martes, 15 de septiembre de 2015

En Tordesillas.

 


- "Nena, estoy en Tordesillas" - ¿Qué pasa con las sillas? - "¿Qué sillas?" - Tú sabrás. ¡Habla más fuerte que apenas te oigo! - "No grites que me delatas" (la voz de la abuela era un susurro y me resultaba casi imposible entenderla) - ¿De qué quieres las latas... de atún... de sardinas...? - "¿Me hablas en clave, boba de Coria?" - Contesto a lo que me preguntas... - "Te salva que estamos lejos porque sino, te daría tal pescozón que harías palmas con las orejas"

De repente me dio la risa floja - jejejejejejejeje me recuerdas a Eros Ramazotti murmurando una canción - "Que cruz tengo contigo" - ¡¿Qué dices?! - "Me van a descubrir por tu culpa" - ¿Estás jugando al escondite con el abuelito? ¡Oooooh, que románticooooo! - "Imbécil!"

El enfado de la abuela, aunque susurrante, no dejaba de ser agresivo. - ¿Te pasa algo? - "Estoy escondida para que no me linchen y tu soltando chirigotas" - ¿Caen gotas? Pues aquí esta´el cielo despejado...- "¡Calla ya, coñe!" Estoy en T-O-R-D-E-S-I-L-L-A-S..." - ¡Vaya! ¿Has ido a ver lo del toro? Que cuajo tienes, con lo desagradable que es eso. ¿No te habrán echo daño esos salvajes? - Nooooo. ¿Andresito está en Palma? Hace horas que no sé nada de él? - Pues, no sé... Luego miraré el telediario a ver si lo veo. Y a tí también.- "Yo estoy escondida" - ¿Por qué? ... - "Por alancear a un mozo en el culo?" - ¡Que valor, abuela!

El teléfono se cortó. - ¡Avemariapurísimaaaaaaaa! Menuda la que se ha liado con el dichoso Toro de la Vega. - La abuela y Andresito están allí. - (La Cotilla abrió unos ojos como platos ¿No me digas? A ver si se escapa una torta y se la llevan ellos. Enciende la tele. Yo llevo el chinchón.

No tuvimos más noticias y por más que miramos las imágenes del telediario, no vimos a ninguno de los dos entre el gentío. De repente, la Cotilla se puso en pie de un salto. - ¡He visto a tu abuela, lanza en mano, persiguiendo a un mozo. Ha sido un visto y no visto, entre el gentío! - Ay, (suspiré) a este paso pronto heredaré la Torre del Paseo Marítimo.

Seguimos atentas a la pantalla hasta que el timbre de la puerta nos sobresaltó. Bedulio estaba ante mi. No tenía muy buena cara. - Traigo una denuncia... - ¿Está mejor? - No preguntes porque no debo confraternizar con ninguna de vosotras. Sois nocivas para mi salud... La denuncia es contra tu abuelastra por exhibición impúdica desde el balcón de ésta casa. - Pero si tiene más de cien años ¿qué puede haber echo? - Aquí dice que... (se puso rojo como un tomate) enseñó su cuerpo... desnudo... ¡glub!... - Ya ves tú, pobrecilla, si es toda pellejo y hueso. - Pues no es eso lo que dice la denuncia: Y unas protuberancia... ejem... mamarias... ay, Dios... totalmente inapropiadas... ¡uf!... para su edad. - Lo que disfrutó la Momia al recuperar su antiguo explendor ¿Cómo no iba a enseñarlo al mundo entero? ¡¿Pero quién ha podido denuncirla por eso?! ¡Es pura envidia! - Ha sido...la Cotilla. - ¡La madre que la parió! ¡Cotilla, fuera de mi casa! ¡¡¡Y deje el chinchón!!!


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