viernes, 16 de octubre de 2015

Las cosas no se aclaran.

- "Nena ¿ha vuelto la Cotilla?" - Así se ha pasado toda la noche la abuela. Llamándome cada media hora. - Si viene te llamaré yo pero ¡déjame dormir!- "¿Crees que el señor Li le dirá que sí?" - ¡Ojalá! - "¡Ni al que asó la manteca se le ocurriría decirle que no a un millonario, boba de Coria!"

La vecina no apareció por casa hasta la hora de comer. Vino cargada con bolsas de comida china y las dejó sobre la mesa de la cocina con aire triunfante. - Mira todo lo que me ha dado... - ¿Su prometido? (la corté) - ¿Te gustaría saberlo, verdad? - A mi me la trae al pairo. Es la abuela la que está en ascuas. Tengo que informarla... ¿Qué le digo? - Que la cosa está encauzada. - ¿Eso qué quiere decir... si o no? - Pues que, ni blanco, ni negro sino todo lo contrario. - O sea... que no. - También puede ser que sí... Hay que esperar. - ¿Esperar y pasar otra noche en vela? ¡Tururú!

El chirrido de los frenos del rolls royce se oyeron desde casa. La abuela, subida en sus altos y finos stilettos, entró en casa. - "Sentaos, he llamado a Li para aclarar las cosas" (dijo en plan Capitán General) - El sonido del timbre me sobresaltó. - "¡Abre!" - ordenó su excelencia. En la puerta estaba el señor Li con un ramo de crisantemos en la mano. - ¡Cotilla, le traen flores! (grité) - Y vino al trote hasta situarse frente al chino. - ¿Esto quiere decir algo, Li? (preguntó, melosa) - "Sí. Que a ver si te mueres pronto. ¿No ves que son crisantemos?" - Dijo la abuela con toda la diplomacia de que fue capáz.

- Yo venil a comel. - Hay comida china. - Yo sabel. Yo dal a Cotilla pala ti. - (Nadie puede parar la mano lanzada para dar un pescozón, de la abuela. En una fracción de segundo la cabeza de la Cotilla fue lanzada hacia adelante, chocando contra la mesa del comedor y hacia atrás, sentándola en la silla) - Mientras las lágrimas acudían a sus ojos, se levantó con la excusa de encenderle una vela a su gurú. - ¿Gulú, antepasado de Cotilla)? - No. Es alguien de su gremio que trabaja a mayor escala que ella. - ¿Cotilla trabajal con escalela? Yo no endendel mujel vieja. Decil casalse con Li... ¿Ella bebel mucho chinchón? - "Está como una cabra... y no es vieja" (la abuela se curaba en salud) - Si sel vieja. Sel como una antepasada. - "¿Yo soy vieja, señor Li?" - Esto era una pregunta envenenada. - Sí, abuela. Tu sel vieja también, pelo glaciosa jijijijijijiji Vestil como niña jijijijijiji Pintal como puelta jijijijijiji. Tu sel glaciosa jijijijijijiji Tenel pelo de cololes extlavagantes jijijijijiji En tienda todos decil cuando te ven: la vieja glaciosa jijijiji ¡Aaaaaaaaaayyyyyyyyyy!

El señor Li no pudo probar bocado. Quedó KO en el suelo y tuvimos que llamar a la ambulancia. Uno de los camilleros lo reconoció - ¡Anda, es el chino que se tiró por el balcón! Menudo chichón tiene en la coronilla.- ¿Qué cree que le pasa? - Conmoción cerebral a lo bestia. Seguro - Será consecuencia del accidente de hace unas semanas (dije, timidamente) - No le digo a usted que no. ¡Jopé! a éste tio le ha mirado un tuerto. - Mientras la ambulancia salía a toda pastilla hacia el hospital, la abuela se metió en el rolls royce camino de El Funeral mientras se aplicaba carmín, rojo pasión, en los labios.




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