¡Por ningún sitio! No sabes lo que nos ha costado llegar hasta aquí. Hasta Geooorge se ha puesto nervioso ¡y eso que es inglés!"

- Es una bendición tener tanto turista entrando y saliendo de las tiendas, llenando autobuses urbanos, llenando el metro, las terrazas de bares y cafeterías. Es un chorro de dinero que entra en la ciudad. - "¡¿Pero qué dices? Cafés, aguas y coca colas es lo que toman. Entran y salen de las tiendas con las manos vacías después de mucho mirar" - ¡Exagerada! sí que compran, beben y comen... - Mientras os ponéis de acuerdo me serviré otro chinchón (dije)

La discusión de los pros y contras de las visitas de cruceristas a nuestra ciudad duró bastante tiempo hasta que la Cotilla se acercó al altar de los Amigos de lo Ajeno y encendió un montón de velas. La ventana estaba abierta y las cortinas volaban muy cerca de las llamas, así que, con ayuda de un sifón, las apagué en un santiamén. - ¡Nooooooo! Son para que mi gurú, Luis Bárcenas, me siga ayudando a llegar a fin de mes. - No me diga que también a usted le da sobres. - No, pero me anima a seguir mi carrera. - ¿La Vuelta a España? - Déjate de coñas marineras. La de lucrarme con el dinero de los demás. - ¡¡¡ESO ES ROBAR!!! - ¿Es necesario ponerle nombre a todo? ¡Que cruz tenemos contigo! (se quejó la Cotilla)

Poco a poco se acalraron las posiciones de cada una: la abuela quería ser Presidenta de la Comunidad para regular el tráfico de turistas en las islas. Y la Cotilla le anunció, muy solemnemente, que no pensaba votarla para que hiciera tamaña barbaridad. - Los cruceristas son una mina de oro para mi. Van despistados y gracias a ellos puedo llegar, tranquilamente, a fin de mes. - ¿Afanando carteras? - Y también bolsos. - ¡Que desfachatéz, Cotilla! - Eso mismo digo yo de tu abuela ¡Quiere quitarme mi medio de vida! - ¿Entonces ya no volverá a pegarme la gorra nunca más? (me sentí esperanzada) - No. Las buenas costumbres no deben perderse. ¿Qué comeremos hoy? - Ya me extrañaba a mi.

martes, 9 de agosto de 2016

Espíritu olímpico.

Las Olimpiadas han invadido mi casa. Todas las mañanas tengo a las "deportistas" desayunando frente al televisor de la salita. Más tarde, Cuando la cotilla se ha ido a sus trapicheos y la Momia duerme a pierna suelta (los siglos no perdonan), la abuela entrena a Pascualita: - "Por si, cuando vuelva a su hábitat, quiere montar unas Olimpiadas y participar en ellas. ¡Tendrá que ganar medallas de oro a porrillo ya que las organiza!"

Hoy ha traído un cangrejo al que le ha atado un cordel y un peso. Pascualita ha emergido de las profundidades del acuario psicodélico para verlo. Sin perder tiempo, la abuela lo ha echado al agua y ha caído a plomo hasta la arena del fondo. La sirena se ha zambullido detrás y la ha tenido subiendo y bajando más de una hora porque, cada vez que la fiera corrupia estaba a punto de cogerlo, la abuela tiraba o soltaba la cuerda para que no lo consiguiera.

Tengo que reconocer que Pascualita ha engordado de nuevo. La culpa es de la Cotilla porque no para de traer dulces y golosinas del contenedor del Supermercado y la sirena, en cuanto se queda sola en la cocina, se atraca de todo lo que encuentra a mano. El otro día estuve a punto de pisarla cuando entré en la despensa. Se arrastraba por el suelo en busca de algo que llevarse a la boca.

Así que la sirena, medio ahogada, acaba con un cabreo encima que resulta peligroso para nuestra integridad. Pero a la abuela, cuando se le mete algo entre ceja y ceja, no hay quién la pare. Y ahora quiere hacer de Pascualita una sirena olímpica.

Cuando ha pasado la hora de ejercicio, la deja descansar y suelta al pobre esparring, en éste caso el cangrejo que ha corrido a esconderse dentro del barco hundido y se ha tapado con las algas del fondo. Le he dicho que no me parece sano tanto ejercicio de golpe. Pascualita queda para el arrastre y cuando se repone, come doble. Dentro de poco no entrará en el termo de los chinos.

El espíritu olímpico nos saca de casa. Vamos a la playa a poner en práctica lo aprendido en la tele. Y nadamos como patos mareados aunque creamos hacerlo mejor que los atletas. Sin ir más lejos ayer la abuela quedó varada en la orilla de la playa y fue atacada por un cormoran en busca de comida.

Ella no sabía qué le pasaba. Había nadado de espaldas, con las gafas empañadas. No veía nada y se desorientó.

Con el culo sobre la arena, aguantando el oleaje e intentando levantarse moviendo piernas y brazos como una cucaracha vuelta del revés, se sorprendió al recibir un aplauso y las risas de los bañistas. Cuando consiguió levantarse, saludó como una vedette. En realidad solo le faltaban las plumas de marabú. El escueto bikini floreado, adornado con lentejuelas, que dejaba poco a la imaginación, eran tres triángulitos. La abuela estaba en su salsa y para demostrar lo buena nadadora que era, volvió a entrar en el agua en el momento en que una gran ola, provocada por la llegada masiva de trasatlánticos al puerto de Palma, la tiró, zarandeó, sumergió, sacó a flote y lanzó de nuevo a la orilla... solo que ésta vez, el escueto bikini no apareció por ningún lado.

lunes, 8 de agosto de 2016

Los Juegos Olímpicos.

De buena mañana he tenido visita: la Momia, la abuela y la Cotilla. Yo aún llevaba las legañas pegadas cuando han entrado en tropel en la salita, han puesto la tele y me han despertado pidiéndome cafés con leche para desayunar.

A principio me asusté pensando que Atila y los hunos habían vuelto a la vida e invadido mi casa, macetas incluidas, en las que no volvería a crecer la hierba. - ¿Quién es ese tal Atila? ¿Un ligue nuevo? (preguntó la Cotilla mientras no paraba de sacudirme de acá para allá) - ¡¿Qué hace?! - Queremos desayunar. -

Si pensaban que iba a levantarme para hacerles de criada, iban listas. Pero la pesada de la Cotilla no paró de marearme hasta que abrí los ojos y me encaré con ella. - ¡¿No sabe dónde está la cocina?! - (le grité) - He traído croasanes del contenedor del supermercado, así que el café con leche lo pones tú. Y date prisa o la Momia se desmayará porque tiene azúcar y necesita comer.

Esto me intrigó: ¿Qué hacía mi bisabuelastra en mi casa, a estas horas brujas del amanecer y sin desayunar? - Hemos venido a ver las Olimpiadas. - Pero si la tele de la Torre del Paseo Marítimo es más grande y más buena que la mía. - Pero allí molestaríamos a Andresito y ni tu abuela, ni tu bisabuelastra, quieren hacerlo. - ¡¡¡¿Y A MI, SI?!!! - Sí.

Como búhos con los ojos de par en par, las viejas no los apartaban de la pantalla. - ¿Os ha venido de repente este fanatísmo por los Juegos Olímpicos? (pregunté enfadada, mientras desayunábamos en la salita) - "Desde que se hacen en Río de Janeiro" - Yo he cambiado los cubanitos culito-respingones por brasileiros culito-respingones. Y todo lo hacemos a ritmo de samba (especificó la Momia, encantada) - "¡Aaaayyyyyyyy, que guapos son! Pero como eres tan sosa no te habrás dado cuenta de ello" (la abuela, siempre tirando a dar) - No te metas con la chica (¡la Cotilla salió en mi defensa! No me lo podía creer) - Tiene un pretendiente extranjero. Se llama Atila. - ¿De dónde es, nena? Debí conocer a un chico en mi larga vida, que se llamaba así porque me suena (la Momia hacía memoria)

- Claro que te suena. Del cine. - ¿Del mudo?... - "¿Te has echado un novio actor?" - No... - "¡Por fin te juntas con alguien interesante y con dinerito en la cartera!" - Que no es eso... - "¡Callaros que salen los nadadores! ¡Dios bendito! ¿Qué comen estos niños?"

Pascualita estaba fuera de sí. Todavía no había desayunado y daba saltos mortales en el acuario. Tuve que ir a atenderla y cuando me dejó la cocina salpicada de cola cao, volvió a sacar los dientes de tiburón y tuve que llevarla a la salita, en plan broche, que la abuela se colocó en la solapa distraídamente. La sirena disfruta de estar con gente aunque nadie, salvo la abuela y yo, reparemos en ella. Pero en cuanto fijó la vista en la pantalla del televisor se puso frenética. Las tomas desde abajo de los nadadores en plena carrera, le trajeron recuerdos de un pasado lejano y lanzó dentelladas a diestro y siniestro. ¡El bicho, como las antiguas sirenas, quería comer hombres caídos al agua atraídos por sus cantos! La abuela la tapó con un trapo de cocina y pudo seguir admirando cuerpos atléticos tranquilamente.

sábado, 6 de agosto de 2016

La penitencia.

Por lo visto ha habido movida en la Torre del Paseo Marítimo y los abuelitos andan mosqueados entre sí. Mientras el temporal no me salpique a mi, allá ellos... Eso pensé al enterarme pero ¡ya me ha salpicado! porque los dos me han llamado para que les deje venir a dormir a casa.

Menudo dilema ¿no?... Pues no. Para algo tiene que valerme ir a la compra y guardar cola. Se despacha por riguroso orden de llegada a la tienda. Y quién primero llamó fue la abuela. Así que me toca cargar con ella. Al abuelito no le ha hecho ninguna gracia. Me ha dicho que él, ni la ha visto ni escuchado, cuando ha llamado por teléfono. - Estarías en el baño, abuelito, o tal vez ha ordenado a Geoooorge que me llamara él. - ¡¡¡Traidor!!! - El grito me llegó con claridad. - No se lo tengas en cuenta. Piensa que es un asalariado. - ¡Y mi mano derecha! - Fíate tú de las manos derechas. A cuantos incrédulos han mandado al patíbulo. - Me ha dicho que me calle... Será que llevo razón.

En cuanto ha venido la abuela ha querido ir al mercado, con el monedero, el carrito de la compra ¡y el termo de los chinos! - ¡No, no y no! Me opongo a que llevemos a Pascualita. - "No te tires faroles que  la llevo yo. Tu harás de mula de carga" - Y sin atender a razones, ha salido por la puerta como Cleopatra VII después de discutir con Marco Antonio.

Dimos unas cuantas vueltas entre los puestos de verduras y frutas, después nos entretuvimos regateando con las gitanas que venden ropa. Pasamos por la carnicería. Allí el termo de los chinos empezó a moverse. - "Esta quiere salir" - ¡Ni hablar, abuela! - "Ya lo sé, boba de Coria... Abriré un poco más el tapón." - ¡NO! - "Si no pasa nada... " - Pero pasó en cuanto entramos en la pescadería.

Puede que Pascualita haya aprendido a desenroscar el tapón desde dentro. El caso es que la vi saltar sobre el primer mostrador de pescado al que nos arrimamos. Parecía una Furia, con la dentadura de tiburón hacia afuera, dispuesta a morder todo lo que se le pusiera a tiro. ¡Y vaya si mordió!

Menudo destrozo hizo. Y lo peor era que no podía alcanzarla. Patinaba sobre los peces, el hielo, el agua y mordía, mordía y mordía. De un salto me subí a los mostradores de piedra persiguiendo a aquel engendro del demonio hasta que uno de los pescateros cogió un enorme cuchillo, afiladísimo, y ¡ZAS! lo clavó entre la sirena y mis pies.

Salté por encima, le pegué una patada a Pascualita que salió volando para aterrizar en... nuestro carrito de la compra.

La que se lío en el mercado fue parda. Los pescateros, ellos y ellas, vinieron a por mi ,que corría como alma que lleva el diablo. Conseguí salir del edificio y esconderme entre montones de cajas de fruta que había en un rincón. Desde allí vi a la abuela que se iba tan pancha al bar de la esquina a tomar algo en lugar de preocuparse por mi.

Más tarde, aprovechando el gentío que iba y venía, pude irme a casa. - "Toma (me dijo la abuela) te he guardado un azucarillo que me han puesto de más con el café"

Después llamó el abuelito. - ¿Tu abuela ya ha rezado el rosario? - Le pasé inmediatamente el teléfono a ella - Es tu marido. Creo que está borracho.

Luego me contó que el exsorcista le he había puesto la penitencia de rezar no sé cuantos rosarios porque estaba convencido de que era la demonia principal - "También ha dicho que, ni loco, volverá a pisar tu casa. Ya te dije que no la tienes muy límpia" - ¿Crees que se refería a esto? - "¿A qué si no?... ¡Ah! ¿a cosas sobrenaturales? jajajajajajaja Está apañado el pobre"

viernes, 5 de agosto de 2016

El Exsorcista.

El personaje que se presentó en casa era para echarle de comer aparte. Ya cuando sonó el timbrazo se me puso la piel de gallina. Me había imaginado a un hombre alto, delgado, con cara patibularia y mirada profunda. Manos huesudas y fuertes para repeler al Maligno... Esa es otra. ¿Aparecería el Maligno en mi casa? A ver si jugando con fuego, nos íbamos a quemar.

Al abrir la puerta abrí también la boca y los ojos, asombrada. Un hombre guapísimo, con camisa suelta y abierta, me tendía una mano de uñas cuidadas que daba gusto verlas. Su sonrisa encantadora me desarmó y desde ese preciso instante babeé. ¡Hombres como éste solo salen en las películas y los anuncios caros! Llevaba una maleta de Louis Viton ¡Virgen del Amor Hermoso, que culo más atractivo! - (pensé al verle de espaldas)

La abuela y la Cotilla también cayeron bajo su hechizo. Era la simpatía personificada. - ¿Quién va a contarme lo que pasó? - Las tres levantamos la mano a la vez y empezamos a hablar atropelladamente.

Se dio luego un paseíto hasta el comedor y sacó un crucifijo y una botella de agua bendita. Delante del acuario dijo unas oraciones que repitió y repitió como un mantra, cada vez más cabreado o eso me pareció. - Va a despertar a Pascualita (susurré al oído de la abuela) - "Habrá que distraerlo... Perdone ¿quiére una copita de chinchóóóón...?" - El guaperas siguió a lo suyo sin parar de gritar. La abuela se le acercó y le tocó en el hombro. El hombre dio un respingo que por poco se sube a la lámpara - ¡La madre que la parió!

- "¡Oiga, un respeto, joven!" - ¡Es que ya casi lo tenía!. - "¿A quién?" - ¡Al Maligno! - Pues déjelo donde está que no quiero verlo por mi casa. - ¡Tengo que echarlo! - Si no viene, no. - ¡Tiene que irse! (insistía) - ¡Pero si no ha venido!

Entonces apareció la Cotilla con velones encendidos. - Mire, le traigo una ayudita y mientras nos tomamos unos chinchones on the rock, se los coloco donde usted me diga. - ¡Dios mio! (el pobre palideció) ¿Quienes son ustedes? - Y sin esperar respuesta nos duchó con el agua bendita. - "¡Pero... ¿está bien de la cabeza?" - ¡Me está dejando el suelo perdido, hombre! (le grité enfadada)

La Cotilla volvió con la bebida - Tome, que le vendrá bien para lubricar la garganta porque tanto grito no puede ser bueno. - El Exorcista levantó en alto el crucifijo y la botella de agua bendita, amenazándonos. - ¡¡¡VADE RETRO, SATANAS!!! - Abuela, creo que nos toma por demonias... ¡que risa! jajajajajajajaja

Nos dió la risa floja y ya no pudimos parar. El hombre estaba fuera de si y se bebió los cuatro vasos que había sobre la mesa. Y cuando el interior de su cabeza giraba como una peonza, a Pascualita le pudo más la curiosidad que la prudencia y subió a la superficie atraída por los gritos. El chinchón que había en el agua le había hecho efecto y aunque se la veía somnolienta, aún tuvo fuerza para hacer varios saltos mortales de atrás adelante y viceversa, encarpados y tirabuzones hasta que medio acuario rebosó porel suelo del comedor.

Bizco perdido estaba el Exorcista viendo un bicho raro (infernal pensó él) saltando en plan poseído y atacó con el agua bendita que quedaba en la botella . A Pascualita se supo a perro muerto y contraatacó escupiéndole en los ojos un buchito de agua envenenada.

El hombre durmió toda la noche de un tirón y parte de la mañana siguiente. Cuando se fue no recordaba que hacía en mi casa. Le dijimos que había cogido una borrachera como un piano y se metió en mi piso sin que pudiésemos hacer nada por impedirlo. Avergonzado, quiso pagar los desperfectos, si los hubiera. - "¡Claro que los hay!" - y le enseñó unas manchas de humedad que había en el cuarto de baño. - ¿Eso lo he hecho yo? (parecía dudar) - "¡Sí, señor. No ha dejado de mear, toda la noche, en esta pared"

jueves, 4 de agosto de 2016

Cartas oficiales.

El cartero ha traído unas cartas que me han alterado. Todas oficiales. Primero me he puesto firmes, después he transpirado tanto (por el susto) que he acabado más mojada que Pascualita en el acuario. Estaba tan nerviosa que no he visto que las cartas venían a nombre de la abuela. Este descubrimiento me ha quitado varios pesos de encima. Y para que el relajamiento fuera total, me he tomado dos chinchones on the rocks.

La he llamado para darle la noticia: - "Tiralas a la basura" - ¡No puedo hacerlo! La correspondencia es sagrada y podría buscarme un buen lío con las autoridades. - "Pues guardalas como recuerdo en un cajón del cantarano" - Te dan miedo ¿verdad? - "¿A quién? ¿a mííííííííí´? ¡Ja, ja y ja!" - ¡Pues entonces ven a buscarlas, o manda a Geoooorge a recogerlas!

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaa! ¡Cartas oficiales! ¿En qué lío te has metido, boba de Coria? - Pregúntele a mi abuela, Cotilla. - Le pasé el teléfono. - Te codeas con la crem de la crem, amiga. El Obispado y la Policía jejejejejeje Ya me explicarás. Por cierto, te he puesto una denuncia por no tener controlado al fantasma de tu primer marido ¡Menudo susto me dio el otro día!

Finalmente, la abuela accedió a venir a casa a regañadientes. - Me pareció que el concierto de pitos era  más foribundo que nunca, tal vez contribuyó la mala baba que rezumaba ella. - "¡Saca el chinchón y acabemos de una vez!" - Bebed con moderación que me sale a botella por visita y no está mi economía para tirar cohetes. - "¡Búscate un novio con la cartera abultada y ríete de la crisis, pardilla! Trae las cartas"

- Abre primero la del Obispado. Tal vez te invite el obispo a tomar el té (dijo, entusiasmada, la Cotilla) Vendré contigo para conocerle y ofrecerle una caja de bombones preciosa, que encontré en el contenedor de un super de barrio rico. - Estarán caducados ¿Quiére matar al Obispo? - Si yo los como, puede comerlos él (se enfadó) - Usted tiene el estómago enladrillado, él no. - Entonces llevaré magdalenas. Solo hace una semana que caducaron... ¿qué miras? ¿Tengo yo la culpa de que estén caducadas?

La abuela cortó la discusión. - "Aquí dice que nos visitará el Exorcista oficial" - ¿Para qué, abuela? - "Para hacer un exorcismo, lógicamente" - ¿En mi casa? ¡¡¡NI HABLAR!!! - No te pongas chula. Lo recomienda la Policía Municipal después de ver cómo llegó Bedulio al cuartel el otro día. ¡Y no es la primera vez! (enfatizan) Ahora está ingresado en una Casa de Reposo, con camisa de fuerza incluída. - ¡Que listo Bedulio! Encima tiene vacaciones pagadas (la envidia corroe a la Cotilla)

- ¿Dice la carta cuándo vendrá el Exorcista, abuela? - "Dentro de un rato. ¡Rápido, vamos a brindar para que no ocurra NADA RARO mientras esté aquí!" - Cogí la botella y eché un buen chorreón en el acuario psicodélico para que Pascualita durmiera un buen rato. La Cotilla, horrorizada, gritó - ¡¡¡DILE ALGO A TU NIETA QUE NOS DEJA SIN CHINCHÓN!!!


miércoles, 3 de agosto de 2016

El picador de playa.

La abuela me ha llamado para que vaya preparando café y chinchón para la reunión, importantísima (según ella) que tendrá con la Cotilla. - ¡Ya ves tú que personaje! (dije, despectiva) - "Pues anda que tú" (me contestó y se quedó tan ancha)

Me pasé media hora intentando saber de qué iban a tratar. Y al final me dijo: - "Vamos a facilitar a Rajoy que forme gobierno" - Quedé pasmada. - ¿En serio? - "Como te lo digo, boba de Coria" - Pero... vosotras no sois políticas... - "¿Cómo que no? somos El Pueblo Soberano y ya estamos hasta las narices del paripé que se traen entre todos" - Visto así... ¿qué le vais a proponer al Presidente en funciones? - " Que se arreglen en dos semanas y formen Gobierno (y somos indulgentes con el tiempo) o se van a la puta calle y que vengan otros más capaces.  Además, durante este tiempo NO COBRARÁN NI UN EURO. Ya está bien de inútiles chupando de la teta del Estado. La pobre vaca está más seca que un pantano en verano." - ¡¡¡Bien dicho, abuela. Me sumo a vuestro razonamiento!!!

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaa! ¿De qué va la reunión? he venido por el chinchón pero, en cuanto acabemos la botella, me voy que tengo muchos chanchullos entre manos. - "Te he encontrado el hombre ideal, Cotilla" - Intervine en la conversación - ¿Rajoy? ... Aunque ella se lo merece y peor aún, no los veo como pareja, abuela.

Me ignoraron totalmente. - "Lo veo todos los días cuando voy a la playa. Parece un antiguo picador que, en los años sesenta del siglo pasado, debió hacer furor entre las suecas. Con sus sombrero borsalino y el andar canalla. Se exhibe con elegancia un punto chulesca. Cierto que tiene una barriga prominente pero no por eso deja de lucirse ante las mujeres que toman el sol en la arena y lo miran arrobadas. Sobre todo cuando, en un atrevidísimo gesto de hombre acostumbrado a deslumbrar, arremanga su escueto ¿bañador? ¿braga? ¿slip? para lucir con garbo ese punto de su anatomía que está, entre el final de la espalda y el principio "del aparcamiento de bicicletas"

- ¡Me estás poniendo a cien! - "¡Lo sabía, Cotilla! Esta mañana me he cruzado con él en el semáforo de la playa y he podido fijarme mejor. La camisa abierta mostraba su pecho-lobo pero lo que más me ha impactado, han sido esos dos dientes de conejo que sobresalen de los labios y lo hacen irresistible ¡Cotilla, tienes que verlo!"

- ¡Ay, sí pero... ¿no es un poco joven para mi? - ¡Mejor! Mira la Momia, se tiró los complejo de la edad a la espalda y nunca faltan a su lado culitos-respingones. - ¡Buscaré mi bañador y mañana me vengo contigo! - "¿Bañador? ¡De eso nada! Te dejaré mi bikini hecho de crochet. Le vas a impactar" 

La botella de chinchón llegaba a su fin y todavía no habían comentado ni una palabra de lo del Gobierno y se lo recordé. Las dos me miraron como si fuera una aparición. Luego, mientras sus ojillos bizqueaban, les dio un ataque de risa, a pesar de lo cual la abuela consiguió decir - "¡Qué... ¡hip!... cruz tengo... ¡hip! ... contigo, alma... ¡hip! ... cándida... ¡hip!"

martes, 2 de agosto de 2016

Bedulio recae.

He dejado de ver la tele para centrarme en el rodaballo. Me paso horas mirando fijamente la arena del fondo del acuario. La Cotilla, cuando ha venido ésta mañana, me ha encontrado así. - ¿Te ha dado un aire, boba de Coria? (dice que me ha dicho pero no le he contestado porque no me he enterado)

Estoy pasmada porque el bicho no sale... por lo menos yo no lo he visto y eso que no aparto la mirada... claro que, de vez en cuando, parpadeo ¡Va a ser eso!  Por eso ahora estoy algo incómoda porque me he apuntalado los párpados con palillos para que no se me cierren. Estoy dispuesta a todo con tal de que no se lo coma Pascualita y cuando crezca (dice la abuela que crecen. Ella, como es rica y los ha probado, lo sabe) me lo comeré yo.

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaa! - La abuela y la Cotilla entraron juntas en el comedor. La vecina llevaba la voz cantante. - ¡Mírala! cada vez está peor ¿qué mirará si aquí dentro solo hay agua? - "Voy a llamar a los loqueros" (la abuela no se anda por las ramas) - Habla primero con Bedulio para que te de una solución. - "De locuras sabrán más los loqueros que un Municipal, digo yo" - No sé que decirte porque los guardias deben ver cada cosa...

Por extraño que parezca, la abuela le hizo caso y un cuarto de hora después el timbre de la puerta sonó tímidamente. - ¡Ya está ahí! (gritó la vecina) - "Pasa, Bedulio" - Pero no pasó. Se quedó en el rellano de la escalera, apoyado en la pared de enfrente. - Contadme lo que ocurre pero yo no entro. Ahora estoy mucho mejor de los nervios y no quiero recaer.

La abuela comentó que no tenía porque dar tres cuartos al pregonero y señaló el hueco de la escalera donde se veían las cabezas de las vecinas con el cuello estirado para enterarse mejor de lo que se hablara. Así que no le quedó más remedio a Bedulio que entrar en casa. Lo llevaron al comedor donde estaba yo frente al acuario psicodélico. Me tocó el hombro y yo giré la cabeza como la niña del exsorcista y con los ojos apuntalados. Un alarido salió espantoso salió de su boca. La abuela le sirvió dos copas de chinchón - "¡Rápido, bebe!"

Como yo seguía con la misma actitud catatónica, me dejaron por imposible. Las dos viejas atendieron al Municipal y no le dejaron que bebiera solo. Un sudor frío lo bañó de arriba abajo y para que no se constipara le dieron dos copas más que también trasegó sin a penas respirar.

En éstas estaban cuando del fondo del acuario se elevó una burbuja que, al llegar a la superficie hizo ¡PLOF! Bedulio tiritaba como si tuviera el Baile de San Vito, incluso le castañeaban los dientes y a punto estuvo de triturar la copa de cristal que vaciaba a medida que se llenaba.

Entonces una extraña silueta fantasmagórica (a causa de las dichosas luces psicodélicas) fue ascendiendo lentamente para pasmo de todos. También la Cotilla empezó a temblar y balbucear. - ¿Qué es... eso...? ... ¿El ánima... de... tu primer .... marido? - "Seguramente" (contestó la abuela para animarla)

La figura llegó a la superficie y entonces la Cotilla y Bedulio gritaron a dúo mientras salían corriendo hacia la puerta de la calle. El caballito de mar de los chinos se le había escapado a Pascualita, que seguía escondida, y como un pequeño monstruo de Frankestein, flotaba y relinchaba al mismo tiempo.

lunes, 1 de agosto de 2016

Exótico.

Visto a la luz del día, el caballito de mar de los chinos es un auténtico fraude. Si el abuelito lo ve, sin luces psicodélicas por medio, no se tragará el cuento. También podemos emborracharlo antes de que mire en el acuario pero me va a salir la broma por un ojo de la cara porque, entre él, la Cotilla y Geooorge (que ya me ha dicho que quiere verlo) no voy a ganar para botellas de chinchón. Así que, como Pascualita no lo destroce, a la abuela no le va a quedar más remedio que comprar otro pez.

Dice que va a esperar unos días por si ocurre un milagro. - Pero si es un juguete. - "Cosas más raras se han visto" - Finalmente ha dado su brazo a torcer y se ha presentado con otra bolsa llena de agua de una tienda de peces. - ¿Qué es eso?... ¿Es plano? No creo que le guste a Pascualita. - "¡Ya estás poniendo el parche antes de que salga el grano! Este es un galán exótico. Mira como le gustan a la Momia los cubanitos-culito respingones ¿Por qué no le puede pasar lo mismo a la sirena? ¡Que agónica eres!" - Este bicho es plano. No tiene culito rspingón.

Tuve que ponerme el guante de acero para coger el simulacro de caballito de mar porque Pascualita se ha encariñado con él y me quería morder. - ¿Qué hago? ¿Se lo dejo? - "Pobrecita. Mira como le quiere" - ¡Abuelaaaaa! - "Que encanto de criatura. Que sensibilidad. Que lección de amor nos está dando mi cariñito... ¡snif, snif!..." - ¡¡¡Abuela, tu cariñito me quiere morder!!! - "Déjale el juguete" - ¿Y si viene el abuelito y lo ve? - "Quítaselo" - ¡No se deja la jodía! - "Pues no se lo quites"

Me planté entre el acuario y la abuela: - ¿En qué quedamos? - "Quítaselo pero hazlo con delicadeza" - ¡Mira, mira como muerde el guante! - "Eres muy brusca, boba de Coria" - ¡¡¡Anda y que os zurzan a las dos!!! (grité fuera de mis casillas) - ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaa! - ¡La que faltaba para el duro! - ¿A qué dos te refieres? (preguntó la Cotilla) - ¡A la abuela y a... a.... a usted! - Pero si acabo de llegar.

Al quedarnos solas decidimos dejar el caballito de mar chino en el acuario para que Pascualita jugara con él. Y cuando dejó de comportarse como una loca furiosa, la abuela liberó al pez de la bolsa de plástico y se sumergió, plano como un papel, hasta el fondo escondiéndose bajo la arena. - ¿Qué bicho es éste? - "Un rodaballo. Veo que no lo has probado. Yo sí porque soy rica" - Si no fuera por el braguetazo que diste con Andresito seguirías comiendo sardinas (dije con rencor)

Estoy pendiente del más ligero movimiento en el acuario pero, de momento, no he visto nada anormal... al rodaballo tampoco. ¿Seguirá vivo?... Estoy por comérmelo yo para ver si es tan bueno como dice la abuela.