domingo, 1 de mayo de 2016

El Día de la Madre.

- "Nena ¿qué me vas a regalar para el Día de la Madre?" - Pues... ¿es necesario llamar a éstas horas para preguntarme esto? - "Estoy intrigada y no puedo dormir... Va, dímelo, porfi" - Abuela, no puedo pensar... tengo sueñoooooo. - Y colgué el teléfono. Eran las dos y media de la madrugada.

El olor de las ensaimadas recién hechas entró en casa antes que la abuela metiéndose por debajo de la puerta de la calle. - "¿Dónde está mi regalooooooooo?" gritó con voz cantarina mientras se dirigía a la cocina. - No hay. - "¿Lo dices en serio, boba de Coria?" - Eres mi abuela, no mi madre, así que... -   "Si yo no hubiese parido a tu madre ahora no estarías aquí... por lo tanto me merezco un regalo ¿o no?. - No.

Mientras discutíamos llegó la Cotilla - ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaa! Empezáis la guerra temprano... Huéle a ensaimada. - La abuela cogió el paquete donde iban envueltas y se lo dió a su amiga. - "¡Toma, haz con ellas lo que quieras!" - ¡Oye, que no las he probado! (protesté) - "Ni las probarás" - La Cotilla las metió en su cesta. - ¡Voy corriendo a venderlas!

Por más que intenté razonar con la abuela no hubo manera de hacerle comprender que no era su día. - El único que tiene que hacer regalo hoy es Andresito que aún tiene a su madre, la Momia. - "Se lo ha hecho: un crucero por el Caribe. Así, si liga jovencitos culito-respingones, él no lo verá y no tendrá que escandalizarse... Yo esperaba un crucero por las islas griegas." - Otra vez te equivocas, abuela. Eres su mujer, no su madre. - "Me refería a ti, atontada" - ¡A mí! ¡A una mileurista! jajajajajajaja ¡Que chiste más bueno! - "No, si ahora también va a tener la culpa Rajoy de que no valgas para nada"

Cuando la abuela se fue dando un portazo, me sentí deprimida. Si no puedo echarle la culpa a Rajoy de mis penurias ¿a quién culpo de ser una trabajadora pobre? Reuní en la mesa de la cocina a la cabeza Pepe y a Pascualita. - Os hago saber que nos hemos quedado sin ensaimadas para desayunar... (la sirena me enseñó la dentadura) la abuela se ha enfadado conmigo (me tiró un buchito de agua envenada que, afortunadamente, esquivé) La buena noticia es que comeremos pan tostado... - Pascualita, con un fuerte impulso de su cola, cayó en plancha dentro de mi taza de cola cao y me lo tiró encima. También Pepe recibió pero es muy sufrido y no dijo nada... Esta cabeza se está ganando el cielo.

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