martes, 22 de diciembre de 2015

Máquinas expendedoras.

El día del sorteo de Navidad la abuela se pone frenética desde que empieza hasta que termina. Desayuna deprisa y se planta luego, delante de la tele con toda su loteria esparcida por la mesa camilla. Antes, cuando vivía conmigo todo eran papeletas pero ahora que es rica, lleva montones de décimos.

Apunta los números premiados y se enfada muchísimo si no salen los suyos. - ¡Avariciosa. Cuanto más tienes más quieres! - "Me gusta ser rica. Y cuanto más, mejor" - Hoy tampoco ha tenido suerte porque, en cuanto ha terminado el sorteo, ha apagado el televisor y se ha ido a la calle con Pascualita. Ha dicho es que cogerían un tren.

Era la hora de comer y no habían vuelto.  Un mal presentimiento me ha rondado por la mente: Desengañada, ¿la abuela se habrá tirado al tren? .... Confío mejor en que se haya tirado al maquinista pero, con ésta mujer, nunca se sabe.

En la radio solo daban noticias de la Lotería y del reaparecido Aznar  para meter el dedo en la llaga del Presidente. El hombre ha montado un circo y ya empiezan a aparece los enanos. Pero de accidentes de tren, no dicen ni mu.

A las cinco, con los nervios a punto de estallar, he llamado a los municipales. Dos horas más tarde me han avisado que habían encontrado a la abuela: - ¿Sola? (pregunté sin saber lo que decía debido al chinchón que había tomado para calmar los nervios) - No nos dijo que la acompañaba nadie. - ¡Huy, perdón! jijiijiji... ¡hip!... No sé en qué... ¡hip! ... estaba pensando. - ¿Hay algo que deberíamos saber y usted no nos ha contado? (la voz sonaba muy seria y me dio la risa floja) - Jijijiji ¡No, no! jijijiji... Pensé que, tal vez... ¡hip! ... se había ligado al jijijijiji ... Maquinista de la General jajajajajajajaja - ¿Está usted bien, señora? - Señorita... ¡hip!

La abuela llegó a casa acompañada de dos municipales. Uno era Bedulio. - La hemos encontrado en la estación de Consell hablando con una de las máquinas expendedoras de billetes. Por lo visto se han hecho amigas - "La chica es muy atenta" - ¿Qué chica? - "La de la voz de la máquina. Me ha ayudado a sacar el billete cuando he atascado la máquina con una moneda de cincuenta céntimos y una vez resuelto el problema y como el tren no venía, hemos estado de cháchara. Al final hemos quedado en vernos para tomar café" - Cuando quedamos solas me contó que Pascualita, harta de estar encerrada en el termo de los chinos, saltó sobre la máquina de al lado, tocando pantallas y botones y a terminado echando humo. Poco después ha llegado la policía y nos hemos ido"

 - ¿No habrán visto a la sirena? - "Creo que no..." - ¿Y eso? - "Es que uno de los guardias, pensando que era un bicho, le ha dado un manotazo y ella se le ha agarrado a un dedo con los dientes..." - ¡Madre del Amor Hermoso!" - "Cuando se ha puesto a saltar y gritar les ha dado la risa a sus compañeros. Yo he dicho que tenía prisa y me han traído a Palma después de que le arrancara a Pascualita de un tirón. Antes de entar en el coche de la policía, he visto que el pobre estaba rodeado de gente que le aplaudía. No es raro porque hay que ver los saltos que daba el pobre"

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