jueves, 30 de junio de 2016

Pobre Geooorge.

Han llamado a la puerta y se me ha ocurrido mirar por la mirilla ¡Era un skin head! He dudado un instante si abrir o no... ¿Y si me ataca?... ¿o me roba?... ¿o se queda de okupa en mi casa?... ¿o me viola?... Me solventaría el problema del dichoso biznieto... Entonces una voz conocida traspasó la puerta. - Tu abrir ya, bobau de Coriau. - ¿Inglés? - ¡Chist! tu no decir estou. Ahora yo extranjerou.

Cuando entró me quedé mirándolo ¡Menuda pinta traía! - ¿Mi dar penau? - ¡Que va! Me das risa jajajajajaja ¿Por qué vas a sí? No estamos en Carnaval, Geoooorge. - Ser incognitou, bobau de Coriau. - ¡La madre que te parió! - Yes. My poor mather también ser extranjerau.

El pobre hombre está de capa caída. Menuda faena le ha echo la Gran Bretaña. Por eso se camufla en absurdos personajes. No quiere que lo echen de España. Así que procuré infundirle ánimos. - Pero, tío, te vistas como te vistas, no puedes negar que eres más inglés que el Big Ben: estás blanco como una sardina enharinada, tienes la piel pecosa, los ojos azul claro, el pelo rubio, se te puede imaginar muy bien con una taza de te en la mano o una pinta de cerveza y con esa cresta en la cabeza eres, talmente, un punky de la primera hornada ¡Aunque la mona se vista de seda, mona se queda!

Mucho me temo que no le he levantado el ánimo porque se ha acurrucado en el sofá de la salita y se ha puesto a llorar. A partir de ahora la tapicería también tiene restos de mocos y lágrimas inglesas.

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaa! ¡Aaaaah! ¿qué hace un inglés aquí? ¡Fuera de Europa, brithis! - ¡¡¡Cotilla, es Geoooorge!!! - No conozco a ningún Geooorge... - El mayordomo de los abuelitos... - Tu abuela siempre tan exótica ella. - ¿Qué tiene de exótico un inglés? - Son especímenes raros. - Está loca de atar. - Y tú eres una insensata dando cobijo en tu casa a un excomunitario... Ahora mismo voy a hablar con Bedulio. Si alguien tiene que ganarse una medalla, que sea él. Luego iremos a medias si hay premio en metálico.

La Cotilla, siempre preocupada por llegar a fin de mes, salió a la carrera rumbo a la puerta de la calle, y no me quedó más remedio que emplear el juego sucio. Le hice la zancadilla en medio del pasillo. Menuda costalada se pegó. Entonces organicé la situación. - Geooorge, prepara té. Cotilla, al sofá de la salita. Yo serviré el chinchón para que la botella no se vacíe tan de prisa.

Los abuelitos, camino de El Funeral, recogieron a su mayordomo que estaba mucho más tranquilo. - No puede... ¡hip...! conducir. Nos hemos fun... ¡hip!...dido una botella de chinchón entre los tres. - No nos cupo ninguna duda de que, por fin, Geooorge había recuperado la confianza en sí mismo - ¡¡¡I am, inglish!!! (gritaba el energúmeno a pleno pulmón) ¡¡¡Good save the Queen!!! - "¡¡¡Que sí, jodío (le decía la abuela) pero como te vuelva a ver borracho en horas de trabajo, te cojo de las orejas y te deporto a tu isla!!!


miércoles, 29 de junio de 2016

¡No estoy sola!

Ayer no apareció nadie por aquí. Ni Pascualita se asomó por el borde del acuario psicodélico ¿Por qué?... ¿Estaban recuperándose del disgusto de haber perdido las elecciones? ¿O celebrando haber ganado las elecciones? (de todo hay en la viña del Señor)... No lo sé porque, por más que llamé a la Torre del Paseo Marítimo no me contestó nadie... Ni Geooorge. Tampoco la Cotilla dio señales de vida ¿La habrá detenido la policía por trapichear en la vía pública?... Ay, me temo lo peor ¡Me han dejado sola en la vida! ¡Solita, fané y descangallada! ¡Ni siguiera un pequeño biznieto que me recuerde la ilusión y el ansia de la abuela por tenerlo!... snif... snifff... sniiiifffff...  ¡¡¡Buaaaaa!!!

- ¡Avemariapurísimaaaaa! ¿Estás cortando cebolla, boba de Coria? - ¡Cotilla! ¡Que alegría! ¡¡¡Deme un abrazo!!! - Acabaré no viniendo a ésta casa ¡No me besuquées!

Un concierto de pitos anunció la llegada del rolls royce de los abuelitos. La escandalera sonó a música celestial en mis oídos y corrí al rellano de la escalera para recibir a la abuela. - ¡¡¡Abuelitaaaaa!!! No vuelvas a abandonarme. Me he sentido taaaaaaan sola. - "Cotilla ¿ya le has dado chinchón a mi nieta?" - No ha hecho falta. Creo que ella sola se ha ventilado una botella entera ¡Es una egoísta!

Mi alegría llegó al paroxismo cuando escuché a Pascualita dando saltos mortales en el agua salada - ¡¿Estás oyendo, abuela?! ¡Es Pasc...! (de repente vi los ojos de la Cotilla fijos en mi y me di cuenta de que había estado apunto de meter la pata)

- ¿Ese ruído lo hace Pascual?... ¿Y dónde chapotea? ¡Ah, claro. En la bañera! - Y salió corriendo hacia el cuarto de baño moviendo sus patitas de gorrión. Antes de que entrara le grité - ¡No entre, Cotilla, es mi primer abuelito o alguno de sus amigos!

La abuela me dió tal pescozón que mi cabeza rebotó, una y otra vez, contra la mesa del comedor. - "¡Que cruz tengo contigo... y con Andresito!" - ¿Con él también? (me lamenté mientras me restañaba la sangre de la naríz) si el pobre está en coma. - "¡Estaba! pero ayer se despertó diciendo que NUNCA más volveríamos a las Fiestas de San Joan de Ciutadella. Estuve a punto de darle con una maceta en la cabeza para provocarle otro coma..." - ¡¿No lo habrás hecho?! (me horroricé) - "No hizo falta. Le dije que tropezó y se dió un fuerte testarazo contra el suelo. Afortunadamente es Caixe Senyor lo aupó en su caballo y lo llevó hasta el hospital. Esto le llegó al alma "¿Me ha socorrido un aristócrata? ¡Cuanto honor! Tendré que ir a darle las gracias" Ahí le rectifiqué: Iremos, querido. IREMOS" - Abuela ¿ya le has dicho que han ganado los suyos? - "No. Solo sabe que ha ganado Podemos" - Pero... no es verdad. - "Así lo tendré asustado una semanita: sin prensa, radio y televisón" - Que jodía eres, abuela. - "Pues sí, jajajajajaja ¿Brindamos por eso?" - Claro que lo hicimos.
:

lunes, 27 de junio de 2016

La Cotilla es ¡honrada!

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaa! ¿Fuíste a votar ayer, nena? - Claro. Como está mandado. - ¿Metiste las papeletas en los sobres? - Esa pregunta es una perogrullada, Cotilla. - Por lo menos tienes las que no usaste... ¿verdad? - Acabo de tirarlas a la basura. - ¡Me las quedo para las elecciones de Diciembre! - ¿Usted no fue a votar? - Fui al colegio electoral y cogí un montón de papeletas de todos los partidos con sus respectivos sobres. Me llevé una buena bolsa y la traje llena. Al salir escuché a gente que protestaba porque no había papeletas ¡Que gente! Si hubiesen madrugado como dice el refrán, hubiesen encontrado de todo.

- Tiene las manos más largas que Luis Bárcenas y compañía. - Son manos de emprendedora porque dentro, de seis meses, me sacaré unos euros ofreciendo esas papeletas a cincuenta céntimos. - ¿Sabe qué le digo, Cotilla, que si su gurú Bárcenas la conociera se avergonzaría de usted porque es una pardilla, una pringada, una ningundi¡¡¡Aaaaaaaaaaaaaaaaaayyyyyyyyy!!! - Me arreó un bolsazo que por poco me arranca la cabeza. - ¡Mi gurú NUNCA diría ni pensaría esas cosas de mi!

Tuve que sentarme un rato y aclararme las ideas con unos chinchones on the rocks. La Cotilla no se quedó atrás y poco a poco nuestros ánimos se fueron calmando. - ¿A qué ha venido lo de antes? (me preguntó) - A que tiene que pensar a lo grande. Si comete un delito que sea espectacular: en lugar de robar el cepillo de una iglesia, ¡llévese la iglesia entera! Y verá como pronto le rondan los tentadores ofreciéndole el oro y el moro, incluso un puesto político. No tendría que robar papeletas ¡usted estaría en esas papeletas! Y una vez que saliese elegida ¡a chupar del bote y a disfrutar de la vida!

- Tu copa tenía más chinchón que la mía ¿verdad, boba de Coria? -  La Cotilla estaba escandalizada. - Tendrás que ir a Alcohólicos Anónimos porque la bebida te está afectando... Toma, bebe agua. - Pero yo estaba embalada - Y saldrá elegida, una y otra vez, cuanto más grande sea el delito ¡Y no se le ocurra dimitir porque eso no se lleva. Es de pardillos. - ¿Crees que serviré para eso? - No lo sé. No sirve todo el mundo pero, yo que usted, probaría. - La avaricia fluía por los ojillos de la vecina. Estaba encandilada con mi palabrería. De repente, una sombra de duda nubló la ilusión insana. - ¿Pasa algo, Cotilla? - ¿Crees que podrías guardarme la iglesia en tu casa?

Escancié dos copas más de chinchón. Incluso, llevada por los efluvios de la bebida, le planté un sonoro beso en la frente. Algo que nos asombró a las dos.  La abuela, que entraba en ese momento, se paró en seco - "No sabía que hubiera tema entre vosotras ... Eso se avisa" - La Cotilla, roja como un tomate, balbuceó: - No... es lo que te...¡uf! ... imaginas. Tu nieta...está... borracha... - Corrí hacia la abuela y la abracé con fuerza impidiéndole que me alejara de ella - ¡Bésala tu también porque es una persona HONRADA! Se dedica al trapicheo, sí, pero de baja estopa ¡No sirve como corrupta! ¡Venga a mis brazos, Cotilla! - Y la perseguí durante un rato, al rededor de la mesa del comedor hasta qu, exahustas, caímos espatarradas en el sofá de la salita. - Mañana le monto un altar, Cotilla ¡Por éstas!

domingo, 26 de junio de 2016

¡A votar!

- "Nena ¿ya has ido a votar?" - ¿Me sacas de la ducha para esto? - "¡Hombre, ya era hora! Cuidado no vayas a irte por el desagüe" - ¡Me ducho todos los días! - "Eso es lo que tu dices" - ¡Pregunta a Pascualita... o a Pepe y te dirán que sí! - "O a la momia de Tutankamón que, seguramente, será más explícita que la sirena y la cabeza jivarizada jajajajajaja"

Le colgué el teléfono, en parte porque me había cabreado y porque tenía frío. Solo me faltaba costiparme.

Más tarde, desayunando tranquilamente, todo lo tranquila se que puede estar teniendo cerca a la sirena tirándose en picado en su taza de cola cao y pellizcando trozos de mi ensaimada después de comerse la suya, sonó de nuevo el teléfono. Lo cogí con ilusión por si era un admirador pero, no ¡era la abuela! - "¿Ya has votado, boba de Coria?" _ ¡Estoy desayunando! - "Muchas excusas estás poniendo tú ¿eso quiere decir que no vas a ir?" - ¡Yo no he dicho eso! - "Pero yo leo entre líneas, guapa." - Pues pónte gafas que no te enteras de nada.

Mientras me arreglaba para ir al colegio electoral, entró la abuela convertida en una llamarada de tonos rojos. - "¿Qué, ya has ido?" - ¡Me estoy arreglando! ¿Dónde vas tú? - "A ejercer mi derecho al voto" - ¿De qué te has vestido? - "De corazón apasionado" - Si te ve un bombero te tomará por un incendio y usará la manguera. - "¡Esa es la idea!" - ¡Abuela! ¿Y el abuelito? - "En cama y en coma" - Y tu sigues pensando en ligar - "¡Ya lo creo! Y no la mayonesa jajajajajajaja"

Al salir de casa, la abuela puso a Pascualita en el termo de los chinos. - ¿Te la llevas? (pregunté molesta) - "Para que vea como se vota por si, cuando vuelva a su hábitat quiere instaurar la democracia" - ¿Votas aquí? - "Noooo. Mi colegio es de postín. De pago y carísimo ¿no ves que soy rica? Pero te acompaño que eres capáz de darte la vuelta y no votar" - ¡Que pesada!

Al entrar en el aula donde estaba mi urna, la abuela saludó a los integrantes de las mesas como si fuese la Reina de Inglaterra para vergüenza mía. De repente escuché gritos: - ¡Señora ¿qué es eso que se ha colado en la urna? - A la abuela se le había quedado el saludo congelado. Ni ella ni yo habíamos visto como Pascualita salía del termo, reptaba sobre la urna y se deslizaba como un gusano a través de la rendija, cayendo en el revoltillo de sobres que había dentro. - ¡Esta urna queda anulada por sabotaje de estas dos indivíduas! (gritó el presidente de la mesa) a la abuela no le gustó que la llamasen "indivídua" y le arreó un bolsazo a quién tenía más cerca.

Bedulio y unos compañeros acudieron a los gritos. Al vernos, el Municipal sufrió un síncope y cayó redondo al suelo. Inmediatamente la atención de todos se concentró en Bedulio. Se oyeron consejos contradictorios a grito pelado, haciéndo fotos con los móviles y enviando mensajes como: "Costalazo municipal" "¡Pepe, mira, un finado!" Otros optaban por hacerse selfis junto al desmayado. Yo aproveché para coger la urna y unos babys de los pequeños alumnos de esa clase que estaban colgados de su perchas, la tapé con ellos y salí corriendo y gritando: ¡¡¡Pidan una ambulancia. Una ambulanciaaaaaaaaaaa!!! Y la gente abrió pasillo para dejarme pasar.

Un rato después, la abuela, Pascualita y yo, brindábamos por lo bien que habíamos salido del atolladero.

sábado, 25 de junio de 2016

Todavía no.

- "Nena... ¿nena? .... ¡¡¡¿Nenaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa?!!!" - zzzzzzzzzz... ¿Sí?... - "¿Ha dimitido ya?" - zzzzzzzzzzz... ¿qui... én? - "El ministro del Interior" - ¡¡¡Abuelaaaaa!!! - "¿Todavía no? Mira que le gusta el suspense a éste hombre... y la intriga... y las trolas... y... " - ¡¡¡Vale ya!!! Tengo que dormir.

Así me tiene la abuela desde que se destapó el chanchullo del ministro. No me deja en paz. Le he dicho mil veces que escuche la radio y se enterará como todo el mundo aunque... no creo yo que caiga esa breva. Ayer me preguntó si el ministro estaba bueno. - Supongo que sí. Se le ve sanote y con ganas de liarla. - "No te pregunto por su salud sino si a ti te parece que tiene un revolcón"  - Nunca le he visto como hombre, abuela, sino como ministro condecorador de vírgenes. - "¿Le gustan jóvenes?" - Vírgenes de iglesias, mujer. - "Vaya, que rarito es" - ¡Mira, vamos a dejarlo que nos estamos metiendo en un jardín.

Después me intrigó su primera pregunta. ¿No estaría pensando en él para ser el padre de su biznieto? - "No (me contestó) sería para echarle yo los tejos" - ¿Qué diría Andresito? (yo estaba escandalizada) - Nada porque sigue en coma... y yo estoy en sazón y de buen ver. No puedo desperdiciar mi vida esperando a que vuelva en sí mi marido.

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaa! No te lo vas a creer, boba de Coria, pero acabo de ver una cosa feísima metida en ese "acuario psicodélico" como le llamáis vosotras. Menudas pijas estáis hechas tu y tu abuela. De ella lo entiendo, al fin y al cabo, es rica pero tú no tienes dónde caerte muerta jajajajajaja ¡Eres de la cofradía del quiero y no puedo! Ni para comprar un pez te llega la mísera paga que te dan en el trabajo. ¿A qué has comprado esa piltrafa nadadora en la tienda del señor Li? ¡De plástico barato! jajajajajaja

Afortunadamente, la Cotilla es algo corta de vista y ha confundido a Pascualita con un artilugio mecánico que venden los chinos a un euro. Tengo que ir con más cuidado porque, si supiera que es un ejemplar único de una raza extinta, la vendería al mejor postor y se haría millonaria... ¡Vaya! No es mala idea...

- Nena ¿necesitas papeletas para ir a votar? Me han sobrado un montón de la elecciones pasadas. Dame cinco euros y serán tuyas. - ¡Esas no valen, Cotilla! Han hecho otras para ahora. - ¡¿Con qué dinero?! ¿Con el que tenían para subirnos las pensiones? ¿Por qué no emplean las que ya estaban hechas? Menudo despilfarro... No tires las que te sobren y las guardaré para las próximas elecciones. - ¡Que agorera es usted! - ¿Con ésta tropa que nos quiere mandar, lo dudas?... ¡¿Cuánto nos jugamos?! - ¡Nada! ¿Qué quiere, que sea el cuento de nunca acabar? - Yo no. Ellos... ¿Apostamos? - Que nooooooo. - Entonces ¿brindamos? - Bueno... ¿Por qué brindamos? ¿Porque ésta vez tengamos Presidente a la primera? - ¡Quita, quita! Mejor por darles una patada en el culo si, en corto plazo, no se ponen de acuerdo. Y sobre todo, por lo rico que está el chinchón. - ¡A esa me apunto, Cotilla!

viernes, 24 de junio de 2016

¿Ha dimitido?

Cuando la abuela llega a casa lo va dejando todo por en medio: las llaves, la cartera, las gafas de sol, las de leer, el móvil... es un verdadero desastre aunque ella no lo entienda así: - "Estar aquí es como estar en mi casa y no tengo que preocuparme de si pierdo algo o no porque tú lo encontrarás como hace Andresito"

Sin embargo hoy, dos segundos después de dejar el móvil sobre la mesa de la cocina, a vuelto atrás como una bala para recuperarlo y guardarlo en el bolsillo. - ¿Esperas una llamada del hospital? - "¿Qué se me ha perdido a mi en un hospital?" - ¿Tu marido, quizá? - "Ay, es verdad. Ya no recordaba  que está ingresado... ¿Has visto que bien le sienta el vendaje, tipo turbante, que le han puesto? Le pediré a la enfermera que me haga uno pero, en lugar de venda, me pondré una phasmina nepalí, le acoplaré dos plumas de marabú rosa chicle y el broche de Pascualita ¡Daré el cante en El Funeral esta noche!"

- ¿Irás a divertirte mientras tu marido está en el lecho del dolor? - "Qué tendrá que ver la velocidad con el tocino?" - Hay que cuidar las apariencias, abuela ¿Qué dirá tu suegra? - "Nada, porque ella y el cubanito culito-respingón, se vienen conmigo" - ¿Puedo venir yo también? - "No, tu te quedas por si llaman del hospital ¿No querías abuelito? ¡Toma abuelito!"

- "Por cierto ¿ya ha dimitido?" - ¿Quién, Cameron? Sí. - "¿Me estás tomando el pelo?" - Nooo. Ha perdido y ha dimitido. Y a quién Dios se la de, San Pedro se la bendiga. - "No sabes la llorera que tiene Geooorge. Hasta charcos de lágrimas hay en casa. Bebe tanto té que tiene líquido suficiente en el cuerpo como para llorar y mear en abundancia" - ¡Abuela! - "El querría seguir siendo inglés y europeo. Ahora solo es inglés. Y ya le he avisado: como no me tengas contenta te mando para la Gran Bretaña de una patada en el culo" - Pobrecito. - Sí, da pena porque se pasa el día fregando los charquitos. Y dice: Mi no querer trabajaur in Inglaterrau. Allí no sol. No paella. Muchos extrajerou... ¡Y tú qué eres, alma cándida! le grité - Europeo (dijo el jodío) - ¡No, hijo, no! (le solté y volvió a llorar ¡Que cruz tengo con él!... Pero no me refería a Cámeron sino al Ministro del Interior nuestro"

- Ese no. Es de otra pasta. - Pascualita saltó fuera del agua de su acuario psicodélico, con la dentadura de tiburón hacia afuera  y salpicando a placer. - ¡!Quieta, sardina repelente! (le grité) - "¿Así que el Ministro del Interior no ha dimitido?" (la abuela siguió a su rollo) - No. - Otro salto mortal de la sirena y se inundó el comedor - "¿Crees que dimitirá el Ministro del Interior? - Nuevo salto espectacular. - No caerá esa breva... ¡Pascualitaaaaa! - Entonces me di cuenta de que cada vez que se nombraba al Ministro del Interior, la sirena se cabreaba. A partir de este momento, la miré con otros ojos. Hasta ella sabe que se coge antes a un mentiroso que a un cojo. Y a éste lo han pillao con el carrito del helao ¡Que lista es la jodía!




jueves, 23 de junio de 2016

En la Noche de san Juan, todos comparten su pan...

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaa! ¿Te vienes a la playa a celebrar la Fiesta de San Juan? - La Cotilla ha llegado con prisas a casa. - ¡Venga, corre! - ¿Por qué? ¿se van a llevar la playa? - Hay que llegar temprano para coger el mejor sitio, que luego aquello se pone de bote en bote. - Me pongo el bañador, cojo la toalla y nos vamos. - ¿Y ya está? ¿Qué pasa con los bocadillos, es trampó (la ensalada) las bebidas, el postre, la fruta, las velas, los platos, vasos, servilletas... en fin, todos los avios para cenar en la playa. - ¿No los lleva usted? - ¡¿Yo?! Soy una pobre y miserable jubilada que cobra una miseria de pensión, a pesar del euro que me subieron y no llego a fin de mes ¿con qué quieres que compre esas cosas, boba de Coria?

La explicación me pareció plausible y me dediqué a llenar un cesta y una nevera portatil con lo que tenía en casa. La vecina no hacía más que darme prisa. - ¡Vamos, que las he visto más rápidas! - No puedo correr más, Cotilla ¿por qué no me ayuda? - Yo me encargo de recordarte que se te olviden, por ejemplo, las aceitunas rellenas de anchoas. - No tengo. - ¡Menuda ensalada vas a hacer! - ¿También tengo que hacerla yo?

Aquello ya pasaba de castaño oscuro y noté la rabia subiendo por mi garganta como la erupción de un volcán. - ¿Sabe qué le digo? que se de una vuelta por los contenedores del súper a ver qué encuentra para cenar. - ¿Serás capáz de hacerme éste feo? - ¡Ya lo creo! -  ¡¡¡Egoísta!!!

Cuando llegué a la playa de Can Pere Antoni no cabía una alfiler. La Cotilla llegó después que yo. Ella sí tuvo sitio porque sus amigos llevaban allí desde las tres de la tarde guardándolo. Cuando intenté arrimarme me tiraron piedras gritando: - ¡Cuidado con esa, es una ladronaaaaaaa!

Tuve que correr antes de que me descalabraran. Al final pude sentarme, lejos de la orilla y pegadita a los contenedores de basura que, debido al calor, desprendían un hedor insoportable. Encendí dos velitas, no había sitio para más. Tenía los codos pegados al cuerpo para no clavarlos en cuerpos vecinos.

La gente reía, cantaba, bailaba, se besaba. Los fuegos de las velas daban un toque romántico a la noche que iba cayendo sobre nosotros mientras montones de basura se acumulaban a mi al rededor. Los mosquitos llegaron a millones concentrándose en mi pequeñísima parcela acribillándome. Me levanté y corrí a meterme en el mar. Al hacerlo, las dos velitas cayeron sobre cartones de pizza. Desde el agua vi como crecía la lengua de fuego y me indigné por la cara dura de quienes, en cuanto te despistas te quitan el sitio ¡Y se estarían comiendo mi cena!

El fuego tomó proporciones gigantescas. La gente corría despavorida lanzándose de cabeza al mar. La Cotilla y sus amigos iban en sentido contrario, rebuscando entre los restos desparramados por la arena. La llegada de los bomberos les hizo retroceder pero ya habían hecho su agosto consiguiendo un montón de croquetas, tortillas de patatas, frutas...

Decidí largarme de allí por si alguien me acusaba de incendiaria. Una mano fuerte y decidida me cogió del brazo: - ¡Quieta! - ¡No he sido yo. No he sido yoooooo! (grité, asustada pensando que iban a lincharme) - Tranquila, mujer. - Le miré. Me miró. Era un bombero de calendario. No podía dejar pasar esta ocasión y decidí desmayarme en sus brazos.

Solo los rescoldos del incendio y la luna llena alumbraban la playa. El bombero y yo nos bañábamos desnudos, más que para limpiar nuestro karma, para disfrutar de los cuerpos que es una cosa menos espiritual pero más efectiva. Después, al acostamos en la arena, me di un golpe en la cabeza con algo duro... ¡la botella de chinchón que traje de casa y que era lo único que quedaba de mi cena. Fue un placer brindar por la noche mágica que nos arropaba y grité con todas mis fuerzas ¡¡¡Visca San Joan!!!... y una voz lejana respondió - ¡¡¡Trae para acá el chinchón, boba de Coria!!!

miércoles, 22 de junio de 2016

Fin de curso.

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaaaa. He decidido que, en cuanto empiece el nuevo curso (allá por octubre) me apuntaré a una escuela de baile. Tengo que hacer algo antes de que el tejido adiposo que empieza a acumularse en mi barriga y esos rollos (ya no son rollitos) de Primavera que rodean mi cintura, se queden a vivir aquí para siempre.

Y fruto de mi decisión es el via crucis que estoy haciendo por todas las academias y escuelas de baile de Palma ahora que todas celebran el final de curso.

Están llenas de acompañantes de los alumnos y nadie se fija si entran desconocidos. De paso, como. Ahora se montan mesas en las salas donde los demás días se baila. La gente trae viandas, a cual más rica y yo como. Hay que probarlo todo. Después, un poco antes del final, si queda algo (siempre queda) me lo llevo a casa. Mira, hoy traigo coca con verdura, quiche de jamón, salmón ahumado, empanadillas, ensaimada de crema y un trozo de tiramisú. Cuando éste trajín acabe, haré un recuerdo mental de todo lo comido y me apuntaré donde mejor se coma. - Cotilla, no tiene usted vergüenza. - Claro que no. ¿No sabes que quién la tiene ni come ni almuerza?

- ¿Me da un poco de tiramisú? - ¡Ni hablar! Esta noche lo partiré y lo venderé en porciones cuando vaya a la recolecta de los contenedores del súper. - Sonó el teléfono. Era la abuela. - ¿Qué estáis en la clínica? ¿Se ha muerto la Momia?...  (la Cotilla me miraba espectante) ¿Andresito? - ¿Se ha muerto Andresito? (Había ansiedad en la voz de la vecina al preguntar) - ¿Del caballo? ¿qué caballo? ... ¿Y tú, abuela? ... Menos mal ¿Le ha pasado algo a Pepe?... Me alegro mucho... Entonces ¿no veré al abuelito por la televisión?... ¡Vaya! que inoportuno, hombre... Son unos quejicas... Por eso yo no tengo hombres al lado... Abuela, no empieces... ¡Ya buscaré un padre para tu biznieto, pero solo para eso. Después, si te he visto, no me acuerdo!... ¡¡¡Ya te estás pasando. Dijiste que solo uno!!! - furiosa, colgué el teléfono.

- ¿Qué ha pasado? Me tienes en vilo, boba de Coria ¡habla de una vez! - ¿Me dará un trozo de quiche? - Eres más pesada que una vaca en brazos... Vale. - Andresito se ha caído de un caballo y tiene traumatísmo craneal agudo. El pronóstico es grave. - ¡Anda! Seguro que no ha cambiado el testamento y te sigue dejando a ti la Torre del Paseo Marítimo... ¡desagradecido!... ¿Qué hacía con el caballo? - Están en Menorca, intentando aprender a montar a caballo y hacerle correr a dos patas como en las fiestas. - Eso no se aprende en un curso intensivo. - Ya sabe cómo es mi abuela cuando se le mete una cosa en la cabeza. Le ilusionaba que su marido participara en el Jaleo. Y ahora está muy cabreada porque, para un golpe que se ha dado en la cabeza, hay que ver la que está liando. Dice que si le hubiese pasado a ella, se hubiese puesto una tirita y santas Pascuas... Pues me hacía ilusión verle en la tele. Y encima, está pagando el cabreo conmigo. Ahora quiere dos biznietos en lugar de uno. Esta mujer es insaciable, no se conforma con nada... Cotilla ¿y mi quiche?...

martes, 21 de junio de 2016

¡Tatachán, tatachán...!

Nadie me ha despertado ésta noche. Hacía tanto tiempo que no dormía de un tirón que ahora me encuentro fresca y relajada. Es fantástico que la abuela haya vuelto a la tranquilidad de la Torre del Paseo Marítimo. Un sitio privilegiado donde, asomarse a las terrazas, balcones o ventanas, es un placer para los sentidos. ¿Por qué no puede disfrutar de esas vistas espectaculares de la bahía de Palma y dejarme a mi en paz. Un sitio al que cada año viene a verlo millones de personas de todos los rincones del mundo y quedan prendados de su luz, de la belleza de los barcos de blancas velas sobre el azul del mar.

Una postal que enmarca el único castillo medieval de planta redonda y al otro lado, frente a él, la Catedral no se deja amilanar y muestra su belleza reflejándose en las aguas del lago artificial que los hombres le hicieron para que no se enfadara mucho, levantara sus cimientos y partiera para lejanas tierras donde no le quitaran su espejo plateado de espuma de mar. No quiere sucedáneos, sino el mar, sin embargo debe contentarse con ellos porque los hombres, que nunca se conforman con lo que tienen, han alejado al mar de ella. Se ven, se huelen pero no puede reflejar su esbelta silueta en él... - "¿Nena?... ¡¿Nenaaaaaaaa?! Está en babia la tía. ¡Vuelve y hazme un café con leche, jodía! Mira que me he comprado: ropa cómoda!" - Que fácil es decir: vuelve, cuando el subconsciente te ha llevado a otras dimensiones. Pero lo conseguí llegar hasta la abuela. - ¿Has engordado? - "¿A qué viene eso? Si no estuvieras en las nubes escucharías una música pegadiza que hace que los pies bailen, la sonrisa te llegue de oreja a oreja y estés deseando que empiezen las fiestas de ¡Sant Joan de Ciutadella!"

En seguida me vino a la memoria el ritmo de una jota alegre: ¡Es jaleo! ¡Tatachán, tatachán...! La sangre ha empezado a hervir mientras me imagino a los caballos menorquines y sus monturas, elegantemente vestidos, caminando entre la gente camino de Santa Clara para empezar Es Caragol

La abuela y yo saltábamos en casa al ritmo des Jaleo: ¡tatachán, tatachán, tatachán...!

Entonces fue en busca de la cabeza jivarizada: - "¡Ay, Pepito! eres tan bueno que éste San Joan te llevaré conmigo a Ciudadela" - ¿Y si lo pierdes? - "¡Que plasta de niña! ¿Por qué voy a perderlo? lo llevaré colgado del cuello en plan adorno étnico" - ¿Eso tan feo vas a llevar? - "Que pena que el pobre no pueda morderte como Pascualita" - Entre otras cosas porque tiene la boca cosida y no tiene dientes ni cerebro que le indique lo que debe hacer jajajajajajaja

Pascualita, asomada al borde del acuario levantó la cola de pez y golpeó, fuerte, la superficie del agua - ¡Quieta que lo pondrás todo perdido! - Y así fue porque, después de un rato haciendo lo mismo, el comedor estaba inundado. - ¡Si no fueras tan salvaje te llevaría a Ciudadela! (le grité) - "¿Piensas ir?" - ¡Ya lo creo! Estará lleno de posibles futuros padres de tu biznieto jajajajajaja - La abuela me dio un codazo. - "¡Mira!" - La puñetera sirena había juntado las manitas como si rezara. - "¡Dice que será buena!"

lunes, 20 de junio de 2016

Pelea de chinos.

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaa! ¿qué haces aquí, alma de cántaro, que no estás en las fiestas del barrio? - ¿Qué barrio? - El tuyo. - ¿Qué fiestas? - Las que ha organizado el señor Li. - ¿Han sacado el Dragón chino por la calle? - No. Están haciendo kunfú o algo así. - Eso no me interesa. No me gusta la violencia. - Tienes la sangre de horchata. Deberías decirle al señor Li que te de lecciones de esa lucha porque, al final y al paso que vas, tendrás que convencer al primer tio que pase por tu lado, arrearle unos buenos mamporros que lo dejen atontado y luego aprovecharte de él... - ¿De qué habla, Cotilla? Acabará en el manicomio si sigue bebiendo chinchón.

- Como no raptes al futuro padre de tu hijo nunca tendrá tu abuela el anhelado biznieto de las narices. - Buenas lecciones me está dando usted. - Y tan buenas. Dale gracias a Dios que no te las cobro. - Se lo decía con ironía, Cotilla. - Y yo en serio... Lo que no sé es qué hacía tanta policía y ambulancias por allí... El señor Li estaba muy serio... y no me devolvió el saludo... No sé como no he caído antes en éstos detalles.

- ¿Qué conjeturas saca de todo esto? - En este momento, un concierto de pitos entró por el balcón e interumpió nuestra conversación. Geoooorge, como de costumbre, había aparcado en la parada del bus cuyo chófer protestaba sonoramente. La abuela entró en casa toda alterada. "¡Que disgusto tiene el señor Li!" - ¿Vienes de la fiesta? (preguntó la Cotilla) - "¿Fiesta? ¡Unos chinos se están matando con catanas y mamporrazos!" - ¡Eso lo he visto yo también! (protestó la vecina)... ¿No me digas que la lucha era de verdad? - ¿Por qué está disgustado el señor Li, abuela? - "Porque no le han comprado las  catanas a él"

Desde el borde del acuario, Pascualita seguía la conversación y en cuanto oyó el nombre del señor Li se zambulló haciendo un salto de tres tirabuzones y dos saltos mortales y al entrar en el agua, en lugar de hacerlo límpiamente, sacudió la superficie con un golpe de cola y puso medio comedor perdido de agua. La Cotilla dió un respingo: - ¿Qué ha sido eso? - "¡Ay, no empieces con tus aprensiones!" (se quejó la abuela) - No son... aprensiones, caray. ¿Es que estáis sordas?

Pascualita no podía ver al señor Li ni en pintura desde que se dio cuenta que se la quería comer, por eso gritaba ¡gamba golda! las veces que la vio. Por eso, al oir su nombre, bajó a esconderse tras las plantas del fondo.

Llamaron a la puerta. Eran el señor Li acompañado de Bedulio en calidad de policía local. - Hola, abuela (dijo el chino) Tu vel qué pasal en mi calle. Yo velte a ti allí. - "Pensaba pasar a saludarte pero como se lió la pelea preferí venir a casa de mi nieta... ¡Y no pienso meterme en vuestros líos!" - ¿Por qué está tan blanca? (preguntó el Municipal a la Cotilla) - Un ruído sospechoso me ha dado un susto de muerte. - ¡Ay, Dios! Ya sabía que no tenía que venir a ésta casa pero mi jefe insistió varias veces y no he podido negarme (la cara de Bedulio era un poema) ¿De... dónde sale el ruido...? - Del co- comedor (la Cotilla tartamudeaba de miedo)

La abuela se encolerizó - "¡Ya está bien de gilipolleces que sois muy mayores para éstas cosas! Asómate, Bedulio y verás como en el comedor no hay nadie!" - Le costó mucho pero, finalmente, sacó la cabeza. Ese fue el momento elegido por Pascualita para vengarse del señor Li (ella no sabía que no estaba en la casa) y lanzó un escupitajo envenenado, directo al ojo de ... ¡Bedulio!

Tiene para dos o tres semanas en el manicomio, atado con una camisa de fuerza. Sufrió una crisis nerviosa y estuvo al borde de un coma etílico a causa del chinchón que le di para que olvidara lo ocurrido. Eso me costó dos botellas, una para él y otra para la Cotilla que también tenía que olvidar haber visto a la sirena. Al pobre solo le faltó quedarse embarazado.

domingo, 19 de junio de 2016

Semana de reflexión.

Dolorida y caminando de lado por aquello de tener una teta mucho más grande que la otra, fui hasta la Torre del Paseo Marítimo para que la abuela me aclarase a santo de qué vino  a despertarme de forma tan desagradable ayer.

- "¿Te atreves a venir a mi casa a echarme algo en cara?" - Tampoco hay que ponerse así; aunque me gustaría una explicación. - "Pues no la hay" - Tiene que haber un motivo para portarte de la manera que lo hiciste. - "Estoy segura de ello pero no me acuerdo. No tengo ni idea, lo creas o no?" - ¿Estás demente? - "Es posible. Piensa que llevo aguantándote más de tres años y eso no hay cerebro que lo aguante" - Ya me parecía a mi que tardabas en echarme la culpa de todo, incluso de la muerte de Kennedy. - "Sé que queda rancio pero... Ahora que lo dices..."

De repente, a la abuela se le iluminó la cara - "¡Ya me acuerdo.! Quiero que me ayudes a pensar a quién debo votar el domingo" - ¿Aún estás así? - "Claro. Porque soy una ciudadana responsable de sus obligaciones y sus deberes y no voy a poner una papeleta cualquiera en la urna, sino LA PAPELETA... Quién te parece más guapo?"

Mientras Geoooorge nos servía té con pastas no pude menos que exclamar: - ¿A eso le llamas tu ser responsable votando al más guapo? - "Por algo tengo que empezar" - ¿Te has leído su programas electorales? - "No tengo el cuerpo para chistes. Ultimamente tengo muchas cosas en las que pensar, por ejemplo... ¿Esta Andresito lo suficientemente atractivo con la cabeza rapada? ¿A tí qué te parece? ¿Debería dejarse el bigote como Rock Hudson en Mc Millan y señora?" - No tengo el gusto de conocer a esta gente. - "No eres más tonta porque no te entrenas... ¿No sabes quienes son Mc Millan y señora... No? Una serie de detectives en la que Rock Hudson estaba de toma pan y moja..." - ¿Yo había nacido? Pues no los recuerdo. - "¡Tienes que acordarte! Ese detective estaba cañón" - ¿Y qué hacía?  - "Pues lo que hacen todos. Perseguir y cazar a los malos" - Y qué tiene que ver todo ésto con ir a votar. - "Nada en absoluto" - ¿Influirá en si cambias el voto o no?... _ "¿Piensas cambiarlo, chaquetera?" - Estoy en pleno derecho ¿Pasa algo? - "Seguro que no... Vete tu a saber..."

La abuela me miró como si acabase de verme - "¿De qué estás hablando?" - Eso quisiera saber yo. - "Llevas una hora dándome palique y aún no me he enterado de qué va la película. - Era una serie. - "Es en sentido figurado" - ¿El qué? - "Mc Millan y familia" - ¿Pero eran de verdad?

Harta de tanto diálogo de sordos, la abuela se enfadó. Ordenó a Geooooorge que le cantara una nana para dormir la siesta. Y a mi me abrió la puerta, de par en par. Al salir pensé que, tal vez, Pascualita ya había vuelto en sí tras el golpe y la borrachera y aceleré el paso.




sábado, 18 de junio de 2016

¿Dónde está la occisa?

Un escalofrío recorrió mi cuerpo serrano cuando, de madrugada, la abuela metió a Pascualita en mi espalda. El berrido que dí lo escuchó hasta el farero de Formentor. Medio minuto después los vecinos llamaban a mi puerta para ver y enterarse de cómo había sido el crimen, antes de que llegara la policía y no les dejase entrar.

Antes de abrir la abuela escuchó alguno de los comentarios que hacían en el rellano de la escalera. - Yo apostaría que ha sido la nieta que se ha cargado a la Cotilla. No sé como la ha podido aguantar tanto. Yo me la hubiese cargado mucho antes... Pues yo diría que es al revés... ¿Qué ha matado la vieja a la joven?... ¡Claro, si es que esta chica tiene la sangre de horchata!... No se parece en nada a su abuela... (aquí la abuela sonrió)... ¡Menuda bruja la vieja ésta! Mucho presumir de pasta pero en cuanto abre la boca se le nota el pelo de la dehesa... ¡Y como viste! jajajajaja...  - Ya no pudo aguantar más y abrió la puerta de sopetón. - "¡¿Qué pasa en Cádiz?!"

Los vecinos retrocedieron asustados - ¡Ay, que susto! pensaba que era el asesino. (dijo una) - Bueno... en realidad no sabemos si ha sido uno o una (saltó otra). - A la abuela le hervía la sangre y contestó. - "El asesino sigue allí dentro... Está terminando el trabajo..." - ¡Por Dios. Llame a la policía! (gritó otro)- Y la abuela, con una sonrisa diabólica afeándole el rostro dijo mientras cerraba la puerta: - "Id pronto a la carniceríaaaaaaaa. Esta mañana habrá carne frescaaaaaaa"

Se oyó un tropel de pasos que corrían escaleras arriba y después un montón de portazos.

Yo estaba haciendo café, bastante cabreada por el duro despertar, cuando en la calle atronaron las sirenas de la policía. De nuevo se escucharon carreras por la escalera y gritos de ¡¡¡Abran a la policía!!! - ¡Guauuu, que chuli! ¡Como en las películas! - Antes de terminar la frase la puerta de la calle saltó hecha añicos. - ¡¡¡Que nadie se mueva!!! - ¡Oiga, me deben una puerta nueva!

Fuimos llevadas a la cocina con orden de no movernos de allí. No hacía falta, teníamos lo que queríamos: café, cola cao, magdalenas caducadas, ensaimadas y croasanes de la semana pasada ¡Qué más podíamos pedir!

Interrumpieron nuestro desayuno para preguntarnos ¿Dónde está la occisa? - La abuela le dio una magdalena - "Están un poco duras pero, si quiere, le hago un café con leche y la moja" - El policía la miró desconcertado. - "¿No ha pedido una magdalena?" - ¡La occisa. El cadáver! - Me hacía ilusión ayudar y dije: - En la nevera. - Un policía que entraba abrió unos ojos como platos. - ¿La han descuartizado? ¡Salvajes! - No, no. El pollo está entero. Lo haré al horno.

La noche agitada se fue calmando y yo quería seguir durmiendo. Cuando todos se fueron, abuela incluída, me metí en la cama a oscuras y rápidamente se me cerraron los ojos... hasta sentir un dolor lacerante en el pecho. Salté de la cama llorando, saltando, gritando, maldiciendo a la puñetera sirena, que de la que me había olvidado por completo y que, al sentirse aplastada, mordió como una loca. Y lo peor era que tenía que arrancarla de allí. Cogí la botella de chinchón para beber y aturdirme pero se me ocurrió ofrecérsela a Pascualita que al verla abrió la boca y empezó a beber. ¡Uf! me había librado por los pelos de quedarme sin un trocito de teta.

Luego cogí la botella con la sirena pegada a ella y la lancé al acuario psicodélico. Supongo que, entre el golpe que se dio en la cabeza y la borrachera, dormirá muuuuuchas horas.

viernes, 17 de junio de 2016

La metamorfosis.

En el mercado me he encontrado a la abuela. como para no verla. Iba ella muy peripuesta con sus stilettos verdemar, seguida de un apurado Geooorge en su calidad de criado para todo, cargado de bolsas y más bolsas como una mula. Casi no veía por donde andaba.  La abuela saludaba a todo el mundo. Sus labios pintados de rojo pasión se abrían en una sonrisa mostrando una hermosa línea de dientes blanquísimos que sus buenos euros le han costado.

Los shorts negros dejaban al aire las piernas finas y bien torneadas a pesar (esto que quede entre nosotros) de la edad que tiene cada una... jejejejejeje. La blusa verdemar llevaba los botones de arriba estratégicamente desabrochados para lucir canalillo entre las dos firmes y llenas protuberancias mamarias que sus buenos euros le costaron también.

No le gusta que saque el tema porque, como ella dice: - "¿Para qué es el dinero, alma de cántaro? ¡¡¡Para gastarlo!!!" - Tiene mucha razón y yo tengo mucha envidia. - "Hoy me siento expléndida así que voy a invitarte a paella. Geoooorge, lleva la compra a casa de mi nieta y baja rápido a tomar un té" - Mientras lo esperábamos me comentó que estaba preocupada por el Pasado y el Futuro de Pascualita. -  "He consultado con varios hechiceros y todos coinciden en que antes no tenía cola y después tampoco la tendrá." - En mi cabeza sonaron las alarmas. - ¿Has enseñado a Pascualita a gente extraña? - "Nooooo. Les he hablado de ella sin decir que es una sirena y han dicho que fue y será famosa por sus bellas piernas"

- Seguro que estaban borrachos. - "¡Que va!" - Pero ahora no tiene... - "Le saldrán unas nuevas más adelante"

¿Qué pasará con Pascualita? ¿Alguien le ha pedido que se meta en berengenales? - "Deben ser cosas de la Madre Naturaleza" - No creo que quepa en el acuario porque, tal vez crezca. Metamorfosis total. Lo que sí que hará, abuela, será quitarte la ropa. No podrá andar en cueros todo el día. - "¿La mía? Porque no la tuya. La mía es de marca y vale un potosí" - La mía es de los chinos y del mercado... no le gustará. - "Claro que le gustará, boba de Coria, además la tendrá más a mano" - ¡Ni hablar! No tengo presupuesto para comprarme ropa cada dos por tres. - "Que rácana te has vuelto. Eso es que te estás haciendo mayor, se te pasará el arroz y me quedaré sin biznieto... ¡Que cruz tengo contigo!" - No cambies de tema... ¿Estás segura que esos hechicheros son de fiar? - "¡Claro! Son carísimos"

- Te han tomado el pelo, abuela. Las sirenas no sufren la metamorfosis. - "¿Qué pasa ¿que sabes más que los magos?" - Nunca he leído nada sobre eso. Ni siquiera la Wikipedia ni los antiguos egipcios, han dicho nunca nada de esto. - La abuela quedó en suspenso... "¿Los antiguos egipcios... tampoco? Pues vas a tener razón... ¡me han timado! ¡La madre que los parió! ¡Como los coja los pico para hacer albóndigas!" - Abuela, no te exaltes que te dará un soponcio. - "¡¡¡Calla tú y deja que me explaye gritando y maldiciendo, ya que no tengo a esos ladrones a mano!!!" - ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaa!!!

- ¿Qué le has hecho a tu abuela, cretina? -  ¡Nada! - Venía a explicaros que tengo un nuevo negocio. Tan productivo que ya no tendré problemas para llegar a final de mes. ¡Es un chollo! Mis socios hablan a los pardillos, de como fue el pasado de la persona que elijan y como será el futuro ¡Es un éxito! ¡¡¡doscientos euros la consulta!!! Hoy ya han picado cinco incautos jajajajajajaja ¡es una mina de oro! ¡Saca el chinchón, nena y brindaremos por esto! - Pero lo que sacó la abuela fue a Pascualita de su acuario, recién despertada y la tiró a la cabeza de la Cotilla.

El estropicio fue tal que quién parecía haber sufrido una metamorfosis era la Cotilla.

jueves, 16 de junio de 2016

¡No lo han soltado!

- ¡¡¡AVEMARIAPURISIMAAAAAAAAAAAAAA!!! ... ¡Venga, despierta que tengo que hablar con alguien y eres la única persona que tengo a mano! - zzzzzzz... ¿Cotilla?... zzzzzzz... ¡Otra apuesta?... -

- ¡No! Un disgusto... Tengo ganas de llorar ... - ¿Por qué? ¿Le han robado? - ¿A mí? Que ilusa eres... Aunque, pensándolo bien, en cierto modo sí. - ¿Sí?¿qué? - Me han robado la inocencia. - ¿Dónde la tenía? - ¿Dónde la voy a tener? - Entonces, ya más espabilada, una bombilla se encendió en mi cerebro y supe de qué estaba hablando la Cotilla - ¡No me diga! pensé que la había perdido allá por los años veinte del siglo pasado con alguno de los novios que le birló mi abuela.

La vecina me miró atónita. Después sacudió la cabeza como no creyendo lo que escuchaba y salió camino de la salita

Fui tras ella para que me aclarara sus palabras o no podría dormirme de nuevo sin saber qué le había pasado. Cogí el chinchón y al pasar junto al acuario psicodélico le eché un buen chorreón. El ruido alertó a la Cotilla que se volvió rauda y corrió hacia mi para, de un manotazo, quitarme la botella: - ¡Estás tan loca como tu abuela. Trae pacá!

En el altar de los Amigos de lo Ajeno colocó tres velones casi nuevos y los encendió. Hacían tanta luz que no hizo falta encender ninguna lámpara. - ¿Pero qué hace? ¡Se quemará la casa! - ¡No lo han soltado! ¿Te lo puedes creer? (la Cotilla se mesaba los cabellos, se retorcía las manos, soltaba lamentos angustiosos y yo no sabía lo que hacer) - ¿Está ensayando para trabajar de plañidera? (de ésta mujer me lo puedo creer todo) Oiga, si está bien pagado yo también quiero serlo. Mire como finjo que lloro.

No pude lucir mis dotes dramáticas porque la vecina me dio una patada en la espinilla y lloré de verdad. - ¡Déjate de idioteces! Yo confiaba en la Justicia pero ya no volveré a hacerlo ¡No le han soltado. No le han soltadooooooo! La Justicia me ha robado la inocencia ¡buuuuuaaaaaaaaa!

Unos cuantos tragos generosos de chinchón aplacaron la tristeza de la Cotilla. Solo entonces me atreví a preguntarle - ¿A ese chico que robó 78 euros hace años? - ¿No lo estarás comparando con Mario Conde? (levantó, orgullosa, la cabeza? - ¡Claro que no, pobre chico! Lo suyo fue un error de juventud. - Lo que yo te diga. Un pardillo. En cambio, don Mario es un señor... Encenderé otra vela por si no bastan tres para que lo suelten - ¿A ese ladrón presumido, tramposo, marrullero, con un ego tan grande como la catedral de Palma? ¡Anda y que lo zurzan!

La Cotilla cayó redonda al suelo. Estaba congestionada. Tenía convulsiones; los ojos giraban como locos en sus órbitas; echaba espumarajos por la boca y daba un respingo tras otro. Me dio un ataque de risa ¡Que graciosa estaba! jajajajajaja. Entonces me dije que era el momento propicio para entrenarme como plañidera. Y lo hice tan bien, di tantos gritos y lamentos que los vecinos llamaron, temerosos, a la puerta para darme el pésame por la muerte de la abuela.







miércoles, 15 de junio de 2016

Apostando.

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaaaaa! ¿Has visto a tus abuelos? - La Cotilla acababa de darme un susto de muerte. Entró en mi habitación cuando todavía no clareaba la aurora. Pasó un cubito de hielo por mi pecho y se quedó quieta, como Don Tancredo, al lado de mi cama.

Reaccioné al frío dando un salto en la cama y me enco un "fantasma" me miraba como si fuera una parición de otro mundo. Ojos desorbitados, boca abierta lanzando un alarido mudo. El pelo como si hubiese peleado con una loca. Yo me quedé a punto del infarto fulminante mientras, lo poco de raciocinio que quedaba en mi cerebro, preguntaba - ¿He recibido... el beso helado de la Muerte?Si era así, quería vele la cara. Y cuanto más la miraba, más se parecía a la Cotilla.

Todavía con los pelos de punta vi como la boca terrorífica empezaba a emitir ruídos que me helaron la sangre hasta que me di cuenta de que se estaba riendo - jajajajajajaja ¡He ganado la apuesta! - ¡¿Cotilla?!... ¡¡¡COTILLA!!!

Bebí el chinchón a morro para parar el tembleque - ¡Oye, no bebas sola, boba de Coria, que está muy feo!

Cuando me calmé, la vecina me explicó que había hecho una apuesta con la abuela. Ella le contó lo mucho que le costaba despertarme. La Cotilla dijo que ella no tendría problemas para hacerlo a la primera llamada. Entonces empezaron a porfiar. Para zanjar la discusión la Cotilla le explicó lo que pensaba hacer para lograrlo. La abuela dijo que me mataría de un ataque al corazón y la Cotilla dijo que no y apostaron... no a que me despertaría enseguida, sino a que no me moriría de un ataque. - ¡La madre que las parió a las dos! Han jugado con mi vida por una puñetera apuesta... Espero que sea algo importante o de mucho valor lo que se juegan. - Oye, guapa, que soy pensionista del más bajo nivel y no llego a fin de mes. En juego hay... unas maracas que encontré en un contenedor de basura. Suenan muy bien y las dos las queremos. - Y... se las queda usted... ¿por qué no me he muerto? - ¡Exacto! - De haber muerto serían de la abuela... ¿Me cambiaba por esa birria de instrumento? - Valen la pena. Además, las estrenaría en El Funeral, en la fiesta de tu despedida... ¿Bonito, eh?

Así que la abuela piensa hacerme una fiesta cuando coloque mi retrato en la Pared de los Finados... No sé si alegrarme... o no.  ¡De repente, una extraña figura apareció, saltando, en la cocina! - Di un alarido. Una figura conocida se había plantado ante mi blandiendo una espada japonesa. No me quedó más remedio que debanarme los sesos porque aquel personaje me era conocido. Entonces me di un golpe en la frente. Acababa de reconocerlo. Era ¡el Aguila Roja! ¡Que emoción más grande sentí! ¡Mi héroe en mi casa!

Solo cuando se echó la capucha para atrás vi que era ¡¡¡El abuelito!!! - ¿Qué haces así? (Pregunté desilusionada) - Tu abuela y yo queremos salvar nuestro matrimonio y si me pide que me tire de cabeza a un pozo, me tiraré...Ahora quiere que sea Aguila Roja ¡Y lo soy!

martes, 14 de junio de 2016

La abuela no vio el Debate.

- "¡Buenos días!" - dice la cantarina voz de la abuela a las cinco de la madrugada. - "¿Me invitas a desayunar? - zzzzzzzzzzzzzzzzzz - "¡¡¡Diana, dianaaaaaaaaaaaaa!!!" - Abuela..., por tu padre..., deja de beber chinchón a ésta horas... - "Solo bebí en El Funeral y me he despertado como una rosa. Ves preparando el café que voy para allá" - Y mientras colgaba el teléfono la oí gritar: - "¡¡¡Geooooorge, saca el rolls royce... !!!"

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaaa! ¿aún estás en la cama, boba de Coria? - ¿Que les pasa a las viejas ésta noche? (pregunté con muy mal humor) - No lo sé. No he visto a ninguna vieja esta noche. - ¡Pues mírense usted y la abuela en un espejo y lo sabrá! - La Cotilla abrió unos ojos como platos de sopa y asombrada, exclamó: - ¿Hablabas de nosotras? Muy valiente eres tú que te juegas el cuello de ésta manera. - ¡Es que me tienen hasta las narices! ¡¡¡Quiero dormirrrrr!!!

La abuela entró como un elefante en una cacharrería: - "¡Ensaimadas recién hechas para celebrar que estamos vivas!" - ¿Tú no viste el debate, verdad? (preguntó la Cotilla) - "Líbreme Dios! a pesar de la juerga que nos corrimos tenía la cabeza lo suficientemente clara para no caer en la tentación" - ¿El abuelito tampoco? - "El sí. No tiene mi fortaleza y ahora duerme como un ceporro y cabreado porque las cosas no han salido como él quisiera, pero es que es un tiquismiquis. Nunca está conforme con nada ¡Pues presentate tú, alma cándida! le digo. Pero un pusilámine al que no le gusta figurar." - Preséntate tú (pinchó la vecina) A tí sí que te gusta ser el perejl de todas las salsas. - "No me tientes, no me tientes jajajajajaja ¡quién dijo miedo! Lo haré en las terceras elecciones... Los mandaré a todos a casa y formaré un partido nuevo..." - Pero si el de tu marido está consolidado... - "Demasiado diría yo. Quiero gente joven, nueva savia con ideales firmes. Caras desconocidas que inviten a votarles y yo será la cabeza visible de ésta juventud"

Me atraganté con un trozo de ensaimada. No podía parar de reir mientras me estaba ahogando. La abuela me dió un manotazo en la espalda y desatascó el gañote. - ¡Ay, que chistosa eres! Rondando los cien años y quieres ser la abanderada de unos mozalbetes jajajajajajaja - La Cotilla, que había esperado el momento oportuno para meter baza, dijo: - Escucha esto (se dirigía a la abuela) ¿Qué les pasa a las viejas ésta noche? Son palabras textuales de tu nieta de hace un rato... No sabía a qué se refería y me ha contestado: ¡Mirénse usted y la abuela en un espejo y lo sabrá!

La cara de la abuela se congestionó y a mi me temblaron las piernas. - "¿Has dicho VIEJAS? ¿A NOSOTRASSSSSSS? (parecía el silbido de una serpiente) ¡¡¡¿VIEJA YOOOOOO?!!!"

Salí corriendo hacia la escalera pero, antes de llegar a la puerta, la fregona, lanzada como una lanza, se estrelló en mi cabeza, choqué contra el espejo del recibidor y me lo puse por sombrero... Antes de caer desmayada me fijé en dos cosas: Pascualita estaba haciendo la señal de OK sentada sobre su acuario psicodélico y las dos amigas entraban a la salita mientras la Cotilla decía... - Le encenderé una vela a Mario Conde porque tiene la suerte de cara. Lo han soltado a cambio de una miseria de fianza para él: 300.000 euros ... y le quedan montañas de euros para disfrutarlos... ¿Brindamos por ello? - "Brindemos"

lunes, 13 de junio de 2016

Sigo con miedo.

¿Sabe Pascualita que me da miedo?... No tendría que saberlo, en primera porque es un pez raro y en segunda porque nadie se lo ha dicho y, de haber sido así, tampoco, porque este bicho no entiende a los humanos cuando hablamos...¿O sí?

La abuela me sugirio que, para que sea efectiva la terapia y librarme de ésta fobia, meta a Pascualita en mi cuarto por las noches. Así dormiremos juntas y veré sus reacciones. - "No tienes nada que temer. Si tuvieras un biznieto estarías entretenida y no tendrías la cabeza llena de  gilipolleces" - Tal vez tengas razón pero ¿qué puedo hacer? - "¿De verdad tengo que explicarte como se fabrica un biznieto? ¡Dios mío! ¿no habrás escrito una carta a la cigüeña parisina? Es cierto que a los críos, cuando preguntan ¿de dónde vienen los niños? se les dice que una cigüeña los trae de París porque no tienen edad para contarles los pormenores del acto..." - ¿Qué acto? es que hablas y hablas y acabo con dolor de cabeza tratando de descifrar los jeroglíficos que te sacas de la manga. - "De la manga, no, tonta del bote; de mi meninge. Es algo heredado de un pariente mío, por parte de madre, que en su juventud fue escriba del faraón Tutmosis IV." - ¡Ah, sí! Nunca me lo habías dicho... ¿Es tío mío? ¿Podré conocerlo? - "¡Hay, Señor, que cruz tengo con ésta boba!"

Aún me dura el enfado contra la abuela. Es una acaparadora y para hacerse la importante nunca me presenta a mis parientes lejanos. A este tío mio, por ejemplo, no me lo quiere presentar. - Dime, por lo menos ¿cómo se llama? - "Raratui" (me ha dicho pero no sé si creela)

Como no me queda otra que hacer lo que me dice para curarme el miedo, la sirena y yo hemos dormido la siesta juntas. Con la ayuda del guante de acero, la he medito en la pecera que he colocado en el altar de los Amigos de lo Ajeno. No creo que a la Cotilla le haga gracia pero, ojos que no ven, corazón que no siente. Después, con la vista fija en el bicho, me he arrellando en el sofá y he dormido más de dos horas.

Un buen meneo me ha sacado del sopor. Era la Cotilla que me hablaba a gritos ¿se habrá vuelto sorda? - ¡Que lo sueltes te digo! ¡Ya no se puede hacer nada por él! - La Vecina tiraba de la cola de Pascualita. Pensó que era un pez que yo había sacado fuera del agua para acunarlo y hacerle dormir la siesta. En cuanto me di cuenta de ello reaccioné dándole un empujón y mandándola contra el altar de sus gurús. Entonces un sudor frío me recorrió la espalda - ¿Qué hacía Pascualita en mis manos? ¿quién la había puesto allí? ¿Se habría dado cuenta la Cotilla de que tenía una sirena auténtica, en casa?

Llegué a la conclusión de que el bicho había llegado reptando y saltando. Los pelos se me pusieron de punta ¿Seguiría con la idea de comerme? ¡¡¡SIIIIIIIIII!!! 

domingo, 12 de junio de 2016

La Nieta está neurasténica.

Me he despertado varias veces esta noche empapada de un sudor frío muy desagradable. He tenido pesadillas en la que Pascualita era la protagonista y yo su cena. Incluso me he visto "servida" en una fuente, con una manzana en la boca y rodeada de patatas, zanahorias, alcachofas y cebollas al horno. En éste caso, además de sudar salivaba porque me veía apetecible y como en el sueño también me llegaba el olorcito, me moría de ganas de hincarme el diente.

Afortunadamente logré despertar antes de convertirme en canibal. Otro sueño se refería a la melodía envolvente que me atrajo hacia la sirena. Era tan sugestiva... pero su cara monstruosa, desfigurada por la gula, me despertó,. Y así he pasado la noche hasta que he decidido cortar por lo sano y llamar a la abuela. Este bicho no puede quedarse ni un minuto más en mi casa.

- ¿Abuela?... Soy yo... ¿Estás dormida? - No obtuve contestación. Que inoportuna. Se pasa las noche en blanco y justo cuando llamo yo porque tengo un grave problema, la señora duerme a pierna suelta. Por fin una voz pastosa y somnolienta responde... ¿Digau?... ¿Quién es... your? - ¿Geoooorge? Despierta a mi abuela, por favor. ¡Es una emergencia! - Mi no poder. Madame cortar mi aparatou como salchichón, decir ella. - ¡Por tu padre, inglés! ¡¡¡tengo que decirle una cosa!!! - Pero el jodío cancerbero, había colgado.

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaaaa! He encontrado un bote de cola cao en el contenedor . No queda mucho pero algo es algo. - ¿Estará bueno? - ¡Claro! solo hay que quitar la especie de telaraña que tiene encima y lo demás estará como siempre. Mira ¡y unas magdalenas! Solo faltaba la leche pero no había ninguna botella... Haces mala cara ¿mal de amores? - ¿Yoooooo? ¡que va! He tenido pesadillas. - ¡Porque eres tonta! No te acuestes pensando en las elecciones. - No lo hago, Cotilla. - Entonces tengo yo razón: tienes mal de amores. ¡Cuenta, cuenta... !

La abuela ha venido a dormir la siesta a casa. - ¿Te ha dicho Geooorge que te he llamado esta mañana? - "Di mejor: esta madrugada" - Vale pero ¿te lo ha dicho? - "Sí" - ¿Por qué no me has telefoneado? - "Estaba muy enfadada contigo ¿te parece que las seis de la mañana son horas de llamar a una casa decente?" - Pero... si tu me llamas a horas peores (estaba estupefacta) - "He dicho casas decentes" (Y se quedó tan pancha)

Cuando supo lo que quería de ella, levantó una ceja, levantó la barbilla y mirándome con una mantis religiosa segundos antes de devorar a su presa, dijo. - "¿Quieres desprenderte de Pascualita?" - Llévatela un tiempo a tu casa hasta que se me pase la neura que tengo. - "Voy a hacerte un favor" - Gracias, abuela. Pensé que no me entenderías... - "Pascualita no se va a mover de aquí y seguirás cuidando de ella. Es la única manera de que se te quite la tontería que tienes" - ¡Pero me da miedo! - "Porque eres tooooonta, boba de Coria" - ¡Estoy traumatizada! - "Así nunca encontrarás nooooovio" - ¡Llévatela! - "Lo hago por tu bien, bonita... y por el mío ¿No ves que el acuario psicodélico no pega con ninguno de mis muebles?" - Cerró los ojos y se durmió mientras los ciclistas ascendía penosamente, hasta la cima de la montaña.

sábado, 11 de junio de 2016

Batidos con chinchón.

La abuela está más tranquila, gracias a Dios. Lleva unos días sin interrumpir mi sueño y me siento felíz por ello. Además, conseguí que no tatuara a la pobre Pascualita, primero para no descubrir su existencia a personas ajenas a nosotras y segundo porque ¡menuda pinta tendría el pobre engendro con un caracolillo entre sus ojos saltones! Así que, de momento, toda va como la seda.

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaa! Saca el chinchón, nena, que traigo helado de vainilla. - ¿Qué tiene que ver la velocidad con el tocino, Cotilla? - Tú sabrás. A mi que me registren, alma de cántaro. - ¿A comprado un bote de helado? Parece que hoy se le ha dado bien la "limpieza" de los cepillos de las iglesias jejejejeje - ¡Que va! algunos tienen hasta telarañas. Así no vamos a ninguna parte... El bote lo he encontrado en el contenedor del súpermercado. - ¿Caducado? - Un poco. ¿Qué pasa, tiquismiquis? - Estará fundido... - Por eso te he pedido el chinchón. Nos haremos un batido y si hay bacterias se emborracharán jajajajaja y se les olvidará atacarnos.

Sentadas a la mesa de la cocina, dimos buena cuenta del batido al que habíamos añadido unos cubitos para que estuviera fresquito. - ¡Oye, pues para lo barato que nos ha salido, no está malo!...¿Repetimos? pues pón más chinchón que vamos a brindar - ¿Por qué? - Porque haya nuevas elecciones... - Si estamos en ello, Cotilla. - Me refiero a otras porque, como dice el refrán, no hay dos sin tres. Y a mi aún me quedan mucha propaganda electoral, de las de diciembre, por repartir. - Brindemos, pues...

Tres horas después habíamos sustituído el helado de vainilla por cola cao, café, puré de guisantes, tofu, sopa de sobre, fideos chinos... Mil combinaciones a cual más rara, dependiendo de lo que íbamos encontrado en la nevera y en la bolsa de la Cotilla... Una de las cosas por las que brindamos fue por las mujeres árabes que, sabiéndose libres del fanatismo islámico, se despojaban y tiraban sus ropas negras sonriendo felices a la libertad... Recuerdo, vagamente, que lloramos y nos abrazamos de alegría por ellas.

Cuando la Cotilla se durmió en el sofá de la salita, murmurando el nombre de su gurú: Luis Bárcenassss, Luis Barcen... , fui a ver a Pascualita e invitarla a unos sorbitos de nuestro batido. Y fue, al acercarme al acuario,que escuché una bellísima y suave voz entonando una amorosa melodía. Pensé, por un momento, que así debían ser los cantos de sirena.

La melodía se enroscaba a mi cuerpo atrayéndome dulcemente hacia... ¡¿Pascualita?! Un escalofrío me sacudió de arriba abajo... ¿La sirena quería comerme?... ¿O el chinchón hacía su efecto? Volví a la salita, puse la tele y mientras los ciclistas se esforzaban por subir una montaña empinadísima, yo me hundí en un profundo sopor.


viernes, 10 de junio de 2016

El caracolillo.

¡Tres días han estado encerrados en su habitación los abuelitos! De tarde en tarde llamaban a Geooorge por el móvil pidiendo comida: chocolate, gambas, mejillones, fresas con nata, nata sola... Celebraban la claudicación de Andresito ante los deseos de su mujer. Al mayordomo también le tocó tener que ir varias veces a la farmacia a por más pastillitas azules.

Después de la prolongada "fiesta" al abuelito se le vio más delgado pero muy contento. Además, la abuela no hacía más que repetirle lo erótico que era el caracolillo tatuado en su frente. - "¡Me pone a cien!" (la oyeron repetir muchas veces los vecinos de la Torre del Paseo Marítimo. También escucharon rugidos de tigre y a un gato maullar mimosamente. Acabaron llamando a los bomberos por si había peligro pero éstos, al decidir que no, llamaron a su vez a los periodistas locales que dieron fe de los extraños ruidos y sacaron la noticia en primera página: ¿Almas en pena o sarao erótico-festivo en una Torre del Paseo Marítimo?

Una tarde se vistieron de tiros largos (es un decir) y se plantaron, con el rolls royce, en El Funeral. Estaba todo el mundo expectante después de haber leído la prensa y escuchar los informativos. Sobre todo estaban ansiosos por ver el caracolillo... y el peinado tanguero de Andresito. ¡Fue un éxito total! Las mujeres instaron a maridos, novios y amigos con derecho a roce, a que se tatuaran un caracolillo si no quería pasar una buena temporada a pan y agua sexual.

El tatuador, un hombre serio y formal, recompensó a los abuelitos con un tanto por ciento de las ganancias que obtuvo con la cantidad de trabajo que le mandaron. A punto estuvo el dueño de la cafetería de cambiar el nombre de El Funeral por el de El Caracolillo pero, dada las avanzadas edades de sus clientes, no tuvo que esperar muchos días para volver a tener fiesta de colocación de fotos en la pared de los finados.

La abuela, felíz como una lombríz al haber afianzado su predominio doméstico sobre Andresito, pensó que todo el monte es orégano y vino dispuesta a llevar a Pascualita al tatuador - "Imagína lo guapa que quedará Pascualita con un ricito sobre su frente..." - ¡De pez! Frene de pez.- "¿Eso que tiene que ver?" - ¿Dónde has visto tú un pez con ricito? Saldría en los periódicos ¿quieres que pierda su anonimato? - "Siempre tienes que aguar la fiesta " - Solo le falta un ricito con lo fea que es jajajajaja

La abuela no pudo consentir que dijera eso de su amiga y se puso como un basilisco, gritando y haciendo aspavientos con los brazos. Entonces recibí un chorrito de agua envenenada en pleno ojo. - ¡Aaaaaaahg! ¡Mira lo que has conseguido por gritar! - Y mientras yo saltaba, moqueaba, corrían alrededor de la mesa del comedor, la abuela y la sirena hicieron la señal de OK al mismo tiempo
¡¡¡Dáme chinchón por lo menos, jodía!!!

jueves, 9 de junio de 2016

La amenazas de Andresito.

Nos hemos tenido que venir todos a mi casa porque, cada vez que veíamos a Andresito, nos daba la risa floja.

Para acabar de rematar la broma, a la abuela le ha dado por poner tangos a todas horas y el abuelito ha entrado en una depresión de caballo. Y claro, viéndole con ese caracolillo en medio de la frente, no podíamos tomarnos nada en serio.

Finalmente ha montado en cólera y nos ha amenazado: con divorciarse de la abuela; meter a la Momia en una Residencia donde no le dejen tener cubanos culitos-respingones; dejarme sin la Torre del Paseo Marítimo en su testamento y mandar de vuelta a Inglaterra a Geooorge con una carta donde pondrá su reputación como mayordomo, por los suelos. Bueno, pues ni aún así, hemos dejado de reir.

Debo reconocer que, poco a poco, nos ha ido entrando una especie de sudor frío cuando hemos sido conscientes de las amenazas del abuelito. Y hemos pasado de la risa al miedo con la misma velocidad con que hemos puesto a parir a la abuela porque: - ¡¡¡Te has pasado tres pueblos!!!

Se nos han quitado hasta las ganas de comer. Ha sido la Momia quien ha ordenado a Geoooorge que pidiera comida china. - Tenemos que estar fuertes si queremos salir de este atolladero. Lo primero que vamos a hacer es pedirle perdón al pánfilo de mi hijo. - Todos estuvimos de acuerdo menos... la abuela.

- "Si hay que divorciarse, me divorcio y en paz. Mira la Presley que bien montado tiene el negocio. Yo puedo hacer lo mismo. Me busco un hombre más mayor que yo, con la cartera bien abultada..." - Tal vez tengas que buscar entre las momias del Museo del Cairo para encontrar alguien más mayor que tu¡¡¡Aaaaaaaaaaaaaayyyyyyyyyyyyy!!! - Que arte tiene ésta mujer dando capones.

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaa! ¿Hay cónclave familiar? (dijo, asombrada de vernos a todos allí) ¿Y Andresito? - "Ha ido a por helado" (le soltó la abuela. No tenía ninguna gana de discutir con la Cotilla) - ¿Eso es lo que hay para comer? ¿Comida china? Vale.

Después de la siesta, la Cotilla, que es de ideas fijas, preguntó nuevamente por Andresito. - "Ya se ha ido a El Funeral, me esperará allí" - ¿Y el helado? - "Se lo ha comido Geooorge" - ¡¿Todo?! Que permisiva eres con el servicio.

Era la hora en que la abuela se va a la cafetería cuando llamaron a la puerta. Era Andresito que venía a recogerla para ir juntos. Llevaba una pinta como la que le gusta a ella, pendientes incluídos y una anilla en la nariz ¿para que lo llevara del ronzal?

Pascualita, que había estado descuidada todo el día debido a la cantidad de gente que había en casa, nos miraba desde el borde de su acuario psicodélico. Cuando los abuelitos se fueron, más contentos que unas Pascuas, los demás empezaron a desfilar hacia la calle. Momento que aprovechó la sirena para lanzar un chorrito de agua envenenada en un ojo del cubano culito-respingón... ¿Por qué?.. pues, tal vez porque le hizo ilusión tirarsela a alguien a quien no conocía.


miércoles, 8 de junio de 2016

La venganza de la abuela.

Hacía poco que me había levantado cuando ha venido Geoooorge. - ¿Y las ensaimadas? - pregunté antes de darle los buenos días. - Mi no comprar. Mi querer aspirina, plis. - ¿Y te la tengo que dar yo? Que te la de mi abuela. - Don Andres comer todas pastillas. - ¿Quién es Don Andres? - Abuelito de you. - ¿Andresito? jajajajajajajaja... ¿Se ha suicidado? (dije espantada) - No. Doler testa. - ¿Qué es eso? - Estou (y se señaló la cabeza) - ¿Tanto te cuesta hablar bien? - Yo no volver allí. Yo no querer ser loco. Madame reir mucho. Don Andres llorar mucho. Yo correr.

Estaba visto que con las explicaciones del inglés no iba a enterarme de nada, así que llamé a la abuela. - "¡Holaaaa! jajajajajajaja Ay, llevo dos horas riendo y no puedo parar jajajajajaja" - Tu mayordomo está aquí conmigo y dice que no quiere volver a tu casa. - "Dile que le doy media hora para que regrese o iré yo a por él."

- ¿Ese que oigo llorar es Andresito? - "No está siendo un buen día para él jajajajajaja ¡Hasta su madre le ha echado una bronca de padre y muy señor mío! A ella le gustaba el nuevo look de su hijo, incluso le pidió que se tatuara un corazón con la célebre frase: Amor de madre, pero es demasiado señorito para ésto y no lo hizo ¡No sabes el disgusto que tenía La Momia! Y esto, unido a la humillación que sufrieron nuestros amigos de El Funeral, debía tener su justo castigo. Y esta noche me he vengado jajajajajaja !Escucha, escucha como llora jajajajaja

Geooorge y yo salimos a toda prisa hacia la Torre del Paseo Marítimo. Al ver al abuelito quedé con la boca abierta. Tenía el pelo negro como ala de cuervo, con raya a un lado y pegado al cuero cabelludo con gomina y brillos de brillantina, además de unas finas patillas que le llegaba casi a la boca y un caracolillo en la frente entre Supermán y Manolo Caracol. - ¿De dónde has sacado tanto pelo, abuelito? (pregunté, ingenua de mí) - Lloraba tanto que no se le entendía y recurrí al chinchón. Cuando llevaba trasegada media botella, tampoco se le entendía y tuvo que ser la abuela quién me pusiera al corriente.

- "En justa venganza y como tampoco le gustaba llevar la cabeza rapada, le he devuelto el pelo.  Anoche le di una buena cantidad de somníferos para que durmiera a pierna suelta mientras un artista tatuador le ha dejado la cabeza como la de un bailarín de tangos. La tiene un poco hinchada a causa de los muchos pinchazos que le han dado pero ha quedado niquelao jajajajajajaja ¡Hasta brillos le ha hecho!" - ¿Es un tatuaje? ¡Me encanta! (grité) - La Momia apareció seguida del cubano culito-respingón y mirando a su hijo, le dijo a la abuela. - Tendrías que ponerle un ojo morado y sería igualito que Rodolfo Valentino.

martes, 7 de junio de 2016

El ningundi.

De repente, el timbre de la puerta empezó a sonar con una insistencia inaudita para la hora tan temprana que era. Naturalmente no hice ni amago de levantarme. Aún me quedaban unas horas de estar en la cama, cobijada entre los brazos de Morfeo y no pensaba privarme de ello. Pero con aquel sonido estridente de alarma aérea metida en mi cerebro, me era muy difícil concentrarme en el sueño.

Poco después escuché las voces airadas de los vecinos - ¡Ves a tocar el timbre a tu p... madre! ¡Así te enrampes, desgraciado! ¡Manolo, llama a la policía, por Dios! ¡Ahora bajo y te pongo las peras a cuarto, mal nacido! ¡¡¡Aaaaaaaaagggggggggg María, que me da el infartoooo!!! ¡Que pena, con las ganas que te hacía ver el partido de hoy, Manolo! ¡Dile que pare ya con ese timbreeee! ¡¡¡No puedo... me mueroooo Aaaaaaaaggggggggggggg!!! ¡Como sois los hombres. Eres capaz de morirte con tal de no molestarte en bajar!

El ambiente se iba calentando y como ya me había espabilado, abrí. - ¡¡¡Ya era hora!!! (gritó, enfadada la Cotilla, entrando en tromba hasta el comedor) ¿Todas las noches tenéis este jaleo en la escalera? - ¿Y sus llaves? ¿no me diga que las ha vendido? - ¿No ves que vengo cargada, boba de Coria?

El cargamento de velas, velones y velitas, no auguraba nada bueno. - ¿No pensará montar otro altar? - No me queda más remedio. Y si tu fueras la mitad de lista que Pepe... - ¿Pepe es listo? si no tiene cerebro. - Ni tú.... si fueras la mitad de lista que Pepe, digo, venerarías a mi gurú. Ha creado escuela y son infinitos los personajes importantes, de todas las clases sociales, que lo admiran e intentan imitarlo - ¿Me está hablando de Luis Bárcenas? - ¿De quién, si no?

Mientras, iba montando una parafernalia de velas, flores y tapetitos rodeando la foto de su héroe. - Fíjate si es digno de admirar que sus alumnos más aventajados, los que han sido detenidos, siguen en la calle, viviendo a todo tren y recusando jueces. Y eso que se llevaron millones de euros a Paraísos Fiscales. Luego están los pardillos. Los ningundis, como ese pobre chico que entrará en la cárcel por sacar 78 euros de un cajero, hace la tira de años, con una tarjeta falsa. - Pobrecillo. - Eso le pasa por no seguir las enseñanzas de un Maestro (hizo una reverencia estilo japonés que le dejó los riñones al Jeréz) ¡Siete años de cárcel le han caído! Y sin ir a Panamá ni tener la fortuna escondida. ¡Así no se puede ir por la vida, alma de cántaro!

Remató la faena colocando la foto de Bárcenas sobre un centro de claveles rojos. (¡Otra reverencia profunda!) - ¡Cotilla, se va a desgraciar!

Mientras las sirenas de la policía y la ambulancia ponían un fondo musical a nuestra conversación, aprovechamos para desayunar unos croasanes caducados hace un mes pero que, para mojarlos en cola cao caliente, servían. - Menuda faena le hizo Andresito a tu abuela. No me extraña que esté enfadada. - ¿Ya se ha enterado? - ¿Está durmiendo aquí? - ¿La abuela? No. Se lo pensó mejor y se fue a su casa. - ¡Vaya! quería hacerle una visita a tu abuelito para que supiera que puede contar conmigo para TODO lo que sea. - Pues llega tarde. - Me extraña que tu abuela haya dado su brazo a torcer tan pronto. - Pues yo me temo lo peor porque, al salir de aquí, entrecerró los ojos y dijo, con una siniestra sonrisa: - "La venganza será terrible"


lunes, 6 de junio de 2016

¿Chiquitina bonita?

Estaba durmiendo cuando he sido despertada bruscamente: - "¡Vete para allá que no tengo sitio, jopé!" - Que sensación más mala he tenido. Unos okupas venían a echarme de mi propia cama. ¡No podía consentirlo de ninguna manera! Y luché por lo que era mío pateando a los intrusos mientras gritaba- ¡¡¡Bedulioooooooo, socorrooooooo!!!

Un bofetón de los que hacen época me despertó del todo. Con la cara ardiendo y poniendo un brazo de parapeto contra los golpes, conseguí encender la luz de la mesita de noche y... - ¡¡¡Abuela!!! - "¿A qué viene darme patadas, boba de Coria?" - ¿La torta me la has dado tú? - "Naturalmente ¿qué te has creído?" - Pensé que habían entrado okupas en casa... ¿Qué haces aquí y porque no te acuestas en tu antigua cama? - "¡Porque no me da la gana!" - ¿Y Andresito? - "¡Que le den morcilla!" - Intuyo que os habéis peleado... - "Y no es para menos"

Nos sentamos en la cocina y le dimos un tiento al chinchón. Antes de empezar a hablar, la abuela fue en busca de Pascualita para que aprenda a gestionar un disgusto matrimonial si algún día vuelve a su hábitat. - Esta no creo que tengas esos problemas, abuela. Si un macho se le encabrita, se lo come y ya está. - "Esto es lo que tendríamos que hacer las mujeres con nuestros maridos cuando sacan los pies del tiesto... Que lista es mi chiquitina bonita". - Abuela, bebe con moderación que ya estás desbarrando ¿chiquitina bonita?

- "Anoche estuvimos en El Funeral y me llevé el disgusto del siglo. Andresito me dijo que iría más tarde así que me arreglé y partí a la hora de siempre. Y allí me esperaba una sorpresa encantadora: Todos nuestro amigos sin excepción, desde los que llegan allí por su propio pie, hasta los que caminan con ayuda del tacataca o la silla de ruedas, ¡se habían rapado la cabeza! Y no veas como ligaron. Las chicas estaban como locas. Les tocaron la calva a todos. Y aquello se convirtió en una orgía de besos, abrazos y caricias. Yo estaba deseando que llegara mi calvito. ¡Había triunfado por todo lo alto, incluso en la forma de vestir. Nuestros amigos llevaban gallumbos, piratas, camisetas de colores y dibujos alegres ¡El verano había entrado, como nunca, en El Funeral!"

- "Estábamos celebrándolo cuando llegó tu puñetero abuelito" - ¡Abuela! - "A espaldas mías había encargado a su sastrería de Londres un montón de trajes, camisas, zapatos, ropa interior, americanas, pantalones ¡yo qué sé! Y entró en la cafetería hecho un pincel y dejando a todos chafados. Aquello fue como meter un pulpo en un garage. Y se acabó la fiesta porque todos se encontraron ridículos gracias a la arrogancia del fantasma de mi marido ¡¿Te parece que no hay para enfadarse?! ¡¡¡Incluso para pedir el divorcio exprés!!!"

Pascualita no se había perdido ni una palabra de la abuela. Estaba expectante, con sus enormes y redondos ojos de pez fijos en ella. Cuando entendió que había acabado la explicación, hizo la señal de OK con sus deditos y un salto mortal con triple tirabuzón... 

No me dio tiempo a cogerla en el aire y se estrelló contra el suelo. La pobre tenía tanto sueño que, estoy segura, el OK fue porque iba a volver a su cama de algas. No pensó que estaba lejos del acuario psicodélico. Cuando volvió en sí, la abuela echó un buen chorreón de licor al agua confiando que así dormiría tranquila mientras se le baja el aparatoso chichón que adorna su frente. La miré mientras bajaba lentamente hasta la arena del fondo y pensé: - ¿Chiquitina bonita? ¡¡¡Que fea es la jodía!!!

domingo, 5 de junio de 2016

La calita de los gatos.

Con un escueto bikini de ganchillo, amarillo chillón y unas plumitas sujetas a los tirantes, la abuela ha entrado en el mar dando gritos. En parte porque el agua estaba fría y porque, si no da espectáculo para que la mire todo el mundo, no es felíz. - ¿No tenías un bikini menos... provocativo, abuela? - Se miró de arriba abajo, como si descubriera por primera vez aquella mínima expresión de encaje que le ¿cubría? una muy pequeña parte de su anatomía. - "Si es de ganchillo... ¿qué tiene de malo el ganchillo? ¡¿Cómo vas a encontrar novio con ese cerebro puritano que tienes?!" 

Andresito no nos ha acompañado pero sí la Cotilla... y Pascualita. Hemos ido a la playa de los gatos. Buen sitio para llevar una sirena, le he susurrado a la abuela. Pero no se ha dado por enterada.

- ¿Por qué no ha venido el abuelito? - "Ha dicho que tenía que recibir a una visita que viene de Londres?" - ¿Quién es? (preguntó, interesada, la Cotilla) - "¡Y yo qué sé! - Yo me hubiese quedado para averiguarlo. - "¡Claro. La Cotilla eres tu!" - ¿No te pica la curiosidad? - "No. Hale, vamos a nadar" - Las dos amigas se metieron entre las olas y a partir de ese momento, nadie estuvo ajeno al escándalo que montaron. Por supuesto, ni me arrimé a ellas ¡Que vergüenza!

Cuando volvían a la arena, el termo de los chinos que colgaba del cuello de la abuela estaba abierto. ¡Oh, no! Le hice señas desesperadas para hacérselo notar y me enseñó una pequeña bolsa de rejilla que llevaba en una mano. ¡La rejilla de acero! Menos mal que no ha perdido del todo la cabeza porque allí estaba Pascualita, bastante relajada después del baño.

Nos dormimos sobre las toallas tomando el sol. La abuela y yo llevábamos protección solar 50. La Cotilla se embadurnó con aceite de oliva de arriba abajo. Me despertaron sus gritos. Toda la colonia de gatos que viven en esa calita, estaba a su al rededor y los más valientes lamían aquel cuerpo que olía a ensalada. - ¡Quitádmelos de encima! ¡Me quieren comer! - La abuela, incomodada por la escandalera, me ordenó: - "¡Dile que se calle!" - Lo que hice fue saltar sobre un gato blanco y negro que, a la chita callando, se llevaba la bolsa de rejilla con la sirena dentro. Había olido "el pescado"

Lo perseguí por las rocas, por la arena, por el Paseo Marítimo que está al lado. El gato, ni se rendía ni soltaba su presa. Le tiré una piedra y el marramamiau fue apoteósico. Inmediatamente fui abordada por turistas e isleños amigos de los animales que me pusieron a parir. Pasé de ellos y acabé acorralando al minino contra las rocas.  Entonces se le erizaron los pelos y sacó uñas y dientes y me atacó. Fue una pelea desigual en la que el gato era el bueno de la película y yo algo así como Fumanchú.

Acabé en Urgencias. La abuela, desde lejos, jaleaba al jodío gato. Pero en cuanto vio que yo tenía en la mano la bolsa de rejilla, la cogió. Los municipales me detuvieron por maltrato animal, aunque lo pospusieron para más tarde. Primero me llevaron a curar. No quedaba ningún trocito de mi cuerpo sin arañazo. Desde la camilla escuché a la vecina diciéndoles a los guardias: - Parece boba pero tiene un genio terrible. ¿A ver qué le había hecho el pobre animalito? - La abuela también puso su granito de arena. - "Unos días en el manicomio le vendrán bien. Es que, como no hay manera de que encuentre novio, mi nieta tiene una ansiedad que la lleva a mal traer. Y menos mal que le ha dado contra el gato, peor hubiese sido que me hubiése atacado a mi" - ¿Lo ha hecho alguna vez? - "Verá, es mi nieta y no quiero hablar mal de ella pero... si"

sábado, 4 de junio de 2016

Mondo y lirondo.

A las siete y media ya estaban los abuelitos en casa con unas ensaimadas calentitas , dispuestos a desayunar ¿Pero ésta gente cuándo duerme? Cuando, somnolienta, lo comenté frente a  mi taza de cola cao, la abuela, más risueña que nunca, dijo que aún no se habían acostado. - "Hemos estado hasta las tantas en El Funeral celebrando el cambio de look de Andresito" - ¿Le ha gustado a todos? - "No ha habido unanimidad. Ya sabes que, para gustos, colores. Ha habido más aceptación entre las chicas que entre los chicos . Pero eso ha sido al principio porque, al ver que todas querían tocar la cabeza de mi maridito, me temo que empezarán a verse testas mondas y lirondas por la cafetería" - Vaya, abuelito, te convertirás en un referente de la moda.

El pobre no decía nada. Creo que todavía no se ha acostumbrado a llevar las ideas al fresco. - "¡Mírale que guapo está mi galán! Es la cabeza más aristocrática de Palma. El Faro de Alejandría. La bombilla prodigiosa que ilumina mi corazón...Aaaaayyyyyyy, Andresito, gracias a ti tengo en casa un réplica de aquel actor taaaaan atractivo, que tampoco tenía un pelo de tonto, llamado Yul Briner. Déjame que te toque la cabeza otra vez, meloncito mío"

No sé si el pobre podrá resistir tantas efusiones juntas.

Cuando se despedían, el abuelito me ha susurrado: - Nena, asómate a la escalera y mira si hay vecinos. No quiero que me vean con ésta pinta. - Después mandó un mensaje a Geoooorge que los esperaba abajo con el rolls royce: ¡Pon el motor en marcha y abre la puerta!

En la puerta de la calle se encontraron con la Cotilla que entraba en ese momento - ¡¡¡MADRE DEL AMOR HERMOSO!!! ¡¡¡¿QUÉ TE HA PASADO, ANDRESITO?!! - Todas las puertas de la finca se abrieron al unísono y los vecinos, asomados a la barandilla, llenaron el espacio con sus preguntas: - ¿Qué pasa?, ¿Han dicho fuego?, ¿Okupas? ¡Ay, Dios mío!, ¡Que alguien llame a los bomberos!, ¡Mejor a la policía porque aquí hay un maromo al que le han robado el peluquín!...

Andresito no quiso escuchar más. Agachó la cabeza como un toro de lidia y embistió a la Cotilla que tuvo que hacer un quiebro para que no la arrollara. La abuela corría tras él gritando: - "¡Igual que Yul Briner! ¡¡¡Tan machote como él!!!"

Me serví una generosa copa de chinchón e invité a Pascualita. Brindamos por el abuelito - ¡¡¡Que cruz tienes con la abuela, pobrecito!!!

viernes, 3 de junio de 2016

Modernizando a Andresito.

La abuela está feliz porque, por fin, su marido viste como a ella le gusta. Han pasado por casa ésta mañana para desayunar conmigo las ensaimadas acabadas de comprar. Andresito llevaba pantalones pirata, jersey a rayas marineras, blancas y azules y un pañuelo rojo anudado al cuello y en los pies, unas avarcas menorquina. Parecía un poco avergonzado. - ¿Estás bien, abuelito? - Apenas levantó la vista, enrojeció y dijo: - He tenido días mejores. - ¿Has sabido algo del robo de tu ropa? - Todavía no.

La abuela era mucho más optimista - "¡Ha sido mano de santo este robo! (¡que cara tiene!) Así podrá renovar todo su vestuario. Es como lo que hizo Nerón con Roma. La quemó para modernizarla." - ¿Has quemado mi ropa? (dijo, escandalizado) - "Nooooooo, hombre. Era un símil para que la boba de mi nieta lo entienda" - (¡Claro que lo entiendo! La ha vendido toda a la tienda de Segunda Mano de su amiga rica) - "Hale, nos vamos a seguir modernizando a tu abuelito. ¡Y me llevo el termo de los chinos!" - ¡¡¡Noooooooooooooooooooo!!! - El pobre salió arrastrando los pies como si lo llevasen al patíbulo.

Volvieron tarde - "Traemos fideos chinos" - Me pareció que Andresito estaba... raro. Me dijo al oído: ¿Qué has echo de comer? - Fabada de lata. - ¿Te ha sobrado? - Lo siento. La Cotilla se te ha adelatado... Te veo diferente. - Un rayo de sol se reflejó en un espejo y de allí ¡a los pendientes que el abuelito llevaba en sus, hasta ahora, inmaculadas orejas! - "Pensé que no te fijarías nunca, boba de Coria... Y hay más (pinchó la abuela)" - ¿Más?... ¿Te han puesto uno en el ombligo?... ¿no? (parecía a punto de llorar)¿en la lengua?... ¿tampoco? ... ¡Ah, ya sé! En... esto...¡Allí. Justo ALLI! ¡¡¡Quiero verlo!!!

Las lágrimas corrían por las vetustas mejillas de Andresito - Hasta tu... ¡snif!... nieta me ha ...snif... perdido el ... snif... respetooooo. - "Luego dicen que las mujeres somos raras. Muchos darían lo que fuera por pasar una tarde de compras conmigo y el Juan Lanas éste se pone a llorar. Encima que, gracias a mi gusto exquisito con la moda, no hemos necesitado asesor de imagen y se ha ahorrado un pastón. ¡Que desagradecidos sois los hombres!" - Pensé que no les vendría mal unas copitas de chinchón... y a mi tampoco.

- ¡Avemariapurísmaaaaaaaaaaaaaaa! ¡Paso a una universitaria!... Vaya cara, Andresito ¡Arriba esos ánimos que ya estoy aquí para lo que necesites! (y diciendo ésto, le dió un manotazo en el brazo. Un quejío, como de cante hondo, salió de su garganta y yo grité: - ¡Olé! - Pero no era arte, sino dolor. Le acababan de hacer un tatuaje con el nombre de mi abuela y una mariposita que, en días sucesivos, será de colorines.

Mientras admiraba, boquiabierta, aquellos dibujos, la abuela depositó en la cabeza de Andresito a Pascualita, a quien había sacado del termo de los chinos, completamente dormida. El brusco despertar la enfureció y en un santiamén se llevó por delante los escasos pelos de mi abuelito que corrió, gritó, saltó, babeo y lloró como un energúmeno. Una vez que recuperé a la sirena la abuela me dijo. - "¿A que está mucho más moderno así: mondo y lirondo? ¡¡¡Que noche nos espera!!!"

jueves, 2 de junio de 2016

Empezamos bien...

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaaaa! ¡Uf! Vengo acalorada. No es raro que éste País vaya como va porque todo está manga por hombro. ¿Qué le ha pasado, Cotilla? -  He ido a la Consellería de Educación a pedir una ayuda para el Metro. - Se ha equivocado de Consellería. Tendrá que ser en la de Transportes ¿Y por qué ha ido usted?... ¡No me diga que le darán comisión por hacele el trabajo a otro! - ¿De qué estás hablando, alma cándida? Si voy a ir a la Universidad en metro, lo lógico es que me lo pague la Comunidad Autónoma... o el Gobierno central. Al fin y al cabo, voy a poner mi cerebro a trabajar en bien de la Justicia y de Luis Bárcenas. - ¿Ya la han admitido? - Ahí está el quid de la cuestión. Yo quiero estudiar en seguida pero me han dicho no sé qué de exámenes... ¡¿Cómo me voy a examinar si no me dicen qué tengo que estudiar?! Menos mal que he encontrado unos libros de Primero... - ¿Encontrado? - Sí. Estaban sobre una mesa, más solos que la una, por si alguien los necesita ¡Y esa, soy yo!

- ¿Usted quiere ser Juez y empieza robando? - ¡Estamos en crisis, boba de Coria, y eso es una ayuda al estudiante! - ¡Yo diría que no! - ¿Quién va a la Universidad, tú o yo, sabelotodo?

En plena discusión ha llegado el abuelito. Siempre ha vestido impecable, con una elegancia innata pero hoy se la ha olvidado en su casa. - ¿Vas a un baile de disfraces? - Es lo único que he encontrado en los armarios. Vengo de denunciar el robo de mi ropa y me he encontrado con Bedulio. Me ha recomendado que, antes de poner la denuncia hable con tu abuela y vosotras dos... ¿Sabéis por qué? - Viniendo de Bedulio no le hagas mucho caso. El pobre está enfermo de los nervios y a veces, se le va la pinza. - Así que sabes algo... El Municipal me ha dicho que dirías eso.

La Cotilla aprovechó el momento para hacer campaña en favor suyo y ganarse la admiración y el amor de Andresito. - ¿Has visto a tu mujer esta mañana? (dijo, zalamera) - No. - Ahí tienes la respuesta. - El abuelito me miró, señaló a la Cotilla con la barbilla y me dijo: - ¿Ya le has dado chinchón? - Pregunta a tu mayordomo, querido (¡Que modo de flirtear! ¡Que bajada de pestañas!) - ¿A Geoooorge? - Es su compinche. - ¿Mi mujer me pone los cuernos con el inglés? - ¡A mí que me registren! (grité) - Haz caso a una universitaria (la Cotilla sacó el pecho hacia adelante para rozar con él el del Andresito pero tiene tan poca chicha que no ha llegado) - Nena ¿vas a estudiar una carrera? (el rostro del abuelito se había iluminado por la emoción) No sabes cuánto me alegro.

La Cotilla iba a enmendar el entuerto cuando entró la abuela, alegre como unas castañuelas. - "¡Hola, cariño! Te invito a comer y pago yo". - Será la primera vez que me invitas y no pago yo. - "No hay como tener dinerito suelto en la cartera" - ¿De dónde lo has sacado? - "Que más te da. ¿No estás contento?... ¡Vayaaaaa. Que guapo vasssssss! Te lo he dicho mil veces y por fin me has echo caso ¡No sabes conjuntar la ropa, cariñín!" - ¿Así te gusta? (Andresito babeaba) - "¡Tanto que, si no fuera porque le hice el encargo a la nena, ahora mismo hacíamos un biznieto!"


miércoles, 1 de junio de 2016

A la Universidad

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaaaa! Vengo de apuntarme a la Universidad. - Iba a invitarla a un chinchón on the rocks pero ya veo que va usted servida, Cotilla. - Que poco se aprecia la Cultura en éste País. Te hablo de la Universidad y me tratas de borracha. - Es que ha dicho que ha ido a apuntarse jajajajajajaja... ¿Para qué, si puede saberse? - Para estudiar. - Si no sabe hacer la O con un canuto. - Que tu seas inculta no quiere decir que el resto del mundo lo sea. - ¿Y qué va a estudiar? ¿la M con la A dice MA? jajajajajajaja

En ese momento entró la abuela con un carrito de la compra, rosa fosfi. - "¿De qué va el chiste?" - ¡La Cotilla estudiará en la Universidad el próximo curso! (grité, encantada) - "¿Qué tal están los profesores?" (indagó la abuela) - Hay de todo como en botica. Quiero ser Juez. -  "¿Por alguna razón en concreto?" - Muchas: Luis Bárcenas y toda la retahíla de inocente a quienes juzgarán y mandarán a la cárcel si yo no lo remedio. - ¿Será imparcial? jijiijijijiji Me la imagino con la toga y el martillito de golpear la mesa y me parto de risa jijijijijiji

- "Se te amontonará el trabajo, Cotilla. No hay día sin personajes, presuntamente, pringados. Hoy, sin ir más lejos, dos ex Presidentes de Andalucía" - Por eso, también, iré a la Universidad. A los Jueces, abogados, fiscales, policías, etc. etc. no les falta trabajo. Y así podré llegar, tranquilamente, a fin de mes.

-  La matrícula es muy cara... ¿Tanto gana"limpiando" cepillos de las iglesias?" - Pediré una beca. - ¿Y si no se la dan? - La cogeré del cajón.

Andresito llamó a la abuela a través del interfono - "¡Ya bajo, cariño mío!" - Buenooooooo... ¿Qué vas a pedirle? - "No soy ninguna interesada. Es amor" - ¡Ooooooooh, que boniiiiiiitoooo! - "Es que ha cedido a mi capricho?" - Ya me parecía a mi, abuela, jajajajajajaja ¡No das puntada sin hilo! ¡Cuenta, cuenta! - "Me hacía mucha ilusión pasear con él del brazo, empujando un carrito de la compra lleno, por el mal llamado carril-bici" - ¿Mal llamado? - "Es carril-carrito. La alcaldesa, Aina Calvo, lo hizo con esa intención, luego se ha impuesto la ley del más fuerte y se lo han quedado los ciclistas, pero lo tienen claro conmigo ¡No me apartaré por mucho que toquen el timbre!"

Saldrán en los periódicos. Seguro.