domingo, 13 de diciembre de 2015

Andresito, portero.

Para variar he llamado yo a la abuela. ¿Qué tal está el abuelito? - "Fatal. Iban a sacarlo de la UCI y han tenido que dejarlo unos días más" - ¡Ostras! ¿Ha tenido una recaída? - "No, porque allí no tienen armarios así que no ha podido repetir el salto del tigre jejejejejeje" - No sé cómo puedes bromear con cosas tan serias... ¿Qué le ha pasado ésta vez? - "Al saber que dentro de poco le darían el alta médica, le he buscado trabajo. Quiero que sea mi portero y me abra la puerta de casa cuando llego o salgo" - Para eso ya tienes a Geooorge. - "No es lo mismo. No tenemos una relación amorosa en cambio con mi marido, si" - Pero tienes llaves de la Torre del Paseo Marítimo... - "¡¿Y qué tiene que ver la velocidad con el tocino?! Yo quiero experimentar sensaciones nuevas como las del obispo y su ligue. ¿Te imaginas lo que es para una mujer enamorada que tu chico..." - Llamar Chico al obispo es tener guasa, abuela. Tiene el pelo blanco. - "Para mí es un chaval" - Ah, bueno. Visto así... ¡Aaaaaaaaaaaaaaaayyyyyy! (el pescozón no me dejó acabar la frase porque me di de morros contra el altar de los Amigos de lo Ajeno que la Cotilla aún no ha desmantelado)

La abuela siguió a lo suyo, como si tal cosa, mientras yo intentaba parar la hemorragia nasal a fuerza de kleenex. - Que tu chico te abra las puertas del Palacio Episcopal, es un puntazo. Si sujeta el portón mientras entras el coche para resguardarlo de miradas ajenas y vuelve a hacerlo cuando te vas, echando primero una miradita a ambos lados de la calle en plan caballero medieval protegiendo a su dama, ya es para babear. Lo único que no me gusta es que salga en chandal. Un obispo debe ir vestido de obispo, pero en chandal... como que no..."

- ¿Quiéres decir que estas cosas te aumentan la libido? - "¡Claro! Por eso quiero experimentarlo con Andresito, pero sin chandal" - ¿Tendrá que vestirse de obispo? - "Lo pensaré..." - No me extraña que su corazón no esté para estos trajines amatorios.

Insistí en ir con ella a la clínica - "Iré con Pascualita. Contigo seremos tres y tres son multitud" - ¡Es mi abuelito!" - Al final, cedió - "Eres más pesada que una vaca en brazos" - La abuela quería que la sirena conociera lo que era una UCI y el trabajo que se hacía allí, por si algún día volvía a su hábitat y lo ponía en práctica en el fondo del mar. Llevaba abierto el termo de los chinos para que su amiga pudiera ver bien.

El abuelito dormitaba en su cama. Tenía mala cara y lo acentuaba el hecho de llevar varios tubos enchufados a su cuerpo. Junto a él unas máquinas parpadeaban machaconamente y de una percha colgaban varias bolsas llenas de líquido que entraba, gota a gota, en las venas. Mientras a mi se me ponía la carne de gallina Pascualita abría de par en par sus inexpresivos ojos de pez ¡y saltó a una de las bolsas de suero! La mordió y todo el líquido cayó al suelo. La sirena se enfadó mucho y atacó la siguiente bolsa con el mismo resultado - "¡Cógela, maldita sea!" (me susurró la abuela, alterada) - ¡Cree que es agua y quiere meterse dentro! - De repente dos enfermeras entraron corriendo ¡¿Qué pasa?!

Cuando volvió la calma y se repusieron las bolsas, la abuela echó un rapapolvo a todo el personal de la UCI que se le puso a tiro. - "¿Para esto pagamos? ¿Para que pongáis unas bolsas baratas que no aguantan el peso del líquido? ¡Como le pase algo a mi marido se os va a caer el pelo!" - Será por los recortes en Sanidad... De todas maneras...no entiendo... Nunca... había... pasado algo... así. ¿Seguro que no han... tocado nada? - "¿Pretende echarnos la culpa?"

Al salir, muy dignas, de aquel lugar, pregunté - ¿Dónde está? - "La he tirado a la cuña" - ¿Estaba vacía? - "No. Vuelve a entrar y cógela porque no creo que Pascualita aguante mucho allí dentro" - La has tirado tú... - "¿Sigues queriendo ser dueña de la Torre del Paseo Marítimo?... Pues, eso"

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