viernes, 4 de diciembre de 2015

De mujer a media mujer.

Ya que vivimos juntas debemos conocernos mejor por eso, después de desayunar, Pascualita y yo hemos tenido una conversación de calado: Hemos hablado de lo divino, lo humano y lo submarino.  Hemos dado nuestras opiniones, expresado nuestras ideas... Y por si esto fuera poco, a la abuela nunca se le ha ocurrido hacer algo igual.

Pascualita, sentada sobre el frutero miraba como limpiaba la mesa, la pared y el suelo de la cocina, después de que lo pusiera todo perdido de cola cao. La rabia me carcomía por dentro y he estallado - ¡Todos los días lo mismo! ¿No te da vergüenza? Tendrías que hacerlo tú. En mi mundo¡ quién ensucia, limpia, bicho asqueroso! -

Reconozco que no ha sido el mejor modo de empezar una conversación pero yo tenía que hacer valer mi autoridad. Al fin y al cabo es mi casa y la sirena mi huésped. - ¿Te gustaría que hiciera lo mismo en tu casa? - Ella seguía mirándome con sus redondos ojos de pez. - ¿No tienes nada qué decirme? - Entonces hizo la señal de OK.

- ¿Qué quieres decir? - (Otra vez OK) - ¿Te gustaría que ensuciara tu casa? ¡Claro! Estarías en ella... ¿La añoras? - Tiró una manzana al suelo. - La culpa de que estés aquí es de la abuela. Te ha cogido cariño... Yo también, a pesar de todo... En el fondo del mar, ¿habláis entre los peces? - (Tiró un plátano) - Que buena vida os pegáis allí abajo: solo comer, nadar y dormir. ¡La ilusión de mi vida! - Tiró una manzana con mala uva) ¡Vale! ya sé que el pez grande se come al chico y que no todo es coser y cantar. Pero aquí estás tu, con más años encima que Matusalem ¿Acaso no eres una de las sirenas que cantaba a los pescadores para atraerlos al mar y comérselos? - (OK) - ¡Entonces tengo razón: eres más vieja que la tos!

Seguimos nuestra charla. - ¿Es religiosa tu mitad persona?... ¿No me entiendes? Vale. No me he expresado bien ¿Crees en Neptuno? - OK - ¿Sí? Bueno, hay que reconocer que el hombre estaba cachas y tenía su puntito erótico con esos pelos y barbas larguísimos y los abdominales bien marcados como si se pasara la vida en el gimnasio jejejejejeje (ahora me tiró una pera) No te ofendas, Estar buenorro no es malo...

- ¿Tenías pareja allí abajo?... ¿no?... ¿No hay sirenos? - (Me enseñó los dientes y no supe si sonreía o me amenazaba) - ¿Hay sirenos? repetí. - Entonces hizo como si masticara - ¡¿Te los comes?! - OK - ¿Antes de... o después de... ? (me daba vergüenza ser más explícita la primera vez que teníamos una conversación de mujer a media mujer (o algo así). Pascualita dio un salto mortal y cayó en el fregadero y siguió saltando hasta llegar a la despensa y subirse al paquete de latas de atún. Clavó la dentadura en una de las tapas y un segundo después se comió el contenido. Repitió la operación hasta que las vació todas. - ¿Cómes atúnes?... ¿Los atacas o te lías con ellos de buenas a primeras? - Pascualita me tiró, una tras otra, las latas a la cabeza, poniéndome perdida de aceite. Estaba fuera de sí e impulsándose con la cola, saltó sobre mí con la dentadura de tiburón abierta de par en par.

Ahora tengo una teta que nome cabe en el sostén. Estoy cansada de saltar, brincar, correr, llorar, gritar y maldecir. Cuando he podido respirar bien, he llamado a la abuela. - "Solo a ti se te ocurre mentar la soga en casa del ahorcado. Pascualita está en celo y no hay machos de sirena en mil kilómetros a la redonda, boba de Coria."

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