sábado, 5 de diciembre de 2015

Aparece Bedulio.

He ido a un parque municipal y cuando no me miraba nadie, me he llevado un pez rojo que nadaba en un estanque con nenúfares.

Tengo que congraciarme con Pascualita porque, desde que tuvimos la conversación de mujer a media mujer, me tiene amargada. Si está en su acuario me escupe agua envenenada cuando paso por su lado. Tengo que llevar las gafas de sol puestas en casa para que no me pille desprevenida. Otras veces salta sobre mi con la dentadura fuera . Gracias a mis reflejos, la sirena se ha dado unas buenas costaladas contra muebles y suelo, cuando me aparto. A veces queda KO y tengo un rato de tranquilidad pero otros, vuelve a la carga una y otra vez. ¡Que pesada! ¿Cómo iba a saber yo que está en pleno celo?

El pez que he cogido es una carpa de buen tamaño, vigorosa... o vigoroso . No le he preguntado si es él o ella pero, para un apaño, ya le valdrá a Pascualita.

Cuando me iba del parque se me ha ocurrido que podría prepararles un precioso escenario romántico para que acercaran posturas (nunca mejor dicho) y he vuelto atrás para coger algunos nenúfares en flor y ponerlos en el acuario. También podría colocar una velitas encendidas sobre las flores y echar un buen chorro de chinchón al agua. Quedaría tan... ¡Pum! Mi ensoñación se rompió de pronto. - ¡Déja esos nenúfares dónde estaban! - ¿Bedulio? - Me volví para enfrentarme al Municipal - ¡Que susto me has dado, jodío! jajajajajaja ¡Me alegro de verte después de tanto tiempo! - Y me acerqué a saludarlo con un beso pero él se retiró y extendió los brazos ante mi. Solo le faltó decir: ¡Vade retro, Satanás!

Sacó la libreta de las multas y empezó a escribir - ¡Oye! ¿No irás a multarme por dos flores birriosas? - Estás robando a la comunidad. - Que yo sepa el parque no pertenece a ninguna Comunidad de Vecinos... - El parque es de TODOS los ciudadanos que lo hemos pagado con nuestros impuestos. - Bueno (dije, risueña) entonces me llevo lo que corresponde a lo que he pagado yo jejejejejeje - ¿Y el pez? - (Vaya, así que me había visto...) ¿Qué pez? - El que llevas en la bolsa. (Y me la arrancó de un tirón) - ¡Oye. Que acabo de comprarla en el súper. Está congelada! - La puñetera carpa chapoteó en aquel mismo instante. Bedulio comprobó que estaba viva y coleando dentro de un recipiente con agua. - Por mentir, reírte de la autoridad tomándome por tonto, por cortar flores, por llevarte un pez de los grandes, por... - ¡No sigas que acabarás acusándome de haber matado a Kenedy! - ¡Mil euros de multa! - ¡Queeeeeeeeeeeee! ¡Toma tu pez, tus nenúfares y métetelos por donde te quepan! - Mojó con la lengua la punta del bolígrafo y anotó: - Por injuriar e insultar a la autoridad... - ¡¡¡Para!!!

Después de mucho discutir, devolví el pez y las flores al estanque y me marché de allí enfadada, abroncada y con un susto en el cuerpo que me temblaron las piernas un día entero. Menos mal que me quitó la multa.


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