lunes, 2 de mayo de 2016

Vamos a ver un Mago.

- "Nena ¿hay el Día de la Abuela?" - Pero... esto... ¿Qué hora es?... zzzzzzzzz - "Es una simple pregunta... ¿Ya te has dormido, marmota? Que poco aguante tienes ¡Di sí o no, jodía!"

Esta mujer no para de darme la lata y mi única defensa es hacerme la dormida porque después de escucharla a las horas brujas de la noche, me desvelo y luego voy como una zombi todo el día. Me levanté a por un vaso de agua y me quedé un rato en la cocina leyendo los anuncios del periódico. Hubo uno que llamó mi atención. Era un mago que, mediante oraciones, sabía decirte muchas cosas de tu vida pasada. Aquello no me cuadraba porque si estabas muerto ¿qué te va a contar?... Entonces me acordé de Pepe, la cabeza jivarizada ¡Ella sí que estaba muerta pero presente! Apunté el número de teléfono para llamarle por la mañana.

Puse a Pepe en la mesa de la cocina, frente a mi y estuvimos hablando un buen rato (en realidad él no dijo ni pío pero no por falta de ganas de intervenir en la conversación, sino porque no tiene cuerdas vocales. Esté sí que está en crisis permanente)

Pascualita, envidiosa, se anunció dando saltos mortales en el acuario y dejando el suelo perdido de agua. No me quedó más remedio que traerla a la mesa y contarle la idea que yo había tenido para saber, de forma clara y científica, quién había sido Pepe y dónde lo habían matado y convertido su cabeza en llavero. Debo reconocer que estaba entusiasmada y nerviosa. Y después de mucho pensarlo, decidí poner al corriente de todo a la abuela.

- Abuela, voy a llam... - "¿Ya sabes cuándo es el Día de la Abuela, boba de Coria?" - ... a llamar a un Mago para que nos diga quién era Pepe antes de ser llavero - "¿Un mago? Será un sacacuartos"

Fuímos a la consulta del Mago y todo el camino tuve que aguantar a la abuela. - ¡Que perra has cogido con el dichoso Día de la Abuela! - "¡Tiene que existir! Hablaré con el dueño del Corte Inglés y lo pondrán, con tal de ganar dinero... No sé que color elegir para la ropa interior de ese día... ¿verde esperanza?" - Esperanza de qué... ¿De tener más nietos?... ¡Anda que...!

El Mago vivía en una casa del casco antíguo de Palma, llena de gruesas cortinas de terciopelo rojo que velaban la intimidad de la familia. Nos cedió el paso, muy ceremonioso... baboso, diría yo. Dentro, la respiración se hacía imposible, por lo denso que era el ambiente impregnado de incienso en cantidades industriales. - Pasen, pase,... - Quiero saber quién fue nuestro amigo Pepe. - Perdonen pero me falta lo principal: una foto o algo muy personal de su amigo. - Su cabeza está en la cesta. Ahora la saco. - Abrió unos ojos como platos. - ¿Han profanado su tumba? - No. Vive en casa - El hombre se puso verde pero no desatendió su negocio. - Pongan en esta... bandeja la voluntad... No menos de veinte ... euros, por favor... Aaaayyyyyyyyy, que me desmayooooooo.

Mientras el Mago caía como un saco de patatas al suelo, la abuela me preguntó - ¿No decías que no había que pagar? Te están tomando el pelo, alma de cántaro. Lástima que no tengamos a mano una botella de chinchón,

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