sábado, 30 de enero de 2016

Multada por pollicidio.

Toda la casa huele a pollo hervido. Le he dado un poco a Pascualita, que nunca hace ascos a nada y me lo ha tirado a la cara. Los vecinos me han puesto una denuncia por pollicidia a pesar de que les he explicado que no he matado ningún pollo. - Pero los cueces en cantidades industriales ¿Para qué si no vas a comerte toda esta carne? ¿Para venderla a los chinos? - Cuando les he dicho que la abuela haría croquetas no me han creído - Tu abuela, con lo rica que es ¿se manchará las manos croqueteando? ¡Ni loca! Algo tramas y no puede ser bueno.

Por eso, a media mañana, ha venido Bedulio con cara de pocos amigos, a registrar mi casa. Me he alegrado de verle - ¿Registrar mi casa? ¡Pasa, pasa y registra lo que quieras jajajajaja ¿También me registrarás a mí? - Con los ojos como platos, se ha escudado tras la cruz que ha echo con los dedos gritando ¡Vade retro, Satanás!

Está visto que no estaba para bromas. Así que he cambiado de tema y he preguntado por Andresito. - ¿Ya has encontrado a mi abuelito? - Se le erizó el pelo del cogote y la sangre se le retiró de la cara. ¡Otra vez hizo el signo de la cruz con los dedos! ¿Se está poniendo de moda? - ¿Quiéres un poco de chinchón? No te veo muy bien. - ¡Si no mentaras a los fantasmas mientras estoy en tu casa, estaría mejor! - ¿Ha muerto Andresito? ¿No me digas que habéis encontrado su cuerpo bajo los cartones de un mendigo? - ¡¡¡Basta!!! Ya sabía yo que el jefe debía mandar a otro municipal a hacer éste trabajo.

Estábamos en el comedor y Pascualita nos vigilaba desde el fondo del acuario, tapada por las algas. Cuando Bedulio empezó a gritar, la sirena saltó hacia él, justo en el momento que se agachaba a recoger el bolígrafo que, con los nervios, se le había caído al suelo. Por eso no chocaron pero al Municipal le cayeron unas cuantas gotas de agua fría en la nuca que no venían a cuento. Así que, mientras la sirena aterrizaba contra el espejo del aparador, Bedulio salió corriendo como alma que lleva el diablo, camino de la escalera y gritando como un energúmeno atacado por fuerzas de ultratumba.

Llamé a la abuela para preguntar por el abuelito y de paso, decirle que si me multaban por la peste a pollo hervido que atufaba a la Comunidad de mi escalera, la pagaría ella. - "¿Qué pague yo tus desaguisados? ¡Ni hablar! Que cada palo aguante su vela" - ¡Es injusto! Paga tu la mitad y la otra mitad que la pague Blas el parado. - Si ya no cobra prestación alguna el pobre ¡Egoísta!"

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaa! He visto a Andresito. Sigue con los mendigos y está perdiendo peso, así que me lo he llevado a dar una vuelta por los contenedores y enseñarle a rebuscar entre la basura de los supermercados. También a pelearse con otros mendigos que quieren la misma mercancía. - ¿Has oído a la Cotilla, abuela? Te va a quitar el marido jajajajajaja ... ¿Qué dices?... No te entiendo... ¡¡¡Abuela!!!

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