martes, 12 de enero de 2016

El carrito del súper.

- "Nena ¿vas a ir a comprar a Mercadona?" -  Creo que sí ¿por qué? - "Para que me traigas un carrito de allí." - ¿Un carro de la compra? - "Sí, sí. Mete un euro en la ranura y me lo traes" - ¿Quiéres que vaya por la calle empujando un carro del súper hasta tu casa? ¿Estás de antojos? - "Es para decorar el salón. Creo que pondré unas macetas dentro y lo colocaré junto al ventanal" - ¿Ya le has dado un tiento al chinchón? - "No estás al día, alma cándida. El fiscal Horrach tiene uno en su despacho y queda de lo más mono y original."

- No tengo maña para esas cosas. Pídeselo a la Cotilla. - ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaa! - Tenga el teléfono que la abuela quiere hacerle un encargo. - ¿Qué tripa te se ha roto?... ¿Un carrito?... ¿para qué?... ¡¿Ah, sí?!... ¡Vaya, vaya!...
 
Entre visita y visita de Blas el Parado para recoger más croquetas de la abuela y venderlas a la gente que sigue el macrojuicio de Noos, bajé a comprar. En el súper había un pequeño tumulto. Eran varias las clientas que increpaban a las cajeras - ¡No hay carritos! ¡Queremos carritos! ¿Cómo vamos a llevar la compra? ¡¿En los brazos?! ¡¡¡Queremos carritooooooos!!!

El personal del súper estaba desconcertado. ¡Habían desaparecido casi todos los carritos sin que se diesen cuenta!

Me dio un palpito. - ¡La Cotilla! (pensé) - ¿Para qué los querrá? La abuela solo ha hablado de uno... - Al llegar a casa, Pascualita estaba asomada al borde del acuario comiendo una croqueta. - ¿Quién te la ha dado? ( pregunté sobresaltada) - pero ella siguió a lo suyo. ¿Ha venido Blas estando yo fuera y ha descubierto a la sirena?... (me dije) Pero ella misma me dio la respuesta porque, después de terminar de comer, saltó al suelo y reptando hasta el aparador, se metió debajo y salió con otra croqueta entre los dientes. ¡Se le habrán caído a Blas por ir con prisas y no se habrá dado cuenta!

La Cotilla vino a media tarde. - ¡Estoy rota! Pónme un chinchón, nena... mejor, dame la botella y ya me serviré yo. Lo necesito. - ¿Sabe algo de los carritos desaparecidos del súper? - ¡Claro que lo sé! Menudo negocio he echo con las amigas y vecinas de tu abuela. Cuando se han enterado de que ella tenía uno de decoración, puesto de moda por el paladín de la infanta, me los quitaban de las manos. Y eso que los he vendido caros.

El concierto de pitos bajo el balcón nos anunció que llegaba la abuela y Geooorge había aparcado, como siempre, en la parada del bus. - Entró como un basilisco y se dirigió en línea recta a la Cotilla. - "¡Ya me estás dando la mitad de las ganancias!" - ¡Ni hablar! El trabajo duro lo he hecho yo. - "Pero la idea ha sido mía!" - Porque se lo viste al fiscal. - "El lo tiene como desahogo para poner papeles. Yo, con mi vista comercial, le he dado el toque decorativo."

Discutieron un rato hasta que llegaron a un acuerdo. Se repartirían las ganancias a partes iguales y la abuela se comprometía a que, si tenía ideas geniales como éstas, la Cotilla sería su socia y pondría su esfuerzo para que todo fuera sobre ruedas. Naturalmente, sellaron el pacto brindando con chinchón.




  

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