miércoles, 8 de junio de 2016

La venganza de la abuela.

Hacía poco que me había levantado cuando ha venido Geoooorge. - ¿Y las ensaimadas? - pregunté antes de darle los buenos días. - Mi no comprar. Mi querer aspirina, plis. - ¿Y te la tengo que dar yo? Que te la de mi abuela. - Don Andres comer todas pastillas. - ¿Quién es Don Andres? - Abuelito de you. - ¿Andresito? jajajajajajajaja... ¿Se ha suicidado? (dije espantada) - No. Doler testa. - ¿Qué es eso? - Estou (y se señaló la cabeza) - ¿Tanto te cuesta hablar bien? - Yo no volver allí. Yo no querer ser loco. Madame reir mucho. Don Andres llorar mucho. Yo correr.

Estaba visto que con las explicaciones del inglés no iba a enterarme de nada, así que llamé a la abuela. - "¡Holaaaa! jajajajajajaja Ay, llevo dos horas riendo y no puedo parar jajajajajaja" - Tu mayordomo está aquí conmigo y dice que no quiere volver a tu casa. - "Dile que le doy media hora para que regrese o iré yo a por él."

- ¿Ese que oigo llorar es Andresito? - "No está siendo un buen día para él jajajajajaja ¡Hasta su madre le ha echado una bronca de padre y muy señor mío! A ella le gustaba el nuevo look de su hijo, incluso le pidió que se tatuara un corazón con la célebre frase: Amor de madre, pero es demasiado señorito para ésto y no lo hizo ¡No sabes el disgusto que tenía La Momia! Y esto, unido a la humillación que sufrieron nuestros amigos de El Funeral, debía tener su justo castigo. Y esta noche me he vengado jajajajajaja !Escucha, escucha como llora jajajajaja

Geooorge y yo salimos a toda prisa hacia la Torre del Paseo Marítimo. Al ver al abuelito quedé con la boca abierta. Tenía el pelo negro como ala de cuervo, con raya a un lado y pegado al cuero cabelludo con gomina y brillos de brillantina, además de unas finas patillas que le llegaba casi a la boca y un caracolillo en la frente entre Supermán y Manolo Caracol. - ¿De dónde has sacado tanto pelo, abuelito? (pregunté, ingenua de mí) - Lloraba tanto que no se le entendía y recurrí al chinchón. Cuando llevaba trasegada media botella, tampoco se le entendía y tuvo que ser la abuela quién me pusiera al corriente.

- "En justa venganza y como tampoco le gustaba llevar la cabeza rapada, le he devuelto el pelo.  Anoche le di una buena cantidad de somníferos para que durmiera a pierna suelta mientras un artista tatuador le ha dejado la cabeza como la de un bailarín de tangos. La tiene un poco hinchada a causa de los muchos pinchazos que le han dado pero ha quedado niquelao jajajajajajaja ¡Hasta brillos le ha hecho!" - ¿Es un tatuaje? ¡Me encanta! (grité) - La Momia apareció seguida del cubano culito-respingón y mirando a su hijo, le dijo a la abuela. - Tendrías que ponerle un ojo morado y sería igualito que Rodolfo Valentino.

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