domingo, 10 de abril de 2016

Conversaciones.

Si llegué a pensar que perdería de vista, para siempre, a la Cotilla, es que no la conozco bien. Tiene querencia a ésta casa y es normal. en la suya tiene que pagarlo todo en cambio en la mía come gratis, ve la televisión gratis y bebe el chinchón que quiere, gratis también... ¿a ver si va a ser verdad lo que dice la abuela y soy más tonta que el que asó la manteca?

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaaa! - ¡La que faltaba para el duro! - ¡No me digas nada porque voy más encendida que un misto! Dicen que la Primavera ha venido y nadie sabe cómo ha sido ¿no es así? - Usted sabrá... - ¡Claro que lo sé!. ¡Ha venido borracha perdida! Estoy harta de tener la puerta de mi armario abierta para no perder tiempo al cambiarme. Salgo de casa con frío y poco después hace calor. Salgo con calor y sin chaqueta y poco después tirito de frío. Sin paraguas: llueve a mares. Con paraguas: puedo usarlo de parasol. ¿Qué locura es ésta?... Dame un poco de chinchón, a ver si me aclaro.

- Mire que le gusta fardar, Cotilla.  ¿A qué viene contarme lo de su armario?. ¿Tanto le cuesta sacar o meter las cuatro batas iguales que tiene? Siempre la veo con la misma ropa. A ver si nos actualizamos, vecina.

La abuela entra en casa como un alma en pena. Lleva unas enormes gafas de sol y un sombrero de ala ancha. Solo le falta embozarse en una capa y la tomarían por el bandolero Luis Candelas. De repente siento que falta algo para completar la escena. Pascualita no es porque en cuanto ha llegado la ha colocado en el broche y se lo ha prendido en el pecho... ¡Ya lo sé! El concierto de pitos debajo del balcón, dedicados a Geoooorge y al rolls royce mal aparcado.

- ¿Has venido a pie? - "Claro que no. Vengo de incógnito y prefiero que me vean lo menos posible por la calle" - Pues tu coche no es de los que pasan inadvertidos. - "Por eso le he dicho a Geoooorge que aparque bien" - ¡Pero si está aquí abajo! - "No le busques los tres pies al gato, boba de Coria"

La abuela contó que Blas el parado le ha encargado muchas croquetas. Esta semana vendrá al juicio del Caso Noos, Rita y habrá expectación. - ¿Qué Rita? ¿La cantaora? - "¡La del Caloret!" Y más adelante puede que venga la otra Infanta, la de Panamá. Esto se va a poner de periodistas y curiosos, hambrientos y sedientos, que dará gloria. - Este solo piensa en el negocio. (la voz de la Cotilla rezumaba envidia) - ¡Como si usted no trapicheara a todas horas! - ¡Porque no llego a fin de mes! - ¡Ni él, ni muchos como él!

- ¿Cómo vas con el abuelito, abuela? - "Todavía no le hablo. Y no lo haré mientras siga viendo guasa en los ojos de mis vecinas millonetis" - Eso te pasa por fardar a todas horas de lo que tienes.(la envidia le salía por las orejas a la vecina) - "¿Para que quiero todo lo que tengo si no puedo presumir de ello?" - La Cotilla alargó la mano para coger su copa pero Pascualita fue más rápida y se zambulló en ella. - ¡¡¡AAAAAYYYYYYYYYY!!! ¿Qué es eso? - Actué a toda velocidad para quitar la copa de en medio. - ¡¡¡Abuelito!!! (grité mirando al techo) deja en paz a la Cotilla que se arrepiente del daño que te hizo - La mujer estaba pálida y temblorosa. - Era..., era..., no me digas que... era tu primer ¡abuelito! - Solté un escueto y sentido - SI.

Saltó como un resorte de la silla y en tres zancadas se plantó en la puerta, salió a la escalera y desapareció a todo correr en dirección a la calle para poner tierra por medio entre ella y el ánima de de mi primer abuelito.

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