domingo, 31 de enero de 2016

El abuelito, ni pobre ni ladrón.

Era muy temprano cuando han llamado a la puerta. Cuando he abierto los ojos he pensado que, quien quiera que fuese, no me conocía bien porque a mi no me despierta ni la Orquesta Sinfónica de Londres tocando pegaditos a mi oreja. La noche es para dormir... y para otras cosas pero, mientras eso me esté vedado, hago lo correcto: Dormir.

Cuando el ruido ha traspasado capas y capas de inconsciencia, pesadillas, sueños oníricos (me ha sabido mal dejarlos a medias) etc. etc..., me he envuelto en mi bata de invierno y he abierto la puerta. Ante mi estaba Andresito... y todos los vecinos que, asomados a la escalera, me abroncaron: -¡Llevamos una hora sin dormir por tu culpa! - Porque el abuelito no había parado ni un segundo de apretar el timbre.


Esta desmejorado. Las ojeras le llegan al tobillo, las bolsas de los ojos están tan abultadas como si llevara un millón de euros dentro. Me hice a un lado para que entrara y le dije: - Que mal te trata la vida. - Pero me sacó de mi error: - Soy un advenedizo entre los pobres y me toman por el pito del sereno. - ¿Aún hay serenos con pito en Palma? -  Todos los serenos tienen pito, incluidos los de Palma... pero ya no ejercen. - Vaya. Como salgo tan poco de noche, no me había enterado. - ¿Me estás recriminando algo? - ¿Si lo hago me dejarás la Torre del Paseo Marítimo en herencia? - Puedes estar segura que no.

Andresito me pidió que no lo delatase a la abuela. - Tendrás que darme algo a cambio de mi silencio. - ¿Trabajas para la Mafia? - Solo quiero asegurarme un porvenir... - ¿Así que tu abuela, la Cotilla y tu sois las componentes de la Mafia palmesana? ¡Por fin confirmo que caí en vuestras redes! - Entonces dije una frase que pensé le ofendería: - ¡Cree el ladrón que todos son de su condición! - Cuánta razón tienes, Nena. Alí Babá se queda en pañales frente a los míos. - Y lloró. Lloró tanto que acabé harta de recoger sus lágrimas con la fregona. - ¿Lloras por la traición de tus compañeros de partido? - Lloro por mi que he sido tan tonto de no llevarme un euro. Ahora todos dicen ¡Ahí va el tonto que no "limpió" la Caja! - Tiene que ser duro ser "el diferente"

Después de ducharse y desayunar, Andresito se ha acostado. Y yo he corrido a explicarle lo ocurrido a Pascualita - ¿Llamarías a la abuela aunque haya dicho que no lo haría? - La sirena hizo el signo de OK y ya no tuve dudas. La voz del abuelito me pilló mientras descolgaba el teléfono - ¡Nena, trae cartones para taparme. Con el edredón no puedo dormir!


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