miércoles, 7 de octubre de 2015

¿Me caso?

- "Estoy pensando en hacerme un arreglillo en la cara" - ¿Irás a Lourdes? - Esta sencilla e inocente pregunta, desató una furia incontrolable en la abuela que la resumió dándome tal pescozón que mi cabeza rebotó contra el acuario y a punto estuvo de salirse toda el agua. - ¡¡¡Aaaaaayyyyyyyyyyyy!!! ¡Era broma!

Pascualita salió, rauda, a la superficie. Nos miró a ambas y enseguida tomó partido por la abuela. Sacó hacia afuera la pequeña dentadura de tiburón y yo me alejé de allí. Preferí quedarme en la cocina junto a la cabeza de mi primer abuelito. - Menos mal que te tengo a ti, que me comprendes y me das consuelo (lloriqueé haciéndome la mártir)  - ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaa! Pase, pase, señor Li.

Se me pusieron los pelos de punta. La Cotilla había cumplido su amenaza denunciándome al chino que tiré por el balcón. Me escondí en la despensa, detrás del saco de patatas. ¿Está tu nieta? (la oí preguntar a la abuela) - Estaba en la cocina hablando con su abuelo. - ¿Tenel abuelo antepasado tu nieta) - "Sí. Le estaba contándole sus penas. Es una pánfila" - ¿Ella quelel antepasados? Yo casal con ella. - "¿Qué dice éste, Cotilla?" - Creo que quiere casarse ella. Se ve que el batacazo que se dio lo ha dejado tonto. - "Eso será"

Por más que me llamaron, no salí de mi escondite. Esperaría a que las celebraciones, a base de brindis con chinchón, por mi próxima hicieran efecto. Pero, aburrida, me dormí antes de que eso ocurriera. Cuando desperté estaba dolorida por la mala postura y las dos amigas seguían de cháchara aunque no con el señor Li. Tuve que encender la luz para no tropezar porque era noche cerrada. Oí la voz de un hombre: el vecino de arriba. - Ya sabía yo que estos dos se llevaban algo entre manos. Un idilio, vamos... ¿Saldrán en el Hola? La boda de este hombre será un acontecimiento social porque dicen que está forrado el tío. - Entonces tendré que ponerme de tiros largos (dijo la Cotilla) Empezaré a buscar ropa en las tiendas de 4ª mano. - Lo que tenemos que hacer es contratar a un buen coreógrafo que nos enseñe a bailar como Soraya - ¿Soraya? - La vicepresidenta del Gobierno. - ¿Vendrán políticos? habrá que tener cuidado con los bolsos y las carteras (el vecino lo dijo muy serio) - ¡Estos, como siempre, sacando tajada y a mi que me parta un rayo. ¡Este trabajo es mío! (la Cotilla estaba muy enfadada)

Hice mi entrada en el comedor y los tres prorrumpieron a gritar: - ¡¡¡Viva la noviaaaaaaaaaaaa!!!

Tirado sobre la alfombra, estaba el señor Li. - ¿Está... está muerto? - "¡Qué va! Solo tiene un coma etílico" - La abuela me esampó dos sonoros besos - "¡Por fin tendré un biznieto!" - ¡Y yo saldré en el Hola! - ¡Y yo iré a una boda de postín! - Y yo no pienso casarme con ese (señalé al chino) -  "Pues yo le he dicho que si" - Y yo. - Y yo. - El vecino me señalaba con el dedo en plan ordeno y mando. Corrí a por Pascualita y la estampé contra ese dedo que ella mordió con rabia. Todo fue muy rápido y nadie vio nada. Pero el dedo empezó a tomar dimensiones preocupantes mientras su dueño saltaba, brincaba, aullaba y corría dando vueltas al comedor y la Cotilla, pálida como la pared, corría por el pasillo buscando la salida.


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