domingo, 29 de noviembre de 2015

La churrera.

- "Nena, mira que te traigo: una churrera" - ¿Para qué sirve? - "¿Me lo dices de verdad?" - Claro. No sé qué es este artilugio. - "¡Ay, Señor, que me las has echo más tonta todavía y yo creía que ya había llegado al tope! La palabra CHURRERA ¿no te suena a nada?" - Pues... hummm... esto.... No. - "¡Que cruz tengo contigo! Con una churrera se hacen... ¡churros!" - ¡Anda. Que curioso...¿Estás segura?

Pascualita nos miraba sentada sobre el frutero. - "Espero que nunca tengas una nieta tan zoquete como la mía. Al paso que va, ni tendrá hijos" - Aún puedo encontrar un hombre que me enamore...- "Como no vayas a las rebajas" - Y tener hijos con él... - "Para tener hijos sirve cualquiera ¿verdad Pascualita? Todo es ponerse. Y luego, como haces tú,  te lo comes para que no queden pruebas y no reclame después la paternidad" - Abuela ¿me estás comparando con la birria de la sirena? Soy una persona civilizada. No puedo comerme a mi amante.- "¿Lo has probado?"

- ¿Para qué has traído la churrera? - "Para que hagas churros mientras preparo chocolate a la taza ¿Quiéres merendar, Pascualita?" - La puñetera sirena ha echo la señal de OK con sus deditos. - ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaa! ¿Hablábais de merendar? - Caramba, Cotilla, usted siempre tiene las antenas puestas cuando se habla de comida. ¿Sabe hacer churros? - Claro. - Pues ahí tiene el aparato. Empiece cuando quiera. - ¡Alto ahí! Vengo en calidad de invitada ¿no querrás que haga yo la merienda? Además, el negocio de éstos días Black Fridey ha ido redondo. He vendido todo lo que he ido encontrando en los contenedores. Lo he puesto rebajado y me lo quitaban de las manos. - ¿Rebajada la basura? pero si a usted le ha salido gratis. - Si, pero el truco es poner un cartoncito con dos precios y tachar el más alto. Es mano de santo. Así que estoy cansada después de tanto trajín y lo único que quiero es que me sirvan.

Media hora más tarde y después de muchas críticas y risas a mi costa, llené un plato de churros (bastante "churros" por cierto) que me supieron a gloria. Y como la abuela borda el chocolate, la merienda ha sido un éxito.

Como la entrada de la Cotilla fue inesperada, no tuve tiempo de lanzar a la sirena al acuario y se quedó escondida entre la fruta. De vez en cuando le di trocitos de churro bañados de chocolate que desaparecían rápidamente en su boca. La Cotilla me observó - ¿Se puede saber qué haces dando churros a la fruta? - Me sentí pillada y respondí. - Tengo que sacarme el carnet de conducir... - ¿Tú? jajajajaja ¡Que peligro! (me empecé a cabrear) - ... y prometí que si aprobaba haría ofrendas a los dioses, como se hacía en la antigüedad. Y me estoy entrenando - A la vecina se le llenaron los ojos de lágrimas y por un momento, pensé que eran de emoción, pero sus hombros empezaron a saltar ¡se partía de risa! - ¡En la antigüedad no había chocolate porque no se había descubierto América, boba de Coria!jajajajajajajaja. Di que eres tonta y quedas mejor jajajajajaja.




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