lunes, 9 de noviembre de 2015

Llámalo Medicina.

Ha llamado la abuela: - "¿Está la Cotilla?" - Ni lo sé, ni me importa (y he colgado) - Ha vuelto a llamar - "¡Como venga, te lavaré la boca con lejía!" - Huy, mira como tiemblo. - (he vuelto a colgar)... Y así hemos estado casi toda la noche. ¿Cómo voy a rendir en el trabajo si duermo a salto de mata?

Dicen que, cuanto mayor es una persona, menos duerme. Y como la abuela es más que mayor, duerme poco y el resto del tiempo lo dedica a fastidiarme... Tal vez debería dejar a Andresito y buscarse un novio. Mientras esté en en inicio de una nueva relación, solo tendrá tiempo para su enamorado y solo entonces podré despertarme descansada, feliz y mi cutis lucirá como el de la Reina Letizia... En cuanto tenga oportunidad le lanzo la idea. Y como le gusta seducir y enredar, creo que picará.

Lo siento por el abuelito... aunque tal vez me lo agradezca.

Desayunando, he puesta a Pascualita al corriente de mis intenciones. Me ha mirado fijamente con sus saltones ojos de pez durante un rato. He pensado que procesaba la idea en su diminuto cerebro acuático hasta que ha dado un salto mortal con doble tirabuzón adelante y atrás, cayendo en bomba en su taza de cola cao y poniéndolo todo perdido. - ¡¿Pero quién te ha enseñado modales, monstrua marina!? - De nuevo me ha mirado, después ha levantado un poco la parte derecha del labio superior, mostrándome el afilado colmillo como el que no quiere la cosa ¡y ha vuelto a batir record olímpico al saltar, esta vez, en mi taza. Las salpicaduras han llegado hasta el abuelito Roberto que descansaba su cabeza en la estantería.

No puedo seguir así. Pascualita también necesita un novio... aunque se lo coma.

La abuela vino a casa, muy enfadada. - "¡Lo que me he gastado para que te dieran una buena educación no ha servido de nada! Como vuelvas a dejarme con la palabra en la boca te pondré las peras a cuartos!" - No te gastaste nada en mi. Lo pagó mi madre. - "¡Qué sabrás tu si nunca has tenido muchas luces!" - Abuela, quiero hacerte una proposición. - "¡Serás indecente!" - Con Andresito te aburres y me das a mi la tabarra. ¡Búscate un novio que te llene de ilusión! - "¿Te estás oyendo, alma de cántaro? ¿Quiéres que traicione a mi marido?..." - Si lo llamas traición suena fuerte. Di Medicina. Calmaría tu ansiedad y yo podría dormir. - "Visto sí... Si, puedo llamarle Medicina... Empezaré hoy mismo. La verdad es que mi suegra me da mucha envidia cuando la veo tan ilusionada con su novio"

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaa! - "¡A ti te quería ver yo! Deja de mariposear al rededor del chico de la Momia. No sabes cómo se las gasta la señora. Lo mismo te manda un sicario con la orden de arrancarte las uñas en vivo para que sepas lo que vale un peine. Avisada quedas, Cotilla. Y ahora me voy que tengo que arreglarme y estar más glamurosa que nunca esta noche en El Funeral" - ¡Ni que fueses a buscar novio! (gritó la Cotilla a la abuela cuando ésta salía camino del rolls royce) - Asombrada por su perspicacia, dije: - ¡¿Cómo lo ha sabido?! - Por la mirada que me hechó supe que acababa de meter la pata.

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