martes, 15 de marzo de 2016

Flasches.

El Tiempo se cachondea de nosotros: ahora hace frío, ahora calor; ahora otra vez frío, otra vez calor... Y así, a lo tonto , a lo tonto, estamos llegando a la Primavera. He decidido vestirme como me de la gana. ¿Me apetece ponerme mini falda y camiseta de tirantes a las ocho de la mañana aunque el termómetro marque 5º? Me lo pongo. Si al salir a la calle tirito pues doy dos vueltas a la manzana corriendo para entrar en calor pero de mi no se ríe nadie, ni siquiera el Tiempo.

Además, estoy enfadada con la abuela porque no me ha dejado probar ni un crespell de cola de sirena mallorquina. Las han vendido todas entre ella, Blas el parado y la Cotilla. Esperaba que me recompensara por haberle dejado mi cocina. En vista de que no era así se lo comenté y la respuesta fue para caerse de espaldas - "Lo que tienes que hacer es limpiarla bien porque está llena de harina ¿no te da vergüenza?"

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaa! ¡Corre, pon la radio mientras preparo el chinchón! - ¿Trae crespells de cola de sirena?  - ¡Me los han quitado de las manos! Voy a encender unas velas para Rita. - ¿La cantaora? - Ya lo dice tu abuela ¡Qué cruz tenemos contigo! La del caloret, boba de Coria. - ¿Saldrá por la radio? - Espero que no ¡que susto! ¡Hablará! - ¿Por la radio? - ¡Por la radio! - Eso lo he dicho yo antes. - No. Has hablado de salir. - Es lo mismo... - Si saliese sería un fantasma, un duende, una bruja... - Y si habla, también. (ya me estaba enfadando)

Puso una foto de Rita en la encimera de la cocina y encendió unas velitas de olor. Lo malo fue que cada una olia diferente y no tardamos en marearnos. - No me sienta bien escuchar a ésta mujer... (dije mientras la cabeza me daba vueltas) - Eso mismo estaba pensando yo (la Cotilla tenía un inquietante color verdoso en la cara)

Como pude, me levanté a abrir la ventana. Luego fui al cuarto de baño. Al pasar por el comedor vi a Pascualita caída en tierra. Tambaleándome me acerqué. Estaba lacia. Como muerta. Un pensamiento malvado, como un flasch, cruzó raudo por mi cerebro: la abuela ya no ganará más dinero con los crespells cola de sirena.

Intenté reanimarla metiéndola en su acuario pero cayó al fondo como una piedra. Volví a la cocina, llené una jarra con agua y la vacié sobre las velitas. La Cotilla se enfureció aunque poco. Otro flasch acudió a mi mente. - ¿Cierro la ventana y la puerta de la cocina y enciendo más velas? Que poco iba a durar la Cotilla. ¡Uf! que tentación... Pero no lo hice porque soy una pusilámine. Además, tendría que dar explicaciones a la policía sin reirme y me resultaría difícil.

En la radio, Rita seguía hablando con su voz dulce y angelical: - No sé nada, no me he enterado de nada, no he visto nada. No sé, no sé... - No se puede ser más diferente a la Cotilla. Ella se entera de todo y Rita de nada. Son polos opuestos ¿por eso se atraen?

Llamó la abuela. - "Nena, te he encontrado un candidato a padre de mi biznieto" - Pero... pero... pero no habíamos quedado que... - "He pensado que pelillos a la mar. Total, estamos aquí de paso y hay que aprovechar las ocasiones que se nos presentan para darnos un homenaje. En éste caso, tu, jodía. Ya te lo presentaré" - Y colgó.

Un nuevo flasch ha surcado mi mente y he visto la foto de la abuela colgada en la Pared de los Finados de El Funeral mientras sus amigos y yo celebrábamos una gran fiesta en su recuerdo. Y yo gritaba ¡¡¡Por fín, por fin!!! - No tuve tiempo de arrepentirme porque sonó de nuevo el teléfono. - "Mañana vendremos a comer Andresito, yo y EL" - De nuevo colgó mientras, además del pitido del teléfono, escuché un ¡chof! en el comedor. Pascualita se había recuperado.




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