jueves, 2 de junio de 2016

Empezamos bien...

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaaaa! ¡Uf! Vengo acalorada. No es raro que éste País vaya como va porque todo está manga por hombro. ¿Qué le ha pasado, Cotilla? -  He ido a la Consellería de Educación a pedir una ayuda para el Metro. - Se ha equivocado de Consellería. Tendrá que ser en la de Transportes ¿Y por qué ha ido usted?... ¡No me diga que le darán comisión por hacele el trabajo a otro! - ¿De qué estás hablando, alma cándida? Si voy a ir a la Universidad en metro, lo lógico es que me lo pague la Comunidad Autónoma... o el Gobierno central. Al fin y al cabo, voy a poner mi cerebro a trabajar en bien de la Justicia y de Luis Bárcenas. - ¿Ya la han admitido? - Ahí está el quid de la cuestión. Yo quiero estudiar en seguida pero me han dicho no sé qué de exámenes... ¡¿Cómo me voy a examinar si no me dicen qué tengo que estudiar?! Menos mal que he encontrado unos libros de Primero... - ¿Encontrado? - Sí. Estaban sobre una mesa, más solos que la una, por si alguien los necesita ¡Y esa, soy yo!

- ¿Usted quiere ser Juez y empieza robando? - ¡Estamos en crisis, boba de Coria, y eso es una ayuda al estudiante! - ¡Yo diría que no! - ¿Quién va a la Universidad, tú o yo, sabelotodo?

En plena discusión ha llegado el abuelito. Siempre ha vestido impecable, con una elegancia innata pero hoy se la ha olvidado en su casa. - ¿Vas a un baile de disfraces? - Es lo único que he encontrado en los armarios. Vengo de denunciar el robo de mi ropa y me he encontrado con Bedulio. Me ha recomendado que, antes de poner la denuncia hable con tu abuela y vosotras dos... ¿Sabéis por qué? - Viniendo de Bedulio no le hagas mucho caso. El pobre está enfermo de los nervios y a veces, se le va la pinza. - Así que sabes algo... El Municipal me ha dicho que dirías eso.

La Cotilla aprovechó el momento para hacer campaña en favor suyo y ganarse la admiración y el amor de Andresito. - ¿Has visto a tu mujer esta mañana? (dijo, zalamera) - No. - Ahí tienes la respuesta. - El abuelito me miró, señaló a la Cotilla con la barbilla y me dijo: - ¿Ya le has dado chinchón? - Pregunta a tu mayordomo, querido (¡Que modo de flirtear! ¡Que bajada de pestañas!) - ¿A Geoooorge? - Es su compinche. - ¿Mi mujer me pone los cuernos con el inglés? - ¡A mí que me registren! (grité) - Haz caso a una universitaria (la Cotilla sacó el pecho hacia adelante para rozar con él el del Andresito pero tiene tan poca chicha que no ha llegado) - Nena ¿vas a estudiar una carrera? (el rostro del abuelito se había iluminado por la emoción) No sabes cuánto me alegro.

La Cotilla iba a enmendar el entuerto cuando entró la abuela, alegre como unas castañuelas. - "¡Hola, cariño! Te invito a comer y pago yo". - Será la primera vez que me invitas y no pago yo. - "No hay como tener dinerito suelto en la cartera" - ¿De dónde lo has sacado? - "Que más te da. ¿No estás contento?... ¡Vayaaaaa. Que guapo vasssssss! Te lo he dicho mil veces y por fin me has echo caso ¡No sabes conjuntar la ropa, cariñín!" - ¿Así te gusta? (Andresito babeaba) - "¡Tanto que, si no fuera porque le hice el encargo a la nena, ahora mismo hacíamos un biznieto!"


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