martes, 24 de noviembre de 2015

Velas como remedio.

Mientras nos comíamos un kebab con Pascualita, en la cocina de casa, la abuela me ha contado su último encontronazo con Andresito. - Lleváis una mala temporada últimamente. ¿A qué es debido, abuela? - "Me he dado cuenta de que fue una tontería casarme. Antes era libre. Hacía lo que me venía en gana sin tener que dar cuentas a nadie. Entra y salía, bailaba, tenía amigos que no paraban de lanzarme piropos. Era la alegría de El Funeral... y ahora..." - Ahora haces lo mismo, solo que con dinero en el bolsillo. - "Visto así... Pero no hay aventura en mi vida. Ni riesgo. Quiero un collar de oro: solo tengo que abrir la boca y ya lo tengo. Y así todo... Antes me pasaba el día haciendo cuentas para que me llegara el dinero y poder ahorrar un poco para darme un caprichito. Y disfrutaba horrores con él... ahora esta ilusión la he perdido... "

- ¡Pobre niña rica! (dije con ironía) - "Gracias por lo de niña" - Es un dicho, abuela. ¿Estás harta de ser rica? Pásale el puesto a la Cotilla. - "¡Sí, hombre!" - Creo que lo que te pasa es que te estás haciendo viej... esto... ejem... ¿quiéres un chinchón? ¡¡¡Aaaaaaaaayyyyyyyyyyy!!!

La abuela fue implacable. Es cierto que cada día es más vieja pero no ha perdido ni tanto así de reflejos Me dio tal pescozón que hice palmas con las orejas, pegué contra la pared, reboté y caí por la ventana que tenía abierta para orear la casa. Menos mal que el árbol de la calle evitó que me matara contra la acera. Pero caer, caí, aunque a cámara lenta y gritando como una descosida.

Me cogió Bedulio que estaba haciendo la ronda y, casualmente, pasaba bajo el árbol - ¡Oh, no! - dijo cuando me vio y me tiró al suelo. Apresuró el paso y desapareció de mi vista al doblar la esquina.

Las piernas aún me temblaban cuando entré en casa. La abuela se estaba tomando un chinchón delante de la tele donde los paniaguados de siempre discutían con voces barriobajeras. -"Llamaré a
 Blas el parado para que haga acopio de velas porque se le presenta una buena ocasión para conseguir euros extras para los gastos de Navidad: En Cataluña, un conceller ha recomendado a los farmacéuticos que pongan una vela, se supone que al santo correspondiente, para ver si cobran lo que les debe la Generalitat. Imagina que funciona y la moda se extiende. Quién tenga más velas, hará su agosto... Como cambian los tiempos. Antes, esto de las velas al santo lo recomendaban los curas"

 ¡Avemaríapurísimaaaaaaaaaa! ¿Dónde puedo meter todas éstas velas? - La Cotilla venía cargada con velas de todos los grosores y tamaños. - "¿Has oído la noticia de Cataluña, verdad?" - Siiiiiiiiiiii Y no me van a coger en bragas. Tengo velas para dar y tomar. Estaban en un almacén, con las puertas abiertas para que quién pasara se sirviera. Y eso he echo. - Y puso cara de no haber roto nunca un plato. - ¡Ya!

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