miércoles, 13 de julio de 2016

Ridículos.

La puerta de casa se abrió de repente y entraron juntas, la abuela y la Cotilla. - "¡Te dije que le gustaría! jajajajajajaja" - ¡Menuda tajada llevaba! - "Es que no saben beber en cuanto los sacas del whisky ¡Iba mamao perdido jajajajaja!"

- ¿De qué reís, abuela? - ¡Ya verás cuando se entere Andresito que has sido tú la causante del escándalo! De ésta se divorcia y me lo quedo yo. - "No caerá esa breva, Cotilla... Jajajajajaja Es que me da la risa cada vez que me acuerdo ¡Menudo papelón!"

- ¿De qué va la fiesta? (insistí) - ¿Qué fiesta? - En la que habéis estado ¿Había americanos? - "Que yo recuerde, no... ¿por qué?" - Los habéis nombrado... - "¡Ah, sí! El otro día decidí enviarle una botella de chinchón a George Buhs para tener un autógrafo suyo cuando me dé las gracias. Es que me ha dado por coleccionarlos. Y la ha probado, viéndole en la tele hacer el ridículo en un funeral por unos policías, bailando y riendo sobre el escenario. Andresito ha dicho que sentía vergüenza ajena" - ¿Dijo lo mismo cuando comenzaron la guerra de Irak? (preguntó la Cotilla) - "Yo no le oí. Por eso le he dado tal patada en la espinilla que le han tenido que escayolar la pierna en Urgencias"

- Dejemos de hablar de cosas tristes, abuela. Este fin de semana ha  ocurrido algo mágico: Campanilla ha acudido, desde el Mundo de la Fantasía, a consolar a Cristiano Ronaldo que, sentado en el césped de un campo de fútbol, se lamentaba de un golpe que había recibido. - "¿Quién es Campanilla?" - ¡La amiga de Peter Pan, abuela! - ¿El puntito luminoso? - ¡Esa misma! Imagináos que momento: Campanilla se acerca decidida, se posa entre los ojos arrasados de lágrimas del millonario y yo diría, que le dió un besito... - ¿Y le dijo: sana, sana, culito de rana...? jajajajaja - Cotilla, estoy hablando en serio. - ¡Ya! Te tenemos dicho que no bebas entre horas, que te afecta. - ¡Todo el mundo lo vio por la tele! - "Era ¡una polilla! no Campanilla, boba de Coria ¡Que cruz tengo contigo! (dijo la abuela)

Mientras seguía a su amiga, que llevaba el chinchón a la salita, la abuela cogió a Pascualita colocándola en el broche que llevaba prendido de la solapa. La Cotilla murmuró: - Que por hoy ya no beba más tu nieta. Ve visiones. Y así habrá más para nosotras jejejejeje - Iba a contestar cuando Pascualita, al pasar junto a mi, me escupió a la cara. Afortunadamente pude esquivar el chorito de agua envenenada aunque, para eso, tuve que darme un cabezazo contra la pared.

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