martes, 17 de noviembre de 2015

Una gran ofensa.

La Cotilla está en casa para mi estupor. - ¿No estaba en la cárcel? - Sí, pero me han echado de muy malas maneras. - Qué habrá echo para que ni allí la quieran. - Nada. Solo comer todo lo que me daban. - Los habrá arruinado porque, cuando se trata de comer de gañote, usted se lleva la palma. Voy a llamar a la abula para darle la noticia.

En diez minutos estuvo el rolls royce aparcado en la parada del autobús. - "¿Por qué te han sacado de la trena?" - No lo sé porque yo estaba muy bien allí. No tenía que preocuparme por nada y esperaba la hora de las comidas como agua de mayo. De repente viene el Jefe y muy groseramente, me saca de allí.. En cuanto coma algo iré a ver a Bedulio para denunciarlo. - "¿Tan grave ha sido?" - Juzga por ti misma: Cuando le ha preguntado, suplicando, ¿Por qué?. Va y dice el hombre: Es usted demasiado vieja para estar aquí. - "¡¡¡¿Qué?!!!. Vamos, Cotilla, te acompaño a poner la denuncia"

Cuando le conté a Pascualita el motivo por el cual las dos amigas salieron echando chispas de casa, se quedó tan pancha, la tía. Después saltó de la mesa de la cocina hasta la botella de chinchón que estaba junto al fregadero. Que fuerza tiene en la cola este bicho y hay que ver lo lista que es porque se da a entender cuando quiere algo... Sobre todo si nuestros gustos coinciden, como en éste caso.

Así que nos sentamos, ella sobre la cabeza del abuelito Roberto y yo en la silla, para darnos un homenaje tranquilamente.

Cuando volvieron las dos viejas traían un humor de perros. - "¡Se han reído en nuestra cara!" - Y Bedulio, aunque hemos preguntado por él, no se ha acercado a saludarnos ¡Y estaba allí porque lo he visto esconderse! - "Esto no puede quedar así. Le diré a Andresito que mueva los hilos de sus influencias en el partido de los Pinochos..." - No sé que tal le irá, abuela, porque ahora son oposición. - "Que remueva cielo y tierra pero queremos una disculpa pública ¡Mira que llamarnos viejas a nuestra edad! No lo consiento" - No era a ti, sino a la Cotilla. - "¡Es lo mismo, porque nos llevamos horas de diferencia!"

Era tarde cuando Andresito llegó, cansado y algo acobardado. - No he conseguido nada. Dicen que no ven la ofensa por ningún sitio. - "¿Para qué sirven los tuyos? Para sacarnos los cuartos pero, a la hora de la verdad ¿nos defienden? ... ¿Has hablado con los que mandan ahora?" - He hablado con todos y nadie hará nada porque no tenéis razón. - ¿Qué quiéres decir? - Pues... que tenéis más... - ¡Alto ahí, Andresito, que se masca la tragedia. - El abuelito carraspeó. - Tenéis más años... - "¡¡¡Nooooooooooo!!! - Reconocédlo y aceptarlo... Más años que Matusalem (suspiró) - ¡¡¡CALZONAZOS!!!"


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