jueves, 24 de septiembre de 2015

La penitencia.

Andresito a venido a casa con una garrafa de ¡agua de mar! ... ¿Sabe lo de Pascualita? Menuda bocazas está hecha la abuela. No sabía cómo salir del atolladero porque, además, se ha quedado a desayunar conmigo y no he podido decirle que no porque ha traído ensaimadas de crema, frescas, no como las que trae la Cotilla de los contenedores. Así que he optado por la sutileza. - ¿Hace tiempo que no vas al neurólogo, abuelito? - No he ido nunca. - Ya me parecía a mi... Yo que tú, le haría una visita. - No se me ha perdido nada allí. - Yo creo que sí porque le he dado un sorbo al agua de la garrafa que has traído... aún no sé por qué... y es agua de mar. Es un despiste como unas casas.

Encima se ha reído de mi. - ¿Está mala, verdad? jajajaja Es agua de Carabaña. He comprado mucha para repartir entre tu casa y la mía porque tu abuela y Geoooorge están de los nervios desde que... ya sabes. El inglés hasta se hace el té con ese agua - Y miró a la cabeza jivarizada que nos contemplaba (es un decir) desde la repisa de la cocina. Se quedó un rato pensativo, luego dijo - ¿Crees que peligra nuestro matrimonio? - Quedé aturdida. - ¿Tienes un ligue?

No iban por ahí los tiros. El pensaba que, quizá a la abuela le de ahora por rememorar amores pasados y ponga a Roberto (que raro se me hace no llamarlo Pepe) en un pedestal. Que compare a sus dos maridos y salga ganando el muerto. - Huy, no lo creo. De momento ganas por goleada. - Espero que no se lo lleve a la Torre del Paseo Marítimo. No creo que yo pudiera soportarlo. - ¿Vas a ponerte celoso a estas alturas? Pero ¡míralo! no tiene nada, en cambio tú estás de buen ver, eres guapo y, sobre todo, rico. - Cuando se fue parecía más animado.

Por la tarde, la abuela ha venido hecha un pincel, aunque un poco torcida. - ¿Qué te pasa? - "Hago penitencia" - ¿Por algo en concreto? - "Por haber querido matar a mi primer marido y por querer matar ahora a la Cotilla por no haberlo hecho bien" - No veo el arrepentimiento por ningún lado. - "No lo hay" - ¿Entonces, la penitencia...? - "Me la he puesto yo misma. Me hacía ilusión. Voy a la playa a buscar piedras de Santa Lucía" - ¿Encuentras alguna? - "Esa es la excusa que doy cuando me preguntan por qué voy agachada, mirando al suelo, playa arriba, playa abajo. Estoy descuajaringada. No sé si podré bailar esta noche. Vamos a El Funeral a celebrar la muerte de Ildefonsa. Antes de estirar la pata nos dijo que quería una fiesta por todo lo alto y no vamos a defraudarla" - Bueno, mañana podrás dormir hasta tarde... - "No podré. Tengo que ir temprano a la playa a hacer penitencia" - ¡Que fuerte te ha dado!... ¿Quiéres un chinchón? - "Vale. A ver si me enderezo"



No hay comentarios:

Publicar un comentario