jueves, 10 de diciembre de 2015

Amor, amor, amor...

La abuela me ha llamado para decirme que la vida, las flores, los pajaritos, la nubes blancas que surcan el cielo, las palomas que se posan sobre las estatuas dedicadas a los grandes hombres, los paseos de tierra amarilla que rodean los parques, los peces de colores, el timbre de las bicicletas, el humo de las chimeneas, el olor de madera quemada, el aroma del pan recién hecho... - Abuela, perdona que te interrumpa... ¿has tomado chinchón en lugar de café esta mañana? - "Eres una borrica integral ¿Sabes lo que es el romanticismo? ¡que vas a saber si eres un témpano de hielo con patas! Tienes la sensibilidad pegada al culo. Te hablo de amor y piensas que estoy borracha" - Es lo que pensaría cualquiera que te oyera... - "Asómate al balcón. Aspira fuerte y el olor del amor entrará en ti" - ¡Jopé, abuela! Me tienes preocupada! - "¡Que te asomes, coñe!"

Hice lo que me decía y entré de nuevo en casa tosiendo como una descosida - No se porque te hago caso ¡cof, cof, cof¡ Ay ¿desde cuando el amor huele a tráfico rodado, a polución y a contenedores sucios? - "Si es que no sabes ni oler. Bajo ésta pátina de suciedad se esconde una hermosa flor: el Amor" - ¡Y dále! Si que se ha lucido Andresito ésta noche.

- "Deja a Andresito en paz que me tiene contenta. Es tan insensible como tú. Anoche me puse un mini camisón nuevo. Lo compré en la tiende de los chinos del señor Li. Es negro, transparente y tiene unas lucecitas que se activan apretando un diminuto botoncito. Cuando entré en la habitación él  estaba dormido. Es una marmota éste hombre. No encendí la luz para que los efectos fueran más espectaculares. Me puse de pie en la cama, apreté el botoncito e inicié un movimiento de vaivén como si fuese una ola. Después, con el pie, busqué su pecho para despertarlo con un suave masaje pero no calculé bien y lo que hice fue taparle la nariz y la boca.  Se sentó de un brinco al quedarse sin aire y cuando vio las luces moviéndose frente a él en la oscuridad, lanzó un grito desgarrador ¡y le dio un infarto! ¿Se puede ser más desagradecido?"

- ¿Se ha muerto? (pregunté, asustada) - ¡Que va! Pero ha quedado algo afectado del cerebro. Dice que los espíritus bailaban sobre su cama" - ¿Le has dicho que eras tú? - "No. Y ahora voy a la Catedral siguiendo el rastro del amor..." - ¡Vale ya, abuela! - "Nuestro obispo está enamorado ¿No es romántico?" - En serio, abuela ¿has bebido? - "¡Que cruz tengo contigo!" 

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