jueves, 22 de octubre de 2015

L@s herman@s mayores.

Geooorge ha llegado cargado con una cesta. - Ser comidau que comprar madame. - Pónla en la cocina, porfa. - ¿Porfa ser plis? - Sí... digo, yes. - Si you no hablar bien, mi no entender a you. - Mira quién fue a hablar: Jorgito, el Catedrático. ¿La abuela vendrá a hacer la comida? - Yes. Ella querer comer veri well. - ¿Qué insinúas, inglés? ¿A que bajas la escalera rodando como una pelota? - ¿Pelota ser albondigau? - ¡La madre que te parió!

Un poco antes del mediodía vino la abuela. Estaba radiante. Se había puesto una trenza postiza, color chicle de fresa, atada con cintas doradas. Era todo un espectáculo. Al verla, Pascualita hizo la señal de OK con los deditos - ¿Qué celebramos hoy? (pregunté) - "El día de los hermanos y hermanas mayores" - ¡Entonces yo hago fiesta! - "Nasti de plasti, querida. Tú eres hija única y eso no vale" - Vaya...

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaa! ¿He oído algo de Fiesta? - "Te funciona el radar pero tú tampoco tienes nada que celebrar, ni Andresito, ni su hijo el Médico. Todos sois hijos únicos. En cambio la Momia y yo, sí porque tuvimos hermanos pequeños, y los científicos han dicho, con muchísima razón, a la vista está (y se señaló) que los mayores somos más inteligentes". - ¿Han experimentado con ratones para saber esto? (preguntó la Cotilla cruzándose de brazos) - ¿Sufrieron un coma etílico y y al despertar dijeron esta tontería? (estaba picada en mi amor propio) - "Mucha envidia cochina noto en ésta casa... Por cierto (me miró) quién tu sabes, también es más inteligente que tú jejejejejeje" (¡que mala uva tiene! Se refería a Pascualita) - ¿Quién, quién? (quiso saber la Cotilla) - "Ah. Se dice el pecado pero no el pecador" - ¿Vendrá la Momia a comer? - "Naturaca, tontorrona"

La abuela se esmeró con la comida. Todo estaba riquísimo pero nos supo a cuerno quemado por su culpa ya que no dejaba de llamarnos segundones. Cuando ya íbamos por la quinta botella de vino, la Cotilla se levantó de un salto, señaló a la abuela con un dedo acusador y gritó: - ¡¡¡Tú eres hija única!!!

Hubo una conmoción general en la mesa. - ¿Eso es cierto? preguntamos los segundones a la vez. - "NO. Tuve tres hermanos pequeños" - No los vi nunca. (replicó la Cotilla) - "Siempre has sido despistada" - ¿Dónde están mis cuñados? (Andresito estaba mosca) - "En Rusia" - ¿Los tres? - Fueron niños de la guerra evacuados a ese país. - ¡Ah! siendo así... - Pero la Cotilla no soltaba su presa. - ¿Cuántos años había de diferencia entre vosotros? - "Cada dos años nació uno" - ¿Qué edad tenías cuando estalló la guerra? - "Pareces de la Gestapo con tanto interrogatorio" - ¡¡¡Contesta!!! (fue el grito unánime) - "Unos... ¿veinte?..." - ¡Ja! (dijo la vecina) - "¿Menos?" - ¿No sabes cuántos tenías? (saltó Andresito) - ¡Tus hermanos no hubiesen estado en Rusia sino en el frente! - "Qué sabrás tu, segundona?" - ¡¡¡Eres hija única!!! ahora recuerdo que tu madre decía ¿tener otro hijo con la prenda que he parido?  ¡Ni hablar del peluquín!

A pesar de que todas las pruebas la incriminaban, la abuela no dió su brazo a torcer. Al final, después de dar buena cuenta del chinchón en la sobremesa, la abuela finiquitó la discusión - "Lo que les... ¡hip...pasó a mis hermanitooooos es tan ...¡hip!... triste que.. ¡snif! me traumatizó para... ¡hip!... siempre. Se los llevó... ¡snif!... El  Hombre... ¡hip... del Sacoooo" - Aaaaaaaah. Siendo... ¡hip!... así... - Una vez confesada la verdad, dormimos una siesta reparadora.


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